¡Hola!

Esta es la primera vez que escribo algo de Ed, Edd and Eddy y tenía unas grandes ganas de romperle el corazón a Marie adsad sorry(?

Espero les guste la historia UwU


Suspiró.

El parque era su lugar favorito en todo el barrio pues le encantaba la tranquilidad que había en la zona, además, era un buen lugar para pensar sin tener que escuchar a las (a veces) molestas de sus hermanas, sin embargo, ahora comenzaba a detestarlo.

Había acudido como cada tarde solo para ver como los rayos solares desaparecían poco a poco dando lugar a la luz artificial de los faroles; la única diferencia era la vista.

No era la primera vez que se topaba con esos dos en el parque.

Edd y Kevin.

Como siempre, dándose pruebas de su amor, y era algo que la chica quería detestar.

No lo iba a negar, los chicos hacían bonita pareja, pero ¡por el amor de Dios! Había jurado que Kevin estaba muy enamorado de Nazz... Que equivocada estaba.

Parpadeó lentamente mientras los veía y luego desvió la mirada cuando ambos chicos unieron sus labios en un beso.

Muy en su interior sabía que Edd nunca le haría caso, ademas, eso era más que obvio y desde la infancia se lo hizo saber, más la adolescente aun guardaba esperanzas... Esperanzas que Kevin Dorm se encargó de destrozar.

— ¿Marie? —escuchó una suave voz y volteó a su llamado encontrándose con Nazz Van Bartonschmeer.

— Hola, rubia.

— ¿Puedo sentarme? —la peliazul asintió y la rubia se sentó a su lado.- Te ves decaída, ¿pasó algo malo?

— ¿Eh? —tan perdida estaba en sus pensamientos que ni siquiera se había dado cuenta de que había cambiado su semblante a uno lleno de angustia. — No, estoy bien...

— ¿Segura?

— Si, ¿qué podría pasarme? —le regaló una pequeña sonrisa.

— Ah, no lo sé, tal vez... ¿algo relacionado con Kevin y Doble D? —la rubia sonrió al notar que había dado justo en el blanco.

— ¿Cómo es que l-

Fue interrumpida por Nazz. — Porque yo también puedo verlos desde aquí... -susurró.— Game over, Marie Kanker.

— Si... Game over, Marie Kanker...

— Una vez que lo aceptas, deja de ser doloroso... De todas maneras, ellos no son los únicos chicos en el planeta... —suspiró y se levantó.— Vamos -le tendió una mano y le sonrió.— ¿Qué te parecen unas hamburguesas? Yo invito.

Marie sonrió con sinceridad al escuchar la palabra "hamburguesas" y tomó la mano de la rubia para levantarse.

— Las hamburguesas suenan bien para curar los corazones rotos así que si, vamos —la peliazul revolvió amistosamente el cabello rubio de Nazz y soltó una risita traviesa.

— Verás que pronto llegará algún chico que logre sacar a Edd de tu corazón —aseguró Van Bartonschmeer.

— O tal vez una chica —Kanker le dedicó una sonrisa coqueta y la otra chica solo rió.

— O tal vez una chica —concluyó Nazz.— Anda, ven —la jaló del brazo y la sacó del parque.

Esa noche Marie había aprendido dos cosas:

Que contra Kevin no tendría oportunidad alguna.

Y que Nazz tenía razón; pronto llegaría alguien que sacara a Edd de sus pensamientos.