Ichigo podría tener muchas cosas, un cabello bonito, muchas amigas, un dulce corazón. Demasiado buena para Kisshu, pero este no se dió cuenta de ello, hasta que encontró a la "mejor amiga" de esa linda minina que tanto lo había cautivado. Ella lo cautivaría aún mas...

La noche era oscura, salvo por los postes de luz que iluminaban la zona, sobretodo por donde esta joven andaba. Después de trabajar en el café debía caminar tres calles para llegar a su mansión. Jamás temió caminar por la peligrosa calle, era muy obstinada para sentir miedo, con la frente en alto y su bolso en mano caminó con paso firme, valiente como quería hacerse ver.

El ruido seco del bolso retumbó en las abandonadas calles, donde solo dos personas estaban, ella, Y Kisshu. La peliazul, más sonrrojada que nunca en su vida, Kisshu... la tomaba seductoramente del mentón haciendo sus narices rozar, solo ese contacto provocó el sonrojo de la Mew.

- Hola linda minina... - El rostro de Kisshu cambió a uno de decepción instantáneamente- Sólo eres el pajarillo. Creí que esas orejitas eran de mi gatito, pero solo era tu cabello

- Lamento haberte decepcionado- Minto habló con sarcasmo y se hincó para recoger la bolsa de mano, aún con un profundo ardor en su rostro.

Kisshu notó esto, y soltó una risa, que hizo molestar duramente a Minto ¿Se estaba burlando de ella?.

- No puedo creer que te sonrrojaras por algo tan estúpido. Es obvio que no te pareces en nada a Ichigo- El cyniclon no paraba de reir mientras se mantenía de brazos cruzados.

La Mew rechinó fuertemente los dientes para luego darse vuelta hacia su "oponente", hirviendo de ira y verguenza.

- ¿¡Quién te crees que...!?- Un sonrojo, era poco decir, su calor corporal empezó a subir, un escalofrio le recorría la espalda cuando sintió los labios de Kisshu sobre los suyos, solo fue un leve contacto.

- Tus ojos son más hermosos- Dijo él separandose solo un poco.

Minto dió un paso hacia atrás. Cuando el cyniclon volvió a besarla, esta vez relamió sus labios.

- Eres mucho más habil- Una sonrisa maliciosa se dibujó en su rostro, Minto no sabía que hacer, solo retrocedía por la angosta calle.

- Eres mucho más bella- Le mordió esos dulces labios de marfil hasta enrrojecerlos, haciendo que Minto soltara un pequeño gemido de dolor, sintió la fria pared detrás suyo. Ya no tenía escapatoria. El peliverde presionó su cuerpo con el de la chica posando una mano en la pared y otra en la marcada cintura de Minto.

- Tu cabello me encanta- Esta vez, jugó dentro de la boca de la Mew, en un salvaje juego que sabía como hacerlo, con sus propias reglas, empujando más el fragil y delicado cuerpo de la peliazul contra el suyo. Minto mantenía sus manos en la fría pared, no podía escapar... O tal vez no quería.

- Y tu aliento, es mucho más dulce- Kisshu relamió sus labios- No te pareces en nada a Ichigo.

Minto lo miró a los ojos, para luego empujarlo y salir corriendo al cobijo de su habitación. No parecía triste, no lloró, solo apoyó su espalda en la puerta y cayó al suelo, tocándose los labios, relamiéndolos, buscando cualquier tipo de rastros de él.

- Le gustó mi té de manzanilla- Una sonrisa se dibujó en el rostro de Minto. No arrogante, como las que suele mostrar, sino... Plácida...