Errores
-¿Acaso no estas feliz Won Won?
Lavender…..siempre Lavender. Se limitó a mirarla de reojo tratando de no voltearse…. por supuesto que no estaba feliz, nadie con cinco dedos de frente podía sentirse feliz con alguien que no lo dejaba respirar tranquilo al menos quince minutos al día: estaba incómodo, acosado constantemente por los últimos tres meses. Con una novia que siempre hacía grititos raros, risitas tontas y besos y…bueno…no era que eso le disgustase a Ronald Weasley, pero debía reconocer que le faltaba costumbre con esas cosas…Si pasaba el tiempo, quizás hasta podía llegar a agradarle…muy en el fondo, algún día, pero ahora sólo le quedaba suspirar de resignación mientras ella lo baboseaba delante de quien se le ocurriera.
"Eres un suertudo amigo"
Las palabras entusiasmadas de Seamus Finnigan cuando recién se enteró de su noviazgo con la chica siempre retumbaban en su mente en los momentos menos esperados y a medida que avanzaba el tiempo, encontraba que aquella afirmación se hacía mas incoherente, temiendo que alguna vez hasta llegase encontrarlo absurdo y sin sentido, tanto así como le demostraba Harry, que lo miraba con cara de perplejidad, sorpresa y risas, como si apenas creyera lo que estaba viendo.
-Won Won….
Antes de que pudiese reaccionar, la chica había volteado su rostro para besarlo nuevamente. Quedaron mirándose a escasos centímetros y antes de poder acercase a su boca, recordó a la única chica que se había imaginado en esa situación anteriormente: Hermione
"La próxima vez que haya un baile, pídeme que sea tu pareja antes que ningún otro y no como último recurso"
A pesar del enojo, las contorsiones de cara, los ojos brillosos y sus malditos celos aflorando cada vez más, debía confesar que esa era la primera vez que observó atentamente el rostro de Hermione sin perderse un centímetro: lo que primero atrajo si atención fueron las imperceptibles pecas sobre su nariz que, bien se fijó, no las tenía Lavender y para él resultaban completamente adorables; unos ojos castaños autoritarios, fuertes y con carácter, pero que también podían ser dulces, compasivos y risueños, sus cejas de arco perfecto, el hoyuelo en su mejilla izquierda al sonreír y esa espesa cabellera castaña en la cual siempre soñó sumergir sus dedos al besar, con ese olor a libros, pergamino y tinta…llena de recuerdos y momentos agradables… besar esos labios de tamaño preciso….
Pero al abrir los ojos nuevamente, se encontró con unos ojos azules risueños y coquetos, con pestañas con demasiada pintura, cejas delgadísimas, una nariz filosa y respingona, una cabellera suave, tersa, delicada….encontró nuevamente a su novia…Lavender Brown
-Rayos….- murmuró
Lavender dejó de acercarse y Ron se tapó la boca con las manos.
-¿Decías?
-No…no…nada….- se excusó el chico tímidamente, con una sonrisa trémula, mirando para todos lados, nervioso.
Y fue casi una revelación divina mirar al rincón de la sala común: estaba ella, la verdadera, con las mismas pecas en la nariz y ese rostro lavado que le gustaba tanto, acariciando a Crookshanks, leyendo un libro con ojos vidriosos y mirada siempre firme…. La extrañaba…la extrañaba mucho….y sabía que ella estaba decidida a no mirar.
-Vamos Ron….
Lavender lo jaló fuertemente y lo besó como siempre lo hacía. A su lado, en la mesa, Harry carraspeó y sintió un bufido que, estaba seguro, salió de la boca de Ginny…. Y lo entendía…porque al igual que ellos, sabía que estaba cometiendo un error….
