Disclaimer: Bleach es propiedad de Kubo Tite.
«Nos guste o no, los viajes tienen un destino.»—El teorema Katherine, John Green
Sonriéndole a la vida
Capítulo 1
RUKIA
Caminaba con Matsumoto y Renji por las tiendas de ropa, charlando y riendo sobre las botas de Matsumoto por su color amarillo mostaza, luego fuimos a la casa de Momo a buscar los libros de Renji: Orgullo y Prejuicio y Bajo La Misma Estrella. Tomamos un autobús a casa de Matsumoto comimos nachos, Hot Dogs y muchas cosas grasientas. Charlamos, reímos hasta más no poder. Escuché el vibrar de mi teléfono, se trataba de la esposa de mi hermano, Hisana, estaba mandándome mensajes de cómo a qué hora iba a llegar, charlé un momento más con los chicos y después de veinte minutos les dije que me iba.
Luego de la aventura con los chicos, me fui a mi casa para dormir, ya que mañana sería el primer día de escuela, pero seguí charlando con Matsumoto por teléfono hablando de cómo Renji podía ser tan buen lector, y a nosotras no nos interesaba la literatura para nada. Luego de charlar y charlar, me despedí de Matsumoto y enseguida me quedé dormida .
Desperté de cabeza hacia mi lampara al escuchar mi reloj, lo presiono y camino al cuarto de baño cepillo mis dientes, me ducho y recojo mi melena negra, tomo el peine y camino al cuarto. De regreso observo la hora, corro al armario dando saltos, escojo una chaqueta blanca y un vestido azul claro, me visto lo más rápido que puedo y tomo mi mochila, bajo las escaleras y entonces me acuerdo de mi celular. Subo de regreso, lo encuentro y lo agarro para volver a bajar nuevamente y corro escaleras hacia abajo, llego a el primer piso y camino de puntillas para que Hisana no me observe salir de casa. Cuando giro el pomo de la puerta, salgo con una sonrisa de oreja a oreja corriendo como una loca.
Caminé hasta la escuela capturando fotos de personas, paisajes y otras cosas.
Cuando llegué a la escuela y fui a la dirección a buscar mi horario de clases, le doy un vistazo, notando que a primera hora tengo Historia Contemporánea seguida de Química e Ingles. Camino por los pasillos llenos de muchachos tropezando y esquivándolos, miro el aula 11-B; toco y paso, veo a todo un motón de chicos/as hablando mientras la profesora entra al mismo tiempo que yo .
—Pase, aunque ya lo hizo —dijo la profesora, ella es pequeña como de 1.60, más alta que yo, con cabello alborotado y dientes torcidos—. Y soy su profesora de Historia Contemporánea, vaya y tome asiento.
—Soy Rukia, Rukia Kuchiki —dije volviendo mi vista a la profesora .
—Bien. Pues comencemos con la clase, Rukia Kuchiki.
Caminé hacia tercer asiento vacío en una fila de la derecha, coloqué mi mochila en la mesa, observé en mi entorno a todos los chicos y retuve mi vista en un muchacho con cabello naranja, de tez oliva y ojos color miel que estaba hablando con otro chico, vuelvo mi vista hacia atrás y están dos chicas susurrando cosas, al parecer de mí. Presto atención a la clase tomando en cuenta de que sé que me aburrirá. Al sonar el timbre salí al comedor a buscar mi bandeja de comida, busco una mesa vacía tomo asiento viendo hacia los lados para ver si encuentro a Matsumoto en el comedor, y en un simple parpadeo se sentó la chica que estaba susurrando detrás de mi.
—Hola, soy Orihime Inoue —hizo un una pequeña reverencia y yo también—. Así que tú eres Rukia — dijo ella afirmando mi nombre.
—Sí. Esa soy yo, un placer —dije yo con media sonrisa falsa soltando mi mano—. Bueno me tengo que ir —al levantarme ella me sostuvo por mi chaqueta y tiró de ella.
—Aléjate de Ichigo, ¿entendiste? —acercó su cara a la mía—. ¿Entendiste? —repitió.
—Oye, primero no se quién es Ichigo, segundo, no entiendo porque te enojas si ni siquiera lo conozco —tiré de mi chaqueta y seguí mi curso.
Recibí un mensaje de mi hermano, de cómo iba mi día. No lo respondo. Al alzar la vista tropecé con el chico que miré por unos segundos en el salón, ¿será este chico el tal Ichigo? Me detuve por un momento y luego intenté seguir.
ICHIGO
—Oh, lo siento —susurré continuando mi curso y ella el suyo, volteé varias veces para ver con quién tropecé, y fue con Rukia Kuchiki. Vuelvo mi vista hacia el frente y Orihime se aferra a mi cuello y me besa en la mejilla como si me fueran a robar.
—Hola. ¿Qué haces? —ella volteo hacia donde yo miré por unos momentos.
—Sólo iba a la clase de química —callé por un momento y eché mi cabeza hacia atrás— y a guardar unas cosas —sonó el timbre y todos los chicos se dirigieron a sus respectivas aulas de clases, Orihime me volvió a besar, pero está vez más cerca de mis labios, caminó y me guiño un ojo. Yo tambien me fui al salón de química, al entrar ya todos tenían una pareja excepto Keigo y Rukia.
—Bien, tome asiento para empezar la clase —dijo la profesora, todavía no me decidía pero enseguida tomé el asiento junto a Rukia.
Ella abrió el libro para comprobar lo que estaba explicando la profesora, por supuesto yo no prestaba atención.
—Este es el resultado —dijo ella.
—Lo siento, ¿qué me dijiste? —pregunté con una pequeña sonrisa.
—Que este es el resultado del ejercicio —dijo ella, apuntando a su cuaderno una vez lo hubo verificado en el libro—. No prestaste atención, ¿cierto?.
—No entendí nada —ella abrió sus ojos—. ¿Me puedes explicar otra vez?
Por lo general me hacía el mal entendido, pero suelo ser aplicado; algunas personas suelen darle un juicio a la gente sin conocerla y esa mierda me molesta. En todo caso necesito entender.
—Está bien, pero esta vez presta atención —Fue bastante clara y su voz entonaba que al mayor problema me mandaba al diablo. Me explicó todo y de todas formas no entendí nada . No sabía qué demonios me pasaba.
—Soy Ichigo Kurosaki —sonreí, volteando mi cara a sus notas en el cuaderno.
—Yo soy Ruk... —no terminó de hablar cuando apareció la profesora para verificar el resultado del ejercicio.
—Eso está muy bien señorita Kuchiki —hizo una pausa y dirigió su vista hacia mí—, en cambio usted debería prestar más atención a la clase —retomó su curso y siguió hablando con los estudiantes.
—Creo que debo estudiar un poco más —dije sonriendo y ella sonrío también, por alguna razón sentí que era como yo; aún con todas las diferencias, había algo—. Ah por cierto, ya sé tu nombre Rukia.
—Ya lo noté —devolvió la vista a su cuaderno para cerrarlo ya que había sonado la campana de salida .
—Bien, seguiremos la clase en el próximo encuentro, pueden retirarse.
Iba a ofrecerme para llevarla a su casa, pero llego Orihime y me sostuvo por mi abdomen. Envolviéndome en un abrazo.
—¿Puedes llevarme a casa? Por favor, ¿hmm? —subimos a mi Ford, la dejé en su casa y luego conduje a la mía.
RUKIA
Salí de la clase de Inglés y fui directamente a casa, al llegar lo primero que hice fue colocar la mochila sobre la mesa, caminé hacia la escalera y subí varios pasos, cuando de pronto sentí un dolor punzante en la espalda, no le preste atención; alcancé la cima y me acosté en mi cama para que se me pasase el dolor, sentí vibrar mi teléfono. Otro mensaje de mi cuñada Hisana preguntando si estaba en casa y que habia dejado la llave en el trabajo. Me levanté, caminé hacia la escalera, volví a sentir el dolor en mi espalda perdiendo el equilibrio y cayendo por las escaleras girando por cada escalón, sentí cómo se golpeó mi cabeza con el pasamanos y mi vista empezó a teñirse de negro.
Observo todo el entorno del cuarto en el que estoy, de pronto dejo observar la habitación fijando mi vista en unos globos azules. Noto que mi cuerpo tiene unos cables y cosas conectadas, dirijo mi vista hacia la puerta, ésta se abre y entra mi cuñada Hisana junto con mi hermano. Detrás de ellos viene un doctor con algo en las manos. La planilla de sus notas sobre mí, supongo.
—Buenos días, señorita —dice el doctor—. Bueno, presentó un poco de contusión en la cabeza. Tiene unos pequeños hematomas en el cuerpo de los cuales pronto podrá recuperarse. El resto es...
—Diga lo que tenga que decir —le dijo mi hermano Byakuya , quien estaba a mi lado.
—Sí. Dígalo ya —dije hablando con calma.
—Señorita sólo lo puedo hablar con su hermano o su esposa —discrepó el doctor.
—¡QUE LO DIGA YA! —grité, sonando mi voz quebrada—. Por favor —me suavicé y Hisana se me acercó tocando mi espalda. Cada caricia era peor.
—Está bien —Se resignó el doctor y luego tomó una inhalación y empezó a hablar—. Usted presenta una enfermedad en los tejidos llamada Esclerosis Múltiple, la cual le irá quitando el movimiento poco a poco, y en estos momentos está empezando la primera etapa. Veo que no quieren que ande con rodeos por lo que voy a ser claro y directo. Luego de que avance te quedarás sin movimiento —dijo subiendo sus gafas—, tu cuerpo quedara inerte —volvió su vista hacia nuestros rostros, uno por uno—. Lo siento mucho —dicho esto, se marchó.
Veo a Hisana llevándose las manos a la cara y una lágrima rodando por su mejilla. Mientras, mi hermano se colocaba las manos en su cabellera negra y yo... yo no lograba pensar, reaccionar. Hasta que llegaron las preguntas. ¿Cómo esto me pudo pasar?. ¿Por qué a mí?
Después de hablar con el doctor, entró una enfermera diciéndole algo a mi hermano, sonrío y se fue.
—Rukia, todo... todo va estar bien —dijo Hisana para tratar de consolarme, pero no puede, ya no puede hacer nada por mí.
—No. No Hisana, nada de esto está bien —una lágrima rodó e inmediatamente la sequé—. ¿Por qué esto me sucede a mí? —ella me tomó de las manos entrelazándolas con las suyas y las apretó un poco como para hacerme sentir su apoyo, su dolor. Que estaba conmigo.
—No lo sé, pero... uh, ya ni se que decir —susurró, fijó su vista en mi hermano como queriendo decirle que él también debería decirme algo—. Lo bueno es que mañana te dan de alta —dijo tratando de aligerar el ambiente. Cosa que no funcionó.
Al salir del hospital mi hermano encendió su Suv y me acomodó en el asiento delantero, en el trayecto a casa me imaginé como sería mi vida con esta enfermedad incurable (estuve buscando toda la información posible en internet), volví mi vista hacia la ventana, ya estábamos cruzando la última manzana de la calle para llegar a casa. Mi hermano estacionó el auto al llegar, salió y colocó una silla de ruedas, me sostuvo en sus brazos como pudo hasta que estuve instalada en esa cosa que me hacía sentir como una parapléjica aunque todavía estaba "sana". Finalmente, en la entrada estaban mis amigos esperándome.
—Buenos días, Hisana. Hola chica ruda, ¿cómo estas? —dijo Tatsuki, sonriendo.
—Estoy bien, sólo estoy en una silla de ruedas —dije sonriendo—. ¿Y tú que me cuentas?
—Bueno, creo que voy a volver a mi antigua escuela —y me sonrió con nostalgia, o lastima, no sé—. Qué bien será estudiar otra vez juntas.
—Bien, las dejaré para que sigan charlando —dijo Hisana, caminó hacia dentro.
Tatsuki y yo salimos al pequeño porche charlamos, reímos y seguimos conversando, para cuando estaba de noche no hacía falta la silla, empecé a caminar por mi misma. También charlé con Matsumoto y Renji, quienes me distrajeron por completo de la horrible noticia, y para cuando todos se fueron, debí estar muy cansada porque derrepente me di cuanta que había dormido. Hisana se acercó a mí. Ahora estaba en mi habitación, seguro me subió Renji.
—¿Qué tal estuvo la conversación?
—Además de chistosa, me dijo que vendrá todos los sábados —sonreí un poco—. Pero si se viene a estudiar a nuestra escuela podré verla todos los días —mi sonrisa volvió por completo.
—Byakuya dejará de viajar tanto y se quedará mucho más tiempo con nosotras.- soltó esas palabras y yo voltee de inmediato.
—¿De verdad ? ¿Mi hermano estará más tiempo en la casa, con nosotras?.
—Sí, pequeña, tu hermano estará muy cerquita de ti —se levantó viendo hacia el techo—. Bueno es hora de acostarse, porque hay que ir mañana para la escuela —agarró la silla de ruedas y la dirigió a la escalera, seguramente iba a guardarla, pero no por mucho tiempo—. Ahora no vendrá a verte, sabes cómo es, debe estar pensado en ti, ya sabes. Dale tiempo, seguro mañana hablará contigo —dijo y salió de la habitación.
Me quedé mucho rato pensando. En mi vida, en cómo cambiaría, y lo que no hice frente a los demás, lo hice estando sola: lloré, desconsoladamente hasta quedarme dormida.
Mi hermano Byakuya habló conmigo en la mañana, no fue una charla extensa, pues Byakuya no es de hablar mucho, pero lo que me dejó claro fue que, pasara lo que pasara él y Hisana estarán conmigo. Luego desayunamos y me fueron a llevar a la escuela.
Entre tanto pensar y escuchar a Hisana y a mi hermano hablando sobre sus viejos tiempos, llegamos rápido a la escuela, donde bajé y me dirigí a la boca del lobo.
Cuando estaba entrando, justamente me topé en la puerta con Ichigo.
No es perfecto, pero sí mucho más limpio.
Ciao.
Editado: Fanfiction, 2017.
