Reto ABCD Musical: Yellow- Coldplay


Él pequeño Tōshiro de 7 años se quedó mirando con un rubor en sus mejillas a la pequeña pelinegra que saltaba de un lugar hacia otro mientras jugaba al avión, sus pequeñas piernas se balanceaban como si estuviera casi bailando y sus cabellos negros que se encontraban amarrados en dos coletitas volaban con el aire.

Ese vestido amarillo que llevaba puesto la pequeña era totalmente perfecto para ella. Nunca la había visto así y bueno esa vez tuvo la dicha de que sus ojos vieran algo tan maravilloso como eso.

La pequeña Karin usualmente usaba pantalones cortos y camisas de niño, nada femenino para ser sinceros pero esta vez sí que lo sorprendió con ese vestido.

Su hermana menor Yuzu se encontraban jugando con ella pero bueno Yuzu jamás superaría a Karin en belleza para ser sinceros es lo que pensaba él, la belleza de las dos era totalmente diferente una de otra.

Tōshiro rápidamente fue al jardín a cortar un lirio persa amarillo. Entro al baño y se lavó la cara mientras buscaba en él algún rastro de tierra en su rostro por estar jugando con Jinta futbol, colocó un poco de agua en sus cabellos blancos y se limpió la ropa antes de salir corriendo hacia dónde estaba la pequeña azabache.

Y bueno ahí estaba a unos cuantos metros de ella, sentía su corazón latir como un loco y sentía derretirse ante la niña.

Se quedó ahí mirando como un tonto sin decir nada y repasando las palabras que iba a decirle, sin darse cuenta el tiempo pasó y el receso termino mientras tanto varias madres comenzaron a llegar por sus hijos para ya irse a casa.

Entre toda la multitud de madres llegó la mamá de las mellizas que con dulzura fue abrazarlas y a llenarles el rostro de besos, Tōshiro aún seguía ahí parado mientras tanto su hermana mayor llegaba del extremo de la primaria para recogerlo.

—¡Shiro-chan!.- gritó Momo de 10 años acercandose hacia él con una enorme sonrisa, pero el pequeño seguía sin decir nada, estaba concentrado en la belleza de la Kurosaki.

— Nii-san ¿ Pasa algo?.- preguntó Momo revolviendo el cabello albino de su hermanito.

— Mmm.- solo dijo mientras se sonrojaba más y más, deseaba entregarle aquella flor a la niña pelinegra.

En un momento dado se armó de valor solo para ir corriendo hacia dónde estaba Karin jugando mientras esperaba a su madre que hablaba con una maestra, la miro por unos segundos y luego se acercó para darle la flor.

— Ten.- hablo acercando su manita hacia ella, las pestañas de la Kurosaki revolotearon ante la vista de aquella hermosa flor y con ternura tomo la flor entre sus dedos cortos.

— Gracias.- susurro mientras se baja del columpio donde se encontraba y rápidamente besar la mejilla del pequeño.

Tōshiro se puso tan colorado como un tomate sintiendo esa calida sensación, las madres que estaban ahí se maravillaron ante la escena que estaba enfrente de sus ojos. Termino de besar la mejilla del de ojos aguamarina y salió corriendo hacia su madre con una tierna sonrisa.

Mientras tanto Hitsugaya se tomó la mejilla con su mano derecha donde aquellos tiernos labios habían estado, desde ese día el color amarillo sería uno de sus favoritos.

Camino hacia su hermana ruborizado y con una sonrisa le dijo.

— Desde hoy el amarillo será uno de mis colores favoritos y yo prometo que desde hoy lucharé por su corazón.- miro en dirección donde estaba la pequeña Karin mirando encantada la flor.

No le importaría saltar de un lugar a otro por ella, todo lo que fuera amarillo le recordaría que debería luchar todos los días por ese pequeño corazón.

¡End!...