Una caja de pino a medida.
Capítulo 1: Relato de un alma en pena
Desde aquel día que deje el mundo de los vivos. Descanso en este pequeño agujero de tierra que guarda mi cuerpo inerte e inmóvil. Frio. Sin vida.
Cada día veo el amanecer en busca de poder sentir algo de calor de esos rayos abrasadores. Nada. No siento nada, deje de sentirlo ya hace tiempo. Desperdicio el tiempo… lo sé.
Incluso cuando la luna sale, mi sombra creo que se esconde. No está. Me ha dejado como las personas que ame o respete en un momento.
Solo.
Mis únicos compañeros son el miedo, el remordimiento, y la locura que me aprisiona en este hueco de tierra.
Cuando intento moverme, irme. Ser libre. Me lo impiden unas cadenas de hierro. Unas cadenas que están atadas a mis pies. Me aprisionan, ojala pudiera sentir lo que estar vivo de nuevo.
Solo aquí. Con una caja de pino a medida donde mi cuerpo descansa…
Habría olvidado mi nombre de no ser por esa roca que está en mi tumba. Que me recuerda la fecha de donde empezó mi descanso eterno.
Mi corazón late sobre el cuerpo sin vida.
Solo recuerdo lo último que pensé antes de morir. Ahora, eso me desentraña y tortura, somete y apuñalan esos recuerdos que deseo olvidar tanto como volver a vivirlos.
Solo quería estar junto a ti. No sabía que me condenarían a vagar sin rumbo.
¡Te juro que yo no quería esto!...
Bulma perdóname, yo, no pude cumplir nuestra promesa.
Kakarroto, te juro que te habría vencido… de no ser por esa estúpida enfermedad.
Si no hubiera muerto yo… yo ahora estaría contigo… Trunks. Lamento nunca poder haber visto a tu hijo. Ni recordar cómo se llama tu esposa… aunque eso sea de menos importancia.
Lamento cada día tras mi muerte, jamás poder haber sido feliz. Sonreír de forma sincera y poder… sobretodo poder, verte a los ojos y decirte de la forma más sincera posible que… yo…
Los amo. Los quiero a cada uno de ustedes por ser parte de mi familia.
Nunca pude hacer eso…
¿De qué me sirve saber que tengo un nieto? De nada, solo quería verlo y gruñirle, solo eso
¿¡Tan difícil era!?
Solo quería Conocerlos y me entregaron su desprecio. ¡Jamás hubiera sido así!
Pero ahora. Solo y mis recuerdos esperamos que nos visiten y nos digan lo que piensan de mi…
Sin miedo. Sin razón.
Las lágrimas caen sobre mi tumba. El cielo rojizo baña la roca que lleva inscripto mi nombre.
Solo veo más almas como la mía, solas, sin rumbo; Vagan en el espacio llenando un vacío, con el pesar de una triste muerte.
Como yo.
Veo como los pasos te traen a mí. Tus tacones hacen eco en el cementerio.
Siempre te espero.
Como un perro que espera a su fiel amo. Yo te espero.
Sin embargo tan rápido como vienes te vas. ¿A caso ya no me quieres?
No pasas tiempo conmigo como antes…
Ni siquiera me hablas, solo arrojas una rosa o alguna flor corriente que agarras con la prisa y, casi, la tiras con desdén sobre mi tuba.
¿¡Solo vienes a eso!?
Por lo menos Kakarroto me habla. Quizás, extraño golpearlo. Poder insultar y que me oiga…
Ahora, sin voz y sin vida. Mis pensamientos me ayudan a superarlo…
Pero todavía lo veo. Baja y se sienta al frente mío… ahora solo queda escucharlo. Sin fuerza para correrlo, o gritarle que me ayude. Solo lo veo y lo escucho.
-Vegeta… ¿Cómo estás? –Me pregunto. Rápidamente su mira se giró hacia el crepúsculo que le golpeaba la espalda –Valla me retrase un poco…
-Solo unas horas –Intente contestarle, era un vano. Pero algo me hacía contestarle de todas formas. Sabía que no me escuchaba.
-De todas formas, yo no pude conseguirte algo que traerte –Dijo cansado, miro la flor azul que estaba sobre mi trozo de tierra –Parece que Bulma llego antes… Ella está intentando superar tu muerte, Lo sabes ¿Verdad? –Se acomodó acostándose. Miro las estrellas que aparecían en el firmamento nocturno –Ella es la que peor lo pasa. Sin embargo, se nota que falta tu presencia…
-¿Enserio? –
-Ahora… solo estamos nosotros –Hizo una pausa –Yamcha también lo está pasando mal. ¿No ha venido?
-Jamás… -
Quizás mis palabras creaban esa liguera brisa fría y triste. Pero la añoranza de su voz. Me recordaba cuando peleábamos.
Me sentía más en familia con Kakarroto que con Bulma.
Quizás es porque los dos somos… de la misma especie…
-Dijo que vino muchas veces. Que le parecía ridículo hablar con un piedra –Continuo pero ahora mirándome, como si pudiera sentir mi presencia –Igual, estoy seguro que tu orgullo, jamás, dejaría que el viniera a acercarse ¿No?
-Apuesta lo que quieras… -
Después de un tiempo, la noche cayó sobre nosotros. Kakarroto saludo y se fue volando. Estoy seguro que el… que el jamás dejara de venir.
Hasta que el también, tenga una caja de pino a medida… Para un descanso eterno.
Por ahora este es el final del día. Para mí. Sin vida o cuerpo. Solo puedo cerrar los ojos y concentrarme en descansar…
Aunque no pueda dormir. Puedo para mi pensamiento y caer en una especie de sueño profundo…
Es algo que puedo hacer…
Además de escuchar y lamentarme…
Con esto me despido por hoy…
Continuara…
