Sorry tuve que eliminar el fic Bajo la nieve, porque no me había dado cuenta de los errores y de algunos enredes que se me pasaron por alto, en el primer capítulo, espero subirla pronto, cuando pueda redactarla bien…

Después de la fiesta

…………..

Apenas era conciente de lo que estaba pasando, estaba en un lugar suave, muy cómoda y calentita, que más podía pedir, se sentía adolorida, pero culpo de eso, a los zapatos de tacón de 10 centímetros y al corsé, cualquiera sentiría dolor. Aprovecho de voltearse y abrazar a la almohada, pero se sorprendió al encontrarla algo dura y caliente, aún así se apego a ella, tratando de dormir unos minutos más, estaba tan tranquila, hacía mucho tiempo que no se sentía tan cómoda… mantuvo su postura un poco más y volvió a moverse, tratando de buscar nuevamente el sueño conciliador. Lo extraño es que comenzó a sentir unas cosquillas en su cintura y algo confundida notó que había mucha luz.

Inuyasha apenas había despertado, enfoco vidriosamente su alrededor, estaba en su departamento, suspiro algo aliviado, no recordaba nada de la noche anterior, solo que Higurashi estaba con él en la barra, tomando un par de tragos y algo más… pero su mente se nubló y un fuerte dolor cruzó por su cabeza, necesitaba una aspirina y agua urgentemente, su cuerpo se lo exigía a gritos. Hoy sería un día pesado, se iba a levantar tranquilamente, cuando notó que lo abrazaban. Volteó su rostro sorprendido, vio un cabello negro revuelto, al lado izquierdo de su cama, parpadeo un par de veces, tratando de asimilar todo y fue cuando se fijo en el rostro de la chica.

Se quedó muy quieto, Higurashi descansaba sobre su pecho, Inuyasha la miró divertido, era evidente que la pelinegra estaba muy cómoda, porque aún mantenía sus ojos cerrados y murmuraba cosas ininteligibles, pero esto paso a segundo plano. Cuando sintió los cálidos pechos de la pelinegra rozar su piel, sintió un escalofrió, la chica buscaba la mejor postura para continuar con su sueño. El peliblanco se quedó helado, acaso ellos… levanto la sábana suavemente, pero si solo se había tomado 4 copas de champagne, 1 tekila y… era eso no más… o no…

La duda persistía y al ver que su acompañante seguía en los brazos de Morfeo, le hizo cosquillas en la cintura, ya que al parecer si estaba reaccionando. Kagome toco su adolorida cabeza, la resaca sería horrible, después de aquella maldita fiesta de boda, y al abrir los ojos vio a su lado a un peliblanco desnudo, que la miraba tan impresionado como ella a él. Al principio creyó que seguía durmiendo y se sentó en la cama, la sábana se deslizo hasta su cintura y se refregó los ojos varias veces, tratando de despertarse, entonces notó que el peliblanco no se iba, se preocupo y fue peor cuando lo reconoció.

Inuyasha era el mejor amigo, del novio de Sango, no se llevaban para nada bien, en especial cuando supo que salía con Kikyo, habían sido compañeros en preparatoria y nunca habían llegado a algo más, en realidad siempre discutían, ya que el peliblanco no gustaba de Hojo y ella pues, le defendía y por eso se ignoraban, además de ciertos detalles que los mantuvieron, lo suficientemente alejados esos años. Perpleja trató de asimilar que pasaba, pero de nuevo apareció el dolor, maldijo por lo bajo, tratando de apaciguar su cabeza, el último tekila debía ser el culpable, ya al sentirse algo mejor, se fijo en la persona que estaba a su lado, al menos ya asimilando, que todo era muy real y no su mundo onírico.

- Buenos días Higurashi- Murmuro Inuyasha no sabiendo que más decirle.

Al escuchar su voz, miró hacia todos lados, que hacía ese tipo en su cama, y al recorrer su vista por la habitación, se dio cuenta que ese lugar, no se parecía a su departamento, las cortines eran azules, y las de ella eran blancas, la pieza era espaciosa y había un par de muebles, que nunca había visto en su vida. Algo pálida bajo la vista, podía ver perfectamente sus senos, temiendo lo peor, no puedo evitar que se confirmará al ver al peliblanco, sin camisa y quizás con que otra cosa menos. Inuyasha la miraba expectante y muy concentrado, se apresuró a subir la sábana y taparse, ante la penetrante mirada de su ex compañero de clase, el cual ya más calmado la miraba divertido.

- No tienes que taparte, ya lo he visto todo- Dijo burlón, ante el rostro blanco de la pelinegra.

- TE HAS APROVECHADO DE MI!!!!- Gritó Kagome.

Inuyasha que negó con la cabeza, riendo por lo bajo, se salió de la cama, se coloco unos bóxer ante sus ojos, sin ninguna señal de pudor. Su rostro se puso totalmente roja, bueno ahora estaban a mano, se reprendió mentalmente por haber terminado allí y recordó lo de antes "Ya lo he visto todo", se sintió más avergonzada que del principio, y con la sábana atada a su cuerpo, empezó a buscar su ropa. Si pudiera sonrojarse más, había llegado a su límite, el hallazgo terminó cuando notó, que su ropa interior estaba tirada en el suelo, cerca del armario.

- Más bien diría, que eres tú la que te aprovechaste- Dijo Inuyasha buscando su ropa y la de la chica.

- ¬///¬ Yo nunca me aprovecharía y menos de ti Kira-san- Dijo la pelinegra más calmada.

- Aja, como sea, ya que ambos lo pasamos bien y como soy todo un caballero, te cederé la ducha- Dijo cortésmente.

- Gracias- Le respondió irónicamente Kagome.

La pelinegra no encontraba su vestido, no es que le fuera muy importante, pero tenía que salir pronto de allí, asomó la cabeza debajo de la cama, suspirando aliviada, tiró de su ropa, teniendo al fin en sus manos el corset, lo que no había notado, es que la sábana se había deslizado, casi completamente de su cuerpo. Inuyasha no dijo nada, pero no se perdió ningún detalle, tratando de pensar, la ropa no le importaba para nada, estaba más preocupado de la hermosa pelinegra, que estaba hurgando debajo de la cama, de la cual tenía una perfecta vista de su cuerpo.

- Si sigues de esa forma, yo no respondo por mis actos- Le susurro el peliblanco al oído a Kagome.

- ¬///¬ Buscaba mi ropa, si quieras algo más, siempre quedan perras como Kikyo por el mundo- Gruño Kagome poniéndose de pie y tapándose nuevamente con la sábana.

- No me gustan tan fáciles, me gustan más como las leonas- Dijo el peliblanco sonriendo enigmáticamente.

- O///O….-

- Además yo no salgo con mujeres casadas y menos con perras, has herido mi orgullo Higurashi- Dijo fingiendo estar herido.

- Déjate de bromas - Le espetó duramente- Me vas a decir exactamente, que ha pasado aquí con todos los detalles-

- …. Si quieres saber todo- Sonrió confiado- Solo te diré que he pasado una gran noche, con una hermosa fiera salvaje-

- NANI!!!!- Gritó ella tratando de asimilar que le decía.

- Es verdad- Le afirmó burlonamente.

- Como sea, aquí esta mi vestido y mi cartera, voy a ducharme así que…- Miró fríamente al peliblanco.

- Hey yo no voy a expiarte, ya te dije "Lo he visto todo"- Aclaro él.

- El baño donde esta- Preguntó Kagome aún pálida.

- Esta a mano derecha en el pasillo, si quieres te llevó yo mismo-

- Gracias, pero no… - Se negó ella, yéndose rápidamente.

- Jajajaja si que es tierna- Pensó encantado.

Siguió buscando su ropa, pero el timbre empezó a sonar, no pensaba ir a ver quien era, pero la persona insistía mucho al parecer, cuando no soporto más el sonido, se resigno a tener que ir a abrir. Se coloco unos pantalones de buzo azules, que sacó rápidamente del armario y se asomo por la rendija, era Ryoko, no sabía que hacer, llevaba dos meses saliendo con alguien, y justo el día que venía a su departamento, lo encontraría con una chica, no había que tener mucha imaginación, si veía que Kagome salía de allí con el cabello mojado y si lo veía a él, sin camisa… Abrió un poco la puerta, sin sacar el seguro.

- Hola Ryoko como estás-

- Bien, pasaba a saludarte, ayer quedaste de llamarme para salir y me canse de esperar- Dijo la pelirroja algo molesta.

- Sabes la fiesta estuvo muy buena y llegue tarde, no quería despertarte en la noche- Su mejor cara de niño bueno-

- Vale, entonces déjame pasar, que hace mucho calor.

- NOO!!!, este departamento esta hecho un desastre, porque no mejor yo te llamó en la tarde y hacemos algo- Se apresuró a decir.

- Es la ducha la que escucho- Pregunto suspicaz.

- Si, es que cuando sonó el timbre, iba a ducharme y pues justo eras tú, se me quedó la llave abierta-

- ¬¬ ya, entonces llámame a la hora de almuerzo, así me cuentas lo de la fiesta- Le dio un leve beso en los labios.

- Claro te contaré todo lo que pasó- Menos lo último, pensó Inu.

La pelinegra a penas llegó a la ducha, se sentía pésimo, Inuyasha iba a vanagloriarse por haberse acostado con ella… MIERDA!!!!, era lo que se repetía una y otra vez, porque tenía que pasarle justamente eso a ella. Su mente le gritaba "Eres una baka", no recordaba absolutamente nada, cuando trataba de recordar, su cabeza le dolía más, lo que si estaba claro es que se había acostado con el peliblanco, el cual hacía mucho énfasis… Porque había terminado así… buscó un shampoo a mano y encontró uno con olor a hierbas, mientras masajeaba su pelo, trataba de olvidar lo ocurrido. Ya al terminar, cerró el grifo rápidamente, entonces escucho otra voz cerca, pero cuando salió de la ducha, ya no se oía a nadie.

- Acaso fue mi imaginación- Se preguntó a si misma, mientras la pequeña toalla tapaba su cuerpo.

- Ya has terminado- Pregunto Inuyasha maliciosamente.

- Si… un segundo ¬¬ mantén una gran distancia- Replicó alejándose.

- Si eso te hace feliz, por cierto me devuelves mi toalla- Preguntó enarcando una ceja.

- Y que quieres, que me la saque y te la pase- Gritó Kagome.

- Exactamente, no tienes que sentir verguenz…- No alcanzó a terminar la frase, le había lanzado un macetero del pasillo.

La pelinegra se vistió rápidamente, había cerrado con llave la habitación y se coloco el vestido rosado con vuelos y zapatos de tacón de un rosado, estilo Barbie, que Kikyo había pedido para las damas de honor, que porque ella era una de ellas, fácil porque era la ex novia y ex amiga del novio. Maldijo su suerte y se coloco los tacones, se arreglo lo que mejor pudo y el cabello, se lo recogió en un moño, agarró su cartera y se quedó quieta, observando algo que antes no había notado, su cartera tenía pétalos color crema. Levantó su vista y vio un hermoso ramo de flores de durazno, como si fuera un rápido flash back, recordó que ese era el ramo de Kikyo en la ceremonia de ayer. Más nerviosa que antes, lo tomo con sus manos, dejando atrás su significado y abrió la puerta, siguió por el pasillo, hasta que encontró al peliblanco, el cual salía de la ducha con una bata.

- Gracias por la ducha….- Dijo Kagome totalmente roja.

- De nada, te vas tan luego, no te apetece desayunar-

- No gracias, será mejor que me vaya- Se sonrojo fuertemente, no estaba acostumbrada a eso.

- OK barbie- Le dijo mirándola de frente.

- ¬¬ Quiero que quede claro, esto nunca pasó- Exclamó muy segura de si.

- Por mi esta bien, mi novia podría matarme si supiera- Dijo el peliblanco.

- Bien, entonces quedamos en eso- Le dijo en voz baja.

Tiene novia, porque siempre elegía a los hombres equivocados, un segundo, ella no lo había elegido, segundo no le gustaba para nada y tercero, lo de anoche había sido por culpa del alcohol. Levantó la vista, asintiendo a las palabras de antes y con una última mirada cerró la puerta, ya al estar afuera se apoyó en la pared y trato de tranquilizarse, respirando algo más tranquila, pero a la vez peor que antes, vaya gran paradoja su vida, se sentía extraña, confusa, algo triste e ignoraba la razón, entonces recordó que se había casado su ex novio y lo peor, porque si había al peor, había sido con su mayor enemiga de los últimos 23 años.

- Mierda!!!!- Gritó Kagome.

La pelinegra se fue casi corriendo, incluso bajo las escaleras en vez de tomar el ascensor, con lo que quedó más cansada y roja que antes, ahora que lo pensaba, si ninguno de los dos estaba en estado de sobriedad, como para conducir, porque ambos habían terminado en el departamento y justamente en la cama de ese Baka. Con una gran duda en su cabeza, fue avanzando lentamente y en la calle, algunos le silbaron cosas y maldijo mil veces el jodido vestido, además no pasaba ningún jodido taxi, por suerte o maldición, paso un chico en un deportivo que se detuvo al lado de ella.

- Kagome, que haces por aquí? Y con ese vestido?- Preguntó Kouga saliendo del auto, ignorando la queja del otro conductor.

- Larga historia y no tiene un final feliz- Acoto ella.

- Vamos te llevó a tu departamento- Se ofreció él y sonrió satisfecho, al ver que la pelinegra aceptaba- Y ese ramo de flores…

Se sonrojo, cuando recordó que según la tradición, ella sería la próxima en casarse, le rogó a Kami- Sama que la ayudará al menos por esta vez, no hablaron del tema por el resto del viaje, pero si acerca de que habían hecho, en los últimos 3 años. Su primer novio, como recordaba cariñosamente a Kouga, era ya un renombrado hombre de negocios y ella ya estaba terminando, su adorado Doctorado en Salud Pública. El tiempo había pasado tan rápido y apenada asumió, que las cosas no habían mejorado mucho para ella, porque tenía que ser tan difíciles las relaciones, aún con algunos remordimientos, rememoró brevemente la boda del día anterior, formándosele un nudo en la garganta.

- Y como esta Hojo- Preguntó el pelinegro.

- Se casó ayer- Comentó restándole importancia.

- Entiendo y la novia era buena-

- Era Kikyo-

- QUE!!!!!- Gritó incrédulo- Esa perra, pero esta loco o que, todos saben que esa cosa amorfa- Sonrisa por parte de su ex- Es una perra, por cualquier lado por el que la veas-

- Lo sé, pero…. Es una larga historia-

- Si quieres, podemos pasar a desayunar algo-

- Me encantaría- Le respondió, mirando el camino.

Flash Back

No supo porque la invitó, tampoco porque acepto, simplemente las palabras salieron de su boca, acaso era la rabia de que la maldita se casará primero que ella, y porque si fuera poco de "Blanco". Mayor cinismo no podría ser, y sin contar que se casaba con el chico, que había dejado de ser su novio, hace dos meses. No lo amaba, pero aún sentía algo por él, ni siquiera sabía si era cariño, aunque Hojo lucía radiante con la noticia, como si se fuera a casarse con una princesa o al menos con alguien decente, el problema era que la novia no cumplía, con ninguna de las dos anteriores opciones. Esa maldita tarde era como un Deja Vu, que se grabó en su mente y perfectamente recordaba todo lo que había pasado, como una película que iba a comenzar.

- Ni te lo digo, me aceptó con lágrimas en los ojos, luego le puse el anillo y nos besamos- Le contaba Hojo en la cafetería.

- Como no estaría feliz, debe pensar que se encontró al único baka del mundo, que se casaría con ella- Pensó Kagome, bebiendo de su bebida, cuando la pajilla rozo los hielos, notó que no había abierto la boca, desde que se habían encontrado- Me alegro por ambos- Dijo con voz ronca, tratando de sonar normal.

- Quiero que vayas a la boda, será pronto y sino te molesta, quiero que seas una de las damas de honor- Dijo apenado.

Fue en ese minuto, que la helada bebida se le agolpo en el cerebro y la sintió fría como el hielo, o eran las palabras dichas por su ex novio, era cierto que nunca se habían dicho que se querían ni nada, al menos no como ella había deseado escucharlo, cuando estaban juntos, más bien era su querida hermana menor, como solía decírselo a diario, desde que habían terminado abruptamente, pero eso se pasaba del límite. Se quedó viéndolo como un bicho raro, y como no, si le estaba pidiendo a ella, su ex que fuera la dama de honor, de su peor enemiga.

- No crees que eso lo debe hacer, una amiga de la novia- Touche, pensó Kagome, cuando escucho sus palabras, se notó algo sorprendido.

- Kikyo ha tenido problemas con sus amigas, no sé cuales, pero nos sigue faltando una dama de honor- Hojo al ver el rostro inefable de su ex, se apresuró a añadir- Te lo pido, de verdad es importante para mí.

Su rostro era digno de estatua, Kagome apenas respiraba, tenía tanta rabia que no sabía como decirle sutilmente lo que pensaba, por ejemplo "Me siento feliz por ustedes", cuando en realidad quería, que un avión se estrellara en la iglesia, al menos sobre Kikyo y ya se sentiría tranquila. Ahora como eran tan buenas amigas las dos, pensó con ironía la pelinegra, mientras probaba su pastel, de seguro le ponía un vestido del siglo XV con kilos de tela, para que alguien si hiciera el ridículo ese día, si iba a prestarse para eso, la respuesta era definidamente…!!!

- Si acepto- Dijo fríamente- Después de todo, es por tú felicidad.

Su ex le sonrió totalmente agradecido, le había salvado la vida y se notaba, su cara se había convertido en una de alivio, aún así se veía radiante, si que el amor pone baka a la gente, pensaba Kagome. Hojo seguía sonriendo, como si fuera la novia de todo esto, le comento sobre las servilletas, el pastel, los 500 invitados que tendrían que caer en la hacienda de su abuelo, donde harían la fiesta. Había que agregar que le contó los detalles más íntimos, incluso que iban a irse de Luna de Miel a "Italia", porque Kikyo quería conocer el vaticano, era obvio esto, sería lo único que le queda por hacer y conocer, cuando ya se había echo las mil y una del kamasutra.

- Gracias, sabes yo siempre te he querido desde el día que te conocí, como una hermana pequeña y esto te lo agradezco mucho- Dijo él feliz.

Al terminar de comer, ella asumió que ya no tendrían más de que hablar, al menos no para conversar acerca de la perra que se casaría de blanco, escuchar todo eso le daba nauseas, pero Hojo seguía sentado jugando con su llavero, eso era la forma de demostrar su nerviosismo.

- Algo más- Preguntó ella tratando de sonar amable, pero no lo logró.

- Si, la boda es en una semana y…- Entonces se quedó callado.

- Una semana!!!!! Porque tan pronto acaso ella…- La pelinegra lo miró directamente a los ojos.

- Tiene 3 meses de embarazo y antes de que se le note más, queremos casarnos- Afirmó Hojo, como tratando de convencerse.

Kagome se puso de pie y se fue a los sanitarios, algo mareada se afirmo en el lavamanos, abrió el grifo de agua helada, junto un poco de agua con sus manos y se mojó con ella la cara, se sentía horrible. Como el muy bastardo, se había acostando con la perra, cuando ellos estaban juntos, corrió al sanitario y gimió de rabia, golpeó la puerta varias veces con furia, tratando de que la sensación se fuera, pero estaba marcada en su piel, grabada con fuego… "Nunca había significado nada para él" y tenía que haberse acostado con esa prostituta barata, cuando ni siquiera habían terminado ellos dos.

- Vamos Kagome- Se susurro para si y volvió a mojarse la cara, luego de 10 minutos- Lo mejor es terminar con esto pronto- Se dio ánimos.

Al salir del sanitario, se sorprendió de ver a Kikyo llegar con unas bolsas y tirarse literalmente a los brazos de su ex. El pañuelo que llevaba en la mano, terminó hecho trizas, de seguro se le había ofrecido gratis y el muy estúpido de su ex, al verla no quiso desaprovechar el momento, ya no lo quería ni un poco, solo deseaba matar a ambos…, solo fue consciente, cuando los trozos de papel cayeron al piso. Se apresuró a acercárseles, pero antes respiró profundamente y dejó sus instintos homicidas, guardados para otra ocasión.

- Hola Kagome- Dijo Kikyo amablemente- Sabes Hojo ya me contó, te lo agradezco tanto- Dijo tomándole las manos a la pelinegra- Entonces mañana vemos lo del vestido de dama de honor y la boda se llevará a cabo el viernes-

Al menos se vera más gorda, pensó algo más animada la pelinegra, ojala parezca una vaca y rezando porque el vestido de novia, que más encima sería blanco, no le entrará el día del matrimonio y que el avión se estrellará en la Luna de Miel. Rió por lo bajo, ante el signo de pregunta de ambos, estaba tan desilusionada, dolida y frustrada, que mejor que fingir que todo estaba bien, después de todo, quien no podía actuar al menos, mientras terminará el mini circo.

Fin Flash Back

- Y eso pasó- Le contó Kagome, omitiendo ciertos detalles.

- Ese infeliz, y estás segura que es el padre del hijo de la perra, ya sabes que hay que desconfiar mucho sobre ella-

- No lo sé, ya no sé que pensar…-

Luego del abundante desayuno, la dejó en su departamento, antes de eso, la invitó a salir y como estaba sin compromisos, aceptó encantada, le haría bien empezar con alguien, que disponía de su entera confianza. Abrió la manija, al fin aliviada, estaba en su hogar, no alcanzo a dar dos pasos, cuando una furiosa castaña, salió de las sombras, estaba muy enojada, se veía en su forma de caminar y no le quitaba la vista de encima, miró a ver si tenía salida, pero esta vez, estaba totalmente agotada para escapar.

- DONDE ESTABAS, ME TENÍAS MUY PREOCUPADA- Le gritó Sango furiosa.

- No querrás saber- Le comentó su amiga.

- Te fuiste de la fiesta, con no sé quien, llegas con la misma ropa de ayer y en la mañana- Negó con la cabeza- Se que te afecto la boda, pero nunca pensé…-

- ¬¬ no me afecto, solo tomé unas copas de más y…-

- Y…-

- Y lo otro es personal-

- No hiciste una locura o si, sé que lo de Hojo no tiene perdón, pero no sé merece que tú pagues por todo-

- Claro que…. si hice una locura- Su amiga la miro- De acuerdo, no me mires como un corderito a medio degollar- Sango iba a protestar, pero le hice un gesto, para que la dejará hablar- Me acosté con Inuyasha-

- Con Inu- Exclamó Miroku saliendo de la cocina.

- Vaya hermanita, yo pido los detalles- Dijo Hojo parándose del sillón y de lejos vio a Rin.

- U////U Diablos, porque todo me tiene que salir mal- Se lamentó Kagome en voz baja, cayendo hincada al piso lentamente.

- Vamos no puede ser tan malo, mi cumpleaños es en un mes y podrán verse de nuevo- Le sonrió Miroku.

CONTINUARÁ…

Un rato de ocio me llevo a esto, no se preocupen, no creo que sea larga, en este primer capítulo, solo necesitaba explicar de que se trataba y un poco la relación entre los personajes. El próximo capítulo será "Un nuevo encuentro", gracias a todos los que han leído mi otro fic, besitos a todos los que leen mis locuras…

"Memoria Ram $62.690 pesos, pantalla nueva $112.000 pesos

Escribir un review y hacer feliz a la escritora, no tiene precio

Para todo lo demás existe Visa XD"