Capítulo 1.- Batazo de Hit.

Regresaban de una clase a campo abierto con la profesora Sprout que había sido en los alrededores del bosque prohibido, habían tenido que bajar un pequeño barranco y estaba siendo difícil subirlo en el regreso.

–¡Vamos chicos, ayúdense unos a otros!- Dijo la profesora Sprout.

Ron acababa subir uno de los montículos más difíciles y detrás de él venían Parvati y Lavender, pero esta última resbaló aparatosamente hasta el suelo. Mientras ella se incorporaba Parvati estiró una mano hacia Ron.

–¿Me ayudas?- Ron la ayudó, y rápidamente detrás de ella estiró las manos Lavender. Un par de metros detrás venía Hermione quien los observaba con la vista fija.

–No Lavender, apoya el pie ahí. ¡Cuidado!- Lavender estaba haciendo que Ron se tardara para no ayudar a Hermione.

–¡Hermione!. ¡Acá!- gritó Harry para ayudarla a subir.

–Mira nada más cómo quedaste, tal vez tengas que ir con Madame Pomfrey- dijo Ron a Lavender mientras le ayudaba a sacudirse. Hermione se volteó juntando los labios con tanta fuerza que parecían sellados.

Cuando volvieron al castillo, tuvieron que ir hasta el dormitorio pues a Ron y a Harry se les había olvidado su libro de Transformaciones. Cuando estuvieron allí el silencio de Hermione era intenso y Harry sabía por qué.

­–Ah, creo que lo deje en la sala común, esperen- Dijo Harry saliendo del dormitorio. La sala común estaba absolutamente vacía y sí, ahí estaba su libro de Transformaciones bajo uno de los sillones. Cuando volvía a la habitación se detuvo antes de entrar pues la voz de Ron y Hermione alcanzaba a oírse antes de llegar.

–¡¿Por qué dices eso?!

–Quieres volver con Lavender ¿no es así?

–¿De dónde sacaste eso!?

–Acabo de verlos, Ron.

–Pues te equivocas.

–¡Entonces no deberías alentarla!

–Hermione…- dijo Ron acercándose a ella –¿Qué te pasa?- ella tenía los ojos húmedos.

–¡Nada, no me pasa nada!- dijo Hermione dándose la vuelta para irse mientras rodaban un par de lágrimas. Pero Ron la detuvo jalándola de un brazo.

–¿Qué pasa? vamos ¡dímelo!

Las lágrimas rodaban por el rostro de Hermione que trataba de desviar su mirada en otra dirección, Ron la tomó por los dos brazos poniéndola de frente a él.

–Hermione…- Ron se acercó a ella y levantó su cara, se miraron por un momento y Ron la besó, con un beso lento pero tan profundo que parecían estar fundiendo sus almas en ese largo beso.

Harry por su parte no sabía que hacer, definitivamente no quería seguir allí pero, tal vez tampoco era prudente dejarlos solos. Ron y Hermione se recargaban sobre uno de los pilares del dosel de la cama de Harry entregados en su apasionado beso.

"¡Ginny!" pensó Harry, pero no era buena idea pues Ginny seguramente estaba en clase y no podría sacarla para eso. Mientras él seguía pensando Ron se movía, llevaba a Hermione a posarse más cómodamente sobre la cama de Harry. Hermione parecía haber olvidado toda esa exagerada conciencia que siempre la había caracterizado, en los brazos de Ron parecía solo una muñeca de trapo.

"¡Tengo que hacer algo!" se preocupó Harry, así que bajó rápidamente a la sala común vacía, no había nada allí que pudiera ayudarlo, salió por el retrato de la dama gorda y cerca de ahí alcanzó a ver a Neville.

–¡Neville!

–¡Harry! ¿Qué haces ahí? La profesora McGonagall esta por llegar a clase.

–Neville necesito que… me prestes tu hhumm… ehh, el libro de herbología, aquél de donde sacaste lo de las branquialgas. ¡Vamos es urgente!

–Claro Harry pero ¿para que lo necesitas?- dijo el chico mientras caminaba hacia dentro.

–Luego te cuento- dijo Harry haciendo sonar más fuerte su voz y resonando sus pasos.

–¿Estás bien Harry?

–Err… no, estoy teniendo problemas con el oído- dijo Harry casi a gritos.

-Ah, ya veo.

Cuando estuvieron frente a la puerta Harry pudo ver como Ron corría hacia su mesita de noche.

–Por aquí lo tengo- dijo Neville mientras entraba despistadamente. Hermione no parecía estar ahí.

–Ron, creo que ya inició la clase de Transformaciones, ¿vamos?- dijo Harry mientras Ron fingía tomar algo de su baúl. Estaba terriblemente nervioso y pálido, tenía una seriedad en el rostro que Harry muy pocas veces había visto.

–¡Espera!- dijo Ron de repente, Harry escuchó tras de él unos muy ligeros pasos que salían. Comprendió que era Hermione quien salía a sus espaldas. Ron la siguió disimuladamente con la mirada. Harry estaba seguro de que había actuado lo justo en el momento justo.

–¿¿Por qué??- le preguntó Ginny cuando se lo contó –Vamos, ¿Qué temías Harry?- Harry no sabía si Ginny lo decía por ingenua o por audaz.

–Mira, ellos se puede decir que ya son adultos, y Hermione es una chica muy inteligente, madura… muy consiente, estoy segura de que habría detenido a Ron antes de llegar muy lejos.

Harry no estaba muy seguro de ello, pero solo lo negó con la cabeza mientras miraba a Ginny.

–Escucha, ellos necesitaban hablar después de eso, es importante, seguramente por la manera en que los has interrumpido su situación será más tensa que la cuerda de un violín y tienes que solucionarlo- dijo Ginny tratando de convencer a Harry.

–¡No, yo no haré eso!!- dijo Harry rotundamente.

–¡Anda! Que se me esta ocurriendo algo- Dijo Ginny mientras saltaba del asiento entusiasmada. –Tal vez necesitemos tu capa invisible, alcánzame en… el salón de encantamientos- y Ginny salió corriendo. Harry no sabía cual era la idea de Ginny y eso lo aterraba un poco.

Harry bajó con la capa invisible puesta y caminó hacia la sala de encantamientos, entró pero no vio a nadie, momentos más tarde llegó Ginny agitada pero contenta.

–¡Ya está! nadie los molestará, he solicitado la sala para practicar.

–Y ¿cómo harás para que ellos lleguen aquí?- preguntó Harry impresionado por la rapidez que siempre ha mostrado Ginny para inventar cosas en situaciones desesperadas.

–Ahora te digo, ya no deben tardar en llegar, ¿la capa?... ¡oh bien! Vámonos.

Pero justo cuando se acercaban a la salida entraron Hermione y Ron detrás de ella. Harry y Ginny no tuvieron más remedio que ubicarse en un lugar seguro.

–¿Sabes para que nos han citado aquí?- preguntó Ron, y Hermione respondió moviendo su cabeza negativamente mientras le daba la espalda. Hubo un largo silencio.

–¿No dirás nada?- preguntó Ron. Hermione se levantó de la silla y volteó a verlo.

–¿Tú no dirás nada?- Ron fue ahora quien se volteó.

–¿Que quieres que diga?

–Lo que sea Ron, pero quiero escuchar algo de ti.

–¿Para qué? Si siempre lo has sabido… siempre has sabido que me tienes loco- Hermione volteó hacia él impresionada. –¡Ahora tú dime algo!- terminó Ron apenado.

–Pero Ron ¿no ha sido claro todo lo que te he demostrado durante todo este tiempo?- Hermione lo miraba a los ojos, él se sonrió.

–Definitivamente me gustan más las demostraciones- dijo Ron en un susurro acercándose a Hermione y la besó. Harry nunca vio a Ron besar así a Lavender.

Harry quería salir de ahí, no entendía como Ginny podía observar sonriendo y festejando como si estuviera en un partido de quidditch, mientras él lo único que quería era no ver.

–¿Qué crees que dirá Harry?- preguntó Hermione un poco preocupada.

–¿Que puede decir?- dijo Ron levantado los hombros –yo le di permiso de andar con mi hermana- Hermione sonrió y dio 3 besitos sobre sus labios sonrosados.

–Bueno, ya veremos mañana- dijo Hermione mientras salían por la puerta.

Cuando ellos hubieron salido Harry se quitó inmediatamente la capa.

–¡¿Genial no crees? ¡No pudo ser mejor!

Él pensaba muchas cosas, tenía varias razones para no sentirse tan feliz como Ginny. Pero ella sabía lo que el silencio de Harry significaba.

–Vamos Harry, no debes ser egoísta, tú nunca estarás solo…- dijo Ginny suavemente mientras miraba a Harry abiertamente a los ojos y después le dio un gran abrazo.

Harry sintió que la sangre corría rápidamente por sus venas, hacia ya tiempo que Harry no había estado tan cerca de Ginny y eso era demasiada tentación. Inevitablemente, influenciado por las demostraciones amorosas de que acababa de se testigo busco sus labios, ella estaba demasiado cerca. Sus labios estaban muy unidos y sentía su corazón latir con fuerza junto al de ella, estaba perdiendo la noción del tiempo… del espacio

–¡Harry!­- dijo Ginny reprendiéndolo suavemente.

Harry verdaderamente se había dejado llevar por el momento, prácticamente no se había dado cuenta donde habían ido a parar sus manos.

–Lo siento- dijo Harry retirando sus manos y bajando la cabeza avergonzado. Sabía que Ginny lo miraba y esperaba su enojo. Pero Ginny sonrió y le dijo:

–Ahora sé porque te preocupaba tanto detener a Ron… Anda vamos.

Harry salió aún con la cabeza agachada mientras Ginny lo jalaba de una mano.

N/A: Y eso que apenas vamos empezando… P dejen reviews!!