Me encanta Yugito Nii! Y no sé porque pensé que se veía bien con Kakashi!
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Capitulo Uno.
Ojos de Gato.
Lo cierto era que Uzumaki Naruto era la excepción a la regla, tal y como siempre lo había sido. Kakashi lo sabía, ahora que tenía a otro Jinchuriki al frente.
Los informes decían que se había escapado a duras penas de un ataque del Akatsuki, que las fuerzas de la Aldea Oculta entre las Nubes estaban destrozadas y dispersas y que por eso el Raikage le pedía amablemente al Hokage la búsqueda del Jinchuriki que contenía el Biju de Dos colas, Nibi. Kakashi sólo suspiró detrás de su máscara. Todo sonaba a mentiras y artimañas, tal y como siempre lo había sido. La Aldea Oculta entre las Nubes era una de las más fuertes, sino la más fuerte, entre todas las aldeas. Lo que pasaba era que todas sus fuerzas se encontraban enfocadas en encontrar a Killerbee, así de desesperado estaba el Raikage, su hermano, porque bien sabía él que si Killerbee no quería ser encontrado, así sería. Pero tener al Jinchuriki, ¡al de Ocho Colas por dios!, suelto por ahí donde podía encontrarse frente a un ataque del Akatsuki o de cualquier otra aldea era un riesgo que nadie estaba dispuesto a correr.
Por otro lado estaba ella, Yugito Nii. Se sabía que se había salvado de milagro del Akatsuki pero nadie fue a ayudarla. Un par de grupos fueron mandados pero no llegaron muy lejos por ser simples genins, fue por eso que se le pidió ayuda a Konoha.
Killerbee tuvo la suerte de tener un hermano que lo quiso y que llegó hasta convertirse en Raikage para protegerlo y ayudarlo. Ella, como la gran mayoría de los Jinchuriki, la habían hecho cortar relaciones con su familia a corta edad para someterla al entrenamiento y al sacrificio de portar al Biju. Según los informes fue declarada un ninja perdido por su aldea, por escapar y buscar ella sola una pelea con el Akatsuki.
"Yugito Nii, soy Kakashi Hatake de la Aldea Oculta entre las Hojas. Debes venir con nosotros por orden del Raikage", le dijo mientras el resto de su unidad se desplazaba alrededor de ella. "Ya sea por propia voluntad o por la fuerza".
Ella pareció erizarse cual felino mientras retrocedía doblándose ligeramente en sí misma, preparándose para atacar en cualquier momento. Sus ojos se agudizaron provocando que algunos miembros de la unidad de Kakashi les tambalearan las rodillas. Uno de ellos pierde la paciencia y lanza un par de shurikens que parecen desvanecerse en fuego azul rabioso y agresivo.
La batalla había comenzado y Kakashi sólo puede ver maravillado como los miembros de su unidad van cayendo uno a uno.
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