Aviso: Este two-shot no me pertenece es de mi amigo Alan (pueden llamarlo Red20) que me dio permiso para publicarlo, se preguntaran ¿por que no el? porque no tiene usuario aquí. Bueno los dos esperamos que les guste y comenten.
Salu2.
Red20: Bueno, cómo se menciona, este será un two-shot, y debido a que haré este fic de esta forma por dos motivos. Una, razones navideñas. La segunda, cuestiones que cómo todos los fans de pokespe sabrán ese mismo día se celebra el cumple de Silver, así que por eso será two-shot. Porque quiero hacerlo bien con esto y creo que tendrá una duración de dos caps, jeje. Bueno, espero que los disfruten.
Igual, bueno, estos dos capítulos irán dedicados a mis buenos amigos, tanto de fanfiction, como de los otros foros en donde los he publicado y me han apoyado con esta historia así también por el hecho de que les agradan mis fics, así que lo dedico para: SniperGyS, Naomi-chain, Shadeshu Nightray, Hikari, Hikari-Nekito, Nino (o Ruby), Crystal (o Zapphy), Saki y especialmente a Yellow, jejeje. Disfrútenlo.
Fiestas problemáticas.
Capitulo 1.
A un par de días de navidad, los pokedex holder se dieron la tarea de organizar una fiesta en el gimnasio de Green. Aunque en realidad era un plan organizado por Gold con la ayuda de Blue, pues querían tener una gran fiesta con todo y los detalles extravagantes que conlleva esta. Pero claro que todo plan siempre tiene su piedra en el camino que siempre evita que se cumpla y ese era que Green evitaba que arruinaran su gimnasio pues todos entraban a él como si fuera el patío de su casa. Aparte de qué no podía hacer mucho, intentó pedirle a la Liga Pokémon en que interviniera con aquel desastre, pero nadie le presto atención a su absurda petición y lo que fue aún peor para Green, era que la Liga le exigía o mas bien, le ordenaba que se tomara un tiempo de descanso, debido a que era temporada de festividad, las vacaciones eran obligatorias para un líder de gimnasio como él.
- Maldición Gold. ¿Por qué tienen que hacer su maldita fiesta en mi gimnasio? ¿No pueden conseguirse otro lugar que no sea este? - Le reclamó el chico castaño y de ojos verdosos al chico de googles y ojos ambarinos.
- Lo siento Green-senpai, pero no tenemos otro lugar en dónde hacer esta fiesta. Usted sabe que la liga le dijo que nada de trabajo y solo se preocupara por las fiestas, ¿no? – Green asintió molesto ante aquella pregunta y Gold volvió a proseguir con su "regaño" – Entonces no se comporte como un niño mimado y ayúdenos con preparar la fiesta. – Le exigió Gold a su senpai mientras continuaba trayendo cosas al gimnasio para armar la fiesta con un poco de ayuda de Red, Yellow, Blue y Silver, siendo el último también uno de los obligados para ayudar con los preparativos de la fiesta.
- Es cierto cariñito, nos tienes que ayudar con esta fiesta, quieras o no. – Le dijo Blue al chico castaño mientras guiaba a su equipo a jalar un árbol navideño adentro del gimnasio para que luego lo pudieran decorar. – Y como tú no quieres, tendrás que hacerlo de todos modos. – Le guiño un ojo, haciéndolo sonrojar por unos segundos y luego se quedo de pie ahí, con una mirada impotente por lo que pasaba.
- Está bien, les ayudare. Pero nada de destruir mi gimnasio o tendrán que pagar la remodelación… De nuevo. – Les advirtió Green mientras se daba media vuelta y se iba a preparar un vaso de leche tibia para poder calmar su estomago que las agruras causadas por las molestias que le causaban sus amigos en su gimnasio.
- No te preocupes Green-san, yo me ocupare de cualquier problema que pueda ocurrir en el gimnasio. - Le respondió Silver desde su lugar con un tono calmado mientras ayudaba con los adornos a Blue, y siendo también ayudado por Weavile y Yellow.
- De que hayas problemas no es lo que mas me preocupa Silver. Si no lo que es capaz de hacer tu mejor amigo en mi gimnasio. - Le comentó Green antes de encerrarse en su cocina.
- Oigan, no digan cosas como esas cuando estoy presente. - Gritó un ofendido Gold que estaba en medio de la plática de ambos chicos.
- Es por eso que lo decimos. Idiota. - Le bramó Silver a su amigo mientras continuaba con su parte.
- ¿Quieres problemas rojillo? - Le contrataco el ojiámbar a Silver amenazándole con un puño frente a él.
- Tranquilízate Gold. Tú solo has tu parte o me encargaré de que Blasty-chan te mande lejos del gimnasio y de la fiesta. - Le amenazó su senpai Blue con una dulce y traviesa sonrisa en su rostro que decidió no hacerla enojar, a pesar de lo tranquila que se veía, podía sentir un aura peligrosa alrededor de ella.
De adentro de donde el joven castaño había entrado, un tipo al que solo se le podían ver un par de jeans azules y cargando varias cajas demasiado enormes como para que no se pudiera notar nada de él de la cintura para arriba entro por el lado de la cocina para pedirle un consejo a Green sobre lo que tenía él en sus manos y tratando de abrir la puerta de la cocina que su amigo le había dejado cerrado y solo pudo entrar por la puerta trasera del gimnasio, que convenientemente daba con la cocina del lugar.
- Oye Green. ¿Dónde dejo esto? – preguntó un chico de cabellos oscuros y gorra roja, cargando un par de cajas con varias luces navideñas.
- ¿A mi que me preguntas? Si ni siquiera estoy a favor de que adornen mi casa – le grito molesto su amigo desde la cocina.
- Ignóralo Red. Saca las luces de adentro y empieza a colgarlas algunas alrededor del techo del gimnasio para que pueda alumbrar el lugar – le pidió Blue mientras empezaba a adornar sólita el árbol.
- Está bien, como digas.
Red salió a toda prisa del lugar acompañado por Pika y liberando a su poderoso Gyarados, Gyara para que le sirviera como escalera despegable y así colgar mejor y sin problemas las luces navideñas que le pidió Blue poner.
Por parte de Yellow y Silver, estos dos se encontraban poniendo dentro de un hilo transparente con una aguja, varias rosetas de maíz para hacer con ellas un adorno y colgarlo alrededor del árbol de navidad. Silver se sentía algo cohibido por su parte dentro de la decoración del gimnasio de Ciudad Viridian. No sabía por qué lo dejaban con una tarea tan sencilla y ridícula como esa, si podía ser capaz de hacer más como lo era el ayudar a Red con colgar las luces del gimnasio o el de acomodar mesas y sillas, el cual era labor de Gold. Su trabajo era muy tedioso para él y más que nada, aburrido. El único que disfrutaba de ese trabajo era Weavile, quien aparte de darle una roseta de maíz a su entrenador, se comía una que otra de las rosetas de maíz que estaban en el bowl gigante, a un lado de ellos, a comparación de la Pikachu de Yellow Chuchu le daba a su entrenadora también cada roseta para agregarla al extremo del hilo transparente que tenía en sus manos.
Yellow pudo ver como Silver se frustraba con una tarea tan ridícula como esa, pero era parte del plan entre Blue y Gold que tenía que seguirles el juego y continuar agregando rosetas de maíz en aquel hilo mientras procedía con la segunda fase del plan que tenían ellos.
- ¿Sil-san? ¿Te sientes bien? - preguntó ella dulcemente mientras acercaba su rostro al de Silver, haciendo que se sintiera muy nervioso por lo cerca que se encontraba.
- C-Claro. ¿Por qué me tienes que preguntar algo como eso? - le regañó Silver a Yellow con una cara sonrojada. Se sentía ofendido por pensar que solo por verse algo pequeño y joven, lo anduvieran viendo como alguien a quien cuidar.
- L-Lo siento - dijo Yellow muy nerviosa mientras retrocedía asustada por el comportamiento del chico -. Es solo que te ves muy distraído y no estas haciendo esto bien - le dijo ella titubeante mirando como las rosetas de maíz de Silver estaban muy disparejas a comparación de las de Yellow.
- P-Perdón senpai, no quería asustarla así - se disculpó Silver mientras hacía reverencias hacía su superior Yellow -. Es solo que me siento totalmente ofendido a hacer una labor tan denigrante como esta.
- No tienes que ponerte así por una actividad así - le dijo Yellow tratando de darle ánimos a su amigo -. Pero igual no tienes que desquitarte con el adorno. ¿Por qué no lo disfrutas igual a tu Weavile, Sil-san? - le preguntó ella señalando como Weavile no paraba de comerse unas cuantas rosetas de maíz y a Silver le caía una gota de sudor por su nuca al ver aquel acto de su compañero.
- C-Creo que mejor paso - respondió apenado y metiéndose mejor con su parte y volver a empezar desde cero algo callado.
Por parte de Yellow, ella intento continuar con su parte y tratar de volver a hacer platica con Silver. Al menos si así podía ayudar a los demás con el resto de la sorpresa de la fiesta.
- Por cierto Sil-san... ¿Tienes planeado algo en mente para navidad? - le preguntó ella con una cara sonrojada mientras jugaba con sus dedos, llamando la atención del pelirrojo - Digo, muchos tenemos planeado que pedir para el intercambio de regalos con nuestras familias o amigos, pero, ¿tú tienes pensado algo como eso? - preguntó ella intentando llamar más la atención de Silver.
- Hum... La verdad no sé Yellow - confesó él algo pensativo -. Mi hermana Blue me pidió que estuviera en la fiesta navideña con todos ustedes, pero no habíamos planeado algo como esto por el tipo de fiesta que Gold y ella planean. Así que no sé que pensar - confesó seriamente mientras veía a otro lado con un poco de tristeza en su rostro y a la vez se le veía sonrojado porque Blue si se preocupaba mucho por él.
- Bueno, es cierto. No es bueno pasar las fiestas solos - le dijo ella a Silver intentando animarlo.
- Creo que tienes razón - comentó ya con una sonrisa ladeada.
- ¿Y tienes planeado algún regalo para esta navidad, Sil-san? - preguntó ella un poco emocionada. Al menos Silver ya estaba siendo más amable.
- Pues... Eso no lo sé. ¿Por qué me lo preguntas? - Silver se veía algo sonrojado y fulminaba con una mirada ladeada a Yellow, quien retrocedió un poco por aquella respuesta.
- No, no te pongas así, ni tengas ideas equivocadas ni nada. Es solo curiosidad. Lo juro. - Se defendió ella muy nerviosa y casi al borde de un colapso por las insinuaciones de Silver.
- Ah, bueno - respondió él seriamente y más tranquilo mientras volvía a lo suyo -, por eso hubieras empezado, ¿sabes?
- Entonces, ¿tienes algo planeado para eso Sil-san? - Yellow parecía no querer rendirse con hacer la misma pregunta hasta tener alguna respuesta.
- No sé. No soy una persona exigente como lo es ese Gold, ni menos alguien que le guste los lujos como lo es mi hermana - respondió con una mirada perdida hacía sus manos. Era cierto que él era un tipo sencillo y nada exigente.
- En ese caso no tienes algo que realmente quieras. ¿Verdad? - la pregunta de Yellow tomo por sorpresa a Silver, quien de inmediato sonrojo.
La verdad era que él si quería un regalo para navidad y eso era un beso de su hermana, pero eso no podría decircelo así nada más a alguien como lo es Yellow, aparte no tenía la obligación de hacerlo. Por lo que mejor decidió asentir a la pregunta, dejando a una Yellow callada y sonriente mientras volvía a hacer lo suyo para adornar el árbol de navidad que habían metido los demás. Pero luego de ver unas fotos sobre una repisa que Green había puesto, donde estaba él con su abuelo el profesor Oak y a un lado de él se encontraba su hermana mayor Daisy, Silver se sintió nostálgico al ver aquellas fotografías familiares y se puso a pensar ¿cómo sería una vida con una familia normal? Y la pregunta le volvió a la mente cuando dirigió su mirada a una de las estatuas con la figura de su padre. Igual no sabía bien qué pedir, al menos le gustaría tener también un padre normal. No un maniático que hacía experimentos con pokémon y quería conquistar la región de Kanto.
- Como me gustaría que mi padre fuera normal por un día - susurró Silver en un tono casi inaudible como para que Yellow no lo escuchase.
- ¿Qué dijiste Silver? - preguntó ella sonriente al darse cuenta de lo que realmente quería.
- No, nada. Olvídalo.
Él trató de callarla de inmediato al elevar su tono de voz, mientras ocultaba su cara sonrosada. Pero no se dio cuenta de que había llamado la atención de su senpai Red, o más bien, que él mismo había sido llamado por la misma Yellow con un simple guiño.
- Oigan chicos. ¿Qué pasa? - preguntó él sonriente al pararse frente a ambos.
- No es nada, solo un malentendido - dijo Silver de inmediato mientras giraba su rostro de la dirección contraria de la de Red.
- ¿Huh? ¿Es eso cierto? - preguntó Red arqueando una ceja y con un tono curioso.
- Si, es cierto - dijo una sonriente Yellow, guiñándole levente el ojo a Red, quien capto lo que paso y luego se levanto para extenderle la mano.
- Entonces. ¿Podrías acompañarme un momento Yellow? Siento arrebatártela Silver, pero tengo que pedirle un favor. Continua sin ella, ¿si?
Red sin obtener respuesta de Silver, se llevo a Yellow a la cocina para poder hablar los dos a solas, dejando a un Silver confundido y molesto porque ahora tenia que aburrirse con las rosetas de maíz y lidiar con aquellos dos tragones que no paraban de comer y comer las rosetas de maíz Mientras tanto en la cocina, Red y Yellow se encontraban platicando sobre un asunto importante que llevaban tiempo planeando.
- Entonces, ¿ya te dijo que quiere? - pregunto Red emocionado esperando la respuesta de Yellow.
- Si... Bueno... Algo así. Pero no me dijo algo en especial de que regalarle - le dijo ella apenada por lo mala que era para recolectar información Blue lo hubiera hecho mejor, pero si ella lo hacia, Silver sospecharía -. Lo único que oí escuchar de el es que quisiera un padre normal.
- ¿Un padre normal? Entonces si que quiere un milagro navideño - bromeo Red intentando animar a Yellow, cosa que no logro porque de inmediato ella lo miro con un "te voy a matar" totalmente escrito en sus ojos.
- Red-san. Eso es muy malo. ¿Sabes? No digas cosas así - le gritó ella sin llegar a entender lo que Red quería llegar.
- Lo siento, lo siento. Se que dije una estupidez, pero quería alegrarte. Ademas, sabes tan bien como yo como es Giovanni -. Le explico Red un poco nervioso, tratando de animar a su amiga -. Sabes que no tenia la intención de decir algo malo.
- Uh... Es cierto. Lo siento - Yellow se avergonzó de inmediato e hizo varias reverencias a Red para que la disculpara.
- Ya, olvídalo Ahora no es tiempo de pensar en eso. Mañana es el cumpleaños de Silver y la fiesta la tenemos que hacer exactamente en punto para que podamos centrarnos en lo otro - le dijo intentando animarla un poco, a lo que ella asintió a sus palabras. Adoraba cuando sacaba un lado positivo a las cosas.
- Bueno, bueno, bueno. ¿Pero que tenemos aquí? ¿Acaso interrumpí en algo? - les hablo una voz femenina que parecía provenir de la puerta de la cocina.
- ¡BLUE! - le regañaron los dos con las caras sonrojadas por estar siempre insinuando lo mismo de ellos dos cada vez que estaban a solas.
- Sabes muy bien que tu fuiste la que nos pidió estar aquí una vez sepamos que quería Silver como regalo de cumpleaños - le regañó Red muy molesto a su amiga, haciendo que Yellow se ocultara detrás de Red por lo apenada que se sentía ahora.
- E-Es cierto Blue. No digas ese tipo de cosas - pidió Yellow mientras asomaba tímidamente su cabeza de la espalda de Red.
- Ahy, lo siento. Pero he de decir que se ven muy tiernos así juntos como están ahora.
- B-Blue. Cállate - pidió una tímida y sonrojada Yellow llevándose sus manos hacia su falda.
- Blue, mejor dinos. ¿Ya tienes todo listo o no? - preguntó Red tratando de que Yellow dejara de temblar y poniéndola entre sus brazos.
- Ya, ya. No se enojen - pidió Blue intentando calmar a sus amigos -. Yellow. ¿Sabes lo que quiere Sil-san? - Blue esperaba ansiosa la respuesta de parte de su amiga.
- C-Claro - respondió ella asintiendo tímidamente con su cabeza y tomando asiento para que no cayera al suelo -. Pues lo que Silver-san me contó es que lo que le gustaría no es algo totalmente material.
- ¿Osea que no quiere un regalo? - interrumpió de inmediato Blue, un poco asustada por la idea.
- N-No quiero decir eso. A lo que me refiero es que... Lo que Silver-san quiere es... - Yellow tomo aire y mientras Red la sujetaba por los hombros esperando la respuesta de su amiga, a Blue solo le venían ideas alocadas con ese par -. Lo que Silver-san quiere es tener un padre normal - respondió casi con un grito de inmediato por lo nerviosa que se sentía, dejando boquiabiertos a ambos y siendo callada de inmediato por la mano de Red.
- Shh... baja la voz Yellow. Sabes que Silver no debe decir nada - le pidió Red mientras la seguía callando con su mano.
- Es cierto, tiene que ser un secreto lo de la fiesta - dijo Blue de inmediato mientras se cruzaba de brazos -. Y como ahora sabemos lo que quiere como regalo... Si eso es lo que quiere... Entonces tendremos que hacerlo... Pero aún no sabemos qué darle nosotros - Blue parecía un poco nerviosa y a la vez emocionada por la idea que tenía para la sorpresa de cumpleaños de Silver, pero no sabía en sí que darle exactamente a su pequeño Silver.
- Por eso no creo que debamos preocuparnos. Podríamos regalarle ropa a Silver - comentó de inmediato Red mientras quitaba la mano de la boca de Yellow.
- P-Podría ser buena idea - intentó ayudar la idea de Red mientras recobraba el aliento.
- Hum... Pudiera ser... Pero... ¿Qué podríamos darle?... - Blue se puso a pensar por un minuto y Red la interrumpió con un golpe seco a la mesa de la cocina.
- ¿Qué tal con una lista? - propuso Red sonriente llamando la atención de ambas.
- ¿Una lista? - preguntaron ambas al unísono algo confundidas.
- Sí. Porque ustedes iban de por sí a comprarle un regalo a Silver mientras que nosotros nos quedamos arreglando las cosas para la fiesta - explicó Red con un dedo levantado mientras volvía a sonreír - Así que... Mejor hacemos un pequeño listado y ustedes irán a comprarlo.
- Como que estas lleno de ideas hoy Red. ¿Seguro que eres el mismo? - preguntó Blue un poco desconfiada con aquel Red tan ingenioso.
- ¡Ey!, ¿qué quieres decir con eso? - vociferó un Red totalmente ofendido.
- Bueno, bueno, no te enojes. Ya una vez te han intentado remplazar por si no sabías - le dijo Blue tratando de que Red se calmara, al igual que hacía que Yellow se sintiera nerviosa al recordar esa vez que ocurrió eso.
- Bien, entonces vuelvo en un minuto e iré a preguntarle a Crystal y a Gold qué tipo de regalo piensan darle a Silver en caso de que no lo hayan comprado - dijo Red de inmediato mientras salia de la habitación sin esperar respuesta de ambas.
- Espero que no nos delate... - murmuró Blue un poco molesta por Red.
- Tranquila, confió en que cumplirá su promesa con no decirle algo a Silver-san sobre la fiesta - hablo Yellow tratando de tranquilizar a su amiga.
- Espero que tengas razón.
- Pero claro que la tengo. Red-san siempre cumple con su promesa - le dijo una Yellow ofendida por no confiar más en su amigo.
- Por cierto Yellow... ¿Y tú cuando cumplirás con decirle lo que sientes a Red, eh? - inquirió Blue mientras se acercaba picaramente a Yellow.
- Ham... Bueno... Yo... - antes de continuar hablando, fue salvada por la entrada inmediata de Red.
- Listo, ya termine - gritó él asustando a ambas haciendo que fingieran limpiar la cocina.
- Q-Que rápido... - dijo Blue sorprendida mientras sacudía el refrigerador.
- Bueno, es que ya todos tienen planeado que regalarle, jeje - les respondió sonriente mientras tomaba asiento en la cocina.
- Eso lo explica todo... - comenta Blue con un rostro serio.
- Entonces eso quiere decir que Red-san no tiene un regalo que darle a Silver-san - dice Yellow uniendo las cosas, ya que si todos tenían preparado que regalarle a Silver, él era el único que no había preparado que regalarle.
- Psss... Si, es verdad. Se me olvido, pero al menos ustedes saldrán de compras. Así que si pueden por favor... - no tuvo que decir más pues Yellow tomo el papel de Red y lo llevo a su pecho.
- No te preocupes Red-san, yo me encargo de eso - le respondió muy decidida con unos ojos tan brillantes que parecían desprender centellas de ellos.
- E-Está bien.
Ambas chicas salieron de la cocina por la puerta trasera, dejando a Red dentro de la casa, ayudando a Gold, Silver y a Green con el resto del trabajo dentro del gimnasio, ordenando las mesas, acomodando las bebidas, guardando en el almacén algunos de los demás cosas, como los muebles costosos y demás objetos frágiles que pudieran ser dañados durante la fiesta. Solo que Green parecía estar molesto al escuchar por parte de Red que ellos tenían que encargarse los demás preparativos. Crystal aún tardaría en llegar a Kanto, por lo que no estarían solo ellos cuatro en terminar de acomodar el gimnasio para la fiestas
Cuando las chicas llegaron, un poco más tarde de lo esperado porque ya estaba a punto de anochecer, pudieron ver los muchachos que ellas estaban acompañadas de Crystal, la cual traía un Farfetch´d extra para poner al horno en caso de que no alcanzara con los que tuvieran preparados. Colocaron las compras en la cocina como siempre y Yellow se llevo a Red a la cocina para que pudieran hablar sobre el regalo que le encargo en comprar, aunque parecía preocupada, Red logró calmarla.
Todos volvieron a terminar de organizar la fiesta y arreglar cualquier pequeño detalle para llegar a mañana. El sonido lo tendrían igual para después, pero era lo menos que les importaba en ese momento. Todos se preocupaban demasiado de Silver, lo atendían en cualquier cosa que quería y eso lo confundía demasiado, era tratado con muchos mimos, tanto, que se sentía asfixiado de tanta atención. Quería recibir al menos esa atención de su hermana Blue, pero ella parecía estar muy evasiva con él. A cada rato le veía hablar con Green y en otras irse a la cocina con su pokegear en mano para hacer unas llamadas en privado. Todo esto lo tenía muy consternado. Sentía que se volvería loco en poco tiempo si es que nadie le daba una respuesta a lo que estaba pasando.
Llegando a dar las 9:00 de la noche, Silver se sorprendió que todos aún estuvieran en el gimnasio. Creía que todos ya se irían a sus casas a descansar por lo tarde que se estaba haciendo, pero nadie parecía querer irse del gimnasio.
Gold de vez en cuando iba y salía del almacén con algunas bolsas que tenía ocultas en algún lugar fuera del gimnasio. A Silver le molestaba mucho aquel comportamiento de su amigo, sabía que nada bueno vendría de ello. Pero no podía hacer nada en aquel instante, porque fue tomado por Blue para que le ayudara a traer algo de helado para los demás. No tuvo remedio, siempre hacía lo que ella le pedía, y no era por ser mojigato, sino porque esa sonrisa que irradia siempre lo hipnotizaba.
10:30 - El helado se había acabado y la película que estaban viendo en la televisión que habían puesto sobre la chimenea (alias Explotaro) y con el reproductor de DVD traído por Red desde su casa estaba por terminar. Todos se sentían cansados o un poco aburridos. Más bien, la mitad se habían quedado dormidos por la película. Más Green porque a él no le gustaban las películas infantiles y menos aún una que ha visto repetidas veces de niño (para información de los curiosos, la película es: el Rey Luxray).
Los que quedaban despiertos eran Gold, Blue y Red, los cuales se encargaban de hacer el resto de la sorpresa que tenían preparada esa noche. Aunque Red y Gold habían salido del gimnasio, Blue se quedo ahí cuidando que nadie despertara, en especial Silver, quien estaba muy dormido y acorrucado en su regazo. Se veía así tan joven e indefenso que no pudo evitar sonreír por ver la cara que pondría cuando viera su regalo deseado hecho realidad. Aunque la película de pasar el liderazgo familiar de un padre al hijo y cómo Mufasa (el Luxray líder de la manada) se sacrificara por su hijo y que el hijo a pesar de no querer volver a hacer su vida predestinada por su padre para ser el siguiente líder de la manada, eso desanimo un poco al chico pelirrojo, por lo que Blue esperaba arreglar ese asunto con la sorpresa de Silver.
11:30 - Faltaba poco para la sorpresa especial, pero eso era lo de menos. Muchos estaban impacientes del inicio de la fiesta planificada con anticipación para Silver. Red y Gold ya habían regresado y sacaban unas cuantas cajas de cartón, sin nada en especial en su cubierta, del almacén. De ella sacaban varias cajitas de regalos envueltas de papeles celofán de diferentes colores con moños igual de varios colores. Red y Gold fueron repartiendo los regalos y también de dentro sacaban un disfraz de Santa Claus (traje rojo, gorro de Santa, barba falsa y panza falsa), junto a otro más que eran los cuernos de Stantler con su respectiva nariz roja. Los dos entrenadores se vieron con unos rostros de competitividad y lo único que exclamaron al mismo tiempo fue:
- ¡YO SERÉ SANTA!
Como ninguno de los dos parecía ceder, con el disfraz, la manera más "madura" que se les vino a la mente fue un simple juego de piedra, papel o tijeras.
- ¡Piedra, papel o tijeras! - dijeron los dos al unisono, con Red de ganador.
- Dos de tres - pidió el criador al luchador, a lo que solo asintió con una sonrisa.
- ¡Piedra, papel o tijeras! - volvieron a repetir al mismo tiempo, con Red puesto como invicto en el juego.
- Dámelo - le pidió Red a Gold arrebatándole el disfraz de sus manos.
- Como sea. De por sí serás un panza panzon. Aparte, no quiero perder mi esbelta figura con un disfraz como ese - respondió molesto, mientras lucía su cuerpo a Red, a lo que no pudo evitar reír por su inmadura forma de comportarse por perder. Sabía que quería ser Santa por no querer ser la mascota favorita del viejo barrigón.
Gold salió de ahí a despertar a todos sus amigos con excepción de Silver, para que Red les repartiera los regalos que le darían al pelirrojo. Sin duda hacía honor al nombre de Santa, porque reía con el clásico "ho, ho, ho" cuando les entregaba los regalos a sus amigos.
- Silver... Silver... Despierta jovencito. Ya es de día - pidió una dulce y tierna voz al chico pelirrojo, haciendo que él abriera los ojos con pereza -. Vamos tienes que despertarte. Ya es navidad.
- Blue... Debes estar bromeando... No pude haber dormido todo un día - exclamó molesto, causa por el sueño que aún tenía.
- Jeje, solo quería saber si aún estabas activo - le respondió entre risas mientras lo cargaba para que viera a todos sus amigos despiertos y parados frente a él.
- ¿Qué pasa?... Tengo sueño... - volvió a comentar adormilado mientras intentaba mirar con mayor eficiencia a los demás Pokedex Holders.
- No muchachito, no es hora de dormir, es hora de tu cumpleaños - le explicó un Santa falso con una voz profunda y gruesa, totalmente ensayada por el campeón de Kanto.
- ¿M-Mi qué? - preguntó un poco alarmado al advertir que tenía un Santa de metro setenta y tantos con una gran panza frente a él.
- ¡FELIZ CUMPLEAÑOS! - gritaron todos emocionados, despertando por completo al pelirrojo.
- Chicos... Aún no es...
- Claro que es, bueno. A poco de que sea - le explicó Red señalando el reloj de la pared. Marcaban las 11:50 exactos. Faltaban diez minutos, pero las ansias de celebrarlo les evitaron esperar un minuto más.
- M-Muchas gracias. N-No sé que decir - respondió el pelirrojo con el rostro del mismo tono que su cabello.
- No tienes que decir nada, solo disfrutarlo.
Todos empezaron a rodearle y felicitarle por su cumpleaños. Cada uno empezó a darle un regalo a Silver que lo tenían escondido a sus espaldas cuando despertó. El primero en darle un regalo fue Gold, pues quería entregárselo desde hace tiempo, solo que era algo confuso, ya que era una caja envuelta que decía "no abrir hasta navidad", con la excusa de que era el mismo regalo del Santa Secreto (el cual cambió con uno de sus amigos para así ahorrarse el regalo de cumpleaños). Segundo regalo fue dado por parte de Yellow, era un dibujo enmarcado de Silver con todos sus pokémon (aunque el modelo principal era Red y su equipo, el cual no variaba demasiado considerando que ambos tenían un Gyarados). El tercer regalo se lo entregó Blue, eran un par de guantes de piel de color negro que le había conseguido para él, algo que le agradó mucho porque los que tenía (a pesar de tenerlos por mucho tiempo) empezaban a apretarle. El cuarto regalo se lo dio su buena amiga Crystal, el cual fue una bufanda hecha a mano de color roja con rayas, que combinaba con el aspecto del chico. Quinto regalo, fue por parte de... ehem... ¿Santa Claus? quien le dio un sombrero de lana, color rojo, diciendo la excusa de que si fuera una de color negro, sería confundido con un ladrón, a lo que todos rieron con aquel comentario, despertando a alguien que no había sido despertado en el gimnasio.
- ¿Eh? ¿Qué esta pasando en mi gimnasio? - preguntó un chico castaño de ojos esmeraldas a los Pokedex Holders aún adormilado por la película -. ¿Por qué esta Red disfrazado de Santa y por qué es que están todos ahí?
- Ey... Red... ¿Sensei?... - alarmó Gold a su superior en un susurro para llamar su atención -. ¿Qué Green-senpai no sabía que íbamos a hacerle una fiesta sorpresa a Silver? - la respuesta no paso inadvertida por Green que sintió su sangre hervir.
- Ay, sabía que se me olvidaba alguien - respondió Red con su voz fingida de Santa.
- Red, eres un idiota - gritó Green molesto golpeando a Santa con su puño por no contarle sobre la fiesta.
- ¡Auch! No soy Santa, soy Red... Digo... No soy Red, que soy Santa - le regañó a Green el aludido mientras se sobaba su cabeza de aquel golpe.
- Sí claro, y yo soy la Reina de Inglaterra - respondió con un sarcasmo tomado en broma por Red, pues se inclinó ante él y tomo su mano.
- Pues mucho gusto su majestad - se burló Red mientras le besaba su mano, sonrojando a Green y dándole un golpe a su amigo y exclamando otro idiota.
- De todos modos le debes un regalo a nuestro buen amigo Silver. ¿O no su majestad? - le incitó Red a su amigo mientras golpeaba su codo al de su amigo.
- Bueno en eso tienes razón... "Santa" - le respondió de mala gana mientras buscaba en sus bolsillos lo que parecía ser una pequeña caja envuelta de negro con un moño rojo -. Feliz cumpleaños Silver.
El castaño le entregó al pelirrojo una medalla de su gimnasio, con la única diferencia del resto que esta tenía una pequeña perforación en el extremo superior para que él experto en intercambios lo colgara sobre su cuello. Un regalo que demostraba su procedencia como hijo del antiguo líder de gimnasio.
En lo que esto pasaba, el reloj de piso comenzó a sonar. Green no sabía que había uno, pero estaba seguro que alguien más lo había puesto porque ignoraba la existencia de una en su gimnasio. Todos miraron sonrientes en dirección a donde provenía aquel sonido, del cual también parecían escucharse unos cuantos pasos para acercarse. De aquel lugar, una figura oscura se iba aclarando de entre las sombras con ayuda de unas velas puestas en un pastel sobre sus manos y también su rostro era algo iluminado por la brillante sonrisa que sus relucientes dientes podían lograr deslumbrar a los demás. Solo unos cuantos sintieron escalofríos por ver aquella sonrisa tan "siniestra" acercarse lentamente hacía ellos.
Silver solo retrocedió al reconocer a aquella figura que los veía sonriente. Creía que eso era algo irreal. Él no podía verse así, tenía que ser un farsante.
- ¿G-Giovanni? - preguntó Silver sorprendido de ver a su padre parado frente a él.
- Dime papá, o papi - pidió el tipo castaño sin inmutar su personalidad.
- Anda, ¿así es cómo le dices a tú padre? - le espetó Gold mientras se acercaba a Giovanni y le rodeaba con su brazo para acercarlo a los demás.
- Es cierto Silver, Santa Claus escucho tu deseo. Que al menos por un día, quisieras tener un padre normal. ¿No es así? - le preguntó Red mientras pasaba un brazo por la espalda de Silver para abrazarlo.
- E-Es cierto.. ¿P-Pero cómo?...
- A callar Silver, es tu cumpleaños. Pásalo al menos con tu padre - le pidió Blue incitando a que pasara el tiempo con su padre al menos por esa noche.
- E-Está bien... Lo intentare.
La noche paso de inmediato en el gimnasio de Ciudad Viridian. Solo que fue totalmente diferente a lo que Silver lo hubiera esperado. Su padre y Red solo se la pasaron bebiendo sake por cada vez que uno perdiera durante los juegos de vencidas (los cuales fueron iniciados por Red debido a que si al menos vencía al exlíder de gimnasio de Viridian, probaría que sería digno de ser el siguiente en ser el sucesor del gimnasio), los cuales todos había perdido Red y Giovanni para estar iguales tomo la mitad que Red para divertirse con los demás invitados. Se veía completamente diferente, no era para nada el líder de la antigua organización maligna que era antes, sino que ahora era un padre divertido y fiestero que solo avergonzaba a su hijo delante de todos sus amigos. Al menos su primera experiencia con su padre fue una que todo hijo tiene con su padre. Ya no sentía que tener un padre normal sería lo mejor del mundo. Que fuera serio y un poco sombrío lo aceptaba, heredó eso de él, pero que fuera alguien divertido y totalmente alocado, sería como tener un clon de Gold en versión adulta como padre (claro, sin lado pervert y con grandes influencias en el crimen organizado) y esa simple idea hacía que sintiera temor.
- ¿P-Papá? ¿No has bebido suficiente ya? - preguntó Silver amablemente mientras se acercaba a él para tomar su brazo.
- ¿Te estoy molestando por beber mucho, hijo? - dijo Giovanni al verle con una sonrisa y una nariz roja en su rostro.
- "Claro que por supuesto que sí, pero para qué te lo digo" - se dijo Silver mientras le veía con una sonrisa fingida -. Bueno, no, pero se ve que has bebido demasiado.
- Red-san también ha bebido suficiente. Se cree aún más que es Santa-san - comenta Yellow mientras se acerca a Red quien montaba a Gold como si fuera uno de sus Stantlers.
- Mejor llevatelo de aquí Yellow-senpai. Me va a romper la espalda de tanto subirse a ella - pidió un adolorido Gold intentando bajar a su sensei, quien parecía disfrutar de aquella cabalgata, pues Gold en lugar de Stantler de Santa parecía más bien un Tauros mecánico.
- Si Yellow, llevatelo a - tu - casa - dijo Blue separando aquellas palabras con un tono risueño para que Yellow aprovechara la oportunidad con Red.
- E-Está bien... Yo me encargo - respondió una sonrojada Yellow tomando la mano de Red para bajarlo de Gold - Santa-san. Es hora de volver al polo norte - le dijo a Red intentando seguirle el juego.
- Ho, ho, ho-hic, claro hermossa duendechita que she pareche a Yellow... Vamonosh a-hic... Volvamosh al polo norte-hic- respondió un Red sonriente con la nariz roja como Rodolfo y tropezando las palabras por lo ebrio que estaba -. Y por chierto-hic... No intentes... No intentes abushar de Shanta, ¿shi? - le dijo entre risas mientras la tomaba por su cuello con uno de sus brazos y la aferraba a él.
- Sí Yellow, has lo que santa te pide - le intentó animar Blue a Yellow dejándola completamente de un color rojo intenso en su rostro.
- Red-sensei, creo que debo aprender más de usted - gritó Gold mientras los veía acercarse a la puerta.
- P-Por favor... No sigan diciendo cosas vergonzosas - pidió una inaudible Yellow mientras intentaba tomar la perilla y girarla con dificultad debido a que sentía como sus manos sudaban de más.
Ella desapareció por la puerta del gimnasio cargando a Red con el disfraz de Santa y mientras tanto, Giovanni parecía seguir avergonzado a su hijo. Pero no fue por mucho pues Gold llamó su atención para continuar con la otra parte de la fiesta. Tal parecía tener un aviso que darle.
- Bueno señor Giovanni. ¿Piensa quedarse para la fiesta navideña que tenemos planeado? - le preguntó sonriente haciendo sonrojar a Silver.
- ¿En serio? ¿Acaso sería buena idea? - preguntó el nombrado un poco sonrojado.
- Claro. Usted es muy divertido - le respondió entre risas mientras daba una palmada a la espalda de Giovanni, "moviendo el interruptor" de él y cambiando su forma de amigable a serio - He... he... Lo siento...
- No hay cuidado - le dijo con una mirada seria y agitando su mano para que no se preocupara -. Aunque... Creo que sería mejor si mi hijo lo prefiere así - comentó en tono preocupado mientras miraba a Silver, dejándolo un poco más sonrojado y con la misma mirada seria que él.
- S-Solo... Solo sí sigues siendo el mismo de antes - pidió Silver con un tono sincero y tímido mientras se acercaba a su padre para tomar su mano.
- Por supuesto hijo - respondió él en un abrazo mientras todos los demás continuaban viendo aquella enternecedora escena entre padre e hijo.
Nota de Red20: Bueno, espero que les haya gustado este capitulo. Y bueno, lo subí ahora por lo mismo que fue el motivo de esta fiesta, jeje. En fin, para el siguiente es lo bueno y para que vean la fiesta navideña. Nos vemos.
