Bienvenidos sean los Yukihara.

El día no podía ser más perfecto, eso pensaba un hombre joven llamado Izumi, miraba las rejas de lo que seria su nuevo hogar, hace tan poco que murieron sus amados padres y aquel impacto fue demasiado para él y su "dulce" hermana. Ambos eran de cabello gris, la joven tenia ojos grises y el azul, de un tono grisaseo por cierto. Ana era el nombre de aquella joven de tan solo trece años miraba detenidamente aquella que seria su nueva "casa", soltando un pesado suspiro volteo a mirar a su hermano.

– Hermano ¿Por qué vinimos a este sitio? –pregunto con muchas dudas en la cara, a veces no comprendía lo que pasaba por la cabeza del mayor.

– Aquí es donde están nuestros hermanos mayores ¿No quieres conocer a Kanade y Kazumi? –pregunto sonriente, la chica pareció pensarlo y sin más respondió.

– Me importa un carajo su existencia –dijo sin inmutarse.

– ¡Ana! ¡No seas grosera! ¿Quien te enseño esa palabra? –regaño mirándola fijamente.

– Mi buen hermano Izumi –respondió con malicia, el hombre solo se puso tenso.

– E... en todo caso, son nuestros mayores, respeta –respondió algo nervioso.

– No respetaba ni a mis padres –respondió viendo como abrían las rejas hacia su nueva prisión.

– Vamos tenemos que ir –contesto con resignación.

– Claro... hermano –murmuro caminando a su lado. Ella lo sabía, una vez pisara aquel suelo no saldría al exterior hasta la graduación, pero que más da, no tenia a nadie más que a esos tres idiotas que tenia por hermanos, sonrió para sus adentros, los quería demasiado.

Se imaginaba teniendo una vida tranquila y pasando desapercibida con su hermano jodiendo como siempre y procurando mantener un promedio aceptable, no se imaginaria las vueltas que da la vida.

– Saludos... Gakuen Alice –murmuro mirando a lo lejos a Kazumi Yukihara, su hermano mayor, junto a varios profesores que les daban la bienvenida.

– ¡Hermano! – grito Izumi alzando los brazos y corriendo hacia el. Ana se acercaba de manera tranquila observando sin preocupación como el mayor golpeaba al joven tirándolo al piso con un chichón, la peli gris saludo con la cabeza–. EY –se quejo con un puchero.

– Te lo mereces por escandaloso –declaro sin preocupación, sonrió levemente–. ¡Bienvenidos a la academia!

– Em –el hombre joven se levanto y se sentó en pose indio, carraspeo y después sonrió con alegría –. Ya, ya, perdón por eso, por favor cuiden de mi –sonrió ampliamente–. Estoy feliz de haber conseguido mi licencia para dar clases aquí.

Kazumi sonrió de lado y le acaricio la cabeza, Ana no se quedo atrás con sus comentarios–. Detrás de la oreja, ahí le gusta.

– ¡Ey! No soy... –iba a reclamar el hombre, pero cuando vio que lanzaban un libro de cuentos se fue corriendo hacia el tomandolo con la boca y regreandolo a su hermana.

– Parece que ya lo tienes entrenado, felicidades ...comento Kazumi viendo a sus hermanos de forma seria, aunque en el fondo le divertia. Ana asintio mirandolo, el se agacho a su altura y le acaricio la cabeza–. Eres más linda de lo que pense –adulo, la niña puso una expresión tierna.

– Un gusto hermano Kazumi –saludo con una leve sonrisa, no pudo evitar sentir respeto por ese hombre.

– Oh vaya, pero si son mis dulces y lindos hermanitos –todos voltearon para ver a una mujer de pelo negro y ojos grices, ella abrio los brazos–. ¿No van a saludar a su hermana mayor?

– ¡Kanade! –grito Izumi corriendo a abrazarla, su herman giro los ojos y se acercó, cuando lo noto estaba entre los brazos de ambos.

– ¡Sueltenme! ¡odio los abrazos! –chillo tratando de zafarse con un gran sonrojo en sus cachetes, Kazumi suspiro negando.

– ¡Que linda! Eres una pequeña loli tsundere –solto Kanade apretando sus mejillas.

– ¿L...loli tsundere? –mascullo con el ceño fruncido. Los tres comenzaron a discutir, Jinno se acerco al director quien sonreia divertido.

– ¿Cree que este bien esto? Sabe que el ESP...

– Lo sé, pero ellos son mejores que eso, no permitire que el ESP los llegue a manipular, ni que se entere de nuestro alice –repondio de forma seria.


Una muchacha de cabello castaño y largo, con unos ojos avellana preciosos, caminaba, a su lado un chico de cabellera negra y desordenada y ojos café oscuro llenos de vida, iba muy entretenido con una consola de videojuegos, la chica lo vio de reojo ¿Jamás se cansaba de estar jugando? Ni idea.

– Mañana volveremos a intentarlo ¿entendido? –pregunto la joven, él asintió desinteresado.

– Y mañana volveremos a fracasar épicamente –contesto, ella frunció el ceño–. Yuka ¿Por qué sigues insistiendo? No hay forma de salir de aquí –le dijo apartando la vista de su consola por unos momentos.

– Mira ¿me vas a ayudar sí o no? –pregunto malhumorada, el chico asintió–. Bien, por cierto ¿Dónde está tu club de fans? –cuestiono viendo a los alrededores, el joven se encogio de hombros.

– Ni idea, pero sea donde sea que estén, solo espero que no nos sigan mañana –aclaro soltando un suspiro resignado.

– Bueno... vamos –murmuro, ambos se dirigieron a los dormitorios.


El profesor Izumi paseaba buscando el lugar donde se iba a hacer la bienvenida, se iba a presentar como maestro frente a todos, se encontraba calmado pero le llamo la atención una chica de la edad de su hermana ¿tratando de escapar? A su lado un chico que jugaba videojuegos sin importarle un carajo la vida de los demás.

– ¡Ey niños! ¿qué hacen? –pregunto con despreocupación el maestro, la castaña lo volteo a ver con el ceño fruncido.

– ¿Qué te importa? –pregunto a la defensiva.

– Me importa mucho –murmuro viéndola–, si me meten en problemas los torturo –aclara apuntandolos, la pequeña alza una ceja y coloca una mano en su cadera.

– ¿Ah sí? ¿Tú y quien más? –pregunto irónicamente.

– Yo y ¡Ana! –grito, la mencionada llego a su lado casi al instente.

– ¿Qué paso? –pregunto frunciendo el ceño, preocupada de que algo le pasara.

– Golpea a esa niña –chillo apuntandola, Yuka lo vio de forma desconcertada.

– Te faltan cinco tornillos –comento dandose media vuelta, jalando a su hermano en el proceso–. Ve a presentarte imbécil.

– Pero... –intento replicar pero se calló al ver "la mirada"–. ¡Vamos como on, vamos todos allá! –canturreo caminando alegremente.

– ¡Tú de que me sirves si solo estas con la consola! –grito la castaña pateando al chico que "según" la acompañaba, el se sobo la cabeza adolorido.

– Eso dolió Yuka –miro la hora en su aparato–. ¡Oh! ya es tarde, vamos a la ceremonia –llamo parandose de su comodidad. Su amiga gruño molesta.

– ¡Eres un idiota!


– Ahora presentaremos al profesor Yukihara –anuncio Jinno por micrófono, se alejo e Izumi tomo el artefacto, el castaño se acomodo con los otros profesores para escuchar al nuevo integrante.

– Bien alumnos –empezo a hablar haciendose el serio, derrepente golpeo con sus palmas el atril y se acerco al microfono–. ¡Yo no me ire con tonteria! ¡Yo les dare un poco de accion!

El presentador saco sus notitas y comenzo a recitar–. Su bella voz y sus melodías han conmovido por generaciones.

– ¡Un elefante se balanceaba sobre la tela de una araña y como veía que resistía fue a llamar a otro elefante! –canto Izumi, todos quedaron desconcertados–. ¡Dos elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña y como veían que resistían fueron a llamar a otro elefante! ¡Tres elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña y como veían que resistían fueron a llamar a otro elefante!

Ciento veintidos elefante más tarde...

– ¡Ciento veinte tres elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña y como veían que resistan fueron a llamar a otro elefante!

– ¡Ya callate! –grito Jinno furioso e irritado, Izumi se quedó en silencio mirandolo de forma dolida.

– ¿No te gustan los elefantes? –pregunto triste. El castaño solto un grito y agarrando un palo con clavos, empezó a perseguirlo.

– Pendejo –pensaban Ana y Kazumi mientras los demás se reían a más no poder. Izumi siguió siendo perseguido por un buen rato, corría como si su vida dependiera de ello, bueno tal vez sí.

Mientras tanto, desde una ventana alejada un hombre de pelo rojo veía con una sonrisa burlona al hombre.

– Que interesante es este hombre –rio mientras bebía un poco de vino.


Todos ya estaban es sus clases para empezar un nuevo díal, Izumi se preparaba para presentarse con su siguiente clase de las diez que tenía.

– Alumnos idiotas y relajitas, hoy tienen a su nuevo profesor, el señor... –intento presentar Jinno pero fue interumpido.

– ¡Hola soy el profesor Yukihara! Díganme Yuki –exclama haciendo una señal de amor y paz.

– Yu... ki... HARA –grito el castaño molesto.

– Sera idiota –murmuro Ana desde afuera, no sabia de que se quejaba, era normal que Izumi comenzara a hacer sus payasadas.

– P... perdon Jinno, no te enojes, sho te amo con todo mi ser –le dijo el de pelo gris con una carita de perrito abandonado.

– ¡Vete al demonio! –le grita saliendo.

– ¿Debo seguirlo? –pregunto Izumi al tutor de la clase, quien negó cansado, había conocido gente así, pero le preocupaba que fuera de un adulto y del adulto que le enseñaria a los alumnos, finalmente, Gakuen Alice debe parecer una escuela helite para que nadie sospeche de la verdad.

– No... solo sigamos... hoy también tienen una nueva compañera, por favor entra –pidio el tutor amablemente, la chica entro llamando la atención de varios chicos, los Yukihara tenian ese gen que los hacia ser una belleza físicamente.

¿Un gen o... una condición?

– Ana Yukihara, alice de predicción y sellar alice, un gusto clase –contesto seria, aquella actitud esceptica le llamo la atención a más de uno, la mayoria hombres.

– Vaya ya tiene a sus fans –murmuro el tutor viéndola y luego a los chicos que babeaban–. Te sentara a lado de Yuka –la nombrada volteo y al reconocer a la pequeña Yukihara sonrio de lado.

– Pero Yuka ya tiene pareja Momoka Matsumoto –comenta un chico x, la mencionada asiente.

– Bueno tu pareja será... ah ya se, el chico sentado al lado de Yuka, ese que juega con la consola sin prestar atención a la vida –murmuro el profesor, lo apunto, efectivamente hacia eso.

– ¿¡Qué!? ella no se puede sentar con sempai –grito una chica apuntandola, la de cabello gris giro los ojos.

– ¿A no? A menos que él me diga que no quiere no me sentare –respondio Ana poniendo una mano en su cadera.

– Dira que si para no herir tu autoestima –le secundo otra chica.

– Oh no sempai~, no lo haga por mí, estaré bien; Bah, jodeos –dice dramatizando y al final haciendo una señal de "Chingen a su madre"

– ¡Henshiro ya presta atencion! –grito el maestro, el chico soltó la consola alarmado, vio a sus compañeros, a Yuka tratando de no reír, a dos chicas verlo con admiración y al resto verlo divertido, su mirada paro en una chica de cabello gris, al verla lo primero que penso es que vio a un ángel, casi juro ver unas alas en su espalda, grandes y negras.

– ¿Eh? ¿Presente? –dijo confundido, todos comenzaron a reirse de él, pero cuando noto que aquella chica sonrio divertida su rostro adquirio una tonalidad roja.

– La próxima decomisare ese aparato –al escuchar la amenaza abrazo con fuerza a su bebe, todos menos él–. Usted será la pareja de la señorita Ana Yukihara, váyase a sentar con esos dos –al oir la indicación sintio emoción.

– Bien –la chica asintió con indiferencia, ya estaba acostumbrada a esas payasadas. Se sento entre los dos y miro de reojo al chico que su mirada paro en su hermano.

– Usted profesor... –intento decir el tutor pero vio como Izumi reía a más no poder en el piso–. No me pagan lo suficiente –se quejo intentando arrastrarlo hacia fuera.

– ¡Ey Yukihara! ¡Más te vale no meterte con sempai! –grito una fanatica del chico, el solo rio de forma nerviosa.

– SI~ –le secundo la otra.

– No me pensaba meter con su "sempai" –les dijo volteando a ver a la ventana, ignorando los insultos de sus compañeras–. ¿Uh? –sintio un toqueteo en su hombro, volteo a ver a su compañero quien la veía con una sonrisa natural.

– ¡Hola, un gusto pareja! Soy Henshiro Ito –se presento sonriendo con amabilidad, aquello dejo boquiabierto a todos, el tipo nunca se presentaba y eso que Ana no era la primera en ser su pareja.

– Ana Yukihara, un gusto –murmuro de forma seca y volteo de nuevo su vista.

– ¡Sempai! –chillo una fan molesta–. No hable con ella, no le conviene.

– Si –le siguió otra con tono irritante.

– C... chicas –balbuceo Henshiro soltando una risa nerviosa.

– ¿Pueden callarse? Me irritan sus molestas voces –murmuro Ana, ambas la fulminaron con la mirada.

– ¡Cállate!

– ¡Si, cállate!

– Bravo, se ganaron un premio por originalidad –aplaudió sarcásticamente.

Ambas empezaron a decirle de cosas, este se defendida con comentarios sarcásticos y los demás solo pensaban en una cosa

"Que raros, oh bueno, bienvenidos sean los Yukihara"