Este es un drabble que se me ha ocurrido escribir en el corto tiempo libre que tengo, espero les guste, es algo sencillo pero dulce~

Un beso.

Sakura se preguntaba que era un beso. Su mamá y su papá siempre se daban uno cuando se despedían o regresaban a casa. Cuando se besaban sus papas sonreían, Sakura se preguntaba porque. "¿Sera que el beso es un método para hacer cosquillas?" Pensaba nuestra pequeña kunoichi.

A Sakura le gustaba mucho ir a la escuela ninja, tenía muchos amigos. Un día le pregunto a su amiga Ino que pensaba sobre el beso. Ino le dijo lo que su mamá le había explicado: "cuando besas a alguien es porque quieres transmitir tu felicidad hacia esa persona". Sakura comprendió un poco más sobre lo que significaba besar.

Mientras caminaba de regreso a casa, miro en un columpio a un niño ojos azules con un cabello rubio alborotado. Recordó que ese niño estaba en su clase, y era conocido como el niño zorro. Sakura no entendía muy bien porque lo llamaban así, pero siempre que lo miraba estaba solo y con una cara muy triste.

La pequeña ojos esmeralda, se acercó al solitario niño, al estar frente a él le pregunto si quería jugar con ella, el rubio niño se sorprendió ante tal invitación, y tímidamente negó con la cabeza. La pelirosa no entendía porque el ojiazul actuaba tan cohibido. Al observarlo con mayor atención, la pequeña Sakura detecto en los ojos de aquel niño una profunda tristeza. Al notarlo recordó lo que su amiga Ino le comento.

Sakura quería ver al pequeño niño sonreír, sin mucho que pensar, inocentemente poso sus labios sobre los del otro, al separarlos sonrió.

-Ya no estés triste, te he dado de mi felicidad para que tú también sonrías- alegremente extendió su mano al aun sorprendido niño – ¡Ahora ven, vamos a Jugar!

El pequeño rubio saliendo de la sorpresa por tal acto, sonrió, y tomo la mano de la pequeña. Sakura al ver la sonrisa del ojiazul, pensó alegremente "Así que un beso es para darle alegría a otra persona". Y felizmente empezó a correr llevando consigo de la mano al ojiazul, quien riendo seguía a la pelirosa.

Sakura sonreía al recordar sobre aquel inocente beso. Quien diría que ese rubio tímido, ahora era su amado esposo.

Fin.