¡Buenas!

Este one shot conformado con muchos drabbles estaba planeado para ser publicado el 14 de febrero, pero quede sin cargador por eso hasta este momento sale a la luz. Son mis parejas favoritas entre mis favoritas.

Gracias por leer y espero que lo disfruten. Se lo dedico a mi pareja de fangirleo y de amor :3 sabe que la amo.

K.


** Steve y Peggy **

En el frente de guerra no hay espacio para el romanticismo. Los soldados deben lidiar con batallas, heridos y con la muerte. Aun así, los ánimos de todos se elevaban cuando recibían cartas de sus chicas o sus esposas. Parecía que una parte de ellos que había estado completamente perdida, volvía a la vida. Steve Rogers se alegraba por sus compañeros, pero una parte de él sentía envidia.

No importaba cuantas cartas de amor recibiera el Capitán América, ninguna le interesaba. Le halagaba el gesto de esas jovencitas, pero él solo deseaba que una sola chica lo notara. Peggy Carter.

- Si no haces algo pronto, podrías terminarte arrepintiendo -escuchó la voz de su mejor amigo, justo a su lado, ambos apoyados en el cofre de uno de los vehículos militares.

- No puedo hacerlo, Buck -susurró, negando con un sutil movimiento de su cabeza.- No puedo simplemente acercarme y confesar lo que siento.

- ¿Por qué no? No es tan difícil, me has visto hacer lo mismo un millón de veces -Dijo Bucky con voz áspera, bebiendo un sorbo de cerveza de la botella que tenía en su mano, mirando de reojo la dirección por la que se había marchado la agente Carter.

- No han sido millones de veces -Steve le recordó. Aun mirando por el pasillo como un total bobo.- No puedo hacerlo...Peggy es...es Peggy. Ella se merece algo más, algo mejor.

- Steve...eres el Capitán América, eres el héroe del país, del mundo -dijo Bucky, palmeando su espalda luego de acabarse la cerveza.- Plus, eres el mejor hombre que he conocido. Habla con ella, amigo, no va a esperarte por siempre -le sonrió suavemente antes de pasar junto a él, yendo a sentarse con sus compañeros de unidad.

Rogers se quedó de pie, apoyado en la barra mientras pensaba en las palabras de su amigo. Sabía que tenía razón. No era momento para ser un cobarde. Estaba perdidamente enamorado de Peggy y necesitaba decírselo. Terminó la bebida que quedaba rezagada en su vaso antes de salir del bar, por la misma dirección en que se había salido Peg.

- ¡Peggy! llamó por su nombre cuando casi la alcanzaba, la mujer se detuvo, girándose. Ambos se quedaron mirándose el uno al otro.

- Steve -murmuró la agente con suavidad, sonriendo. En ese instante lo supo. Steve Rogers, el debilucho chico de Brooklyn, había encontrado a la perfecta pareja de baile.

** Bucky y Natasha **

Para Bucky, el ir al ballet era una de las actividades más aburridas que había conocido. Él había crecido en Brooklyn en la década de los 40's así que era un chico de basural. Un deportista nato.

Sin embargo había algo que siempre amaría del ballet. Y esa era Natasha Romanoff. Recordaba claramente que la hermosa pelirroja le había impresionado desde la primera vez que la había visto, pero cuando la observó bailar sobre el escenario fue el momento en que, de verdad, le robó el aliento y lo cautivó completamente.

Desde ese instante habían pasados años y aun seguía fascinado por Natasha. Admiraba su elegancia. Su belleza. Su fortaleza. Su inteligencia. Amaba a esa mujer porque ella conocía su pasado e incluso lo compartía. Ambos habían sido usados, eran dos personas perdidas que no se habían dado cuenta hasta que se encontraron en el lugar y momento más extraño.

Natasha le había dado un lugar al que podía y quería regresar todos los días. Siempre. Él le entregaría todo lo que era y más, todo lo que la mujer deseara sería suyo con tal de hacerla feliz.

- ¿Sigues despierto? ¿Las pesadillas te molestan? -preguntó la voz adormilada de la rusa que estaba recostada sobre su pecho, había estado durmiendo hacía solo unos minutos atrás.

- No. Solo pensaba que me gustaría verte bailar de nuevo.

- Estas loco, es mitad de la madrugada. -Se acurrucó contra él, quien la abrazó con firmeza, pegando su exquisita y esbelta silueta desnuda junto a su cuerpo.- Ya duérmete, James.

El soldado dejó salir un profundo suspiro, sonriendo. Natasha siempre se sentía cálida, suave.

- я люблю тебя* -murmuró con voz áspera. Escuchando la respiración acompasada de la mujer durmiente, pero sabía con certeza que ella lo había escuchado porqué la escuchó murmurar las mismas palabras antes de quedarse dormida.

*Significa 'Te amo' en ruso.

** Clint y Bruce **

Cuando Clint Barton a.k.a. Hawkeye pensaba que las cosas estaban yendo mal, siempre terminaba yendo mucho peor. Por ejemplo una simple misión de recuperación había terminado con él ingresado en el Hospital. Una pierna rota, varios huesos y músculos lastimados. Por lo menos ya le habían dado de alta y estaba instalado de forma cómoda en su habitación en la Torre de los Vengadores.

Estaba bastante aburrido, tanto como para poner a jugar a lanzar bolitas de papel ensalivadas a través de una pajilla mientras descansaba la pierna. Preparó un nuevo proyectil, soplando con firmeza y logrando que golpeara el rostro de Banner quien acababa de entrar al dormitorio.

- Ups -murmuró.- Fue un accidente, no saques al grandote verde -exclamó con algo de dramatismo, cubriendo su rostro con sus brazos, cerrando los ojos. Esperando no ser aplastado. Lo que por suerte, no sucedió. Asomó el rostro entre sus brazos, abriendo un ojo solo para admirar la sonrisa divertida en los labios del doctor.

- Barton he pasado suficiente tiempo con ustedes, como para no molestarme por cosas como estas -dijo Banner, limpiándose el rostro con una mano antes de acercarse a la cama.

- Al menos nuestra disfuncionalidad como equipo ha servido para algo. -Clint se encogió de hombros, sonriendo. Hablaba con cierta dificultad por la falta de oído, había arruinado sus aparatos auditivos durante el incidente.

- Escuché que preferiste trabajar solo en esta misión. -Bruce se sentó en el borde de la cama.- ¿Hay alguna razón en especial para eso?

- No...claro que no -dijo el arquero, intentando sonar despreocupado. Apartando sus ojos azules, mirando a través de la ventana el cielo que se extendía en el exterior de la Torre.

- Mentiroso -respondió el otro. Miraba de forma insistente e intensa al arquero.- Estás avergonzado por lo que pasó.

- ¡Ya! Puede que aceptara la misión para alejarme un poco -susurró haciendo una mueca. Se sentía un poco humillado y presionado.- Admito que besarte para que te tranquilizaras y no sacaras al sujeto verde, no ha sido mi idea más brillante.

- Lamento que hayas tenido que hacer algo tan desagradable, Barton -Murmuró el hombre, a veces verde. Su tono de voz estaba lleno de amargura y tristeza. Banner siempre se sentía culpable por los destrozos que Hulk causaba y por los problemas que le daba a otros héroes.- Pero no tienes que ponerte en peligro por eso, para mi está olvidado. -Emitió un suspiro profundo.- No seas estúpido.

Clint Barton no era, usualmente, un hombre que expresara sus verdaderos sentimientos. En ese momento, al ver la expresión de Banner se veía en la necesidad de hacerlo o si no iba a sentir su cabeza estallar, ya no podía seguir huyendo. No debía alejar a las personas, podía, no, tenía que confiar en ellos.

- Bruce...la situación es que no quiero olvidarlo -sonrió ligeramente al ver la expresión de sorpresa en el rostro del doctor.- Me fui porqué no quería incomodarte con unos sentimientos no correspondidos y tan problemáticos -suspiró.- Lo lamento.

- Eres tan idiota, Barton. -La voz del hombre fue apenas un susurro.- Si me hubieras dicho todo esto antes, nos habríamos ahorrado todas tus heridas.

Esta vez el sorprendido fue Clint, abrió los labios para responder de alguna manera, pero fue interrumpido por la boca de Bruce, quien asaltaba sus labios con un beso lento. El arquero sintió un cosquilleo en la base de su estomago, cerró los ojos y devolvió el contacto con la misma paciencia y suavidad. Un sonido salió de sus labios cuando se separaron.

- Wow...-fue todo lo que pudo decir, aun en shock. Mirando la sonrisa en el rostro ruborizado del doctor.- Solo lamento una cosa.

- ¿Qué? -preguntó Banner, bastante interesado.

- No pude oír ni una palabra de lo que dijiste. Solo leí tus labios. -Una carcajada limpia salió de la garganta del otro hombre.

- Te prometo que me confesaré de la forma apropiada, apenas tengas tus aparatos auditivos, Barton.

- Es una promesa.

** Teddy (Hulkling) y Billy (Wiccan). Young Avengers.**

Ser una pareja joven, tenía muchas ventajas. Ser una pareja joven que vivía junta tenía ventajas, pero también tenía sus problemas. Ser una pareja joven que viven juntos en la casa de los padres de tu novio, era un desastre. Había días en los que extrañaba su propio hogar, aquel que ya no existía, a su madre y aunque apreciaba la comprensión, el consuelo de Billy, a veces solo necesitaba estar solo.

Por ejemplo, en esos momentos. Se había exasperado con los intentos de su pareja para que ambos fueran a la tienda de comics, salir era lo último que Teddy había planeado luego de un mal día. Solo deseaba llegar a su dormitorio, darse una ducha y pasar un tiempo tranquilo con su novio. En lugar de eso, salió de la casa en solitario, caminando por las calles. No quería hablar con Billy en esos momentos, no deseaba decir algo cruel y de lo que después se arrepentiría.

Además estaba preocupado por una pregunta que seguía torturándolo desde que habían formado equipo con un joven Loki.

¿Amaba a Billy por quien era o solo creía estar enamorado debido a la influencia de sus poderes? No había vuelto a pensar en esa posibilidad porque le asustaba darse cuenta del increíble potencial de los poderes de Wiccan. En esos momentos esté estaba siendo tan desconsiderado, la incertidumbre volvía a aparecer en su cabeza.

Sintió como su móvil vibraba en el bolsillo de sus jeans, lo sacó con cuidado, leyendo el mensaje.

De: Billy.

Lamento lo de hace rato, te fastidie.

Ven a casa y hablemos.

Podemos pedir tu pizza favorita.

Sonrió sin remedio al leer la simpleza del mensaje. Era un gesto dulce. La caminata había servido para enfriar su cabeza, sabía que tenía que hablar con su novio. Arreglar las cosas. Guardó el móvil y se apresuro a volver al hogar de los Kaplan. Le pareció curioso que no hubiera ni una luz encendida en la casa. Sacó su juego de llaves, abriendo la puerta. El interior estaba en total penumbras.

- ¿Billy? -preguntó en voz alta. Le dijo que viniera a casa, tenía que estar ahí. Las luces se encendieron de forma inesperada, cegándolo por un segundo.

- ¡SORPRESA! -gritaron al unísono sus compañeros, sus amigos. Abrió los ojos, parpadeando con sorpresa mientras admiraba la decoración, en la mesa estaba su comida favorita y algunos regalos. Había un cartel que decía: ¡Feliz cumpleaños, Teddy! Ni siquiera había recordado que ese día era su cumpleaños.

- Chicos, esto es...-sonrió ampliamente sin siquiera saber que decir. Ver a los padres de Billy, a sus amigos, a su novio festejándolo le había conmovido y le recordaba que no estaba solo.

- Todo fue idea de Billy, lleva días organizándolo -dijo Kate con una sonrisa en los labios, empujándolo hacía él. Guiñándoles un ojo.

- Feliz cumpleaños, Teddy. Lamento si estuve muy fastidioso o extraño estos días -murmuró el otro. Teddy lo miraba fijamente. ¿Como siquiera había dudado de que su amor por Billy Kaplan era real? Estaba profundamente enamorado de él. Lo que ellos tenían era real y esperaba que durara por muchos, muchos años.

- Gracias, Billy -susurró antes de abrazar a su novio, besándolo y siendo correspondido. Disfrutando del violento latido de su corazón, sin importarle demasiado que los demás los estuvieran viendo. No había nada de que avergonzarse, después de todo eran su familia.

** Steve y Bucky **

Ser un hombre fuera de su tiempo era algo muy difícil de sobrellevar. Sus amigos, la gente que conocía y en la que confiaba no lo recordaba o estaban muertos. Estaba rodeado de personas, hombres y mujeres que habían demostrado ser buenos compañeros y amigos, pero una parte de él seguía sintiéndose solo. Se sentía inseguro sobre el nuevo mundo, la forma en que podría encajar en el. Incluso se preguntaba constantemente, ¿esta era moderna necesitaba un Capitán América?

Había sido muy doloroso tener que enfrentarse a Bucky. Por una fracción de segundo pensó que podría recuperarlo, que podría tener una parte muy importante de si mismo que había creído que estaba perdida. Nada resultó como lo había planeado. Logró que Bucky lo recordara, logró que se alejara de la influencia de HYDRA.

Pero no volvió a él. Huyó, tan lejos, estaba escondido tan bien que le había sido imposible encontrarlo. Su deber como vengador había interrumpido su búsqueda, le iba a tomar un tiempo recuperarse. Las cosas estaban muy tensas con el equipo y esta vez, no habían podido solucionar todos los problemas que habían surgido.

Lo que menos esperaba era entrar en la Torre de los Vengadores y toparse con James Buchanan Barnes. Su mejor amigo, Bucky, esperándolo en su habitación. Levantó el rostro del suelo y lo miró fijamente, se veía exhausto, desaliñado, pero en sus ojos ya podía ver reconocimiento. Él lo recordaba. Su mirada ya no parecía tan pérdida, tan fría. Entonces lo supo, él iba a regresar, poco a poco. Tenía que darle tiempo.

- Su sistema de seguridad está averiado -susurró sin apartar su mirada de Steve.

- ¿Tu lo hiciste, verdad? -preguntó con una sonrisa en los labios. Bucky solo se encogió de hombros.- Stark va a enloquecer.

- Necesitaba tiempo -dijo con voz áspera.- Nada de esto, de mis memorias, se sentía real. Aun no lo recuerdo todo. -Pasó su mano entre sus mechones castaños, desordenando las hebras.- Sé quien soy...

- Y me alegro tanto de que lo recuerdes -respondió Steve. Suspirando, profundamente aliviado mientras se acercaba a su amigo. Solo quería reconfortarlo, hacerle saber que estaba ahí. Que lo apoyaba y que no iba a dejarlo solo. Hasta el final de la línea, de esa forma eran ellos.

- Sé quien eres tú, Steve -murmuró. Permitiendo que se acercara, quedando frente a frente. Escuchar esas palabras salir de los labios de su amigo le dieron algo de paz a su alma.- Aun no sé lo que significas para mi...sé que eres importante, solo que no puedo recordar en que forma.

Sintió su corazón encogerse y estrujarse de forma dolorosa dentro de su pecho. Tragó saliva pesadamente.

- Eso no importa ahora, Buck. -Le sonrió ampliamente. Ignorando su decepción y poco animo, necesitaba apoyar a su compañero.- Estás recordando, has vuelto con los buenos. Te ayudaré a adaptarte de nuevo y todo será como antes.

Por un segundo vio una expresión de confusión y odio en el rostro de Bucky. El gesto se desvaneció.

- Nada puede ser como antes. No soy el mismo y...no quiero que todo sea como antes -replicó el ex-Soldado de Invierno. La mano de frío metal lo tomó por la tela de su uniforme.- Quiero que me ayudes a recordar -susurró la voz gruesa. No pudo responderle, la distancia entre ellos desapareció y sus labios encajaron a la perfección en un beso apasionado.

Sus ojos se abrieron con una mezcla de sorpresa y de emoción. Ahogando un sonido cuando el contacto se volvió más profundo, íntimo, logrando corresponderle con cierta torpeza. La unión de sus labios duró apenas unos minutos, pero para Steve Rogers no había sido suficiente. Sentía la respiración tibia de su mejor amigo sobre sus labios. Estaban tan cerca. Siempre había sentido que entre ellos había algo más que amistad, Bucky también lo sabía, pero nunca habían hablado sobre el tema. Nunca habían aclarado las cosas. Ninguno había cruzado la línea que separa la amistad de...de algo mucho más intenso.

Ahora, James regresaba solo para romper cualquier muro que los separaba. Vio la determinación en los ojos de su amigo y en ese gesto, lo reconoció.

- Deberías quedarte aquí. Te ayudaré a recordar todo lo que necesites -dijo con voz baja, separándose de Bucky. Aclarando su garganta.- Cuando seas tú mismo, podremos hablar de esto que sucedió.

El hombre de cabello castaño asintió. No estaba decepcionado o herido, entendía que antes de cualquier cosa, Steve necesitaba recuperar a su amigo. Muchos años, muchas cosas los habían separado. Debían volver a construir su relación desde los cimientos que HYDRA se había encargado de destruir.

- Lo primero es que te duches, rasures y cortes ese cabello. Apenas te reconozco así...será un proceso largo -dijo con buen animo. Sonriendo mientras guiaba a Bucky por la habitación, mostrándole el baño.

Steve Rogers tenía esperanzas de que un día, junto a su mejor amigo de toda la vida, un hombre fuera de tiempo como él por fin encontraría su lugar.

FIN.