Empezaba a pensar que estaba enfermo.
Era realmente preocupante.
Lo más probable es que él tuviera bipolaridad.
Si. Eso era.
Los constantes enojos repentinos, la sensación de felicidad al segundo siguiente, el vacío que lo atacaba de un momento a otro, el miedo que lo dominaba sin su permiso, el querer proteger a toda costa...
Todo eso podía ser a causa de la bipolaridad.
Pero había un detalle en particular en cada una de estas situaciones de cambio de humor.
Un pequeñisimo detalle.
Uno que no debía pasarse por alto.
En todas estas extrañas vivencias, su joven pelirrosa alumna estaba presente. Aunque no siempre fuera en carne y hueso.
Solo se necesitaba mencionarla en alguna conversación, para que su enfermedad se hiciera aparecer.
Y es que realmente no lo entendía.
A menos que sintiera la presencia de la Haruno, ya sea en palabras o en persona, él no sufría de esos cambios de personalidad.
Al parecer, su bipolaridad era selectiva.
Es irónico, ya que Sakura era la mejor ninja medico en el País del Fuego, pero también era la que producía la enfermedad que poseía.
Necesitaba encontrar la cura ya.
No podia seguir asi.
Y qué mejor que la causa de sus desgracias le diera también el antidoto.
Ooooooooooooooooooo
El remedio le gusto mucho.
Era realmente satisfactorio.
No podía quejarse.
Pero no curó su enfermedad. Solo la "apaciguó" o la aminoro un poco.
Al parecer, estaría enfermo toda la vida.
Sin embargo, no le molestaba, ya que por ende, debería medicarse constantemente.
Y el antídoto era muy placentero.
Sakura le había recetado todo:
-Una sesión de besos.
-Una dosis de caricias.
-Una pizca de abrazos.
-Cinco cucharadas de placer y amor.
Y lo mejor de todo.
Ella se había ofrecido para cuidarlo y darle el remedio cuantas veces fuera necesario.
Si. Su bipolaridad no se había ido.
Pero su maravillosa alumna y amante le ayudaría a combatirla. La eliminarían completamente.
Aunque, ahora, mientras devoraba la boca de la pelirrosada y le acariciaba la cintura, estaba considerando cambiar de opinión.
Tal vez, la bipolaridad no fuera tan mala.
Claro, solo si tenía la cura y Sakura Haruno, su alumna, era quien se la proporcionaba.
