Konichiwa! nOn...jejej aquí vengo con otro fic que espero sea de su agrado n-n...aclaro desde un principio q es bien tristey tal como lo dice el summary está basado en una historia real...es por eso que este fic irá dedicado a aquella persona, una gran amiga...
Por supuesto, lugares, nombres y situaciones han sido cambiadas, obviamente se mantiene la esencia de algunos pensamientos, hechosy sentimientos que mucha gente en ocasiones no conoce...
Espero que les agrade el fic n.n...ah si!...aclararé un poco el escrito por si no se entiende n.nU
"negrita" se darán cuenta quien lo escribe
"(...)" momentos que suceden en la "actualidad" (ya se darán cuenta a que actualidad me refiero XD)
"cursiva" la historia del pasado que sale de lo que es escrito en negrita.
De seguro si lo leen así parece bastante complicado o.o...demo ia verán con el trayecto de la historia a q me iba refiriendo con cada una de las partes n.n...y verán q no es tan complicado como io misma lo puse XD...En fin ia me dejo de hablar n.nU
Disclaimer: Grav. no me pertenece, demo tomé prestados a sus personajes para este fic y su entretención.
1er Capítulo
El Comienzo
…No sé que decir…No sé como comenzar…No sé por donde empezar, ni tampoco sé como terminar, no sé como tratar a personas como ustedes, no sé como hacerles entender que nadie elige de quien se enamora y que el corazón no puede recibir órdenes cuando se trata de amar.
Muerte. Un cuerpo .Lágrimas.
No soporto los recuerdos en mi mente, mis ojos ya están cansados de tanto llorar y mi corazón se encuentra partido en mil pedazos y nadie los puede pegar. ¿Saben? Es muy triste amar y que quiten a esa persona de tu lado. Muy triste, pues el alma se vacía cuando está sola.
Se supone que una carta no debe comenzar así, pero mis dedos mueven el lápiz de esta manera y no hay forma de hacerlos cambiar de parecer, mi corazón es el que me dicta que decir, y si de algo estoy seguro es que cada vez que me ha dictado algo ha traído consecuencias buenas, es por eso que esta vez le vuelvo a hacer caso, esperando que esto quede como algo mas que una carta entre sus manos.
Entiendo que no quieran verme, sé que arruiné su carrera, pero créanme que jamás buscamos eso, solo queríamos amarnos y estar en un lugar donde nadie nos dijera nada, donde pudiésemos besarnos con tranquilidad, donde nuestras manos pudiesen recorrer nuestros cuerpos con aquella dulzura que caracteriza el juego en el amor…solo deseábamos un lugar, en el cual no tuviésemos que mirar hacia los lados antes de poder tocar nuestros labios, donde no tuviésemos que escuchar si alguien venía para decirnos que nos amábamos y donde no tuviésemos ese peso de culpa que como una sombra caía sobre nuestros hombros cada vez que esas dos palabras eran repetidas…solo queríamos estar tranquilos como todos…lejos de aquí, quizá solo lográramos aquel sueño en un departamento y así lo quisimos hacer…pero nunca pudo ser así.
El miedo siempre nos embargaba en cualquier lugar, en cualquier momento, la gente, su cargo en la política, nuestros padres, la sociedad en sí nos daba terror, no nos gustaba escuchar los comentarios de los demás que hablaban sin saber, sin conocer nuestra realidad, sin conocer nuestros sentimientos, nuestra tristeza, nuestro dolor…gente que como todas, repiten palabras que escuchan, palabras que no saben que dañan y matan poco a poco.
Nunca pudimos ser completamente felices por los demás…que triste, no poder amar porque los demás ponen barreras entre uno y otro. Nuestros ojos se cruzaban muchas veces en muchos lugares, pero solo podíamos sonreír o simplemente seguir como si nada, como dos amigos, comos dos amigos que nos queríamos mucho…demasiado, diría yo.
De seguro nada de esto les interesará, pero espero que lean hasta la última hoja. Mi alma guarda esa pequeña esperanza para que logren entender que nuestro amor no fue algo pasajero, que nuestro dolor siempre fue real y que si hicimos lo que hicimos era porque no podíamos soportar estar el uno lejos del otro, sin vernos, sin tocarnos, sin sentir el calor de esa persona a tu lado que te da tranquilidad. Porque aunque todo el mundo esté en tu contra cuando estás con él se sentía seguridad.
(Besos. Ropa. Un torso desnudo. El joven sonríe con tristeza en sus ojos
Odio mirar el reloj y darme cuenta que todos los buenos momentos ya pasaron, mi mente trae imágenes constantemente de todo lo que pasamos, de todos esos lugares que recorrimos, de todas las experiencias que aprendimos y en ese momento el corazón trae el recuerdo del amor que nos tuvimos y es ahí cuando lloro y no logro parar. Detesto saber que ya no volverán y que jamás los podré volver a realizar aunque ustedes me entendiesen.
¿Qué fue lo que les impidió entender¿Por qué nos separaron de esta manera tan cruel¿Es porque la sociedad no nos acepta?. Si era por eso nosotros pensábamos irnos a otro lugar para que no tuviesen problemas. Teníamos muchos proyectos, así como ustedes cuando se iban a casar ¿Los recuerdan?...
Sus ojos se cerraron por un momento, una nueva lágrima brotaba de sus ojos tan característicos y caía tranquila por su mejilla tomando un camino que otra lágrima anterior había dejado y a su lado podían verse muchos caminos mas. Otra sonrisa se dibujó en los labios del joven. Abrió sus ojos y miró fijamente el papel. La tinta estaba corrida
.-Diablos – Murmuró
Perdonen si la tinta está corrida, pero ante los recuerdos mis lágrimas no quieren dejar de salir, aunque intente controlarlas un nudo en la garganta me lo impide y me obliga a que las expulse. Lamentablemente esta cayó aquí, en mis recuerdos, que tal como en el papel, muchas veces solo son borrosas imágenes que logro descifrar con el tiempo y con mucha paciencia. Me temo que tendrán que utilizar mis mismos recursos para leer esa pequeña palabra.
Nunca nos preguntaron como nos conocimos, bueno la verdad jamás les importó, pero aquí les dejaré un testimonio de todo por lo que pasamos, no sé si decir que esto es una carta, porque les aseguro que se transformará mas que en una simple carta dirigida a nuestros padres, en un relato que se encuentra lleno de amor, felicidad como de odio y tristezas.
Es horrible cuando estos sentimientos se encuentran, todos habitan en mi, pero cuando comienzan a discutir y entablan una guerra, el dolor se vuelve insoportable. Todos mueren y reviven. Todo comienza otra vez.
El principio…es difícil volver al pasado, desearía no hacerlo, pero es necesario aunque duela…
23 De Agosto 1999
Un gran avión llegaba desde una lejana tierra con 4 pasajeros abordo. Planeaba sobre el cielo con gracia dándole a aquel cuadro un toque distinto al de cualquier día, se veía como un gran pájaro que a grandes velocidades rompía el viento y se abría paso entre nubes y el vacío.
Un joven miraba por la ventana ya acostumbrado a la misma vista, sin embargo cada vez se impresionaba más, pues todos los viajes le daban distintas miradas de un mismo mundo y se impresionaba que, aunque subiera mucho en altura, el cielo siempre se encontraba por sobre él. Sonrió. Una niña algo menor que él había pasado corriendo por delante de sus narices y se había devuelto solo para darle un pequeño beso en su mejilla con unos ojos juguetones llenos de amor y alegría. Amaba a esa mujer. A su hermana.
Escuchó los gritos de su madre que le decían que se calmara, pero nada podía hacer que se detuviera en ese momento, siempre le había gustado correr por el avión minutos antes de comenzar a descender, lo hacía desde pequeña y ya tenía 17 años. Era una joven hermosa, de ojos azules como el cielo, profundos que caracterizaban por su brillo de ingenuidad y sencillez, su piel de tono mas bien blanco contrarrestaban con sus rosadas mejillas que daban la impresión de que ante todo estuviese sonrojada y unos finos labios que siempre tenían una sonrisa para dar alegrías hasta al mas infeliz del planeta, su cuerpo era agraciado dándole un aspecto de delicadez que Shuichi no dudaba en cuidar. Era muy celoso con ella.
Él por el contrario tenía su cabello de un tono rosa extraño, mientras que sus ojos fucsias, le daban un aspecto de tranquilidad a su rostro que pocas veces era capaz de demostrar, su piel mas tostada que su hermana pero no mucho mas oscura le daban un toque de profundidad a sus ojos al igual que a la chica, pero en ellos encerraba un gran anhelo: ser amado.
Descubrir quien era, era otra de sus grandes interrogantes, muchas dudas viajaban por su corazón y mente y entre tanto viaje el avión se había convertido en un gran compañero para pensar, sus ideas podían ir tranquilas de un lado a otro en su mente y llegar a un punto en común sin que nadie molestase, sin que nadie lo interrumpiera para comer, bañarse o estudiar, allí, simplemente era él.
Un grupo de nubes gordas y anchas pasaron por su lado de manera fugaz y se dio cuenta que su hermana ya no corría de un lado hacia a otro, estaba sentada, tranquila, le dirigió una mirada rápida y le sonrió, Shuichi devolvió el gesto de su amada hermana. En aquel momento comprendió que comenzaban a descender y la voz del piloto anunciaba lo que su mente dedujo al ver a su hermana quieta. Eso era algo que él jamás logró comprender: cómo su hermana sabía en que momento descenderían.
Un pequeño golpe y ya estaban en tierra, era la peor parte del viaje para Shuichi, le desagradaba tener que acompañar a su padre en este tipo de trámites tan aburridos, separado de sus amigos, con gente que no conocía y que solo sabía hablar de política y dinero. Sí, el padre de Shuichi el Sr. Akita Uchiha era el Presidente de Japón, una de las dos mayores potencias mundiales.
La puerta se abrió y su padre y madre descendieron del avión, su hermana les siguió el paso y por último él, con un gran suspiro comenzó a avanzar también. Al asomarse a la puerta sus ojos se abrieron ante tanto resguardo policial, sabía que la prensa siempre se encontraba en el mismo lugar que ellos, pero ¿La policía?, claro, como no, lo olvidaba, en Estados Unidos las cosas eran muy distintas, se juntarían los presidentes de las dos potencias mas grandes y claro, nada podía ocurrirle a ninguno de los dos ni a sus familias.
Ante millones de micrófonos y preguntas de los periodistas, los policías les abrieron paso y los hicieron entrar en un auto grande y negro, con vidrios que tampoco dejaban ver su contenido. Shuichi se sentó en uno de ellos junto a su hermana, su padre y madre iban en el de adelante, y muchos otros autos iguales iban entre ellos, por delante y por detrás, así, cualquier cosa, no sabrían en que auto iban el primer mandatario, su esposa y sus hijos.
Shuichi ahogó un largo suspiro y apoyando su cabeza en una de sus manos, sus ojos se dirijeron al cielo nuevamente, que ahora veía desde abajo y luego se pasaron a la tierra, buscando algún edificio interesante para mirar.
.- Sé que esto no te gusta –dijo una voz suave que lo sacó de sus pensamientos- a mi tampoco, pero onegai, no pongas esa cara de tristeza…
.- ¿Cara..de..tristeza? –repitió el joven pestañeando rápidamente sin entender-
.- Sí, durante todo el viaje te he notado con esos ojos llenos de amargura, onegai no me gusta verte asi onii-chan…-la joven acarició con la palma de su mano la mejilla del joven y este sonrió ante el cálido contacto y cambiando sus ojos que adquirieron un brillo de alegría que aún se encontraba en peligro de extinguirse, asintió.
Los autos se detuvieron mas pronto de lo que él pensó, abrieron sus puertas y pudieron bajar, hacía un calor insoportable, pero por cosas de protocolo debía estar con camisa y una chaqueta negra, para hacer peor las cosas.
Los hicieron pasar a la conocida casa blanca, en donde los esperarían el primer mandatario junto a su familia. Se juntarían para decidir y hablar sobre un tratado, las primeras damas verían que hacer al juntarse, mientras los hijos…bueno…cada uno por su lado.
Jamás pensé que ese encuentro sería el mejor de mi vida, y les estuve agradecido por mucho tiempo, a pesar que nunca se los dije por miedo a preguntas que yo no deseaba escuchar, ni responder. Puedo decir, que ese momento ha sido uno de los dos mas felices de mi vida¿El primero? Se preguntarán: el nacimiento de Yume, mi hermana.
Después de esperar unos momentos a que el Sr. Michael London llegara, en ese momento comenzó todo. En ese momento comenzó mi felicidad y mi peor desgracia.
Un gran salón, adornado como muchas de las casas presidenciales que había visitado junto a su padre, algunos cuadros, un par de sillones que tenían sus bordes de oro y estaban cubiertos por una suave tela de terciopelo rojo mas bien oscuro, como la sangre, que contrastaba con las paredes completamente blancas y sus cortinas del mismo tono que los asientos. Producía mucha paz aquel lugar, era tranquilo y silencioso, a Shuichi le gustaba, tenía una gran ventana y un balcón.
.- " A pesar de ser el lugar donde trabaja gente corrupta el lugar no tiene esa sensación de molestia que me causan otros lugares" –pensó el chico mientras miraba a través de la ventana preguntándose como era la vida de un joven de su edad normal. Sus labios soltaron un leve suspiro mientras sus ojos fucsias buscaban algo interesante que mirar.
Los pensamientos de Shuichi vacilaban entre mil cosa: sus amigos que había dejado en Japón, su niñez, su adolescencia, su actualidad y se preguntaba cuando se detendría esta vida que hace un par de años llevaba desde que era presidente, en ocasiones le fastidiaba tener que acompañarlo a la mayor parte de los viajes, debía estudiar con profesor particular y casi nunca podía estar con sus viejos amigos. El mejor de ellos se llamaba Hiro, un joven mas alto que Shuichi y de cabellos café rojizos, sin duda era un apoyo fundamental para el chico, en muchas ocasiones lo había ayudado cuando se sentía abatido por la gente que trabajaba con su padre o por la gente que debía visitar, los problemas y su ausencia en la familia, las fiestas que debía pasar solo con su hermana frente a una escolta y los pocos permisos que poseía "por su seguridad" como siempre le decían.
Estaba harto de no poder hacer lo que deseaba sin que alguien lo estuviese vigilando, su hermana normalmente intentaba aconsejarlo, pero Shuichi no servía para estar encerrado entre cuatro paredes a él le gustaba la libertad y la tranquilidad, odiaba la política, al contrario de su padre y eso le trajo muchas discusiones y problemas a lo largo de toda su adolescencia.
En el momento en el que el joven de rosados cabellos se encontraba inmiscuido en sus más profundos sentimientos y pensamientos, la gran puerta blanca se abrió por fin y entró el Presidente de Estados Unidos junto a su esposa y a sus tres hijos a quienes presentó cordialmente.
El presidente de Estados Unidos era un hombre de unos 50 años, de azules ojos y cabello y barba blanca como la nieve, pero en sus ojos podía denotarse su frialdad y su deseo de poder y dinero. Eso a Yume no le hizo mucha gracia.
La mujer del presidente era un poco mas baja e iba vestida con un traje de dos piezas muy elegante, se notaba que era una tela fina e importada, llevaba su cabello de tono café chocolate tomado en un tomate y un maquillaje que daba mas color aún a su tez ya morena. En los ojos de esta mujer se veía también esa ansia de poder, pero tenía un brillo de simpatía que los ojos del presidente no poseía.
Sus hijos eran dos hombres y una mujer. Uno de los jóvenes que se veía era el menor, tenía sus ojos de un tono negro profundo como la noche y su cabello de igual color, la chica que se veía era la mayor, tenía su cabello largo hasta su cintura, café mas claro que el de su madre y unos ojos azules como el mar que daban tranquilidad y confianza, por último, el otro joven tenía sus cabellos y ojos de igual tonalidad, como la miel, sus ojos en cambio (notó Yume) representaban desconfianza y se notaban fríos como el hielo, pero detrás de ese hielo supo que se escondía el miedo.
.- Buenas tardes Señor Minamino, ha sido agradable su vuelo? –inquirió el Sr. London al Sr. Fujitaka-
.- SI señor, ha sido un buen vuelo, gracias por preguntar –estrechó la mano del presidente de una de las mayores potencias mundiales intentando ser fraternal, aunque en sus voces se distinguía como siempre ese dejo de frialdad política que hay en la mayoría de los gobernantes que desean ganar dinero, poder y fama, ese tono de voz que indica que esa frase es solo por cortesía, una cortesía sin sentido y sin trasfondo mas que palabras dichas al aire, que se pierden al llegar a los oídos de quien responde de la misma manera.- Estos son mis hijos, Yume y Shuichi y mi esposa Kahito –presentó el Sr. Fujitaka. Yume y Kahito hicieron una pequeña reverencia, pero en aquel momento el Sr. Fujitaka se dio cuenta que su hijo mayor no se encontraba haciendo lo que debía, se dio media vuelta y se quedó mirando con un dejo de molestia al joven- Shuichi! –dijo con tono de severidad. El joven dio media vuelta y se asombró al ver a esas personas frente a él mirándolo de manera extraña, por decirlo menos, no supo en que momento entraron, ni siquiera había escuchado esas cordiales frases de bienvenida que se repetían en todos los países al llegar.
.- L..Lo siento mucho!...Buenas Tardes –dijo con aire despistado el joven quien hizo una pequeña reverencia que fue respondida con un movimiento de cabeza por parte de la otra familia quien también se presentó como era debido.
.- Este es mi hijo menor Tatsuha –sonrió de manera simpática e hizo una reverencia- mi hija del medio Mika –la joven sonrió e hizo una reverencia al igual que su hermano- mi hijo mayor Yuki – el joven tenía sus ojos puestos en Shuichi y no se molestó en hacer ningún gesto de cortesía mas que quitar sus ojos del chico- y mi esposa Nicole.
Debidamente todos presentados los primeros mandatarios se fueron a otro salón para discutir el tema de su acuerdo que luego debían presentar ante la prensa. Las esposas de los gobernantes comenzaron a entablar una animada conversación a la que ingresaron Yume y Mika, pero sus madres les pidieron que se retiraran luego de unos momentos, las chicas algo decepcionadas asintieron y salieron del lugar conversando con gran simpatía. Tatsuha tomó de la ropa a su hermano y se lo llevó de la habitación y Shuichi quedó como petrificado en el lugar en el que estaba desde un principio sin poder quitar de su mente la imagen de aquel joven que respondía al nombre de Yuki, sus ojos mirándolo, desnudándolo completamente, sintió como si aquel sujeto supiera todo sobre él, hasta su más íntimo secreto y agradeció a Tatsuha que se lo hubiese llevado del lugar, unos segundos mas y el corazón de Shuichi hubiese dado una orden que no era prudente.
Sus latidos cada vez iban mas rápidos y sus mejillas estaban completamente sonrojadas, no comprendió porqué se sentía así, supuso que era por el hecho de que jamás nadie lo había mirado con tanta frialdad, sí, eso era, pero esos ojos…
.- Shuichi, retírate porfavor y recuerda que a las 10 es la cena en el salón principal –dijo su madre apresurando al joven a que saliera de la habitación. Él salió a pasos rápidos de esa habitación que en un principio le pareció tan sobrecogedora. Al salir, se encontró con un lago pasillo y una gran ventana, miró el cielo azul y suspiró.
.-" Que me pasó…ese tipo…pero qué estupideces estoy pensando, solo es mi mente que imagina cosas…" –dicho esto para sí mismo, continuó caminando sin rumbo.
En aquel momento no supe distinguir mis sentimientos. Pero desde ese momento comencé a amar a Yuki.
Que tal jeje...ahí ta el primer capi n.n...estaré esperando sus comentarios a ver que les pareció...arigato a todos por leer!...
2° capítulo:Nerviosismo….Miedos...
Nos vemos en el próx. capi!...Arigato por leer! Ja ne! nOn
