Las experiencias sean placenteras o amargas nos ayudan a mejorar nuestras vidas, vivir en el pasado significa no crecer como humano, y perderse de mejores oportunidades en la vida.
AMARTE EN SILENCIO
CAPITULO # 1
Por. Tatita Andrew.
Amaba a su hermana mayor después de todo era la única que tenía, pero se preguntaba hasta cuando podía soportar tantas humillaciones de su parte, cuantos insultos, cuantos desaires. Y la gota que derramo el vaso fue cuando le dijo que debían viajar hacia Chicago, que allá se iban a encontrar con su esposo Albert, si es que aún su hermana lo podía llamar esposo, puesto que llevaban más de tres años separado, aunque nunca hayan finiquitado lo del divorcio ante la ley lo eran, y por esa misma razón es que el administrador de la empresa Andrew y Asociados hasta entonces, pidió una junta urgente con los socios mayorista, Candy tenía entendido que él pensaba renunciar, por motivos de que le había salido un negocio en Hong Kong y deseaba rendir cuentas y dejar todo en manos de los verdaderos dueños, pero no ella no quería ir por supuesto lo que menos deseaba en el mundo era volverse a encontrar con Albert, cuantas noches había llorado con su recuerdo, cuantos años amándolo en silencio, cuanto tiempo enamorada del marido de su hermana. Pero no tenía otra alternativa ahora ella trabajaba para su hermana además de su asistente era su jefe financiera en las acciones y su presencia era de vital importancia en las empresas.
Después de la última vez que lo vio, lo que menos deseaba era tenerlo de frente, no sabía cómo reaccionaría, como poder ocultar por más tiempo ese sentimiento que albergaba en su pecho casi desde que era una niña. En realidad fue desde la primera vez que lo conoció y se lo presentaron como el pretendiente de Susan, todo el tiempo se había comportado de maravillas con ella, es por esa razón que se fue enamorando de él, con sus detalles con su hermosa sonrisa, siempre le llevaba algún obsequio, un peluche, pasaba tanto tiempo con él, incluso más que la propia Susan pues ella siempre ha sido muy vanidosa, y se demoraba dos horas en arreglarse cuando él llegaba, esos eran los momentos más felices que recuerda ella sentada en el regazo de él, contándole historias de sus innumerables viajes, y ese beso en la mejilla que siempre le daba.
Pero eso siempre ha sido un amor imposible, un sueño que nunca se podrá cumplir después de todo, es el esposo de su hermana, sentía que la estaba traicionando con aquel sentimiento egoísta, pero que podía hacer en el corazón nadie manda, nadie decide de quien enamorarse y para mala suerte de ella le toco enamorarse del hombre equivocado.
El jamás se fijaría en ella pues en ese tiempo ella solo era una chiquilla de 15 años, tres largos años duro su matrimonio, tres largos años de tortura para ella, y tres más desde la última vez que lo había visto, todavía tenía presente aquella noche, ella estaba a punto de irse a dormir, en esa época ya había cumplido 18, un chico la estaba cortejando pero ella no tenía ojos para nadie más.
Estaba sola en su apartamento recién terminaba de graduarse y estaba por ingresar a estudiar a la Universidad Finanzas y Comercio Exterior, cuando escucho que tocaban a su puerta ella fue a abrir nerviosa, no sabía quién podría ser eran más de las 11 de la noche y además de su hermana y de su papá nadie más conocía la dirección de su nuevo apartamento. Pregunto nerviosa.
-¿Quién es?
-Soy yo Candy abre por favor soy Albert
Ella jamás debió abrir la puerta, nunca debió permitirle que entrara, pero eran buenos amigos a pesar de las diferencias de edades, pero algo en su voz le hizo abrirle le dijo que él la necesitaba.
Despacio quito los cerrojos de la puerta que ya estaba cerrada y cuando abrió se encontró con una escena poco digna.
Allí estaba parado Albert totalmente borracho, recostado sobre el filo de la puerta se notaba que estaba mal, se notaba que había estado llorando.
-Lo siento Candy por presentarme así, sé que no debí presentarme pero necesito alguien con quien hablar, siempre te he considerado mi mejor amiga, a ti te lo puedo confiar todo. Ya no puedo más con esta pena.
El corazón se le hizo tan pequeñito por el dolor que le causaba ver así al hombre que ella amaba, convertido en un completo guiñapo, no sabía que le había sucedido, pero ella fue a buscar y ella lo escucharía como la amiga que era.
-Pasa Albert por favor toma asiento te voy a preparar un café. –Apóyate en mí- le dijo mientras lo ayudaba a sentarse en el sofá.
Lo dejo allí y rápidamente le preparo un café bien cargado, para que se pudiera aclarar su mente, después de 15 minutos el café estaba listo y se lo llevo.
-Toma Albert bebe esto.
-No quiero nada Candy entiende solo quiero morirme – su voz era desgarradora mientras colocaba su cara entre sus manos.
-Bebe Albert por favor esto te hará bien.
Se bebió un poco y lo dejo sobre la mesita del centro de su sala.
-¿Pero qué ha pasado para que estés tan mal? ¿Hoy no ibas a tener una cena sorpresa con mi hermana?
-Todo se acabó Candy entiende, lo he descubierto todo, hoy he abierto mis ojos por fin a la verdad.
-¿Pero de que verdad hablas?
-La vi, tu sabes lo que es eso,-y coloco sus manos con las mías para mirarme de frente- la descubrí con su amante, en mi propia casa, en mi propia cama. Tú sabes lo que se siente que la persona que tú amas no te quiera y ame a otro.
Ella si lo sabía porque lo vivía en ese momento pero no se lo dijo.
-Cálmate Albert tal vez, haya alguna explicación para todo esto.
-Que explicación puede haber, Candy tu eres muy pequeña tal vez no entiendas de estas cosas, pero que pueden estar haciendo un hombre y una mujer en una cama totalmente desnudos, regrese a casa temprano y los vi y lo peor de todo fu su cinismo, me lo dijo en mi cara, me dijo en mi cara que ese hombre era su amante puedes creerlo.
Ella si podía porque ya lo sabía, la había visto más de una vez por esa misma razón había decidido vivir sola en cuanto cumplió la mayoría de edad, no aceptaba en nada esa situación que su propia hermana estuviera traicionando a su esposo. Y lo peor de todo haciéndole daño al hombre que ella amaba.
-No sé qué decirte Albert. Le palmeo las manos, tal vez en la mañana los dos piensen las cosas con más claridad, puedan hallar una solución para arreglar las cosas.
-Que solución puede haber Candy, ya mi matrimonio se acabó, y la amo entiendes y amo a esa maldita que ha jugado con mis sentimientos, a esa impostora que me hizo falsos juramentos y que solo piensa en ella misma.
-Sí tan solo ella fuera como tú Candy,- le acaricio el rostro con su mano – ella se quedó quieta – nunca espero esa reacción, pero le gustaba esa caricia sobre su rostro, el olor a whisky barato le llenaba sus fosas nasales, y la embriagaba. –Sí tan solo fuera tan dulce e ingenua como tú, que no tienes malicia en tu alma, que tienes buenos sentimientos, que siempre me has demostrado una verdadera amistad, incluso diría que a tu corta edad eres mucho más madura que ella que ya tiene 30.
-Dichoso será el hombre que llegué a amarte, y que se gane tu corazón.
Ella no le respondía nada, dejaba que desahogara su pena, a través de ella, mientras le seguía acariciando el rostro.
Todas sus alarmas se dispararon cuando veía como su rostro se iba acercando a ella, como su aliento lleno de alcohol le soplaba el rostro, debió haberlo detenido, debió pararlo en ese momento, pues la razonable en ese momento era ella. Pero no pudo siempre quiso saber que sería ser besada por aquél hombre y aunque en aquel momento no era él, tal vez mañana ni se acordaría lo sucedido ella deseaba saborearlo, sentir esos labios, juntos a los suyos su aliento mezclado con el de él.
Su labio se acercó mantuvo los ojos abiertos hasta que el toco suavemente sus labios con los suyos pero tuvo que cerrarlos, pues estos ya no le obedecían lentamente se dejó llevar por ese beso, por su aliento, por su olor a alcohol, por su olor a hombre, lo beso lo beso con todo el amor que había guardado todo ese tiempo para él. Maldición se dejó llevar por su pasión.
Sintió como su cuerpo se iba acercando más y más hasta que la recostó sobre el sofá sabía a hombre a masculinidad a experiencia, su primer beso, su primer beso, con el hombre que amaba y era mucho mejor de lo que se hubiera imaginado, lo besaba y ella también podía sentir su cuerpo pegado al suyo mientras él le acariciaba su cabello.
Pero la cordura volvió en él y al fin supo a quien estaba besando solo a una niña.
-Lo siento Candy nunca debía venir, espero que me perdones he sido un completo imbécil un canalla sin corazón jamás podré perdonarme por esto que te he hecho.
Y así salió rápidamente como había entrado dejándola a ella más confundida que cuando había entrado.
Los recuerdos todavía eran doloroso pero tenía que enfrentarse al presente mañana tendría que volver a verlo y solo esperaba que, él hubiera olvidado todo lo sucedido aquella noche, rogaba que así fuera por la vergüenza que ella sentía en esos momentos.
CONTINUARÁ….
UN nuevo fic espero sus comentarios gracias.
