Blood
"¡Hola amigo! Cuanto tiem…" No pudo terminar la frase, fue apuñalado en el estomago, y mira su
desgracia, lo izo aquella persona a quien tanto aprecio y confianza le tenía, su sonrisa empezó a
borrarse, solo veía el cuchillo que tenía en el estomago, mientras ese ser inmundo de sangre fría
se lo iba sacando poco a poco, con su vista fría y sin remordimiento. Por un momento pensó en
acabarlo con las pocas fuerzas que aun tenia, pero no se ensuciaría las manos con esa escoria,
lo mejor era irse y conseguir ayuda…sentía como se debilitaba por culpa de la sangre perdida, el
cuchillo se avía enterrado muy profundo y de la herida emanaba mucha sangre que caía al suelo
manchándolo de un rojo carmesí intenso…tras él solo dejaba un sendero de sangre y sus huellas…
sentía como poco a poco su vida se escapaba de su cuerpo; intentaba tapar la herida con su mano,
pero en poco tiempo su guante de empapo. "¡Sonic!" Esa voz…esa voz la conocía, ¿Cómo la podía
olvidar? ¿Cuántas veces la avía escuchado maldiciéndolo? "¿Qué te paso? ¿Quién te hizo esto?"
Que extraño, la voz parresia preocupada, como si le importara su bienestar, y además, el dueño de
esa voz lo sujetaba, evitando que callera al suelo, intento enfocar su nublada mirada encontrando
unos ojos color carmesí, como el liquido que salía y caía de su cuerpo "Shad…cuanto tiempo sin
vernos amigo" le dijo mientras sonreía y levantaba el pulga. "Erizo estúpido" pensó el de los ojos
color carmesí, estaba en su lecho de muerte y aun así seguía con ese ánimo que tanto le
molestaba. "Ugggg…" Fue todo lo que escucho de su rival, antes de que su mano callera y su
cuerpo no reaccionara "¿Sonic?..." presencio su muerte, pereció en sus brazos, era ahora un
cuerpo inerte, que caía y caía, con forme le iba soltando, ya lo único que sujetaba era su mano,
solo hasta entonces comenzó a llorar, tapándose la cara y apretando su mano antes de dejarla
caer…dándole mientras caía un adiós a su rival…y hermano.
La noticia devastó a todos, pero el no dejo mostrar en ningún momento su tristeza, todos sin
excepción, lloraron en el entierro, menos él, que se encontraba recargado en un árbol con la
mirada perdida en el cielo azul. En la noche, la luna y las estrellas fueron las únicas que
presenciaron el sufrimiento que ese ser oscuro dejaba salir, lloraba amargamente por horas, sin
importarle nada más que desahogarse, hasta que amanecía, se debilitaba por la falta de sueño,
pues no podía dormir, cada vez que se recostaba, sentía que flotaba sobre sangre, sangre ajena…
sangre de su rival…sangre de su amigo…sangre de su hermano…sangre de Sonic.
