Stephen Magnet había muerto… bueno, mejor dicho, era el aniversario de su muerte, ocurrida en la víspera de "La Noche de los Corazones Cálidos". Pero fue mañana que su viejo socio Cranky Doodle Donkey caminaba por las calles de Canterlot rumbo al edificio de su compañía ~Donkey & Magnet Incorporated~ (con musiquita de Doofenshmirtz Malvados y Asociados por cierto). Cranky llevaba una bufanda gris con un peluquín pegado a un sombrero, según él para verse elegante. Aún así, iba de quejumbroso como de costumbre.
–Brr… Que frio, ¿Por qué todos los años tienen que hacer nevar precisamente en este día? Es un desperdicio de recursos si me lo preguntan.
La tranquila nevada había sido preparada por los pegasos ese día, para en la noche proporcionar la atmosfera adecuada durante la celebración, de acuerdo al famoso y antiguo relato que conmemoraba la fundación de Equestria. Según la historia, las tres tribus de ponis: terrestres, pegasos y unicornios encontraron una tierra nueva para habitar, pero no fue sino hasta que pusieron de lado sus diferencias que pudieron establecer su nación y, como buenos amigos, vivir en paz y armonía unos con otros.
Por la plaza central, un grupo de potros y potrancas dirigidos por su maestra unicornio, entonaban los tradicionales villancicos de la temporada.
~El fuego que hay en nuestra amistad
Mientras vivo esté no nos va a separar~
~Ganar la batalla no es prioridad
Risas y canciones nos unen más (nos unen más)~
~Somos un círculo de amistad
Los ponis que irán unidos hasta el final~
Cranky los pasó de largo refunfuñando y rebuznando como harto, lo cual no era raro. Tal como su nombre lo indicaba, el viejo Cranky era un gruñón de primera y muy susceptible a irritarse con facilidad, sobretodo en aquel día. La temporada solo hacia más evidente su mal humor y total desprecio por toda la alegría desbordada por los ponis a su alrededor. Él no tenía muchos amigos y aquel día era, más que nada, el recordatorio de la repentina partida de uno de los pocos que tuvo…
Finalmente Cranky llegó a su despacho donde fue recibido por su humilde y reservado empleado, el pony terrestre de color marrón: Igneous Rock Pie.
–Buen día Sr. Donkey.
–No sé que tiene de bueno. Le contesta mientras deja su bufanda en el perchero de la puerta y cambia su peluquín con sombrero, por otro tupé común y corriente. –Los pegasos y sus nevadas solo son un estorboso desperdicio de la nieve de Cloudsdale. Y ¿por qué? por una estúpida fiesta que no trae beneficio a ningún pony, más que el recordatorio del abstracto concepto unos espectros.
–Me parece que es un simbolismo que sirve para no olvidar los sentimientos de armonía y amistad que ayudaron a nuestros ancestros a ahuyentar a los Windigos.
–Sr. Pie. Le habla con molestia. –¿No me diga que usted cree en esos cuentos de fantasmas?
–Bueno… no precisamente. Solo sé que si bien existe la armonía y el orden, también debe existir el caos y la desarmonía. Eso supongo. Manifestó no muy convincente por las miradas reprobatorias de su jefe.
–Basta Sr. Pie. Mejor aproveche el tiempo el día de hoy, ya que mañana no vamos a trabajar.
–Oh, gracias Sr. Donkey. Es usted muy generoso.
–¿Generoso? Que va. Es solo que no tiene caso abrir mañana ya que los negocios estarán igual de congelados que la nieve de afuera por la misma frívola fiesta. Día de los Corazones Cálidos… (rebuzno) solo un pretexto para holgazanear, pero en fin.
Así ambos regresan a sus ocupaciones laborales que por el momento no es más que papeleo y firmas de documentos. Una hora más tarde, la campanilla de la puerta principal suena y entra al establecimiento una yegua color gris con crin en dos franjas púrpura y blanca. Lleva puesto un hermoso, pero a la vez humilde abrigo que no oculta las tres estrellas en su flanco que conforman su Cutie Mark. El primero en darle la bienvenida es Igneous.
–Buen día Srita. Velvet.
–¿Cuántas veces te lo tengo que decir Igneous? Llámame Twilight. Y además, recuerda que ya no soy una señorita, estoy casada desde hace tiempo. Aunque sus palabras son de reclamo, su actitud refleja el júbilo de una alegre jovencita. –Somos buenos amigos después de todo, así que no seas tan formal.
–Perdona Twilight, es la fuerza de la costumbre en la oficina.
–Está bien, no te preocupes. Por cierto, ¿cómo están tus hijas?
–¿Qué quieres Twilight? Interrumpe cortante el burro antipático, desde el escritorio de su oficina, a un par de metros de donde hablaban los ponis.
Con igual regocijo, Twilight Velvet camina hasta la entrada de aquella oficina y saluda. –Buen día tío Cranky, feliz Día de los Corazones Cálidos.
Cranky rebuzna y como que la ignora regresando su atención a los papeles. Aún así, le dice desde su lugar –Déjame adivinar, vienes a invitarme a la cena con tu familia ¿no es así?
–Así es, ¿Cómo adivinaste?
–¿Será porque tenemos esta misma conversación cada Día de los… bwa… Corazones Cálidos? Pregunta con mueca de asco y evidente sarcasmo.
–Y así será cada año hasta que aceptes, tío. Pero te equivocas en una cosa. No es "mi familia", es "nuestra familia".
–Mmm. Técnicamente soy solo tu padrino. No tenemos parentesco alguno.
–No es lo que mi padre pensaba… y lo sabes. La familia no son solo aquellos que tienen parentesco por la sangre o la raza. La familia son todos aquellos que tienen un lazo, un vínculo de amistad y eso es precisamente lo que celebramos en este día, tío Cranky.
Cranky permaneció callado fingiendo leer sus documentos, pero por dentro pensaba en otro de sus viejos amigos que, al igual que el buen Steven Magnet, había pasado a mejor vida. Igneous escuchaba bien atento lo dicho por Twilight sonriendo desde su propio escritorio.
Segundos después Cranky reaccionó fingiendo que tosía. –Cof, cof. Como te decía, cada año que me invitas te digo lo mismo: No gracias.
–Vamos tío. Le dijo en tono suplicante. –No solo es por mí, quisiera que conocieras a mis hijos. Su abuelo, es decir mi papá, les hablaba mucho sobre ti y del tío Stevee, sobre sus aventuras por toda Equestria. Mi hijo, en especial, tiene muchas ganas de conocerte.
–Lo lamento Twilight, tengo mejores cosas que hacer que convertirme en la nana de los niños de mi ahijada.
–Esa nunca ha sido mi intención tío. Pero está bien, no te insistiré más… por ahora. Solo recuerda: la puerta de mi casa siempre estará abierta para ti.
Procede a retirarse mientras se despide también del corcel. –Como siempre, la invitación es también para los buenos amigos Igneous. Espero verte a ti, a Cloudy y a tus hijas en la cena.
–Gracias Señori… es decir… gracias por la invitación Twilight, será un placer.
–¡Feliz Día de los Corazones Cálidos a los dos! Declara la unicornio con la misma jovialidad con la que entró, esta vez saliendo del lugar.
Igneous –Feliz Día de los Corazones Cálidos para ti también Twilight.
Cranky (rebuzna) –Hiaaa… tonterías. Y regresa a revisar sus papeles.
Por otro lado, al mismo tiempo que Twilight salía, otro grupo de individuos entraba al despacho, pero no eran ponis sino más bien tenían el aspecto de toscos sabuesos. Igneous vuelve a recibir cordialmente a los nuevos entrantes.
–Buen día caballeros, bienvenidos a "Donkey & Magnet Incorporated" (de nuevo suena la música de fondo) ¿en qué les podemos ayudar?
–Hola, pony. Saluda uno de los perros con un poco de brusquedad, daba la impresión de ser el líder de una especie de pandilla de rufianes. –Mis amigos y yo queríamos saber si… ¿tendrían trabajo para nosotros?
–Hace hambre. Se queja el canino más grande y robusto mientras le gruñe la panza.
–Pregúntale si nos podrían pagar por adelantado, Rover. Habla en voz alta el más pequeño que parece un bulldog.
Rover –Silencio Spot, déjame hablar a mí. Tú vigila a Fido, no vaya a romper algo de nuevo.
Igneous estaba a punto de contestarles cuando Cranky sale de su oficina y dice. –Yo hablaré con los caballeros Sr. Pie. Usted regrese al trabajo.
Igneous – ¿Uh? Si, Sr. Donkey.
Cranky –Bien, ha pasado tiempo desde que me topé con unos "perros diamante". Temo decirles que no hay trabajo para los de su clase en mi compañía por el momento, caballeros. Así que les suplico se retiren de mi despacho.
Rover –Pero… este es la compañía de esa serpiente marina ¿no es así? La que contrata cualquier raza sin importar que sean ponis, grifos, minotauros… (Mueca de suplica) perros diamante.
Cranky (Indiferente) –Usted habla de mi antiguo socio, Stephen Magnet. Temo decirle que llega tarde, el murió hace tiempo, precisamente en un día como el de hoy. Desde entonces hemos hecho algunos cambios en las políticas de la empresa… así que les pido que se vayan de inmediato. No tenemos lugar para ustedes ni motivos para contratarlos.
Rover –Pero…
Cranky –Dije… ¡largo!
Rover (Molesto y ofendido) –Esta bien. De cualquier manera no trabajaríamos con un asno amargado como tú. Le habla después a sus compañeros. –Vámonos muchachos. Fido lo sigue con la mirada perdida mientras Spot le saca la lengua al burro. Al salir, azotan la puerta tras ellos.
Cranky (suspiro) – ¿A dónde va este mundo Sr. Pie? Que unos rufianes anden sueltos por las calles de la capital de Equestria… es el colmo. Esos tipos debieran estar encerrados en alguna prisión o calabozo, ahí por lo menos tendrían para comer.
Igneous permaneció en silencio mirando en dirección a la puerta y después a la ventana por donde se distinguía la silueta de los perros diamante. Los veía como con lástima, pero no exclamó nada ya que no quería contradecir a su jefe.
Así terminó la mañana… pasó la tarde… hasta que por fin llegó la hora de cerrar la oficina. Igneous Rock alistaba sus cosas para retirarse cuando se percató que Cranky seguía trabajando en su escritorio y con timidez le dirige la palabra. –Sr. Donkey, no quiero molestarlo pero ¿no es hora ya de retirarnos?
Sin dejar de ver y firmar los papeles le contesta. –Váyase Sr. Pie, hoy me quedaré en la oficina para terminar esto… pero lo espero temprano pasado mañana.
Igneous pone una cara triste, de verdad esperaba que Cranky por lo menos considerara ir a la cena de su ahijada esta vez. Pero parecía que sería otra noche de Corazones Cálidos que el burro pasaría en la soledad de su despacho. Así había sido incluso desde antes de la muerte de su otro patrón, Stephen Magnet.
Desde que Igneous empezó a trabajar en (musiquita) ~Donkey & Magnet Incorporated~ Cranky Doodle Donkey era muy reservado, pero al menos su socio lo mantenía de buen humor la mayor parte del tiempo… Sin embargo luego del accidente de la serpiente en el Lago de la Congelación Instantanea, Cranky parecía estar amargado las 24 horas de los 365 días del año, y este último fue de lo peor ya que el negocio empezó a decaer. Habían tenido que hacer recorte de personal, lo cual en parte era de las razones por las que no contrató a los perros diamante y a ninguna otra criatura que se presentara los últimos meses en la oficina.
Ya resignado, el corcel marrón se despide de su jefe. –Que pase una buena Noche de los Corazones Cálidos Sr. Donkey.
El burro contesta con un resoplo en la nariz mientras la puerta se cierra. Media hora después, el sol se ocultaba en el reino de Equestria y Cranky enciende un par de velas para continuar trabajando un rato más. No pasó mucho tiempo para que le empezara a cansar la vista por la poca luz que le proporcionaban las velas y se frotara los ojos con las pezuñas.
~Craaaankyyyy…
Escuchó susurrar su nombre pero no le dio importancia hasta que volvió a oír…
~Craaaaaaankyyyyyyy…
Miró en varias direcciones tratando de ubicar el origen de aquella voz. Por un momento consideró el viento, pero todas las ventanas estaban cerradas y no había ninguna corriente de aire que pasara por los muros. "Debo estarme haciendo viejo. Ya estoy oyendo cosas" fue lo que pensó.
~Cranky Doodle Donkey…
Nuevamente lo oyó, esta vez su nombre completo. No había duda, alguien lo estaba llamando. Tomó una de las velas por su base con ayuda de su hocico y se dispuso a inspeccionar la oficina en busca del intruso. Al no encontrar nada, continuó la búsqueda fuera donde estaba el espacio de trabajo de Igneous sin encontrar nada ni nadie. Al regresar al cuarto de su propio escritorio se turbó en gran manera al ver la otra vela que había dejado encendida, la sombra que proyectaba la luz en la pared dibujaba una silueta negra que él reconocía perfectamente.
–¿S-Stephen…? N-No, es… imposible. Sacudió la cabeza tirando la vela que traía, al caer ésta se apagó antes de tocar el suelo.
Para cuando reaccionó, la sombra del muro había vuelto a la normalidad. Cranky se acercó a la lamparilla de fuego que descansaba en su escritorio y agitó su casco frente a ella con nerviosismo.
–Pero en el nombre de Celestia ¿Qué rayos fue eso? ¿Un fantas…? Antes de completar la frase hace una cara de molestia y expresa con ironía. –Genial, solo esto me faltaba. Ahora le echo la culpa a algo que ni siquiera existe y lo peor es que estoy hablando solo.
–Pero yo si existo, y no estás solo viejo amigo.
Dijo una voz justo detrás de él. Cranky dio media vuelta y se encontró con una cabeza flotante semitransparente formada con el humo de la vela que se apagó.
–Ahhhh! Gritó y caminó de espaldas atemorizado hasta chocar con un gabinete de la misma oficina. Una pesada bola de boliche le cayó encima de la cabeza haciéndole perder el conocimiento.
Todo le daba vueltas cuando comenzaba a despertar y se sobaba la cabeza tratando de incorporarse.
–Te dije que era mal lugar para tu bola de la suerte, pero nunca me hiciste caso. Fuchi, pero mira nada más que sucia esta, ¿hace cuanto que no la usas? Por lo menos deberías limpiarla.
Cranky, ya en sus 5 sentidos, voltea a mira a una aparición blanquizca y transparente de su antiguo socio, el dragón marino…
–St-stephe-phenn, Stephen Magnet ¿Eres tú en verdad? Tartamudeo y preguntó sin dar crédito a lo que sus viejos ojos veían.
–Claro que soy yo, querido amigo. Si lo dudas solo observa mi sedoso cabello ¿Qué otra serpiente tendría esta fabulosa melena y elegante bigote sino yo? Jujujuju.
Ríe con elocuencia mientras Cranky le echa un mejor vistazo. El ente blanco traslúcido se hallaba flotando en medio de su oficina pero solo una mitad del cuerpo. La otra parte, de la cintura a la cola, salía por una de las paredes que daban al edificio continuo como si fuera, valga la redundancia, un fantasma.
–No, no puede ser. Debe ser un sueño… ¡Si! ¡Eso es! Me quedé dormido en la oficina y ahora estoy teniendo una pesadilla…
–Óyeme no. Manifiesta la aparición como ofendido. –Te aseguro que soy tan real como la calva detrás de tu ridículo tupé y además, aunque estuvieras dormido, ¿cómo te atreves a decir soy una pesadilla?
–Entonces eres una alucinación producida por una de las donas pasadas de Donut Joe… ya verá, lo demandaré.
–Cranky, Cranky, Cranky. Mueve uno de sus dedos (o garras) índice de lado a lado. –Si fuera producto de tu imaginación no podría hacer esto… Stephen comienza a moverse por el estrecho cuarto haciendo círculos en el aire que pronto se convierte en un mini tornado que manda a volar todos los papeles de la oficina y la peluca del burro, quién desesperado intenta agarrar lo que puede cuando también él mismo comienza a ser jalado por la corriente.
–¡Esta bien! ¡Esta bien! ¡Eres real! ¡Eres real! ¡Ahora deja de hacer eso!
El reptil transparente detiene su maniobra y deja caer todo estrepitosamente al piso y se le queda viendo fijo a Cranky tratando de aguantar la risa pues ahora éste lleva el tupé en el hocico haciendo parecer que trae barba.
Escupiendo la bola de cabello falsa, reclama –Bien… aunque seas real, no por eso significa que seas mi viejo amigo. Hasta donde sé, podrías ser el hechizo de algún unicornio que confundió la Noche de Corazones Cálidos por el Día de los Inocentes.
–Jujuju. No has cambiado nada, sigues siendo tan terco como…
–¡No te atrevas a decir "mula"!
–Ok, ok… No te enojes. Ya recuerdo que nunca te gustó esa frase. Entonces pregúntame algo que solo el verdadero Stephen sabría.
–Mmm. Cranky meditó muy detenidamente con ojos cerrados hasta que se le ocurrió algo. –Muy bien "Stephen" ¿Cuáles son las dos cosas más importantes que no han sido creadas y que yo imploro que inventen?
–Según tú… Bueno uno, por supuesto, es la cura para la calvicie y el otro… Se le acerca con mirada maliciosa,susurrándole algo al oído.
Cranky se exalta y estremece con la cara toda roja y orejas paradas. Luego recupera su cara de amargado y exclama en voz alta. –Oh rayos… si eres Stephen…
–¡El mismo en vivo y a todo color! Celebra con brazos arriba y luego delibera. –Bueno excepto por la parte de vivo… y… el color… pero tu entiendes ¿no? Pero ya hablando en serio, querido amigo, he venido por un asunto de gran importancia.
–Si es por el estado de nuestra compañía, créeme que hago lo posible para mantenerla a flote a pesar de todo. Pero es difícil en estos tiempos…
El monstruo marino le tapa la boca y empieza a explicar con mucha seriedad. –Cranky, Cranky. Escúchame, esto va más allá de la compañía y he venido para advertirte. Hoy tendrá lugar un evento de gran importancia para todo el reino y tú vas a tener un papel muy importante que llevar a cabo en este suceso.
–¿Qué? ¿Y yo por qué? Reclamó sin ocultar su temor y desconcierto.
–Yo que sé… no pregunté detalles. Le contestó en total despreocupación limándose una de sus uñas fantasmales. –Lo único que me dijeron es que te hiciera saber que estuvieras a la expectativa y que ocurrirá poco antes de la media noche del día de hoy.
Cranky volteó a ver su reloj de pared que indicaba pasadas de las 7 de la noche, eso significaba que faltaban menos de 5 horas para lo que fuera que iba a ocurrir. –P-pero entonces ¿Qué hago? ¿A dónde debo ir Stephen?
–A ningún lado Cranky. Aún no estás listo…
–¡¿Eh?!
Stephen se aclaró la garganta y siguió diciendo –Pon atención, esta noche vendrán a visitarte tres espíritus más, ellos de asesorarán y te dirán lo que debes hacer. El primero llegará aquí cuando tu reloj marque las 8 en punto. Señala con su garra el mismo reloj que Cranky había mirado momentos antes. –El segundo vendrá una hora después. Y finalmente, el tercero se presentará cuando termines de escuchar las 10 campanadas de la iglesia.
–Pero si es tan importante ¿por qué no vienen todos juntos?
–Cada uno tiene cosas significativas que compartir contigo… y además… ellos no pueden estar al mismo tiempo en un solo lugar. Manifestó lo último con de forma misteriosa.
Cranky quedó atónito y desconcertado con el rostro helado y sudado. Por su parte, el lagarto bigotón se preparaba para retirarse.
–Bueno querido amigo, eso era todo lo que venía a decirte. Lamento la cortedad de mi visita pero ya debo irme. Chaito. Ya estaba desapareciendo en el aire cuando el burro reaccionó por fin ante la despedida.
–Espera Stephen, una pregunta antes de que te vayas…
–No Cranky, soy un fantasma así que no puedes usar mi cabello para hacerte otra peluca.
–¡No es eso lo que te quiero preguntar! Ejem… Cranky tenía muchas dudas y preguntas rondando en su cabeza y temía intentar sacarle más información a su amigo sobre el asunto, no porque fuera un fantasma sino porque Stephen era de esas personas (o serpientes marinas) que era muy directo y despreocupado, con una lengua afilada que expresaba más de lo que uno quisiera escuchar. Él pocas veces ponía atención en detalles que no fueran sobre su cabello o la vida de la alta sociedad, por lo que a veces era mejor quedarse con la duda antes obtener una respuesta desconcertante. Pero aún así, Cranky se quiso arriesgar a preguntarle algo que no tenía que ver con el supuesto evento del día en cuestión. Y así juntando valor dijo –Stephen... de casualidad… bueno, no sé como funcione "el más allá" pero… ya que ambos están muertos quería saber si has visto a…
Antes de que terminara, Stephen lo interrumpe mirándolo de reojo con aire esperanzador. –Mi querido Cranky, esa es una pregunta que te contestará el Espíritu Cálido del Pasado personalmente…
Con esas últimas palabras, Stephen se desvaneció por completo dejando a un burro con su frase en el aire. Cranky corre al lugar de donde desapareció su amigo fantasmal inspeccionando aún incrédulo la pared, el techo y el piso. Tras dar un suspiro resignado termina la pregunta en voz alta para él mismo con tristeza. –¿Has visto a Dusk Shine…?
¿Qué ocurrirá en la Noche de los Corazones Cálidos de Cranky?
¿Cómo serán los tres espíritus que lo visitarán?
¿Encontrará la cura para la calvicie?
¿Y que pasará con… (Musiquita otra vez) ~Donkey & Magnet Incorporated~ ?
Algunas respuestas en el próximo capítulo… el próximo 25 de septiembre.
