Silencio.

Un silencio tan pesado que podía hacerse insoportable, que sin embargo era opacado por la animosa charla entre dos superpotencias que parecían totalmente ajenas a las miradas de todo tipo que los rodeaban; algunas curiosas, otras aterradas, otras simplemente inexpresivas, algunas molestas y otras confundidas.

Removió su cabello rubio irritado, no lo entendía para nada, conocía a Alfred desde prácticamente que nació, conocía sus sentimientos y conocía sus intenciones, pero aun así no encontraba lógica a su aparente y repentina amistad con lo que fue durante décadas su némesis por excelencia.

¿Acaso había hecho algo mal?

Claro que estaba aterrado, Gran Bretaña junto a otras potencias serían directamente impactados por la relación entre ambos países y el como su representante tenía que encargarse de evitar que los países más pequeños o que no estaban desarrollados por completo recibieran el impacto de esta extraña relación.

Miró al de gafas, ¿Qué sería lo que estaría pasando por la mente del estadounidense?

Comenzó a golpear su lápiz ansiosamente la hoja que estaba sobre la mesa y penetró con la mirada al de ojos cielo.

-Si sólo te limitas a mirarlos no sabrás que pasa realmente- el rubio miró con cara de molestia al francés a su lado mientras tomaba un sorbo de su copa.

-¿Sabes que no puedes traer ningún tipo de alcohol a las sedes de la ONU verdad?- dijo el británico mirando con fastidio a Francis, este se limitó a reír.

-Eso pasa por gente tan económica como tú- Arthur apretó los dientes.

-Shut up you bloody hit!- Francis rio nuevamente e ignoró el insulto del británico.

-Ya hablando en serio ¿no te parece rara la relación entre Iván y nuestro pequeño Alfie?- Inglaterra suspiró y se limitó a apoyar su mentón sobre su mano derecha, no estaba de humor como para pelear con el francés.

-¿Acaso no lo ves? ¿O el vino está comenzando a afectarte el cerebro?- Francia frunció el ceño.

-¡Rayos es por eso que estás completamente solo!- a pesar que tenía la tentación de iniciar una de sus peleas se resignó.

- Por supuesto que me preocupo por el idiota- el francés lo miró travieso y el británico midió el calibre de sus palabras.

-¡P-POR SUPUESTO QUE ES POR MI SITUACIÓN ECONÓMICA IDIOTA!- Claro, su orgullo va primero.

-Ah…claro que eres un tsundere-

-¿Tsun?- preguntó confundido Arthur.

-No es nada- dijo el francés y miró a las superpotencias.

-Claro que desde que ganó Trump, Alfred ha estado completamente raro- añadió Francis.

-Es obvio, Trump es completamente distinto a Obama y ahora está privado de muchas más cosas- Añadió Arthur, a pesar de que las ciudades estaban a favor de Hillary, la población rural estuvo a favor de Trump, y a pesar que el éxito de Hillary estaba asegurado las cosas se dieron vuelta a último momento. Según el testimonio de Matthew, Alfred casi lloró cuando ganó el multimillonario y se aferró a su ahora ex presidente rogándole que no se fuera, que sin él no sería nada.

Y ahora gracias a la controvertida relación que habían formado Trump y Putin, el miedo de que se iniciara la tercera guerra mundial, principalmente si con esta extraña alianza se decidieran de meter las narices en el medio oriente (o por lo menos más de lo que ya estaban metidos) era muy grande.

-Hey América, ¿Qué tal si vamos a tomar después de la reunión?- el francés casi escupe su vino y el británico vomitó sangre, esto era peligroso.

-Of course dude!-

-DUDE!?- fue lo que pensaron al mismo tiempo ambos rubios volviéndose pálidos.

Siguieron risas por parte de ambos países, mientras los que en su momento fueron los ejemplos a seguir del "pequeño Al" morían internamente, aunque la sangre que salía por la boca de Arthur era tres veces más que la que vomitaba en el cumpleaños del problemático rubio.

-Arthur…- dijo la voz temblorosa de su "amienemigo".

Antes de que el otro pudiera responder, Francis junto a una expresión de muerte interna tomó los hombros del británico.

-Odio tener que hacer alianzas contigo pero, tenemos que vigilar que no salga de control- Arthur asintió, en definitiva odiaba ser equipo con Francis pero no tenía opción, si no quería que Alfred terminara en el lado oscuro bebiendo vodka en Siberia en una cabaña en mitad de un bosque con Iván quizás haciendo que cosas; porque sí; temía que el ruso pudiera hacerle algo, aunque Alfred ya estaba bastante grande como para defenderse solo, aun tenía su instinto de mamá Bretaña. Al igual que Francis tenía el instinto fraternal con Alfred y Matthew y ambos sabían que Rusia era peligroso y que podía ser doble cara con el americano.

La reunión dio por finalizada y todas las naciones salieron del salón.

A punto vieron que ambas naciones salían del salón, los ojos azules y los verdes de los europeos se cruzaron decididos y partieron tras Alfred e Iván.

Llegaron a un pequeño bar en la ciudad de Nueva York, cosa que era ventajosa para los "espías" que se dirigieron inmediatamente a esconderse tras el muro donde se ubicaba el pasillo que llevaba a los baños cercanos a las naciones, les dejaban ver las espaldas y estaban lo suficientemente cerca como para escuchar con claridad lo que conversaban.

-Bien frog atento a cada detalle-

-Por supuesto cejotas, a eso vinimos y no se te ocurra tomar ninguna gota de alcohol-

-Y a ti intentar coquetear con alguien-

-Oh mon amour es inevitable gracias a las feromonas que exudo- Antes que Arthur pudiera reclamar una voz femenina los hizo callar.

-Cállense o les parto la puta cara- Y allí en frente de los europeos estaba ella, de piel blanca, cabello platinado y completamente lacio hasta la cintura con una cinta sobre el mismo de color blanco, junto a un corto vestido negro y tacones del mismo color, claro no podría andar con un vestido con delantal en un bar de Estados Unidos y si quería disimular tendría que modificar su atuendo.

-No es bueno para una carita tan linda como la tuya tirar blasfemias como esas amour- la bielorrusa lo miró con asco, ella sólo quería saber que estaba haciendo el maldito del norteamericano metido con el ruso nuevamente, no quería que nadie se metiera entre el "amor" que tenían ella y su hermano mayor.

-Tú cállate- dijo ella de forma arisca.

-Eeeh…será posible que tú también estés aquí para…-

-Controlar que el capitalista no se pase de la raya con mi preciado hermano mayor- dijo Belarus tajante, suponía que una mano más no les caería mal.

Media hora en la cual ninguno de los tres despegó la mirada del par y no hablaban nada de su relación, Francis tuvo que controlar al británico que no saliera a golpear al "mocoso malagradecido" cuando lanzó un comentario sobre su sobreprotección hacia a él y ambos a agarrar a bielorrusa para que no asesinara a Alfred por darle un empujón amigable al ruso.

El rubio de cabello atado suspiró y se sentó agotado.

-¡No estamos consiguiendo nada con quedarnos aquí mirando como hablan sobre estupideces!-

-Estúpido baja la voz o nos escucharán- lo regañó Inglaterra, Francia se paró y como un niño amurrado estaba decidido a marcharse, sin embargo la bielorrusa llamó a atención de ambos.

-Alf me gustaría decirte algo…- el trío los miró expectantes sin pestañear siquiera.

-¿Qué pasa Vanya?- los rubios tuvieron que agarrar a la chica que amenazaba con ir a matar al rubio.

-Tú…eres bastante lindo- dijo Iván con una sonrisa apenada y las mejillas un poco rosa. Alfred únicamente lo miró con sus ojos abiertos como platos y el bourbon a medio beber sobre la mesa. Los otros tres estaban igual de impactados que el del mechón, sin embargo Alfred pareció salir de su trance y su rostro tomó un ligero color rosa, algo extremadamente raro de ver en el rubio.

-Ja…jajaja- la risa nerviosa del muchacho que se notaba que intentaba hacer algo para ocultar su rostro levemente sonrojado.

-Así que es del tipo que es malo con los halagos de este tipo- pensaron los cuatro al unísono.

-Gracias…i guess- dijo el rubio rascándose la nuca.

"¡QUE CLASE DE REACCIÓN ES ESA!" pensaron el trío y Belarus estaba a punto de salir y matar al norteamericano pero Francis la tenía con fuerza y le tapaba la boca mientras que Inglaterra un poco apenado bajaba sus manos al muslo de la bielorrusa y confiscaba las cuchillas de la de cabellera lisa. Cualquiera que los vea llamaría sin duda a la policía y los denunciaría por acoso sexual e intento de violación.

-Kufufu, tus reacciones son divertidas pequeño América- dijo el ruso moviendo el cabello del americano. América soltó una especie de insulto y tomó de su trago.

-Creo que podría volverme adicta a ellas- dijo más bien para sí mismo.

-Well dude creo que iré al baño-

El trio estaba tan concentrado en intentar controlar a Natalia que para cuando se dieron cuenta el gringo estaba con una cara inexpresiva viendo la comprometedora escena de Francis con una mano apretando a la chica de la cintura atrayéndola a su cuerpo y una mano en su boca mientras el británico tenía las manos en los muslos de la chica. Hubo un incómodo silencio en el que nadie decía nada y con caras inexpresivas. Sin decir nada el estadounidense tomó su celular y lo guió a su oreja.

-Quería reportar acoso sexu—

-¡LO PODEMOS EXPLICAR!- gritaron los dos rubios mientras soltaban a la de cabello platinado que no tenía ninguna expresión en particular.

Después de 15 minutos de los que Alfred miraba con cara desaprobadora a los europeos, Belarus no paraba de abrazar a su hermano diciendo cuanto lo amaba.

Alfred suspiró frustrado y se quitó las gafas metiéndolas en uno de sus bolsillos, dándole un aspecto mucho más jovial del que ya tenía.

-Ya que están aquí ¿Por qué no se unen a nosotros?- el trío miró al chico.

De todas formas ¿Qué podría salir mal?

.

.

.

Nueve en punto de la mañana, el olor a alcohol en su habitación se hace casi insoportable.

Mira a su alrededor, en su lado derecho está la delgada figura de la bielorrusa y a su izquierda el ruso, los tres tapados hasta arriba.

Su rostro palideció ¡¿Qué MIERDA HABÍA PASADO?!

En un estado de pánico decidió controlarse y tragar saliva, si despertaba a uno de los dos las cosas se pondrían peores, levantó las blancas sábanas y pudo ver que a excepción de que su pantalón y algunos botones de su camisa estaban desabrochados estaba completo, miró a la chica y también estaba completa, su cinta en el cabello desarreglada y una de sus piernas enredada en una de las de el mismo, la única diferencia es que llevaba una de sus sudaderas que le había prestado la noche anterior para que no se sintiera incómoda con el vestido que llevaba. Suspiró y miró al ruso que estaba completo a excepción de su abrigo.

Se tiró hacia atrás y suspiro aliviado, por poco le da un ataque por pensar que se había metido en un trío con los dos hermanos. Giró su cabeza y miró a la bielorrusa que dormía plácidamente a su lado, no se imaginaba que tan ebria tenía que estar para ceder dormir con él, aunque ya habían dormido una vez tras la guerra fría pero fue porque no tenían opción.

Con cuidado de no despertar a los hermanos rusos se levantó y caminó hacia la sala donde tuvo que esquivar a un Arthur muerto en el piso y a Francis tirado en el sillón con una botella de vino al lado.

Miró al que fue su mentor en un momento de su vida y sintió pena, de todas formas fue él el que le sugirió tomar. Lo tomó sin mucha dificultad y lo recostó en una de las habitaciones de invitados.

Volvió a caminar hacia su habitación para buscar su celular para escuchar algo mientras se dignaba a limpiar el desastre que dejaron las otras naciones ¡Parecía que se había formado la tercera guerra mundial allí mismo! Miró una de sus cortinas que tenía una gigante mancha de vino y suspiraba al pensar que no tenían ni una semana desde que la había comprado. Recogió los vasos de la sala y los llevó a la cocina, haría que Arthur o Francis los lavaran.

Había limpiado más de la mitad de la casa a excepción de unos ceniceros y las bolsas de basura que quedaban por sacar cuando sintió una presencia tras de sí.

-Mornin'-

-добрае раніца (dobraje ranica)-

-¿Cómo te sientes?- preguntó Alfred, Natalia se limitó a asentir y tomó una de las bolsas de basura.

-Te ayudaré- A Alfred le sorprendió verla tan servicial, quizás era su forma de agradecer haberla invitado a dormir y no echarla a ella y su hermano a un hotel.

-Gracia—

Fue interrumpido por el sonido de alguien vomitando, si reconocía la voz y los quejidos se trataba de Arthur.

-¿Puedes ir a despertar a Francis y tu hermano?- la bielorrusa asintió y caminó en dirección a la habitación donde estaba su hermano.

Alfred suspiró y se dirigió a la cocina a terminar de lavar los vasos y copas.

A las dos horas (cuando por fin hicieron que Arthur dejara de vomitar hasta el agua) se sentaron en la mesa a tomar el desayuno que había preparado Alfred con ayuda del francés.

Fue un desayuno animado, todo iba dentro de lo que se podía llamar común, Arthur y Francis tenían sus peleas habituales en las cuales el francés criticaba la cocina del inglés uniendo a Alfred de vez en cuando.

Iván y Alfred hablaban de temas triviales riendo de vez en cuando, sin embargo la bielorrusa parecía metida en sus pensamientos mientras miraba a Iván y Alfred hablando animados, tenía que proteger a su hermano cueste lo que cueste.

-América- todos tomaron atención hacia la bielorrusa la cual con una cara inexpresiva y fría dijo las palabras que cambiarían la vida del norteamericano.

-A partir de mañana viviré contigo-

Shut up you bloody hit!: ¡Cállate maldito imbécil!

Of course dude!: Por supuesto amigo

Dude: Es como amigo/compadre/hermano

Frog: Rana

I guess: Supongo

Well dude: Bueno amigo

Mon amour: querido

Mornin': Buenos días

добрае раніца: Buenos días

Bueno ¡Hasta aquí el fic de hoy! Lamento el OoC, aún no me sé manejar con las personalidades muy bien, todo esto salió un día que estaba dibujando con las noticias encendidas y salió algo de la relación de Trump y Putin y luego…me pasé po kjshd

Este fic va dedicado a una amiga mía en el fandom, se llama MakiMinnion y ojalá pasen por su perfil porque escribe cosas hermosas 3

Ojalá les guste y recuerden nada es lo que parece.

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