Método científico
Prologo
Llevaba una semana un poco atemorizado por la actitud de Huesos, no creía verdad que estuviera ocurriendo algo así. Ella sabía que era un hombre un tanto puritano, por lo cual los últimos acontecimientos, pese a ser bastante placenteros, lo dejaban marcando ocupado y esta vez, no era la excepción – Vamos Huesos, dime que esto no es necesario y que solo es un juego, macabro, pero juego al fin – la mujer lo observó de reojo
– No Booth, no es un juego – Tragó en seco y comenzó a recordar cuando había comenzado esto.
Dos semanas atrás
-Vamos Booth, reconoce que eres uno de nosotros – El agente suspiró resignado, en la escuela no era un genio, la ciencia jamás fue su fuerte, fue becado para estudiar sólo por su desempeño en el futbol americano y sus sobresalientes notas en física, tenía que reconocer que era algo que le gustaba de sobremanera, aunque en su mundo de deportes, era algo no aceptado
– No puedo reconocer algo que no es, chico bicho – Jack lo observó con cara de jolgorio, y se dio la vuelta con las muestras que estaba procesando en la licuadora, para saber con qué se había intoxicado la victima que estaba en la sala de autopsias
– Haré que reconozcas que eres un cerebrin Booth, eso lo haré – abrió sus ojos y Booth sudó frio, retrocediendo, chocando con una mesa, que a su vez lanzó un par de instrumentos, que fueron a dar a una maquina experimental, que comenzó a funcionar, golpeando al entomólogo en la espalda y lanzando la evidencia sobre el agente
– Maldición! – tomó el aroma y las náuseas se apoderaron del - ¿Qué Diablos es esto? – Jack no quiso responder, veía en la cara del agente furia
– No querrás saberlo, déjame recuperar la evidencia – se arrodilló frente a él y comenzó su tarea
– Booth, tienes un momen…? – las palabras murieron en la boca de la antropóloga que ingresaba al laboratorio, observó ecuánime desde donde se encontraba, su cara palideció, pero su rostro no cambio de expresión, se dio la vuelta y salió en silencio
- ¿Qué fue eso Booth? – El agente no lo sabía, pero dejó de pensar en ello cuando sintió las manos del científico correr por sus piernas
- ¿Qué haces? – Levantó la cabeza al nivel del muslo y respondió – Recuperando evidencia, físico frustrado.
El problema partió ahí, cuando fue a ver a Huesos, ella se había retirado a su casa, alegando a Cam, que se había descompensado y necesita un par de horas de la tarde para recomponerse
– Lo siento Booth, tendrás que ir a su casa, si quieres verla – y lo haría, Huesos se lo merecía iría después del trabajo.
Al llegar a su departamento, tocó un par de veces la puerta y nadie respondió
– Vamos Huesos donde estas? – nuevamente tocó el pórtico con insistencia, una anciana abrió la puerta contigua
– Temperance, llegó hace un par de horas, en evidente estado de ebriedad… Parece que un mal de amores se apoderó de ella – La mujer cerró la puerta y él se quedó pensando unos minutos, ¿Qué podría haberle ocurrido a Huesos, para embriagarse?.
Sujetó la manilla de la puerta y se encontró con que esta, estaba sin cerrar, se apresuró a sacar su arma y a entrar sigilosamente, una sombra se encontraba en el sofá, unos ojos color turquesa se posaron en él y sintió que el mundo se venía abajo, Huesos estaba ahí observándolo, una sonrisa tenebrosa se dibujaba en su cara y luego, lo más extraño una enorme carcajada salía de su boca, mientras lo observaba y luego esa risa, se convirtió en llanto, llanto que no cesó hasta que ella quedó dormida en sus brazos, al día siguiente no quiso preguntar. Pero presumió que todo estaba nuevamente en su lugar, aunque desde ahí comenzaron las extrañas situaciones como la de hoy.
