Disclaimer: Naruto y todos los personajes que lo conforman pertenecen a Masashi Kishimoto, por otro lado la historia es completamente mía.
Nuevo Clan en Konohagakure ❧
Capítulo I
Se encontraba frente al hokage, el hombre frente a él se había ganado su confianza, había defendido al clan Uchiha tanto como había podido. No podía pedir imposibles, como el primogénito del líder del clan sabía los aciertos y errores de su gente.
Obito les había dado a todos los Uchiha una oportunidad, su aviso oportuno de lo que planeaba Madara salvo más vidas de las que podían agradecer, si bien era cierto que los Uchiha eran temidos porque fue uno de ellos el que había ocasionado el ataque no se podía negar que el sacrificio de otro los había salvado de una muerte segura.
Itachi sabía lo que estaba en juego, su vida no había sido para nada fácil, el talento que mostró parecía condenarlo en cada oportunidad que se presentaba, y esta no iba a ser la excepción.
Estaban reunidos porque la información que uno de los legendarios sannin había reunido los había llevado a tener conversaciones sobre el futuro de la aldea y en esas conversaciones no podían dejarse de lado los dos clanes más importantes de la Hoja.
En esa reunión se encontraban Hiashi Hyuga, acompañado de su hija y un miembro del consejo que él no conocía, junto a él estaba su padre y un anciano del consejo de su clan llamado Uchiha Kagami, ese hombre había presenciado las tres guerras que habían atacado al mundo shinobi y había peleado en al menos dos de ellas. Tenía la edad del tercer hokage y había luchado junto al segundo.
La reunión por la cual habían sido requeridos sin duda era de suma importancia, pues al frente se encontraba el cuarto, y a su espalda también el tercero y Danzo. Estar allí no parecía una mera reunión informativa, lo que no dejaba de sorprenderlo es estar ahí como el hijo del líder del clan y futuro heredero y no como una escolta del Yondaime.
El heredero Uchiha podía notar en las esquinas frente a ellos dos figuras, dos shinobi guardianes que estaban escoltándole ese día, nadie tenía que decirle quienes eran, él estaba consciente que eran su primo Shisui y Hatake Kakashi, lo que no dejaba de incomodarlo era su posición, parecía que no les informarían nada bueno, hubiese preferido sin duda llevar su máscara también como ellos.
—Gracias por venir de inmediato —dijo el Hokage para llamar la atención de los presentes—. La razón por la que los hice venir es porque me ha llegado información de vital importancia de Jiraiya-sensei. La situación no solo para la aldea, sino para el mundo entero no pinta nada bien.
Vieron como lentamente Danzo comenzó a avanzar como deseando tomar la palabra, y el tercero lo imitó, las siguientes palabras a decir parecían importantes.
—El consejo ha llegado a la conclusión de que se necesitan tomar medidas inmediatas —siguió diciendo el cuarto—. Konoha necesita prepararse, estar lista para cuando esos momentos difíciles lleguen, porque sin duda lo harán. El consejo recomienda que los clanes más poderosos de la aldea deben volverse uno.
Los rostros de ambos líderes parecían inmutables, pero la tensión en esa sala era innegable.
—Creo que las relaciones entre los clanes de la aldea es buena, sabe que no tengo inconveniente en luchar junto a Fugaku-sama, ¿exactamente a que se refiere? —respondió el líder Hyuga.
No era ingenuo, sabía que era lo que estaban proponiendo, no por nada los habían hecho llevar a sus futuros herederos consigo, sin embargo era algo que no se hubiese imaginado realmente. Una cosa era luchar por la aldea con los Uchiha pero otra muy diferente lo que estaban proponiendo, era conocido por cada miembro de Konoha la importancia que cada clan daba a su sangre, no iban por ahí mezclándola sin sentido, si su hija iba a casarse con alguien, era si su duda un miembro respetable de su propio clan, alguien que asegurara que la línea de sangre siguiera siendo tan pura como se había mantenido. La pureza de sangre de la rama principal, era uno de los grandes orgullos de los Hyuga.
Las razones detrás de las palabras del cuarto debían ser explicadas, y sin duda impresionantes para sugerir algo así. No solo por él, estaba seguro que Fugaku estaba esperando lo mismo. Él tenía un prodigio por heredero, no iba a permitir que lo alejaran de su clan tan fácilmente.
Llamando la atención de todos pero para sorpresa de nadie ya que sabían lo insolente que podía ser, fue Danzo quien respondió, no por nada estaba a cargo de raíz y era uno de los consejeros más influyentes en el país del Fuego.
—Nos referimos a que se deben unir en matrimonio sus herederos —dijo Shimura fríamente—. En cuanto tu hija Hiashi pueda concebir, ya que el primordial papel de esta unión es la descendencia.
El ojiblanco no mostró sorpresa en su rostro, estoico como siempre incluso a pesar de sentirse insultado por la falta de honoríficos del consejero, giro a ver al líder Uchiha que parecía a punto de contestar.
—No sería conveniente que se tomarán otro tipo de medidas, entrenar entre los clanes para coordinar mejores ataques por ejemplo. Esperar que la descendencia de los dos clanes sea más poderosa de nacimiento es dejarle las cosas al tiempo, bien podríamos tomarla en nuestras manos desde ahora.
—Que se sugiera esta unión no significa que se no se puedan llevar a cabo más medidas de seguridad, pero estamos pensando en el futuro de la aldea. La unión de sus dojutsus es sin duda la respuesta para el bienestar, seguridad y futuro de Konoha.
—Así que está decidido que debemos unir a nuestros hijos —mencionó el Hyuga ante la evidente carencia de valor de sus opiniones—.
—Entiendo que esto es complicado para ustedes, pero está unión es lo que Konoha necesita —dijo Minato intentando sonar convencido—.
Él no estaba de acuerdo en eso, podía entender la renuencia de los lideres presentes, básicamente les estaban pidiendo que sacrificaran y entregaran a sus hijos. Sin mencionar que ambos clanes se caracterizaban por tener un orgullo que rallaba con la soberbia. Danzo había sido el que mencionó la idea en primer lugar, y siempre había intentado tener cuidado con el líder de raíz, había cosas que había permitido porque cuando él tomó el mandato como Hokage ya se encontraban establecidas, pero aún no le convencía no poder saber que pasaba en raíz, que Danzo tuviera a shinobis excepcionales bajo su mando sin tener que reportar sus acciones le fastidiaba demasiado.
Se giró a mirar a los herederos, Itachi lo estaba tomando como esperaba, como si fuera una misión más, lo sentía mucho por él, a pesar de ser un shinobi temido por lo letal que podía ser, siempre le pareció noble y amable, entre su guardia personal el parecía siempre la voz de la razón a pesar de ser el menos de los tres. Y la chica Hyuga no podía estar más pálida ante la notica, era una joven muy linda que tenía entendido tenía la misma edad que su hijo. El rubio deseaba poder hacer algo más por ellos, la guerra se había detenido por los tratados del tercero pero el mundo ninja siempre vivía para enfrentarse al peligro, el dolor y la muerte y no podía salvarlos de eso.
—El hijo de Fugaku-sama es un shinobi excepcional, toda la aldea está segura de eso, pero Hinata no ha demostrado ser incluso digna de ser líder de nuestro clan, su debilidad es bien conocida tanto como las proezas Itachi-san —dijo el padre de la peliazul forzadamente—. Si el fin es una unión poderosa me veo en la necesidad de mencionarlo.
Alagar a un Uchiha no le resultaba fácil, en realidad le resultaba desagradable, pero ser honorable significaba hablar con la verdad, y si bien los dueños del sharingan eran una incomodidad por su arrogancia habían demostrado su valía a lo largo de los años y desde el ataque del Kyubi más. Su lealtad fue dejada en claro cuando el lugar de unirse a Madara Uchiha (quien sabían era quien estuvo detrás del ataque), lucharon en su contra para proteger a Konoha.
—La sangre de tu hija es sumamente pura, es lo que nos interesa, ella no pasará a ser Uchiha realmente, ellos serán los líderes de un nuevo clan, se sabe que no hay precedentes pero esperamos que su decencia nos sorprenda —dijo Danzo con un exceso de interés, que a más de un presente molestó—.
Hinata por su parte intentaba por todos los medios no dar muestra de sentimientos o reacciones que avergonzaran a su padre, sabía que no importaba lo que dijeran ahí, ella tendría que obedecer, acababa de graduarse de la academia ninja, y su padre había decidido entrenar a Hanabi dejándola a ella a manos de su nueva sensei, no pensó que se enfrentaría a algo complicado tan pronto. Su padre no estaba satisfecho pero ahora tenía su banda de ninja de Konoha y se había propuesto esforzarse por mejorar.
—Solo me veía en la necesidad mencionarlo, haremos entrenar a mi hija para que este a la altura del matrimonio —dijo el líder.
La Hyuga sabía que con esas palabras había sellado su destino, no iba a negarse a esa unión, no esperaba que lo hiciera, aunque la convivencia con los Uchiha fuera solo cordial estaba consciente que la unión no sonaba tan descabellada, ambos clanes eran respetados y aunque los Uchiha fuesen los que pondrían la fuerza de su heredero, los Hyuga pondrían el prestigio y la gota de lealtad que hacía falta para que se dejará claro que la voluntad de fuego corría por las venas del clan del sharingan.
—Si el hokage considera que es lo que Konoha necesita, eso se hará —dijo Fugaku.
En sus palabras dejaba claro que confiaba en el cuarto, pero también ponía sobre la mesa que esa era la opinión que hacía que él estuviera de acuerdo. Danzo no gustaba de los Uchiha y por obviedad ellos no gustaban de él. No había Uchihas en raíz y sabía que eso era cuestión de tiempo para que le trajera problemas.
Al final de esa reunión solo se a acordó que el compromiso se haría público, a la espera de que el vientre de la heredera Hyuga estuviese listo para albergar descendencia.
La planeación de la boda se dejaría en manos del padre de la novia como dictaba la costumbre, todo se llevaría a cabo como lo que era, la unión de los clanes más poderosos de Konohagakure.
๑.๑.๑
Ese día iba a llegar tarde al entrenamiento, seguramente era cuestión de tiempo para que su sensei y sus compañeros se enteraran de lo sucedido, no sabía cómo explicárselos ella misma, porque aún no sabía cómo sentirse realmente. Nunca se había puesto a pensar en sus sentimientos ya que la mayoría del tiempo no resultaban positivos. Dentro del clan siempre eran menospreciados, incluso dentro del mundo shinobi, eras más eficiente en la me medida en la que no mostrabas ninguno.
Solo había mostrado admiración por un chico, al único que había observado durante la academia. Un rubio que siempre ganaba miradas del resto de sus compañeros, sin embargo no lo miraba por la misma razón, muchos de los chicos creían que podían obtener ventaja por ser amigos del hijo del Cuarto Hokage.
Naruto no había tenido una vida sencilla, sus padres parecían amarlo mucho, y aunque su madre se la pasaba llamándole la atención a veces incluso en público en su casa había amor. Seguramente eso lo ayudaba a sobrellevar el desprecio por los adultos que en su mayoría sabían disimularlo, había visto más de una vez como lo trataban, generalmente con una cortesía que rayaba en la frialdad. Bueno, es que no puedes tratar mal abiertamente al hijo del más alto shinobi de la aldea, a veces la hipocresía era la mejor solución para ellos.
Sin embargo y a pesar de ser tratado así, se había empeñado en hacer amigos, al principio era un desastre completo en casi todas las áreas ninjas, y a pesas de ser tratado con cierta condescendencia por los profesores se empeñó muchísimo en mejorar, y también en hacer amigos de verdad, aunque curiosamente su mejor amigo parecía ser con quien más discutía. Tal vez por eso se llevaban bien, puesto que el menor de los Uchiha no lo trataba diferente, si era torpe se lo decía, y si era mejor que el ojiazul no dejaba pasar la oportunidad de restregárselo en la cara.
El Namikaze menor, era el único que la había hecho sentir algo, admiraba mucho como se sobreponía a lo malo que le pasaba, siempre con una radiante sonrisa, aunque definitivamente no sabía si llamarlo amor, a los ninjas no se les enseña a enfocarse en eso, y a pesar de ser un completo fracaso como su padre decía, ella de verdad se esforzaba en los entrenamientos. Ko siempre decía que no era una mala ninja, ella siempre le contradecía pero al ver que el siempre volvía a negarlo cambio su respuesta, estaba bien si su guardián aceptaba que no era una mala ninja, pero el clan necesitaba que fuera excepcional y ella estaba lejos de serlo.
Llego a pararse junto a su sensei, quien observaba a sus compañeros luchar, hizo una pequeña reverencia hacia la mujer.
—D-disculpe la tardanza Kurenai-sensei, mi padre pidió mi presencia p-por asuntos del clan.
—No te preocupes Hinata, Ko me aviso de tu tardanza. Y también me dijo que tu padre quería hablar conmigo esta tarde.
—Si, s-sensei. La esperará está tarde e-en la mansión —respondió la joven nerviosa.
Estaba casi segura de qué era lo que su padre iba a tratar con su sensei, pero no estaba lista para que todos lo supieran, ella misma no sabía cómo sentirse. Y ahora todo dependía de que su cuerpo hiciera su trabajo para que la fecha de sus nupcias fuera impuesta.
Estaba por cumplir trece años y no era una mala edad para que la casaran considerando que había escuchado de herederos que habían sido casados incluso más jóvenes que eso. Pero ella no estaba lista y no estaba segura de llegar a estarlo.
—Chicos, tomemos un descanso Hinata trajo algo para ustedes —dijo mirándole las manos con comida para todos.
Aún no entendía como era que la futura líder podía ser tan tímida, tan amable y bondadosa. No era mala ninja la había visto en los entrenamientos, avanzaba a un ritmo normal, aunque seguro que en su clan esperaban que fuera perfecta.
— ¡Si, comida de Hinata, nada mejor para recobrar fuerzas! ¿Verdad Akamaru? —dijo corriendo hacia ellas el más hiperactivo del grupo, seguido de su fiel amigo canino que confirmaba con un ladrido lo que su amo preguntaba.
—Buenos días Hinata-san —saludo con cortesía Shino.
No era lo que Hinata habría esperado, en realidad ella esperaba que sus compañeros de equipo la ignoraran como habían hecho todos en la academia. Sin embargo, le había tocado hacer equipo con dos chicos muy peculiares y agradables, cada uno a su manera. A Kiba no había quien lo detuviera, pero a pesar de su apariencia salvaje resultaba amable con ella incluso hasta atento. Y Shino, bueno si algo era seguro con él, es que jamás sabían que estaba pensando y aunque a veces su cortesía era demasiado seca para la convivencia que debían llevar, no podía decir que sonara a fastidio, lo que significaba que seguramente el simplemente fuese alguien serio nada más.
—T-traje esto —dijo extendiendo sus manos con lo que había preparado antes de salir de la mansión, había dejado la comida lista y no quiso llevarla consigo para evitar que se estropeara y enfriara mientras estaba en la torre del Hokage así solo debió pasar por ella cuando iba a reunirse con sus compañeros.
Ambos chicos asintieron y fueron a sentarse bajo un árbol para poder descansar y comer algo con tranquilidad. No sabían mucho de Hinata, pues era muy tímida y hablaba solo lo necesario, si querían saber algo debían preguntar directamente, y entre los talentos que ella les había dejado notar voluntariamente, la cocina sin duda era uno de ellos.
๑.๑.๑
—Gracias por venir Kakashi, no pude posponer esto más y quería que los tres estuvieran presentes...
—No hay inconveniente sensei, deje a mi equipo encargado con Gai, seguramente los tiene haciendo tanto ejercicio que no tendrán tiempo de meterse en problemas —dijo con seguridad.
Kakashi había dejado de ser uno de sus guardias personales para volverse sensei de un equipo de genins, nada más y nada menos que de su hijo Naruto y el hermano menor de Itachi, después de pensarlo bien él era el indicado para el trabajo, Naruto era un niño igual a su madre, muy noble pero en ocasiones bastante terco y temperamental. Con el Kyubi dentro debía estar pendiente de que nadie buscara hacerle daño, Naruto era capaz de mantenerlo a raya, su madre se había encargado de eso, pero al final era solo un niño que cualquiera lastimaría con tal de hacerse del Zorro. Y debía proteger a Sasuke, de acuerdo a la reunión que acaban de tener el sería el líder de los Uchiha y seguía sin saber que fijación enfermiza parecía tener Danza con ellos, no podía dejarlo indefenso, sin embargo poner a Shisui o Itachi como su sensei seria obvio y desde luego el Shimura no se quedaría tranquilo de que un Uchiha estuviera a cargo del entrenamiento del Jinchuriki.
—Debes prestar mucha atención, tu equipo seguramente tendrá problemas. Ahora no sólo es por Naruto, Sasuke tampoco está a salvo. Antes era un medio para llegar al líder de su clan, ahora él es el heredero, necesita protección.
—Hai Hokage-sama.
—Shisui, sospecho que los ninjas que te atacaron eran de raíz, y si fue así, significa que te quieren muerto van tras tus ojos, debemos descubrir por qué... Esto se está complicando demasiado, no se supone que debería desconfiar así de un día de miembro del consejo, pero no me gusta su forma de proceder y tampoco el exceso de libertad que ha adquirido hasta ahora —dijo refiriendo obviamente a Danzo Shimura.
—Yo también Hokage-sama, sus movimientos y estrategia para atacar me parecieron correspondientes al entrenamiento de raíz, imagino que tuvieron el desliz de no ocultarlo porque pensaron que no saldría con vida y por poco así fue.
—Ya no podrán ser mis guardias como hasta ahora, debemos organizarnos para que al menos uno de ustedes permanezca cerca.
—Hai —respondieron ambos ninjas a unísono.
—Igual necesito que se reúnan conmigo los tres en ANBU, Kakashi encargarte de conseguir el espacio y momento adecuado, necesito un área para poder realizar sellos sin interrupciones. Les explicaré cuando estemos los cuatro.
La confianza que Minato depositaba en sus tres guardianes era ciega, en muchos sentidos él se había vuelto el protector de ellos aunque el puesto que ocuparán dijera lo contrario.
Ellos habían mostrado la lealtad necesaria para ello. Incluso Kushina sentía mucho cariño por esos tres chicos al punto de que el rubio le llamaba la atención pues no quería que la aldea pensará que los favorecía sin razón. Los tres se habían ganado su lugar, con la confianza y respeto que le mostraron, en el caso de Kakashi incluso antes de ser nombrado hokage.
Sabía más de ellos que solo sus habilidades, los locos hábitos de Kakashi, y su forma peculiar de recordar a Obito no sólo protegiendo con su vida a sus compañeros, sino incluso llegando tarde y dando excusas sin sentido cuando la situación no era de vida o muerte. Sabía que Shisui vivía para molestar a su primo, y para ser el alma del grupo, una fiesta o reunión no estaba completa si el no aparecía en ella, su ingenio era único y de temer cuando Jiraiya llegaba a la aldea, esos dos eran de cuidado juntos. Su gusto por las chicas lindas a veces lo metía en problemas. Kakashi amaba las novelas de su sensei pero Shisui lo idolatraba. Y por último pero no menos importante estaba Itachi, el sensato y noble Itachi, lo más importante para este era su hermanito menor, tenía la paciencia para aguantar las bromas de Shisui y la inteligencia para realizar estrategias impresionantes con Kakashi cuando las necesitaban. Los tres eran inteligentes, poderosos y hábiles a su manera, por ello se habían ganado el famoso titulo de guardianes del rayo de Konoha.
Por esa razón no le gustaba desintegrar su equipo, pero había llegado el momento y lo sabía y también estaba seguro de que ellos lo entenderían. Eran shinobis después de todo, de los mejores en la aldea.
—Kakashi suerte con tu equipo, espero que Naruto ya haya entendido que ahora eres su sensei —dijo con una sonrisa.
A su hijo le había maravillado la idea de que su nii-san como lo llamaba fuese su instructor, y no era extraño que tuviese ese apego por el Hatake, ni Minato ni Kushina tenían familia cerca, habían quedado prácticamente solos por las guerras, y Kakashi siempre estuvo ahí para ellos, y ellos para él, que Naruto creciera teniéndole ese respeto y admiración era algo que no sorprendía en lo más mínimo. Kakashi siempre había sido algo apático con casi todo, y cuando Naruto comenzó a hablar y empezó a llamarlo así, el copy-ninja no lo corrigió. Para muchos podía ser solo otro acto de desinterés pero el matrimonio Namikaze que lo conocía bien supieron que a su manera aceptaba el título que la pequeña copia de Minato le había puesto.
—Lo hace, al menos durante el entrenamiento y las misiones sensei —respondió en el mismo tono afable que su mentor había utilizado.
—Shisui, Itachi lo volveré a colocar en ANBU y me deseo que tú también lo hagas, me gustaría hablarlo con Fugaku-sama no creo que resulte inconveniente pero aun así me quisiera notificárselo en persona. Así estarán bajo mis órdenes y se justificaran las misiones que este complejo enredo necesita o necesitará —dijo mirando al Uchiha y con voz seria pero divertida añadió—. Y por favor no molestes mucho a Itachi con su matrimonio arreglado, seguro ya es complicado sin tus bromas Shisui...
—Usted dígame para cuando debe presentarse Fugaku-sama, o el día que usted desea realizar su visita hokage-sama —dijo profesionalmente, pero en el mismo tono divertido del rubio añadió—. Y no se preocupe por Tachi, seguro que está ansioso de escuchar mis valiosas palabras.
Minato con una sonrisa en los labios solo meneó la cabeza negando, ese chico nunca cambiaría, y no esperaba que lo hiciera, la vida Shinobi era dura y triste, estaba seguro que Shisui era lo que hacía que el alma de sus otros dos compañeros no se perdiera en esa oscuridad. A su manera les recordaba que no importaba que tan mal pudiera parecer todo, siempre habría algo de que reírse.
—Vayan a descansar, les notificaré si hay de urgencia por hacer. Las últimas decisiones y reuniones han sido agotadoras, ya saben si escuchan, notan o tienen algo que opinar estoy para escucharlos.
—Hai Hokage-sama —dijeron antes de desaparecer.
Minato se quedó solo y se sentó en su silla, se sentía agotado, vivir siendo cautelosos era cansado. Agradecía poder contar con esos tres, el tercero siempre lo aconsejaba de la mejor manera pero en el caso de Danzo Shimura siempre había sido más que permisivo, y él no estaba dispuesto a confiar a menos que se le demostrará que podía hacerlo, como con los Uchiha, si, eran soberbios, orgullos y temperamentales, pero vivían y morirían por Konoha y lo habían demostrado en las situaciones críticas que se habían presentado.
๑.๑.๑
Después de que el hokage les diera el resto del día libre, se despidió de Kakashi que iba a ver como se encontraba su equipo de chamacos, no quiso acompañarlo, estar cerca de Gai y su llama de la juventud no era bueno para él. Se permitía ciertas dosis de la presencia de Gai y generalmente iban acompañadas de sake para hacerlo más divertido. Le agrada Maito pero en ese momento sentía que debía buscar a Itachi, Kakashi se había sentido igual pero a diferencia de ellos él ya tenía asignación y responsabilidades. Antes de irse le encargo no exasperarlo y buscarlo si es que Itachi necesitaba de ambos.
Fue a comprar dangos, él hubiese preferido comprar una botella de sake, pero se trataba de su primo y conociéndolo como lo conocía preferiría ahogar sus penas en azúcar. Bueno tal vez estaba pensado con demasiado dramatismo pero aunque Itachi no era de los que pensaban en romances siempre pensó al igual que el resto de su familia que terminaría casado con Izumi, esa chica guapa y dulce que parecía adorar el suelo donde su primo pisaba.
Y ahora se encontraba comprometido con una Hyuga, y no cualquiera, era la heredera o la ex heredera ya que según los planes ellos pasarían a formar un nuevo clan en Konoha. Había muchas teorías sobre lo que pasaría si el Byakugan y el Sharingan se juntaban pero nada había sido confirmado, bueno el momento de saber que pasaría se estaba presentando.
Seguramente Tachi estaría pensando en ello como una misión más, así era su primo los sentimientos no eran para dejarlos salir así como así, el prefería pensar sobre ellos, razonarlos y buscarles sentido. Si lo mejor era ese matrimonio eso es lo que él haría, confiaban en su Hokage y si el cuarto había aceptado es porque a su manera no veía otra salida y consideraba que podría resultar algo positivo de ello.
Encontró a su primo practicando a shurikenjutsu, no era porque lo necesitará claro está, su técnica no era menos que perfecta, pero ese pequeño lugar de entrenamiento parecía calmarlo, siempre había sido así. Era su lugar para pensar, si Itachi necesitaba meditar sobre algo solo se le podía encontrar en dos lugares, en ese claro o en la cascada que ocupaban junto con Kakashi cuando necesitaban hablar de algo de vital importancia. Así que dar con él era sencillo.
—Hola Itachi, vine a endulzar tu vida —dijo sonriendo mostrando los dulces que llevaba consigo.
— ¿Y Kakashi? —dijo observando que su primo iba solo.
—De niñera, ya sabes. Quería venir pero debía cuidar que Gai no los hubiese mandado al hospital con algún entrenamiento insensato. ¿Cómo estás?
—Bien, pero sigo pensando que puede haber detrás de todo esto, entiendo que Danzo-sama quiera proteger Konoha pero sus argumentos no parecen sinceros, así como su odio mal disimulado a nuestro clan, sin mencionar que estamos casi seguros que te ataco...
Típico de Itachi pensar en todo lo demás menos en lo que lo concierne a él, no podía culparlo, habían crecido con las enseñanzas de su abuelo Kagami, la voluntad de fuego era de lo que se había hablado desde que aprendieron a tomar un arma entre sus manos, y ellos vivían para el bienestar de la aldea. Pero estar bajo las órdenes del cuarto y entre sus hombres de confianza más cercanos, sumado a que la guerra de alguna manera había cesado lo suficiente como para no ser un problema, no uno al menos como el que tuvieron como cuando eran más jóvenes, les permitía tener un poco de tiempo para ellos, pero Itachi era un shinobi antes que cualquier otra cosa. Y eso implicaba que sus preocupaciones personales y sentimientos, no eran una prioridad para él.
Por suerte contaba con Shisui para recordarle con su peculiar humor que era joven y debía sentir, y con Kakashi que a pesar de ser tan reservado como él, había encontrado un punto medio para poder realizar actividades que lo hicieran feliz aunque la principal fuera leer las novelas escritas por el legendario sannin sensei del actual Hokage.
—Tachi, me refiero a tu futura esposa... —dijo en tono condescendiente, a veces debía tratarlo como un pequeño al que le explicaba algo nuevo.
—Sobre eso... supongo que si Minato-sama piensa que puede ser conveniente está bien. Si fuese un problema seguro hubiese mencionado que no estaba de acuerdo, como sabes el Hokage no puede meterse en los asuntos de los clanes, pero los líderes tampoco se negarían a una petición directa de su Hokage y menos si la petición es razonable...
—Hay Tachi eres un caso perdido, quería saber qué opinas tú.
—No te entiendo, mi opinión no debería importar, son asuntos de clanes, y debo obedecer.
—Claro, no te culpo por no poner objeción, es linda sabes, seguro que en un par de años será toda una belleza.
—Es una niña Shisui —dijo al notar la sonrisa burlona que se formaba en el rostro de su primo.
—Por ahora. Y prácticamente ya no lo es, en dos años más será una guapa jovencita. Tienes dos años para vivir la vida, en dos años serás el primero de los tres en estar casado y te volverás aburrido —dijo sonriente—, aún podré seguir intentando hacer de Kakashi alguien divertido pero perderé mi oportunidad contigo.
—Tú te diviertes suficiente por los tres, dudo que eso cambie —respondió ante las acusaciones de su primo.
—Tienes razón, pero hay muchas chicas lindas en la aldea, no puedo coquetearle a todas —respondió con una fingida solemnidad.
Siguieron charlando por varios minutos más, mientras se sentaban a comer los que había llevado con él. No forzaría a Itachi a que hablara, quitarle peso al compromiso entre bromas era lo mejor para demostrarle que no estaba solo, e Itachi a su manera lo sabía, si llegaba a tener un problema con eso sus dos amigos serían los primeros en enterarse.
Gracias por leer. Veramy ❧
2O.O3.2O17
