Este es un fic parodia que salió de una conversación en Whattsapp. Creo que ya se imaginaran la calidad.
Oficina de la presidenta Rosie Evillous Snow, Capitolio.
Vigilante en jefe Armando Arenas
Los gritos de dolor que provenientes de la oficina me hicieron encogerme en mi asiento.
-Aún estoy a tiempo de escapar- pensé. Quite esa idea de mi cabeza. No había nadie más que estuviera dispuesto a reemplazar a Cardboard como Vigilante en Jefe por que es prácticamente un puesto suicida. Por algún motivo siempre desaparecen misteriosamente.
Además, me lo merezco por perder de forma tan absurda "piedra, papel o tijera". ¿Por qué mis padres nunca me enseñaron que nada le gana a la buena piedra? Fui el único estúpido que saco tijeras.
Oh mis padres... como los odio. Para empezar, quisieron hacerse los únicos y especiales poniéndome un nombre de provinciano. Por esto en la escuela mis compañeros se burlaban de mí. Yo siempre fui el niño del nombre poco glamoroso. Para colmo mis padres tampoco me dejaron teñirme ni el pelo ni la piel ni nada, lo máximo que me dejaban era perforarme las orejas y pintarme las uñas...
-¡¿PODRÍAS GRITAR MÁS BAJO?! ¡ESTOY HACIENDO MI MONOLOGO INTERNO!- le grite a quien quiera que estuviera sufriendo dentro de la oficina. Hay gente que no tiene consideración.
En fin, decidí que debía hacer mi propio camino en la vida y que ese sería ser un Vigilante en los juegos. Me ascendieron rápidamente cuando se dieron cuenta de mi intelecto, era el único al que le gustaban hacer los cálculos para los Juegos.
Ahora a mis veintiséis años soy mucho más feliz, tengo el trabajo que siempre quise, soy asquerosamente rico y por fin puedo parecerme a mi ídolo de la infancia, un antiguo héroe llamado He-Man. Todavía tengo el hábito de pintarme las uñas de negro así que lo combino usando gafas (falsas por supuesto).
Bueno, ERA feliz. Ahora tengo que ser Vigilante en Jefe.
-¡Pase!
Supongo que la presidenta ya termino sus asuntos con Cardboard. Entro con toda mi determinación y me siento en la mullida y rosa silla que esta frente al escritorio. Todo en el despacho presidencial es rosa, mullido y adorable salvo por una extraña mancha roja oculta por un montón de rosas blancas. Delante esta ella, la presidenta Rosie Evillous Snow de solo venitidos años. Ella reemplazo a su abuelo hace un par de años cuando este murió al atragantarse con unos camarones por reírse mirando los Juegos.
La presidenta tiene un largo cabello platinado, piel blanco y labios rojos curvados en una gran sonrisa. Me examina unos segundos y dice:
-Muy bien señor Arenas, usted es el nuevo Vigilante en Jefe ¿cierto?
-Sí señorita presidenta ¿Por qué me llamo?
-Necesitamos hablar de esta cosa...
-¿Qué cosa?
-...La cosa maravillosa...
-¿De qué color?
La presidenta continuaba sonriendo pero claramente quería comprobar si las miradas realmente mataban.
- Bien señor Arenas, pongase a trabajar en los próximos juegos.
-¿Ahora?
-¡Ahora!
Y así salí huyendo de la oficina presidencial. Al llegar a mi departamento tome la decisión de que no me dejare aterrorizar por una niñata. Mañana ire a trabajar y hare que mis subordinados hagan lo que YO quiera y creare los mejores juegos de la historia. Sí, eso hare. Pero primero debo tomar valentía durmiendo con el Sr. Brillantina.
No se que fue eso pero bueno.
