Me he animado a colgar este fic que tengo por casa de Inuyasha. No he visto muchos fics de Kôuga (con lo que a mi me gusta este lobito jijiji) así que he escrito una historia con el como protagonista. Por supuesto es un Kôuga/Kagome, pero al principio no aparece puesto que hay que ambientar la historia... Weno, no me queda na mas que decir que los personajes no me pertenecen (aunque Kôga...) y que no hago esto con ánimo de lucro... Ya sin mas charlas, el primer capitulo


El Dueño de mi Corazón



Capítulo 1

Amanece un día cualquiera en el Sengoku y nuestro grupo se encuentra en el campamento que la noche anterior habían preparado. Estaban siguiendo unas pistas sobre Naraku que habían escuchado en la aldea de Kaede. No habían progresado mucho en la semana que llevaban, así que esa noche hicieron campamento junto a un frondoso bosque. Sango se encontraba cerca de las cenizas de lo que fue una hoguera, con Kirara, la gatita mágica, acurrucada junto a ella. Miroku estaba apoyado contra un árbol y con su báculo entre los brazos, listo para ser usado si fuera necesario. Kagome se encontraba en su saco de dormir, con Shippo abrazado a ella. El pequeño kitsune rodeaba con su manita la cintura de su "mamá" adoptiva y nuestro hanyou dormía en la rama de un árbol cercano con Tetsusaiga afianzada entre sus brazos.

El sol despuntaba por el horizonte y el grupo despertaba de su sueño. El primero en hacerlo fue Inuyasha, que se quedó observando a Kagome mientras dormía. Le gustaba verla dormir, además de que así ella no se daba cuenta de que el hanyou la observaba. Cuando se dio cuenta de que Shippo rodeaba la cintura de Kagome pensó 'Ojala fuera yo el que durmiera con Kagome. Un momento, pero que estoy pensando? Miroku me esta influyendo, debo dejar de hablar con el por las noches. Además, yo ya he tomado mi decisión y debo cumplirla'. La mirada de Inuyasha se entristeció por un momento, pero una sonrisa acudió a sus labios al presenciar la escena que ya se había vuelto algo normal en el día a día del grupo. Miroku despertó de su sueño y se quedo viendo a Sango con una sonrisa tierna en los labios. La Taijiya estaba profundamente dormida, su pelo azabache le caía sobre los hombros y su respiración era suave y pausada. Al monje se le puso cara de pillo y, sin hacer ruido, se acercó a la matademonios. Miroku puso su mano en su "lugar favorito" y en cuanto sintió el roce de la mano del monje, Sango se levantó de un salto con la mirada encendida. Cogió su Hiraikotsu y le pegó un buen golpe en la cabeza.

- Monje pervertido, usted nunca aprenderá a mantener las manos quietas, verdad? – Sango estaba echa una furia

- Ay Sanguito, sabes que no lo puedo evitar. Mi mano está maldita y tiene voluntad propia…… - Miroku se acariciaba donde le había pegado Sango - pegas muy fuerte sabias?

- Y mas fuerte que voy a pegar como siga así, Excelencia – repuso la matademonios con una mirada de advertencia

- Recibiré esos golpes con gusto si provienen de ti, mi querida Sango – murmuró el monje sin que nadie pudiera escucharlo.

Inuyasha miraba divertido la escena. Los gritos de la pareja habían despertado a Kagome y a Shippo, que se frotaban los ojos adormilados.

- Que es lo que pasa? – pregunto el kitsune medio dormido.

- Nada Shippo, lo de siempre, Miroku que pone la mano donde no debe - respondió Kagome con una sonrisa.

Inuyasha bajó del árbol y dio los buenos días al grupo

- Kagome, tengo hambre... – al hanyou le sonaban las tripas.

- Como no… - pensó la miko - Shippo, puedes ir a buscar leña con Miroku para encender un fuego?

- Por supuesto. Me acompañas Miroku?

- Vamos – el monje todavía se frotaba la zona golpeada por Sango con una sonrisa. Se marchó con Shippo a por la leña.

- Inuyasha, tu podrías ir a cazar algo para acompañar la sopa que sobró anoche? – pidió Kagome.

- De acuerdo. Sango, puede venir Kirara? – respondió el hanyou acariciando a Kirara.

- Claro q si. Kirara ve con Inuyasha. Y nosotras, Kagome, recogeremos el campamento y empezaremos a preparar el desayuno.

- De acuerdo amiga.

Inuyasha y Kirara se van a cazar, Kirara transformada en su forma de gato de lucha. Para cuando volvieron Shippo y Miroku con la leña, las chicas ya tenían en orden el campamento. Inuyasha y Kirara volvieron a la media hora con unas cuantas piezas de caza, con lo que las chicas terminaron el desayuno. Mientras desayunaban…

- Kagome, Sango, he visto unas aguas termales cerca de aquí. Podemos darnos un baño cuando terminemos de desayunar? Porfiii… - suplicaba Shippo

- Me parece buena idea. A ti no Sango? – respondió Kagome dedicándole una sonrisa al kitsune

- Por supuesto, ya hace tiempo que no nos relajamos un poco (mirando con suspicacia a Miroku) Pero no me fío de cierto monje. – Shippo se puso loco de contento y Miroku puso cara de ofendido.

- No te preocupes, Kirara puede vigilarlo, no es así Kirara? – dijo Kagome divertida acariciando la cabeza de la gatita. Kirara gruñó en señal de respuesta y se transformó en su forma de lucha, dispuesta a vigilar a Miroku.

- Me parece que eso quiere decir que si jajaja – repuso Sango riéndose. Kagome e Inuyasha también rompieron a reír, mientras que una gota estilo anime caía por la cabeza del monje, al tiempo que pensaba 'porque a mi'.

- Bueno, cuando volvamos espero que tengan todo listo para partir a la aldea de Kaede. – comentó Kagome.

- Otra vez vamos a la aldea? Si fuimos hace una semana… Keh! Así no vamos a reunir los fragmentos de la perla ni en 10 años – refunfuñaba nuestro hanyou.

- Pero es que tengo que regresar a mi época a por provisiones, medicinas y otras cosas que necesito aquí. Además, tengo que presentarme a unos exámenes muy importantes para mi… - repuso Kagome, empezándose a enfadar con Inuyasha. Cada vez era la misma historia, Inuyasha no quería que Kagome fuera a su época – Cuando tu te vas con Kikyô yo no te discuto nada. Así que estamos a mano.

- Eso no es lo mismo, yo regreso en el mismo día, mientras que tu te tiras en tu época mas de dos días. – refunfuñaba Inuyasha

- Eso es porque tengo que estudiar y los exámenes no duran un día nada mas…

- Sigo pensando que no es lo mismo…

- No, lo tuyo es peor porque tu eres imprescindible al grupo por tu fuerza. Yo no puedo hacer mucho en el combate cuerpo a cuerpo; Y si atacara Naraku mientras tu estas con ese cadáver? – repuso Kagome

- No te permito que hables así de Kikyô! – Inuyasha uso un tono de voz mas alto del que hubiera deseado

- Tu me permites lo que me da la gana, además, eso es lo que es! O si no ya no vuelvo mas ya que no me necesitas! Ella puede hacer lo que yo hago y yo ya no haría falta aquí! Y no lo sentiría por ti sino por todos los amigos que no volvería a ver! – Kagome tenia los ojos vidriosos por culpa de las lágrimas que pugnaban por salir.

- No será por ese lobo sarnoso?

- Ya me hartaste! Inuyasha, OSUWARIIIIIIIII! – el conjuro hizo su efecto e Inuyasha automáticamente se estampó de cara contra el suelo. Los demás observaban la discusión con una cara como diciendo "eso es lo mas normal del mundo para ellos" y una gota en la cabeza. Kagome se alejó toda roja de rabia y con lágrimas cayendo silenciosas por su rostro hacia su mochila para sacar las cosas que necesitarían para bañarse.

Después de esta "pequeña discusión", que acabó con un sonoro "Keh!" por parte de Inuyasha una vez se hubo levantado del suelo, las chicas se fueron a bañar. Cogieron las toallas, el gel y el champú que habia llevado Kagome y se fueron a las aguas termales guiadas por Shippo. El kitsune y Sango no sabían lo que era eso, así que Kagome les tuvo que explicar como se usaban. Les enseñó que el gel era para limpiarse el cuerpo y el champú para lavarse el pelo. Enseñó a Shippo a lavarse solito y el kitsune estaba muy contento de que su "mamá" le dijera que lo hacía muy bien para ser la primera vez. Shippo jugaba en el agua con una pelota hinchable que Kagome le había traído de su época y el pequeño kitsune se lo estaba pasando en grande. También jugaba con la espuma que hacia el gel y se hacía muñequitos en la cabeza con la espuma del champú. Las chicas se reían con ganas viendo divertirse a Shippo, al fin y al cabo, solo era un niño. Kagome lo miraba como mira una madre a su hijo. Le había cogido un cariño muy grande en el tiempo que llevaban juntos y le dolería separarse de el cuando derrotaran a Naraku y completaran la perla. Pero lo que mas le dolía era Inuyasha. Ella había estado a su lado en los peores momentos, pero el ya había elegido y ella tendría que respetar esa situación, aunque le doliera en el alma. Sango vio la tristeza impresa en el rostro de la miko y, aprovechando que Shippo ya se había ido a jugar con Kirara y los chicos, se dispuso a averiguar que era lo que le pasaba a su amiga. No, para la matademonios Kagome era mas que una amiga, era su hermana, la que le daba fuerzas cada vez que flaqueaba al sentirse sola. Si ella podía ayudar a que Kagome se desahogara y se sintiera mejor, lo haría.

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Rakna