¡Aquí yo molestando otra vez! Increíble ¿No? ¿Será un milagro navideño? X'D Bueno, el caso es que no podía sacer esta idea de mi cabeza nacida de un "¿Qué tal sí…?" ya entenderán a que me refiero líneas abajo X'D Solo paso a decir que este es un fic que se desarrolla en un universo semi alterno, espero sea de su agrado y no me lancen piedras .
Eso es todo. ¡Disfruten de la lectura! *w*/
Roces y diferencias
7:30 de la noche, calles tenuemente iluminadas, una persecución policial y una fuerte llovizna cayendo, en pocas palabras: Un escenario para nada alentador.
Kougami Shinya, inspector de 21 años de edad y recientemente asignado a la unidad 01, llegó a toda prisa hacia el lugar donde la alerta había sido lanzada. Apenas egresado de la academia, el azabache había sido asignado a la unidad 03, y Ginoza Nobuchika, su mejor amigo y compañero durante la época académica, había sido enviado a la primera unidad hasta que adquiriesen la experiencia necesaria. Doce meses después y con el compañero inspector de Gino en retiro, ambos tenía a su cargo la unidad 01.
Kougami llegó a paso rápido y totalmente empapado a la escena del crimen. Divisó entonces el bloque de en demolición que se alzaba frente al punto de reunión y no tuvo que pensar demasiado para saber que las cosas no serían fáciles. Dentro no había forma de emplear dispositivos de transmisión por lo que los drones no eran útiles; tendrían que valerse por sus propios medios. Emitió entonces un cansado suspiro y sin más demora se acercó a su ahora compañero inspector, quien lo recibió directamente con la información del caso. Definitivamente, pensó el recién llegado, Gino no había cambiado desde la época escolar.
-El blanco es Okura Nobuo —Dijo el inspector sin molestarse siquiera en ver al recién llegado— Un escáner de vigilancia detectó un alza irregular en su tonalidad mientras se realizaba un chequeo. Se le ordenó terapia inmediata pero se rehusó a hacerlo y huyó. Es posible que haya usado drogas incompatibles.
-A mí también me da gusto verte Gino —Replicó el inspector de cabellos alborotados mientras se ponía su respectiva chaqueta, oyendo a su vez lo dicho por el azabache—
-Tenemos algo serio entre manos Kougami, no es momento para bromas —Contestó el aludido mientras revisaba los datos con los que contaban—
-Sí, sí. Como digas —Replicó el inspector, aflojándose ligeramente la corbata— Solo hay que entrar allí y juzgar al sujeto ¿Cierto?
-Okura tiene un rehén, debemos actuar con cautela. —Dijo el aludido, posando la vista al fin en su nuevo compañero— De acuerdo con los testigos es una joven mujer.
Kougami supo entonces que las cosas serían más complicadas de lo que en un principio había creído, sobre todo, cuando vio llegar a la furgoneta que, sabía, transportaba a los ejecutores. Ellos eran considerados como el último recurso y salían solo cuando era necesario "cazar" a las presas. Al parecer, Sibyl había determinado que Okura Nobuo no podría reincorporarse a la sociedad.
-No sé cómo hacían las cosas en la unidad 03, Kougami, pero aquí hay una sola regla —Dijo el inspector de lentes— Los ejecutores no son humanos. Sus coeficientes de criminalidad han excedido por mucho el valor delimitado por el sistema. Son solo perros, bestias que empleamos para cazar a otras bestias. A partir de ahora ellos serán tus subordinados, aunque debo suponer que eso ya lo sabes. —Añadió posando la vista en la furgoneta que se abría, dejando ver a los mencionados ejecutores—
-Espera… ¿Hablas en serio? —Cuestionó el aludido, frunciendo ligeramente el ceño— No puedes simplemente decir que ellos no son…
-Te advertí que las cosas no serían iguales que tu anterior unidad —Replicó el aludido, sin inmutarse por las palabras de su compañero— Acostúmbrate.
Kougami optó por no decir más. Claramente no era el momento, mucho menos el lugar adecuado para tocar ese tipo de temas y, si bien no estaba de acuerdo con la política de trato que Gino tenía con respecto a los ejecutores, sabía que lo primordial en ese momento era atrapar a Okura y, de ser posible aún, rescatar a la rehén. Así, posó la vista en la furgoneta, viendo uno a uno a los nuevos ejecutores a su cargo.
El primero, un joven de cabellos naranjas y carácter burlón que se destacaba a primera vista. La segunda, una joven mujer de finos rasgos y serias facciones. El tercero, un hombre mayor de expresión afable y andar pausado que Kougami conocía de años atrás, siendo éste tal vez la razón principal detrás de aquel trato tan despectivo que Gino tenía hacia los ejecutores.
En orden de llegada, Kagari Shusei, Kunizuka Yayoi y Masaoka Tomomi según recordaba haber leído en los registros de la unidad, fue sin embargo el cuarto o, dicho de manera correcta, "la cuarta" persona que conformaba al grupo de ejecutores lo que llamó su atención. Tsunemori Akane, con apenas 17 años de edad, era la primera menor ejerciendo el cargo de un ejecutor y, a juzgar por los rasgos aún infantiles de sus facciones, Kougami no se explicaba el "como" ni el "por qué" alguien como ella estaba realizando un trabajo como ese por voluntad propia. Consciente de ello o no, el inspector fijó su mirada en ella siguiendo con la vista sus pasos hasta que, en un determinado momento, sus miradas se cruzaron antes de que el grupo estuviese reunido. Nunca antes Kougami había percibido una mirada tan fría como aquella.
Por un momento olvidó que la pequeña castaña frente a él todavía oscilaba entre la adolescencia y la juventud, y vio de manera clara a la ejecutora que en realidad era. Sin embargo, su mente no terminaba de cuajar aquella imagen de seriedad y frialdad con aquel 1.63 m de altura. Es más, aquellas facciones claramente infantiles no encajaban con la seriedad aparente que mostraba.
-Gino… ¿Seguro que esa niña es un ejecutor? —Cuestionó en susurro a su actual compañero, viendo de soslayo a la menor— ¿No será un error de la base de datos?
-Puede juzgar si es un error o no el tenerme aquí después de ver mi trabajo, Inspector. —Replicó la menor sin inmutarse siquiera por las palabras del azabache—
-Será mejor que tomes esto en serio Kougami —Replicó Ginoza pasando por alto aquellos comentarios. Posó luego la mirada en los ejecutores y no tardó demasiado en presentaciones. El tiempo se acababa— Este sujeto es el inspector Kougami Shinya y será su segundo dueño a partir de hoy. Ya todos deben estar al tanto de la situación, así que terminemos con esto a la brevedad. Para acorralar a Okura, nos dividiremos en dos grupos: Kagari, Kunizuka, ustedes vendrán conmigo. Los otros dos acompañen a Kougami.
Todos asintieron en silencio y no tardaron en tomar sus respectivas posiciones, siendo el grupo de Gino quien se introdujo primero al bloque del edificio. Kougami en cambio solo atinó a emitir un cansado suspiro mientras esperaba junto a Masaoka y Tsunemori la llegada de los Dominator. Acostumbrado al trato afable y "humanitario" que su y ya retirado compañero inspector en la unidad 03 le daba a los ejecutores, Kougami tardaría un poco en acostumbrarse a la nueva política de Gino con respecto a ellos. Posó entonces la vista en el mayor de los ejecutores y éste le devolvió la mirada con una ligera sonrisa en el rostro "Ha pasado tiempo" parecía decirle y, ciertamente, tenía razón. La última vez que había visto a Masaoka Tomomi, el mayor aún laboraba como inspector.
-Deberíamos darnos prisa, Masaoka-san —Replicó la castaña interrumpiendo el hilo de pensamientos de Kougami. Segundos después y casi como si respondiese a su llamado, el Dron transportador de los Dominator apareció frente a ellos— Mientras más pronto terminemos con esto será mejor.
-Cierto, cierto, la señorita tiene razón. —Dijo el aludido mientras sobaba levemente su nuca. Acto seguido, posó la vista en Kougami, quien veía a su vez como la menor de los ejecutores activaba su Dominator— Supongo que ya sabes de qué va todo esto ¿Verdad Kou? Acabemos con esto pronto.
El inspector asintió ligeramente mientras tomaba el arma entre sus manos. No importaba cuantas veces lo hubiere hecho los últimos meses, Kougami no terminaba de acostumbrarse a la vocecilla sintética del sistema. Oyó entonces algunos pasos alejándose y vio como la castaña ejecutora comenzaba a alejarse del grupo sin palabras de por medio ¿A que venía tanta prisa? Ciertamente la vida de un rehén estaba en juego, pero más que eso, la castaña parecía pasar completamente de él y de la autoridad que se supone representaba.
-Espera Tsunemori, aún no hemos decidido un plan de acción. —Replicó el inspector— Por lo menos podrías…
-Nosotros cazamos a la presa y tú observas, eso es todo. —Fue la escueta respuesta de la castaña, quien se detuvo apenas para responder al pelinegro. Poco después y sin darle mayor relevancia al asunto, siguió su camino, dejando unas pocas palabras más en el aire— Aquí tenemos una forma de hacer las cosas, inspector. Si no te gusta, puedes dispararme.
-¿Qué dem…? —Kougami parpadeó un par de veces mientras veía la espalda de la pequeña inspectora perderse bajo la lluvia. Definitivamente le iba a costar adaptarse— ¡Hey!
-No pierdas el tiempo Kou, no te escuchará —Dijo el mayor, posando su diestra sobre el hombro del inspector— Será mejor ponernos en marcha también.
Kougami no tuvo más remedio que asentir y seguir a Masaoka. Con el ceño levemente fruncido y apretando el Dominator entre sus manos, el inspector recorrió los suburbios con la vista fija en todo y nada a la vez. Una visión amplia le permitía ese privilegio y, aún con eso, no podía ubicar a la menor de los ejecutores. Masaoka pareció notar su inquietud, mas se limitó a hacerle señas, indicándole el camino a seguir.
-He oído de ti Kou, parece que lo has hecho bien —Dijo al fin el ejecutor mientras se perdían entre la multitud—No tendrás problemas en adaptarte a esta unidad.
-No pienso lo mismo —Replicó el inspector mientras continuaban con su recorrido— Si todos obedecieran, tal vez.
-¿Lo dices por Tsunemori? —Cuestionó el ejecutor, deteniéndose brevemente en una esquina antes de seguir— No lo tomes como algo personal Kou, su actitud no varía independientemente de con quien trate, es igual con todos.
-¿Qué pasa con ella? —Inquirió el azabache, siguiendo de cerca y sin perder detalle, los pasos del mayor— Esa actitud no parece acorde a su edad… Si bien este trabajo endurece a cualquiera, no me explico cómo alguien así podría…
-Te recomiendo no indagar mucho al respecto, Kou —Replicó el mayor, y en aquellas escuetas palabras, el inspector pudo percibir un matiz de seriedad que las anteriores no habían tenido— Toma el consejo de este viejo y evítate problemas.
Si Kougami quiso decir algo más al respecto, Masaoka no le permitió hacerlo. Notó entonces como la castaña ejecutora aparecía en su rango de visión y, con simples señas, les indicaba el camino a seguir para adentrarse en el bloque de edificios. Así, tanto Masaoka como él no tardaron en adentrarse por la ruta designada, oyendo de camino el "informe" si podía catalogarse de esa forma, a las palabras de Kagari, quien iba relatando de madera sencilla e incluso divertida lo que iba aconteciendo.
Todo debía terminar con aquel disparo. El chico había actuado por su cuenta bajo autorización de Gino, interviniendo a Okura, sin embargo, aquello fue solo el detonante de algo peor. Así, las cosas terminaron por írseles de las manos y una persecución inesperada dio comienzo.
Para esas alturas, Kougami suponía, la rehén debía de estar al límite, eso si es que no había cruzado ya la línea. Maldijo entre dientes y, mientras se dirigía a interceptar a secuestrador y víctima, perdió por completo de vista a la castaña. El juicio había sido cambiado Okura no era necesario ya para lo sociedad ¿La victima? Tal vez aún pudiese tener salvación, o al menos eso era lo que Kougami quería pensar. Tenía que encontrar una solución pronto o no habría vuelta atrás para la rehén.
Más pronto de lo esperado, lograron llegar al secuestrador. Tal y como imaginaba, la mujer estaba al límite y el sujeto hace mucho ya que había abandonado su habilidad para razonar. Pensó entonces en alguna forma para lograr salvar a la rehén y solo atinó a imitar las acciones de Masaoka. Había visto como el mayor de los ejecutores cedía su arma y no le tomó demasiado concluir la razón, aunque claro, no esperaba lo que ocurriría después. Con la rehén fuera del alcance de Okura, Kougami creyó que podrían ponerlo bajo arresto, sin embargo, grande fue su sorpresa al ver como el cuerpo del sujeto explotaba en pedazos.
No importaba cuantas veces presenciase el juicio de Sibyl, aquella sangrienta escena no dejaba de perturbarlo, fue sin embargo la frialdad de la castaña, autora del disparo letal, lo que lo dejó, literalmente, pasmado. No percibía atisbos de culpa o remordimiento, no había nada en ella, era una mirada vacía.
-Señorita… Podría tener más consideración con los viejos y los novatos ¿No cree? —Cuestionó Masaoka, pareciendo acostumbrando ya a ese tipo de comportamiento— Usarnos como carnadas es un poco…
-Solo hacía mi trabajo, Masaoka-san –Respondió la castaña con naturalidad, tanta, que por un momento a Kougami se le heló la sangre—
Se mantuvo estático por breves momentos, sintiendo aún como su cerebro asimilaba lo que recientemente había presenciado. En la unidad 03 se evitaba, dentro de lo posible, el asesinar a personas. Su antiguo compañero era un inspector de edad avanzada que había inculcado en él un trato más "humano" hacia los ejecutores y los criminales latentes, por lo que fue, de alguna forma, un shock emocional ver como se resolvían las cosas en la unidad 01. Optó sin embargo por espabilarse lo más pronto posible.
Así, con paso rápido se acercó a la víctima, que solo chillaba de miedo ante el sangriento espectáculo que acababa de presenciar, es decir ¿Quién no lo haría? Aquella reacción era propia de alguien que nunca antes había pasado por eso. Trató de calmarla, más todo intento se vio frustrado al momento en que el juicio de Sibyl, esta vez a cargo de Masaoka, fue dado. La víctima presentaba un nivel de Psycho Pass por sobre 300 y ahora debía ser ajusticiada como un criminal, pero Kougami no podía simplemente quedarse de brazos cruzado y permitir aquella barbaridad, esa mujer solo sufría un caso de Psycho Hazard, aún tenía una oportunidad.
Detuvo a Masaoka, forcejeó con él y, quiéralo o no, dio tiempo para que la mujer huyese, sin embargo, vio cómo la castaña iba tras la "amenaza" y solo atinó a salir tras ella, o al menos eso intentó. Sintió entonces como Masaoka lo sujetaba con más fuerza impidiéndole salir tras ella.
Maldijo entre dientes, forcejeó, lucho y para cuando logró zafarse del agarre del mayor, la castaña no estaba ya a la vista. Corrió entonces con todas las fuerzas que sus piernas le permitieron, más solo llegó a tiempo para ver como la castaña, sin la menor vacilación y con una sutil sonrisa en el rostro, disparaba a lo que él supuso era la mujer oculta detrás de algunos escombros del deteriorado lugar.
Se quedó allí, de pie y sin poder mover un solo músculo mientras veía el destello del Dominator apagarse, solo entonces su cuerpo pareció reaccionar y, en un acto netamente instintivo, levanto su Dominator contra ella. Había una abismal diferencia en la forma en que las unidades trataban a los criminales latentes y ejecutores, eso le había quedado claro esa noche, más no podía permitir algo como eso. ¿No su suponía acaso que ellos representaban la ley? ¿No eran los guardianes del sistema Sibyl? ¡Se supone que debían proteger a las personas, no matarlas! ¡¿Qué había de justicia en ello?! Maldijo entre dientes y se dispuso a tirar del gatillo, más el momento de dubitación le valió el perder la oportunidad. Masaoka llegó y lo sujetó por la espalda, mandando lejos su Dominator.
Con la mirada oculta tras el flequillo de su cabello, Kougami solo pudo forcejear vanamente contra la fuerza del brazo mecánico de Masaoka mientras lanzaba maldiciones por lo bajo. Percibió entonces como la menor se acercaba a ellos con un andar calmado, casi como si nada hubiese ocurrido, y aquello solo logró enfurecerlo más ¿Qué clase de monstruo era esa niña?
-La próxima vez no dude en disparar, inspector —Dijo la castaña pasando junto al azabache con dirección a la salida que daba a las muelles, sin dignarse siquiera a verlo de soslayo— Podría costarle la vida.
No pudo sino comenzar a forcejear una vez más. Claramente lo estaba provocando y, aunque él no era del tipo de persona que caía fácilmente en eso, esa chica lo estaba sacando de sus casillas. Kougami no podía similar el hecho de que una niña, porque era así como él veía a una menor de 17 años, pudiese actuar con tal frialdad y matar sin remordimiento. Las vidas de las personas eran importantes, pero para la menor de castaños y distantes ojos marrones, parecía no ser así y eso era algo que él no podía tolerar.
-¡¿Quieres calmarte?! —Cuestionó Masaoka con voz firme— Lidiamos con esto todos los días… ¡Ya deberías estar acostumbrado!
Y lo estaba, o al menos creía estarlo. Esa noche había comprendido que no. Optó entonces por respirar pues ya nada podía hacer al respecto, no había podido salvar a la chica y ese daño era irreversible. Sintió luego como el agarre de Masaoka disminuía en fuerza y, cuando por fin se vio libre, lo único que atinó a hacer fue fijar la mirada en la ruta que la castaña había tomado para salir. Definitivamente no podía comprender lo que pasaba por la cabeza de la menor y quizá nunca podría hacerlo.
-Hey, Kou. Ven a ver a esto…
La voz de Masaoka lo trajo de vuelta. Con aquel nudo en la garganta incomodándolo aún después de lo acontecido, el inspector se acercó a donde el mayor se encontraba, al parecer viendo los restos de la víctima, gran sorpresa se llevó al ver que no era así. La mujer se encontraba viva, inconsciente, pero viva al fin y al cabo.
-Que demonios… —Susurró inclinándose al instante junto a la víctima. Revisó entonces sus signos vitales y constató que, efectivamente, estaba con vida—
-Esta es la forma que tiene ella de hacer las cosas —Dijo el mayor, posando la vista en el joven inspector— Puede ser un poco brusca a veces, pero nunca mataría a alguien si hay oportunidad de que… ¿Kou?
El inspector se incorporó de repente del suelo, casi como si hubiese tocado algo en extremo peligros e, inmediatamente estuvo de pie, le apuntó a la inconsciente chica con el Dominator, fue entonces que supo que algo andaba mal, demonios, algo no cuadraba en todo aquello.
-Viejo… que… —Susurró el inspector, manteniendo en todo momento el Dominator en alto— ¿Que… significa esto…?
-¿De qué estás hablando? —Preguntó el mayor, extrañado por la actitud del menor— ¿Qué ocurre Kou?
Pero el tardó un poco más en responder. Su cerebro aún procesaba la información que estaba recibiendo y trataba de encontrarle una explicación lógica a lo ocurrido. El vio claramente como Tsunemori le disparaba a la mujer, cuyo coeficiente criminalidad marcaba 300, lo que hubiese llevado a una ejecución segura, ahora sin embargo, apenas marcaba 110 y el modo empleado era el paralizador… ¿Qué demonios había pasado?
-Su Psycho Pass… —Dijo al fin el inspector— ¡¿Qué demonios pasó con su Psycho Pass?!
Y ante esta interrogante, Masaoka solo guardó silencio.
Notas de la autora
Hasta aquí con el capítulo introductorio de la nueva historia. Ya saben, el primero siempre es cortito, el resto son testamentos de 25 hojas mínimo X'D Espero haya sido de su agrado y me dejen algunos comentarios por aquí, a ver que tal les pareció esta nueva locura desarrollada en un semi universo alterno X'D
¡Hasta la próxima! :3
