Disclaimer: Los personajes pertenecen a Yukiru Sugisaki (creo)
Engaño
Sobre aquellas montañas que flotaban sobre el inmenso y profundo océano, en el cielo podía observarse una pelea más entre dos seres alados atacándose como bestias feroces ante su presa o cazador. Uno no entendía el porque no podían dejar de pelear, porque esa manía de discutir y llevar a estas peleas que no tenían sentido hasta tal punto de querer extinguir la existencia del otro. Aunque no quería hacerlo no podía dejar que el ángel blanco se perdiera en su locura, en aquella obsesión que tenia por destruirlo; se preguntaba si de verdad iba a asesinarlo. Aún no entendía el porque Krad quería desaparecerlo de este mundo. ¿En verdad el ángel blanco lo odiaba tanto como para matarlo? La verdad es que él debería odiar más a ese ser angelical.
Sus pensamientos hicieron que se distrajera causándole el no poder esquivar el ataque del rubio que lo derribó azotándolo contra una de las lapidas de aquel cementerio destruyendo de paso varias más.
— ¿No me digas que te has vuelto más débil Dark?
— ¿Qué es lo que te sucede Krad?
—Esta vez no seremos sellados, éste ciclo en el que vivimos serás asesinado y no podrás renacer más con tu forma original ¿No es algo grandioso Dark? —Tomándole el mentón y sonriéndole de forma tan angelical con tal inocencia que solo un niño tendría.
— ¿De qué estas hablando?
—Sabes bien de lo que hablo —cambiando aquella dulce expresión por una de odio.
—No, espera…
El ángel de alas negras lo tomó por la nuca atrayéndolo hacía si tocando sus labios que contrarrestaban en color con aquella piel albina tan blanca como la nieve que caía sobre ellos. Casi tiro del otro hasta que posara sobre la nieve sus delicadas manos formando una huella en ellos agarro sus ropajes como queriéndolos arrancar, eran un tipo de barrera que no dejaba acercarse a quien tanto quería, tocar aquella piel, verla y lamerla.
Krad no devolvió el beso pero tampoco lo aparto, simplemente se quedo como una estatua, y no por que lo hubiera sorprendido o algo por el estilo, sino que simplemente no sentía nada, ni atracción ni repulsión. Cuando Dark se apartó quería ver los ojos del otro pero lo que vio lo paralizó, aquella mirada indiferente le dolía como si lanzara hielo puro a su cuerpo. Agacho la mirada dolido ante tal acto del otro no sabía como era que las cosas habían terminado así cuando antes se llevaban tan bien siendo tan unidos y apasionados; los perfectos amantes algo que nadie podía igualar pero cuando empezaba a crecer otra vez su rencor por recordar lo pasado sintió como el otro se movía encima suyo.
Krad se levanto dispuesto a marcharse por esa ocasión tenía suficiente con el dolor que el moreno tenía en su interior más allá de los golpes y heridas que le había causado, se alejaba cada vez más dejando al otro con lágrimas que no quería derramar.
— ¡Detente!
— ¿Qué es lo que quieres Dark? —Dándole la espalda, no quería ver una más de las patéticas escenas del ángel negro.
—Deja de actuar de ese modo.
— ¿Actuar? —Dark se desesperaba cuando el ángel usaba tonos irónicos y sarcásticos con él, lo conocía muy bien.
—Basta Krad ya no sigas con eso.
—Me voy.
—No te irás —agarro con fuerza su brazo, temblaba por los nervios, por la furia creciente. Su dolor — ¿Dime por qué?
— ¿Porque qué?
—Si ellos son amigos ¿Por qué nosotros no podemos serlo también?
—Porque hace 400 años lo intentamos y no resulto.
—Yo no quiero ser solo tu amigo —El rubio volteo a verlo con su fría mirada.
—No es lo que acabas de decir.
—Sabes bien a lo que me refiero —resoplando, esto era tan difícil.
— ¿Qué es lo que quieres Dark? —acercándose a sus labios peligrosamente — ¿Acaso quieres que sea tu amante?
—Te deseo tanto como tú me deseas a mi —viendo fijamente aquella dorada mirada no dejando que el otro lo intimidara, después de todo, si quería estar cerca suyo debía ser fuerte y autoritario.
— ¿Estás seguro?
—Sí.
Ambos seres alados se veían fijamente podía reflejarse el deseo que tenían por poseerse, por tener el cuerpo del otro, cubrir en aquel lugar frió ha ambos con sus alas y que no pudiera nadie penetrar aquel mundo que se empezaba a formar pero tal como todo tiene un inicio también tiene su final.
El rubio se separo de sus labios viendo como el otro intentaba acercarse nuevamente para besarlo al agarrarlo de la nuca pero lo detuvo alejándose un poco y dejando que él otro se le acercara poco a poco hasta tocar con uno de los pocos pilares que aun no se derrumbaban por el tiempo y la reciente pelea. Con una mano agarro al ángel oscuro del cuello posando la otra en su cintura, aproximándose a su rostro lo giro para que ahora recargase su pecho contra aquella piedra de mármol.
—Ah… —Gimió el ladrón cuando la blanca mano se introdujo en sus pantalones empezando a masturbarlo, jalando y moviéndose rápida y fuertemente –Kra… Krad… —El blanco ángel le aprisionaba con su torso mientras le bajaba los pantalones, escupió en su mano introduciendo un dedo preparándole para abrirse camino en los otros dos —¡Ah!
— ¿Te duele Dark? —Liberó su miembro frotándolo un poco para despertarlo y así introducirse en el otro de una sola arremetida ignorando los quejidos de su enemigo.
— ¡De… Detente!
Haciendo caso omiso embistió con fuerza haciendo que él otro colapsará al llegar al orgasmo y soltar la esencia en la mano que lo había hechizado con solo tocarlo, salió de él acomodándose sus impecables ropajes y liberando sus majestuosas alas, preparándose para irse —¡Espera Krad!
—Adiós Dark posiblemente nos volvamos a ver es lo mas seguro —acercándose a su oído —después de todo debemos ser un solo ser nuevamente, debo penetrar en tu cuerpo para fusionarnos ¿Cierto? —se alejo volando y dejando al otro arrodillado en aquel lugar que comenzaba a humedecerse por la lluvia que parecía llorar lo que él no podía mostrar.
—Sí ese es nuestro destino que tal parece no se cumplirá nunca. ¿Cuánto más llevaremos esta lucha? Tanto me odias sabiendo bien lo que sentía en ese tiempo por ti y que aun ahora sigo sintiendo lo mismo ¿Por qué me engañaste de esa manera, por qué me emocionaste? —Su furia se incremento destruyendo varias rocas de aquel acantilado, estaba furioso, los recuerdos de aquellos tiempos que vivieron como unos perfectos amantes se habían destruido sin ni siquiera una buena razón o al menos una que el conociera.
Varios días pasaron en los que Daisuke se preguntaba por la extraña actitud de Dark ni a Riku ni a Risa quería verlas, no seducía a ninguna chica y casi no hablaba con él, aun no entendía el por que de esa reacción. —¿Dark? Sé que me escuchas contéstame por favor.
—¿Qué es lo que quieres Daisuke?
—Que me digas que es lo que te esta pasando has estado muy raro desde hace unos días cuando te enfrentaste a Hiwatari-kun que se transformo en Krad ¿Te hizo algo, te amenazó de alguna manera?
—Oye ¿No me piensas decir de una buena vez lo que sientes hacía el detective? —Evitando muy bien el tema ya que el pelirrojo se puso tan rojo como su cabello.
—¡Ya! Bueno hay que ir a la escuela se hace tarde y tengo que llegar hoy temprano.
—¡No me contestaste Daisuke!
—¡Mamá! Ya me voy nos vemos.
—Cuídate mucho cariño.
—Daisuke…
—Tengo que correr.
—Daisuke…
—Llegare temprano que bien.
—¡Daisuke!
—¡Oh! Dark mira, ahí van Riku-san y Harada-san hay que llegar al salón antes que ellas.
—¡Ya ponme atención de una buena vez!
—¿Qué… Qué es lo que pasa Dark? —Nervioso ante lo que seguramente le preguntaría.
—Se te olvido el almuerzo.
—¿Eh qué? ¡Ah no puede ser todo por tu culpa!
—¿Mi culpa? ¿Quién fue el que se puso todo nervioso por una pregunta y salio corriendo?
—¡Pero si tu evitaste el tema de Krad primero!
—Niwa.
—¿Eh? —Rojo al ver aquellas pupilas azules que hacía que se ahogara en ellas y nunca fuera rescatado si estaba a su lado —¿Hi… Hiwatari… qué pasa?
—Ya empezó a clase.
—¿Eh? —Viendo como los alumnos miraban extrañados y el maestro lo observaba molesto, apenado pidió disculpas y se sentó rápidamente.
Saliendo de clases le toco hacer la limpieza al lado de quien tanto lo ponía nervioso con su sola presencia, quien hacía que su corazón latiese desbocado y la sangre se le subiera a la cabeza mareándolo. Reaccionó cuando aquella mano suave y blanca se poso en su frente –¿Estás bien? Estas pálido. -Se separo rápidamente y nervioso ante el calido toque del recipiente del demonio con cara de ángel del que era némesis de Dark, se sintió más nervioso cuando el ojiazul se acercaba más a él, arrinconándolo sobre un escritorio del cual ya no tenía escapatoria.
—Es la hora de enfrentar a lo que tanto hemos evadido, Niwa.
—¿Qu… Qué?
—Ya no hay escapatoria.
—Hiwatari-kun —sintiendo como si estuviera haciéndose pequeño ante el otro o aquel estuviera aumentando su tamaño inmensamente.
Continuará...
Es el primer fic que hago de esta serie, espero que no quede tan mal. Esta sólo es mi contribución para esta sección :)
PD. ¡Hagan de cuenta que hay sangrías, la no deja ponerlas!
