Hinata y Kageyama llevaban ya un mes saliendo juntos en secreto. Sin embargo, a pesar de haberse besado y tomado de las manos, nunca habían llegado más allá.
Cuando estaban a punto de salir del gimnasio, una vez que todos ya se habían ido, Hinata tomó su mano y lo detuvo. Se le había insinuado incontables veces ese día y Kageyama siempre reaccionaba de la misma manera, "¿De qué estas hablando?". ¡Era desesperante! No era fácil en primer lugar decir esas cosas como para que él no las entendiera.
-¿Ahora que pasa? Has estado actuando muy extraño todo el día, balbuceando cosas sin sentido y haciéndome perder el tiempo. En vez de estar en esas, podrías entrenar un poco más.
Ahí va de nuevo. ¿Es que Kageyama siempre pensaba en vóley? Bueno, la respuesta a esa pregunta era más que obvia. Repentinamente todo se iluminó en la mente de Hinata. La solución a su problema de comunicación siempre estuvo frente a sus narices y no lo notó. Hinata se irguió, esta vez si lo iba a entender. Lo había dicho ya tantas veces y de tantas maneras, que se había vuelto una meta personal el que Kageyama lo entendiera. Ya había perdido la vergüenza a decirlo.
-¡Kageyama! ¡Yo quiero que metas tu balón en mi cancha!.
Repentinamente el rostro del pelinegro se volvió totalmente rojo. Ah, finalmente lo había entendido.
-¿Qué… Qué estas diciendo? Tú…Idiota…
-¡Que quiero que me anotes un punto!.
Kageyama tapó su rostro con una mano sin poder creer que siguiera. Pero Hinata estaba dispuesto a seguir.
-Yo quiero que…
-¡Ya entendí! – Le gritó y sin más, le dio un golpe en la cabeza y se volteó.
Hinata cubrió su cabeza adolorida.
-¡Oi! ¡No tenias que pegarme!- Hizo una mueca.
Kageyama no volteó. Sin embargo, se podían notar sus orejas rojas. Fue por sus cosas, las tomó y, decidido a irse, caminó hasta la puerta. Se detuvo un segundo volteando solo un poco hacia donde estaba Hinata mirándolo fijamente.
-¿Qué te pasa? ¿No vas a venir?.
El rostro de Hinata se iluminó con una sonrisa y fue corriendo por sus cosas. Salieron caminando uno al lado del otro.
-Entonces…Sobre ese partido del que te hablé hace un segundo…- Le preguntó el peli naranja levemente sonrojado.
-¡No digas más!- Su rostro se encendió hasta el punto de casi iluminar el camino de lo rojo que estaba.- Ya se dará… ¡Será un partido sorpresa!- Y dicho esto, aumentó la velocidad para que no lo viera, avergonzado como estaba.
Hinata suspiró aliviado. A fin de cuentas, Kageyama realmente solo pensaba en vóley. Se rió ligeramente al verlo trotando para huir de él y salió corriendo, comenzando una de las tantas carreras en las que siempre terminaban metidos. Sonrió sin poder evitarlo, finalmente habían logrado hablar el mismo idioma.
Esta idea nació de una conversación con mi hija -QueNoEsEnRealidadMiHija- (?) en la que le decía que su padre -QueNoEsHombre- (?) era muy lenta para entender indirectas.
¡Así como Kageyama! Él no se enteraría de que se le insinúan a menos que le digan "Quiero tu balón en mi cancha!" #ElQueEntiendeEntiende.
Por alguna razón, le dí forma y nació esto. Espero lo disfruten y se rían como lo hicimos nosotras :D Si quieren dejar un review, no me molesto (?) :3
