Dicen que el tiempo cura todas las heridas. Dicen. Y por primera vez Rose Weasley es consciente de eso, pues ya hace tres años que Scorpius no se encuentra a su lado y por mas de que su mente se ah dado cuenta de que no gana nada culpándose a si misma, la herida queda intacta. A ella le gustaría meterla en una caja y cerrarla con llave, tirar la llave al fondo del océano y simplemente olvidarlo,olvidar que el fue parte de su vida, olvidar que existió. Por mas de que lo ha intentando, los recuerdos sigen ahí solo en momentos donde su felicidad es extrema, ellos desaparecen, como cuando tuvo a su primer niña Elizabeth, en ese momento, esos segundo de sentirse en el cielo, esos segundos donde no lo recuerda, ella parece ser feliz. Pero al caer al chocar con la realidad, al pensar que esa niña podría haber sido su hija, se da cuenta de que no es mas que un sueño, se da cuenta una vez mas de su oír su voz en alguna brisa de verano pero tan rápido como le parece oírla también le parece haberla imaginado. Le parece escucharlo en las risas de sus pequeñas, le parece verlo en todas las caras.
Y ese dia como muchos otros, su corazon abre esa caja, se abre la herida, vuelve el dolor. Mirando el mar por su balcon escucha pequeñas pisaditas, avisandole que alguien se acerca, siente el abrazo a su pierna y sabe que el pequeño Sarpens ah llegado a ayudarla a superar ese dia. Levanta al pequeño rubio del suelo entre risas y le da una caricia por su suave cabello, tan parecido al de Lorcan. Su pequeño le limpia las lagrimas y le sonrie como cuando a hecho una travesura.
Mami- el pequeño parece no encontrar las palabras que quiere decir.- Tu crees que el tio Scor nos este viendo. La pelirroja se queda pensativa- Estoy segura de eso amor. Dice tras un largo rato de mirar el azul infinito del cielo.
FIN