Los personajes son propiedad de Matt Stone y Trey Parker
Los gritos en la noche se estaban volviendo cotidianos en aquel pueblo montañoso a las afueras de Colorado. Nadie se atrevía a salir por la noche, los habitantes estaban aterrados y no tenían respuesta alguna sobre lo que estaba pasando en su comunidad.
Pero es que ellos no tenían ni la menor idea de en qué estaban metidos, pues sin quererlo, estaban en medio de una guerra que se creía vencida hace años.
—Ellos están aquí... —murmuró el chico de color mientras venía muy de cerca el sangriento escenario frente a él.
Una joven de rojizos cabello estaba muerta frente a ellos, con su cuello desgarrado como si un animal salvaje la hubiera atacado y partes de su carne arrancadas como si la hubieran querido deborar. Por su horrible expresión se notaba que su muerte había sido muy dolorosa.
Un joven delgado de desarreglado cabello rubio analizaba todo lo que veía, sin tocar en ningún momento la escena del crimen (muy contrario a sus acompañantes).
—¿Qué es lo que querrán? ¿Por qué atacan en este momento y de esta forma? No tiene sentido alguno. —habló uno de los chicos que se estaban encargando de verificar el escenario.
—No lo sé, Clyde. —Por primera vez en la noche se escuchó hablar al rubio.— Pero sea lo que sea, sin duda esto es obra de los Tucker. De eso no hay duda. —Miró con semblante serio a sus compañeros mientras se cruzaba de brazos.
Ambos chicos cruzaron mirada, sabían que su superior tenía razón. Solo esa infame familia tenía el poder para mandar un ataque a personas inocentes de tal forma, sabían que como esa chica había muchas (y muchos) más en todo los callejones del pueblo.
—Tweek tiene razón. —El chico afroamericano se dió la vuelta y alejó un poco del lugar.— Pero, con esto de que de la nada apareció un seudo primogénito, el mundo bajo se ha descontrolado demasiado y necesitan hacer que sus lacayos se liberen de algún modo. Creo que dentro de poco ni ellos podrán manejarlo.
Tweek y Clyde miraron con curiosidad a su amigo, él por lo visto había estado pensando mucho y uniendo puntos que ellos no habían notado.
—Debemos empezar a buscar información de ese primogénito. Sin duda él debe ser la causa de todo esto. —Tweek habló avanzando y dejando a un lado la asquerosa escena tras él.— Token, avisa al resto la confirmación de una víctima, busca toda la información que puedas. Clyde, ven conmigo a vigilar las áreas.
Ambos jóvenes asintieron sin dudarlo y obedecieron su orden, sabían que esa noche sería ocupada y no querían molestar a Tweek.
El rubio siguió a paso firme por las desoladas calles junto a su fiel amigo y compañero. Ambos se dieron una pequeña sonrisita al saber que pase lo que pasará, esa noche se protegerían mutuamente ante cualquier problema, como siempre.
Tweek sacó de su cuello un dije de su colgante, lo vió por unos minutos e incluso su amigo lo alcanzó a ver, muy conmovido en su interior para ser sinceros. El jóven abrió aquel dije plateado en forma de corazón y dejó ver la foto de un niño, cabello azabache, ojos azules y gorra azul. Él sonrió amargamente, siempre miraba esa foto antes de ir alguna misión o cuando tenía que vigilar alguna área peligrosa (como ese momento), aquella persona que de niños llegó a ser su mejor amigo, e incluso primer amor, era uno de sus motivos por lo cual seguía en aquella lucha contra las asquerosas criaturas llamadas vampiros.
Siguieron su camino como debían, sin percatarse que una persona los estaba vigilando desde la copa de un gran árbol, sonriendo con cierta satisfacción para sí misma.
—Oh por Dios, a Tucker le va a interesar oír esto...
