Disclaimer: No son míos, la trama sí.

Pareja: Hyunseung & Junhyung.

Género: Drama, dramón 3 foreváh.

Canción elegida: Everytime, by Britney Spears.


Obsession; capítulo uno

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Acarició el cristal que lo separaba del papel que impregnaba de tinta el rostro de su amado. Con suma delicadeza limpió el polvo acumulado que había en aquella casa, con una mueca en sus finos labios y los ojos empequeñecidos, limpió hasta la última mota de polvo de aquella fotografía.

Le sonrió a las dos personas que estaban ella, la cuales le devolvieron la sonrisa. Era una foto de él y de su amado, aquella sonrisa sarcástica, aquel cabello perfectamente estilizado y esa mirada penetrante que aún le provocaba un cosquilleo intenso en su cuerpo. Ambos estaban abrazados como si fueran amigos, la misma noche en dónde la amistad pasó a ser algo más, la misma noche en dónde sus labios fueron robados sorpresivamente por aquel mal humorado, sarcástico, sin embargo de buen corazón, muchacho. Dejó la fotografía en su lugar y comenzó a limpiar todo nuevamente, parecía un chiquero, ya le regañaría en cuanto llegara. Siempre a la misma hora y con la misma picardía y amor.

Hyunseung encendió el estéreo, estaban tocando unas baladas de amor, tomó la escoba y comenzó a danzar con ella a través de la sala. Giraba y giraba tal cual bailarina de ballet, imaginándose que algún día Junnie —como le decía de cariño— le invitase a bailar de aquella manera, como en las películas. Dejó de hacer aquella extravagante danza y comenzó a limpiar la sala que estaba llenísima de polvo y basura. ¿Cómo podía estar tan sucia, si ayer había venido? Se preguntó aquel alto y delgado joven.

Una delgada capa de sudor le cubría la frente en cuanto el piso estuvo completamente limpio, se sentó en el sillón quitando antes la cubierta de plástica que su novio le ponía cada noche.

Sonrió, sin poder creer que en dos meses más estaría viviendo bajo el mismo techo con Junhyung.

Sintió la puerta de la casa abrirse lentamente, una luz lo cegó por unos momentos. Debía ser el auto de él. La silueta de Junhyung apareció segundos más tarde.

— ¡Wow! ¡Qué reluciente está todo! —los pequeños y rasgados ojos del mayor se abrieron a más no poder. Caminó lentamente como si estuviera en el palacio real, aquella acción liberó las risas avergonzadas de Hyunseung, quién tapó su boca para reír.

Un gemido de sorpresa escapó de sus labios en cuanto sintió como los brazos de Junhyung pasaban a través de su cintura, atrayéndolo hacia él, sus miradas se encontraron por varios segundos, el delgado y sorprendido muchacho cerró sus ojos al sentir como los labios del mayor tomaban posesión de los suyos en un dulce beso.

Hyunseung cerró sus ojos y en cuanto los abrió, estaba dentro de una polvorienta y descuidada habitación. Estiró sus brazos y bostezó con pereza. Pasó sus manos por encima de sus ojos repetidamente para quitarse el sueño. Salió de aquella habitación, sintiendo como el piso de madera crujía bajo sus pies. Caminó hasta la habitación y pegó un gritó de furia.

— ¡No puedo creerlo! —lanzó un jarrón que se encontraba a su lado. La habitación estaba llena de polvo y basura otra vez. Sus ojos se llenaron de lágrimas, caminó hasta la inmunda cocina, buscó una botella de lejía y una esponja, se dirigió hasta la sala de estar, derramando un poco del líquido y comenzó a fregar con desesperación el piso. Sus lágrimas de rabia y tristeza se mezclaban con la lejía, poco a poco el suelo se comenzó a manchar de rojo por la fuerza que ejercía en la limpieza.

Sus nudillos estaban destrozados, pero no le importaba, además si Junhyung veía que el tenía los nudillos rotos por limpiar todo el día, quizás recapacitaría. Ordenó todo rápidamente y comenzó a limpiar la cocina nuevamente, lavo los platos llenos de comida seca y pegada, en cuanto dejó la cocina como una tacita de porcelana, se sentó en el sofá a esperar la llegada de Junhyung.

El tic tac frenético del reloj no le molestaba, la hora se estaba acercando. Unas luces lo cegaron nuevamente, el momento había llegado. La puerta se habría dejando ver a un sonriente y sorprendido Junhyung.

— ¡Wow! ¡Qué reluciente está todo! —comentó el mayor dejando su chaqueta colgada en el perchero junto a la puerta. Las luces del coche se apagaron, dejando que la poca luz del lugar los iluminara.

—No soy tu sirvienta…—susurró Hyunseung. A lo que su novio no le escuchó — ¡Qué no soy tu sirvienta, joder! —secó sus lagrimas. Volteó para ver como los ojos de su novio se oscurecían, no le hizo caso.

— ¡No te trato de esa forma! —Hyunseung le miró de forma acusadora y luego golpeó el mismo jarrón que había quebrado en la mañana, sin notar aquel detalle.

El menor herido en el alma caminó hasta la habitación, cerrando de un portazo. Entre lagrimas cerró sus ojos ante Morfeo, sintiendo como el mayor le cantaba suavemente una canción para aliviar la situación.

Despertó gritando de rabia, no podía creer que la habitación estuviera sucia, que todo lo que él había limpiado otra vez estuviera sucio, roto y mal oliente. Miró la hora, había dormido más de la cuenta, Junhyung estaba por llegar. No limpiaría, lo recibiría con la casa tal cual estaba. Sucia.

El ruido de un coche llegar, las luces que lo cegaban y entonces sintió como la puerta crujían. Sonrió esperando ver a Junhyung, pero esta sonrisa se desapareció rápidamente en cuanto vio tres figura asomadas en la puerta, instintivamente corrió hasta esconderse tras el sofá.

— ¿Hyunseung? —preguntó una suave y armoniosa voz. Cuidadosamente el muchacho elevó su mirada para ver quién le llamada. Era Yoseob, hacia dos días que no le vía, salió del sofá dejándose notar.

— ¿Qué haces aquí, Hyunseung? Te hace mal, ven —estiró su mano en su dirección —vamos.

—No puedo, Junhyung llegará pronto —una mueca apareció en el rostro del más bajito.

—Él sabe que saldrás conmigo descuida —mintió descaradamente. Hyunseung como si fuera un niño pequeño al que le ofrecían dulces aceptó irse sin reparos con los demás.

Hyunseung miraba a través de la ventana con extrañeza, el lugar había cambiado tanto en dos días. Se veía más moderno.

No notaba el semblante de preocupación de sus amigos. Él simplemente le sonreía a la gente que miraba a través de la ventana. Se sentía bien, además luego se iría a casa y estaría con Junnie, arreglarían las cosas y serían la feliz pareja de siempre.

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En cuanto Yoseob se bajó con Hyunseung a comprar helados, los demás silenciaron sus bocas. El primero en romper aquel silencio estremecedor fue Doojoon.

—Ha pasado bastante, no veo cambios —bajo su mirada, para que los demás no le vieran lagrimear.

—No es tu culpa ni de nadie. Ni siquiera de él…—Kikwang recargó su cuerpo en el de su pareja.

—Kikwang tiene razón —comentó Dongwoon y atrajo a su pequeño amante más hacia él —, debemos buscar una solución optima a este problema, no mañana, no otro día. Tiene que ser ahora—luego de todo lo sucedido, su voz había perdido todo deje de infancia.

En cuanto Yoseob y Hyunseung entraron al auto, todos sonrieron fingidamente. Se habían acostumbrado a fingir aquella sonrisa, desde aquel día.

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OMG, volví. Alpha is back. Ya acabo de hacer mi Comeback xD, espero que les haya gustado el primer capítulo. Y eso.

Love, love, love para mis lectoras.

Alpha~