Una hermosa mañana se alzaba en el reconocido valle de la paz. La armonía y relajación reinaba en el lugar, o así era hace minutos.
De un golpe seco, un panda de unos 13 años caía de su cama sudado, perturbado, totalmente transpirado y aterrado.
Miró su mano, temblaba y sufría pulsaciones que la cerraban levemente.
- N-No puede ser posible. Tiene que ser una broma... -
Se levantó aterrado. Se miraba como si no se reconociera.
- Yo... ¿No estoy muerto? -
Miró los alrededores, notando que su habitación era pequeña y muy vacía.
- Entonces ¿Qué ocurrió? -
La puerta fue golpeada, sorprendiendolo.
- Po ¿Estás bien? Oí un golpe por allí -
Era su padre, no había duda.
- ¡Claro, Pá! ¡Tengo hambre! -
Vaya ironía, siquiera quería olfatearla o seguramente vomitaría. Se hallaba en un estado totalmente apestoso.
- Ah, era eso. En minutos estará lista, te esperamos abajo -
~ ¿Esperamos? ¿Quién estará allí abajo? ~
Tras ese pensamiento, negó con la cabeza y se colocó un pantalón, reconociendo que su apariencia era de un niño.
Puntualizó todo al instante, tratando de no olvidarlo.
1) Lord Shen disparó su cañón, recibiendo de lleno el impacto que hizo que cerrara los ojos y sintiera que todo su cuerpo se aliviaba.
2) Por obra de arte, despierta con 13 años de edad y recuerdo de todo lo que cree haber vivido.
Suspiró y salió de la habitación. Reconociendo todo, o al menos casi todo.
En los retratos familiares, su padre estaba con una especie de guepardo. Abrazados, abrazándolo.
~ ¿Quién es ella? ~
Sus dudas pararon al oír una hermosa voz cantando y al oler un delicioso aroma a comida.
Se aproximó, notando a su padre preparando fideos y a un guepardo que preparaba sándwiches.
- ¿Pá? -
El ganso volteó y sonrió.
- Buenos días, Po. Podrías preparar las mesas, estoy terminando el desayuno -
- Ping~ No hagas eso con él. Recién se despierta -
La mujer volteó otorgándole una sonrisa y un plato frente a él.
- Pero, Maya... -
- Nada de peros. Si no come, no trabaja -
El panda no pudo evitar reír ante la acción poderosa de la felina. Tomó varios y los metió en un plato, llevándolo en su mano derecha.
- Gracias, Má... -
El no se sentía acordé al tiempo, pero parece que eso hizo feliz a la mujer... Quizás demasiado.
- Me dijo Má~ Me dijo Má~ -
La mujer cocinaba y mecía su cola con alegría.
~ Bien. Éste no es mí pasado... Yo no recuerdo haber tenido una madrastra -
Suspiró, tomó de manera ágil los manteles y palillos con su mano izquierda, y los distribuyó con efectividad por las mesas. cómo si llevara la costumbre en la sangre.
- H-Hijo... ¿C-Cómo... -
Sus padres lo vean sorprendidos. Parece que el "Po de este tiempo" no hacia esas cosas. Lógico, pues en ese tiempo desconocía el Kung-Fu y su fanatismo.
Pero ahora...
- ¡P-Practicaba en secreto! -
La gueparda sonrió y acarició su cabeza.
- Buen trabajo, Po. Tu premio... -
Le acercó un plato de fideos y lo ayudó a acomodar los sándwiches a su lado.
- Que disfrutes -
La mujer continuó trabajando mientras que él se disponía a comer.
Tomó los sándwiches, sorprendido al notar que su contenido era Carpaccio, un cruce entre piñones, parmesano, rúcula, tomate, lechuga y huevo. Lo conocía, ya que una vez, Tigresa demostró saber prepararlos.
Miró la sopa algo entristecido ¿Cómo se encontraba ella ahora? Sabía que a esta edad ella debería estar dirigiéndose rumbo al palacio de jade por la adopción de Shifu. Negó, alejando esos pensamientos, y comenzó a comer.
Su sonrisa alegró a la pareja. Estaba disfrutándolo.
- Po ¿Podrías traerme los ingredientes que traen en la parte de atrás? ¿Sabes dónde es, no? -
- Si, Má -
Se dirigió hacia allí, encontrándose con los envíos correspondientes. Suspiró. Tendría mucho trabajo.
Estaba por tomar la primera cuando un águila bajó frente a él.
- Oh, un rehén. Tu servirás -
Trató de tomarlo entre sus garras pero Por reaccionó más rápido y lo golpeó con un puerro.
- Eso no duele, niño... -
- ¡Pero esto si! -
El ave voló de una patada. Shifu había aparecido mandando al suelo al villano.
El panda estaba sorprendido. Parece que él no había cambiado nada, e inclusive se veía un poco más joven.
- ¡Maestro! ¿Se encuentran bien? -
- ¡Tigresa! ¡Quédate aquí! ¡Volveré pronto! -
El hombre se dirigió hacia el ave y comenzó a pelear. La pequeña se mostraba emocionada, sin notar el profundo asombro que tenía el pequeño a su lado.
~ ¡Sonríe! ¡No puedo creerlo! ¡He vuelto al pasado! ~
- Oye ¿Por qué me miras tanto? -
Se sonrojó al ver que su contraria estaba sonrojada y avergonzada.
- P-Perdón. Te ves linda sonriendo -
Ambos estaban sonrojados.
- ¿E-Enserio? -
- Enserio -
- ¿Lo juras? -
- Lo juro -
- Entonces, te creo... Mí nombre es Tigresa ¿Y el tuyo? -
- Po. Un placer -
~ Quizás... Sólo quizás... Pueda cambiar su triste infancia... ~
- ¡Seamos amigos! -
La sorpresiva propuesta intimidó a la muchacha.
~ ¿Me habré adelantado? ~
Debía reconocer que era un auténtico idiota en todos los tiempos disponibles...
- ¿Realmente quieres ser mí amigo? Soy un tigre. Doy miedo -
- Para mí, eres linda. No me molesta tu especie, espero que la mía tampoco lo haga... -
- ¡No lo hace! M-Me alegra que quieras ser mí amigo... -
Ambos sonrieron, algo que notó Shifu que estaba golpeando al ave contra una caja de madera, que se partió. Él también sonrió, ella realmente estaba cambiando.
Las autoridades se aproximaron y él lo entregó.
- Tu papá es sorprendente... -
Po lo dijo sin pensar.
- Oh, este, él no... -
- Me alegra que se lleven bien. Soy Shifu, padre de Tigresa y maestro de Kung-Fu -
El hombre sonrió orgulloso ante la sorpresiva alegría de la joven.
Po tomó eso como oportunidad para hacerse el desentendido.
- ¿Kung-qué? -
- Kung-Fu es una disciplina de lucha, paz y control -
- Wow... Se ve interesante. Aunque no pueda hacerla... -
Fingió tristeza, cuando en realidad estaba dispuesto a comenzar a entrenar en cuanto pudiese. Recordaba el entrenamiento de Shifu como la palma de su mano, y si tenía comida de por medio, con mayor facilidad.
- No lo veo imposible. Es más, podrías tomarlo como un reto -
- ¿¡Enserio!? -
- Claro. Mí pequeña, Tigresa, iba a comenzar su entrenamiento hoy. Pero ya habrás notado a ese ladrón -
- ¿Ladrón? -
- Le robó una dentadura de cristal a una cabra de aquí. Iré a devolverla ¿Podrías quedarte junto a ella hasta que regrese? -
- La cuidaremos sin problemas -
La gueparda sonrió y miró a Po de brazos cruzados.
- Te estabas tardando mucho, ya nos estábamos preocupando -
- Perdón, Má -
Shifu y Tigresa se sorprendieron ante la abreviación.
- Descuida. Lo importante es que estás a salvo. Pequeña ¿Quieres probar mis sándwiches? -
La mencionada asintió avergonzada ante el rugir de su estómago.
- Perfecto. Volveré en cuanto pueda -
Shifu se retiró de inmediato. Dejando a los tres solos.
Al entrar, Ping, que seguía cocinando y ya tenía clientes, los miró curioso.
- ¿Qué ocurrió? ¿Y quién es la pequeña que los acompaña? ¿Tu amiga, Po? -
La pequeña asintió felizmente.
- Ella es Tigresa. Su padre fue a hacer un recado y nos la encargó un momento -
- Ah, ya entiendo ¿Ya desayunaste, pequeña? -
Esta negó avergonzada.
- Perfecto. Entonces prueba nuestro especial de "Fideos con Carpaccio" -
- ¿Carpaccio? -
- Es el ingrediente secreto de los sándwiches de mí esposa -
La pequeña se hallaba totalmente anonadada.
- Wow... ¿Es delicioso? -
Po asintió, confirmando sus dudas.
La mañana de ese día fue quizás el que marcó parte de el inicio de la gran aventura que reviviría nuestro heroico panda.
