Titulo: Mi vida en Domino

Autor: Mei Asakura

Disclaimer: Yugi-Oh no es mio, si lo fuera no estaria escribiendo esto aqui si no publicandolo en forma de manga y forrandome con ello . Eso sí, Dai, su familia y los demas conocidos que le pueda sacar más adelante si son mios y el que quiera usarlos que pida permiso o se prepare para sufrir la mas horrible de las muertes .

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Capitulo 1

El sol se alzaba brillante y feliz una vez más, la luz del nuevo día se filtraba por la ventana, abierta a causa del calor nocturno, golpeando de lleno su cama; pronto el sonido de la alarma del despertador se sumo al ataque rompiendo definitivamente su sueño. Con delicadeza saco su brazo de debajo de las sabanas, tomo el despertador y lo lanzo por la ventana, una risa malevola se dejo oír una vez el sonido de la alarma fue reemplazado por el del despertador rompiendose al encontrarse con el suelo. Lastima que no pudiese hacer lo mismo con todo lo que le impedia dormir...

"¡Dai, levanta o llegaras tarde tu primer día de escuela!" la voz de su madre llego a sus oidos y Dai maldijo por lo bajo al inventor de la escuela y las madres ultra-responsables. "¡Y espero que hayas apagado la alarma de forma manual y no tirandolo por la ventana como siempre!"

Bueno, en cierto modo había sido una manera 'manual' de hacerlo, había usado la mano para lanzarlo por la ventana ¿no? Aparto las sabanas a base de patadas y se levanto rezongando por lo bajo, ¿cuándo aprenderia su madre? Estudiar malo, dormir bueno. Era simple ¿no? Pero claro habia que estudiar para el futuro... Dai ahogo una risa ácida; 'futuro', como si fuese seguro el hecho que lo tendría, con la de gente que se moria cada día el futuro era lo que menos le importaba. Preferia centrarse en el presente, pero ni eso le dejaban; que sociedad, la mitad de las personas se pasaban la vida pensando en el pasado y en el quizas, y la otra mitad pensando en el futuro. Lo gracioso del caso era que normalmente los que pensaban en el pasado eran mayores y de jovenes habian estado pensando solo en el futuro; la pescadilla que se muerde la cola.

Se dió una ducha rápida y se puso el uniforme de su nuevo instituto; si, 'instituto' por mucho que su madre se empeñase en llamarlo 'escuela' y en tratarle como si tuviese apenas 7 años, Dai ya estaba entrados los 16 y en unos meses haría los 17. Hacía apenas unos día que se habian mudado a aquella ciudad, Domino se llamaba, sobra decir la acidez que le producía a Dai el nombrecito, demasiadas bromas faciles para su gusto; a su madre le había faltado tiempo de inscribirle en un instituto y ya odiaba el susodicho lugar aun antes de verlo siquiera. La razón de su odio era muy simple, era la razón por la cual su madre habia elegido ese instituto en particular, al parecer al susodicho centro acudia el tipo más listo del mundo y el más rico de Japón cuando menos. Un CEO de 17 años llamado Seto Kaiba; y dado que el tipo en cuestión era un genio y un ricachón, la madre de Dai supuso con su lógica aplastante que el instituto en cuestión era una maravilla. Lejos de serlo, el lugar era normal y 'standar', de hecho el tal Seto Kaiba ya era asi de listo antes de entrar ahi, pero claro eso su madre no lo sabía porque no se interesaba en lo que Dai; si su madre hubiese prestado algo de atención a los discursos de su retoño habría aprendido muchas cosas sobre Seto Kaiba, su compañía y el Duelo de Monstruos. Para que luego digan que los juegos no dan cultura.

Al menos Dai tenia que admitir que el uniforme del instituto le gustaba, no era nada del otro jueves, pero las reglas del lugar daban más libertad con los complementos y la forma de llevar el uniforme que en su antiguo instituto. Aun rezongando Dai bajó las escaleras hasta la cocina donde regalo dos besos a su hermana pequeña y a su madre, tomo una tostada untada en mermelada y mantequilla que su madre le habia preparado, recogio su cartera de libros y salio de la casa tran ricamente ignorando durante todo el rato la mirada reprobatoria de su madre a costa del uniforme de marras.

En el camino al instituto Dai se entretubo a base de bien, claramente sin gran interes por llegar, odiaba los primeros días de instituto; asi, en plural porque para su gusto había tenido demasiados. El hecho de que su padre trabajase para el ejercito provocaba que Dai y su familia se estubiesen mudando cada dos por tres, y en consecuencia Dai cambiase de instituto, a parte estaba el hecho de que con su mania de meterse en líos siempre le acababan expulsando. Hasta el momento, Dai tenía el record de haber 'aguantado' dos meses en un mismo instituto sin recibir la expulsion, claro que no contaba mucho porque de esos dos meses uno lo paso en cama por culpa de una enfermedad. Como fuera, odiaba los primeros días, todos eran iguales, entraba en la clase, el profesor le miraba asombrado/enfadado/curioso o todo a la vez, le presentaba a la clase que le daba miradas tambien muy variadas (notese el sarcasmo) y se pasaba el resto del día aguantando a un grupo de pelmazos empeñados en enseñarle el instituto y ser sus amigos. Y normalmente acababa el día habiando roto unas cuantas dentaduras despues de lo cual nadie volvia a incordiarle lo cual era de agradecer.

Dai se paro en seco, ahi estaba el instituto, miro su reloj; ¡maldita sea! Solo había tardado 10 minutos en llegar allí, claramente su madre eligio aquella casa por su cercanía con el instituto, asi era practicamente imposible que llegase tarde. Miro a su alrededor en desesperación, necesitaba algo que le distrajese al menos 5 minutos más asi por lo menos llegaría cuando el timbre sonaba; por mucho que Dai quisiese llegar tarde, el quedarse esperando en un banco a que pasase el tiempo iba en contra de su honor de modo que si no encontraba algo que le distrajese tendría que entrar y llegar pronto por primera vez en su vida. Afortunadamente Dios sentía especial aprecio por Dai o eso queria pensar porque desde donde estaba pudo apreciar tres figuras, dos grandes y una más pequeña en el patio del instituto, la pequeña se retorcía y parecía intentar coger algo que una de las figuras grandes sostenía.

Haciendo crujir sus nudillos Dai se relamió la boca. Matones; su desayuno preferido para llenar tiempo. Con paso decidido llego hasta el trío que se habia alejado apartandose de la vista de la gente, asi nadie podría molestarles; cuando Dai llego con ellos pudo apreciar bien a la pequeña fugura, era un chico bastante pequeño para ser estudiante de instituto pero aún asi llevaba el uniforme del lugar. El chico en cuestión tenía el pelo tricolor y en punta, cosa que a Dai le pareció muy original mientras se pasaba una mano por su propio pelo negro, corto y desarreglado, algo normal teniendo en cuenta que Dai se lo cortaba por su cuenta propia ya que si dejaba que le llevasen a una peluqueria acabaria con un peinado ridiculo. Sus ojos rojizos se posaron sobre el objeto que el chico intentaba recuperar, una especie de piramide en miniatura; no pudo apreciarlo más porque uno de los matones la lanzo al aire para pasarsela a su compañero que se preparo para recibir el objeto. Nunca llegó a tenerlo en sus manos, con una naturalidad pasmosa Dai se interpuso en la trayectoria de la piramide la tomó con una mano y sin mirar si quiera estampo su pie derecho en el estomago del que iba a recibir el pase gracias a una patada de espaldas.

El matón cayo al suelo sujetandose el estomago mientras Dai admiraba con cierto interes el objeto en cuestión, lastima que no tuvo mucho tiempo.

"¡¿Qué demonios te crees que haces idiota!? ¡No te metas en esto chaval!" exclamo el otro matón intentando golpear a Dai que suspiro con desgana, los matones siempre tan predecibles; le paso el objeto al otro chico y se dispuso a la faena.

Varios minutos despues los matones estaban inconscientes y abandonados en el lugar mientras Dai y el chaval al que había ayudado se dirigían a clase; Dai miró su reloj con una sonrisa de satisfacción, había ganado 10 minutos, no tendria que romper su rutina de llegar tarde.

"Gracias por ayudarme, eres muy fuerte;" decía el chico que ahora llevaba su pirámide colgada del cuello; Dai le miro de reojo con algo de desinterés, parecía el tipico chico con el que todo el mundo se metía pero sin embargo se veía muy alegre para sufrir constantes abusos por parte de sus compañeros. "Esos cerdos me engañaron, me dijeron que querian un duelo y me pidieron ver el puzzle; por eso mis amigos no me han podido ayudar."

Ah, o sea que el chaval tenía amigos, eso explicaba su carácter, por mucho que la gente se metiese con él sus amigos eran un apoyo y le ayudaban cuando podían.

"Es tu primer día ¿verdad? No te había visto antes y teniendo en cuenta lo bien que peleas es la unica explicacion posible para que no se te conozca;" exclamó el chico alegremente mientras que Dai puso los ojos en blanco, alla iba el show. "Mi amigo Jounouchi es un gran luchador y todo el mundo le conoce por aqui y saben que no hay que meterse con él; por cierto me llamo Yugi Motou."

Dai se limitó a asentir, primero porque no tenía interés en hacer amigos, para eso estaba su hermana que a estas alturas recibia más cartas de todos los amigos que dejaba atrás que toda la mitad de la gente de aquella ciudad junta; y segundo porque ya estaban frente al aula el profesor le presentaría de inmediato. Yugi entró primero agitando la mano a modo de despedida temporal y Dai respiró hondo mientras el profesor comenzaba a hacer la presentación, entró en el lugar y se sorprendió, el profesor no solo le sonrió si no que no miro para nada su uniforme y tampoco el resto de la clase. Dai deslizó su vista sobre el grupo de estudiantes, en la parte de atrás en una esquina estaba Seto Kaiba tecleando como un loco en su ordenador portatil, no parecía tener intención de prestar atención a las clases cosa que no sorprendió a Dai en absoluto teniendo el cuenta que el chaval tenia un IC de 250 mas o menos seguramente solo estaba ahi para tener el papelito de certificado de estudios. Tambien en la parte de atrás estaba Yugi hablando agitadamente con los chicos de su alrededor y haciendo aspavientos hacia Dai por lo que supuso que les estaba contando su encuentro anterior; se fijo en el grupo, una chica muy mona pero que encajaba demasiado bien en el estereotipo de 'cría pija y pesada como ella sola', dos chicos que encajaban en el perfil de 'matones' cosa que le sorprendió bastante ya que las crias pesadas y los matones no se solían llevar bien, por último habia un chico que no encajaba en ningun perfil, es decir, un chico normal y corriente.

"Bueno, he aqui el nuevo estudiante de nuestro instituto, se llama Dai Ayutaba, hagamosle sentir a gusto con nosotros," dijo el profesor antes otear la clase y de dirigirse a Dai señalando el asiento libre al lado de uno de los amigos de Yugi de cabellera rubia y delante de Seto Kaiba. "Hijo, puedes sentarte delante de Kaiba y al lado de Jounouchi."

Dai se dirigió a su sitio con el asombro plasmado en el rostro, ¿'hijo'? Era consciente de que solo era una forma de hacerle sentir a gusto en el lugar, un apelativo cariñoso que seguramente no se volvería a repetir; pero el uso de ese termino significaba que... Tomo asiento y miro a Jounouchi, el chico rubio de ojos miel que le sonrió y le levanto el pulgar en actitud amistosa, como si fueran colegas de toda la vida; Dai no pudo evitar sonreír con cara de circunstancias, detras de Jounouchi podía ver a Yugi saludandole otra vez con la mano y una amplia sonrisa. El profesor continuó con la clase por lo que tuvieron que dejar los saludos y señales para después.

Alucinante, sencillamente alucinante; era la hora del almuerzo y nadie había saltado sobre su persona como hacian en los otros sitios, los unicos en hacerlo habían sido Yugi y sus amigos aunque a ellos se los perdonaba principalmente porque tampoco fueron muy ortodoxos al hacerlo. Actuaban como si fueran amigos de toda la vida cosa que, mal que le pesase, agradaba mucho a Dai sin embargo aún no había tenido la oportunidad de hablar con ellos puesto que fueron a por algo de comida, dejando a Dai a solas con el tecleteo maníatico de Kaiba. Dai ni se molesto en volverse a mirar al CEO, sabía que este le ignoraría asi que no valía la pena gastar el esfuerzo; por fin Yugi y sus amigos regresaron y juntaron las mesas para comer todos juntos aun asi Dai se fijo en que faltaba alguien.

"Bakura se ha quedado en el comedor," explicó Anzu alegremente al apreciar que Dai buscaba al albino con la mirada. "Bueno, ¿y de dónde eres?"

Dai fue a contestar pero un brazo alrededor de su cuello se lo impidió.

"¿Qué más da de donde sea? ¡Lo importante es saber donde aprendió a pelear así!" exclamó Honda apretando el brazo alrededor del cuello de Dai que se cuestionaba si podria volver a respirar algun día. "¡Tio, Yugi dice que practicamente tumbaste a uno de esos cerdos de una patada y que ni siquiera tuviste que mirar para acertar!"

"Ojala pudiese haber estado alli para verlo, tio la proxima vez llamame y les daremos la paliza juntos;" dijo Jounouchi antes de añadir. "Honda sueltale que le ahogas macho."

Dai respiro con alivio cuando Honda por fin soltó su presa y sonrió a Jounouchi antes de hablar por fin.

"Será un placer, pero creo que ha habido un malentendido..." no tuvo que seguir, las mandibulas de todos casi llegaron al suelo y los ojos se les salían de las orbitas, y Dai hubiese jurado que el tecleteo frenetico de Kaiba se detubo durante unos segundos señal inequivoca de su sorpresa. "Como mi madre vino a matricularme sin mi al parecer se han formado un malentendido conmigo y como llevo este uniforme pues..."

"Entonces..." empezó Anzu. "Eres..."

"Una chica, si, dilo sin miedo mujer;" terminó Dai riendose nerviosamente, era la primera vez en su vida que le confundían con un chico y resultaba ser una situación bastante embarazosa.

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Mei: Ya esta, hasta aqui el primer capitulo.

Dai: ¿Qué ha sido eso? O.o

Mei: Se llama "capitulo", ¿sabes? Y este es el primero de la historia que voy a hacer.

Dai: Ya se que es un capitulo ¬¬ Pero no me creo que sea tan corto viniendo de ti "reina de las biblias" ¬¬

Mei: Llamalo influencia de leer tantos fics de este sitio XDDDD

Dai: ¿Y a que viene eso de "soy una chica"?

Mei: Si te das cuenta he intentado no usar contigo ningun adjetivo femenino ha sido muy duro, me pregunto si lo logré, queria que los lectores tambien creyesen que eras un chico. A fin de cuentas Dai tambien es nombre de chico XD

Mei: ¿Seguiras escribiendo asi?

Mei: ¿Tú estas loca? O.o Una vez y gracias, muy buenas.

Dai: Vale ¿y lo de los nombres?

Mei: Influencia tambien, además me gustan más -o-

Dai: Vale... ¿Y de qué va a tratar todo esto?

Mei: Te lo diré cuando lo piense de momento se que habra algo de romance XD

Dai: ¬¬

Mei: ¡Dejad reviews por favor! ¡Aunque sea para decirme si consegui que durante el primer capitulo creyeseis que Dai es un chico!

Dai: Oye, ¿y vas a seguir tratandome de chico? O.o

Mei: Solo en el instituto, creo que será divertido mantener tu dicotomia XD


Dai: ¿Mi qué? O.o

Mei: Coge el diccionario anda mona ¬¬

¡Reviews por favor!