16 de Agosto de 2010
Era una tarde de verano y se encontraban en la madriguera merendando mientras los niños jugaban en el jardín trasero. Los gritos de alegría de los jóvenes se escuchaban hasta dentro de la casa y Molly no podía estar más contenta.
Salió de la cocina con la jarra de té en una mano y la bandeja con las pastas, el azúcar y la leche flotando detrás. Cuando llegó al pequeño porche trasero que habían construido su sonrisa se amplió, ahí estaban sentadas en unas sillas su hija y su preciosa nuera.
-Hermione de verdad que no te lo juro-.
-Pero Gin que es imposible a ti te tuvo que hechizar est-oy segura.
-¿De qué habláis niñas? ¿Quién te ha hechizado a ti hija-?
-Nadie mamá que Hermione me ha preguntado de dónde viene el nombre de Al.-
-No, no te he preguntado más bien ¿cómo es que Albus Severus tiene ese nombre? ¿Cómo se te ocurrió permitir eso?
-La verdad es que razón no le falta, Ginny cariño, si Harry no te hechizo para convencerte no se que hizo.
-Es mi culpa..
-Por los calzones de Merlín ahora si que quiero saber la historia, ¿tú también verdad Molly?
-Claro que sí.
04 de Octubre de 2005
Harry estaba sentado en una silla, al lado de la cama de Ginny donde esta dormía. En sus brazos se encontraba el bebé recién nacido, el niño llevaba dormido desde que las enfermeras le habían traído a la habitación.
Aún no habían decidido el nombre del niño, llevaban meses discutiendo del tema así que este todavía no tenía ninguno, aunque él ya no tan joven Potter tenía una idea. En ese momento Harry escuchó un quejido proveniente de su mujer. Esta abrió los ojos y tardó un rato en hacerse a la habitación, el parto al contrario que el primero había sido rápido pero mucho más cansado.
-Gin estas despierta, toma coge a nuestro hijo, llamare a alguien para que te revise- le paso el bulto que traía en los brazos una vez se había incorporado y acomodado para cogerlo y después salió corriendo.
Después de que revisaran a Ginny y vieran que estaba todo bien decidieron irse a casa, estaban recogiendo la habitación cuando oyeron un ruido de la cuna provisional que le habían puesto al niño.
Los dos se acercaron rápidamente a la cuna, movidos por un instinto, desde el moisés el niño les observaba con un par de grandes ojos verdes y una sonrisa en la boca. Ahogando un suspiro Ginny dijo:
-Harry que tiene tus ojos- cogiendo al niño en brazos continuó- tus preciosos ojos verdes.
-Sí, casi tanto como ¿cómo era? Ah siii un sapo en escabeche ¿verdad?- El niño que sobrevivió no puedo evitar la respuesta.
Como tampoco pudo evitar la silla que Ginny le había tirado encima, la cual le golpeó empujándole y tirándolo al suelo de culo.
-¡Ay! Ginny mi cabeza- se quejó Harry mientras se incorporaba.
¡Perdón, perdón! Lo siento ha sido un impulso es que hoy no te puede reír de mí que estoy muy sensible.
-Si, claro te crees que está perdonado que me has hecho daño bruta.
-Vale vale tienes razón pero ahora llamamos a un medimago y te lo cura en un segundo ya veras como no es nada.
El medimago no tardó nada en curarlo, pero una pequeña cicatriz le iba a quedar, por eso Harry no paraba de quejarse. Por eso Ginny le prometió que haría cualquier cosa para que le perdonase.
-¿Cualquier cosa? ¿De verdad? ¿Lo prometes?
-Que sí, que sí Harry jurado ¿qué quieres?
-Vale quiero elegir el nombre de nuestro hijo, y lo has prometido así que no puedes negarte.
Así fue como salieron del hospital aquel día, con un hijo nuevo, una cicatriz para la colección y un arrepentimiento que duraría toda la vida.
Espero que os guste, es una chorrada algo que se me acaba de ocurrir al ver una foto en instagram.
Y sinceramente no creo que este muy lejos de la verdad, dudo que Ginny (o por lo menos la del libro) hubiera permitido a Harry poner ese nombre a Albus sin luchar. No lo digo solo porque Snape no le caía bien, sino por como este había tratado a Neville, su mejor amigo, en el colegio.
Gracias por leer.
