ACTO I.
La Dama en la noche.
Hace frio.
La nieve comienza a caer del cielo cubriendo las calles y los tejados de una fina capa blanca, los edificios oscuros y apagados son cubiertos por la cobija que anuncia la época, faltaban dos días para que fuera navidad.
Mientras tanto, en las casas de los que podían se apreciaban las luces parpadeantes de los adornos, el collage de rojo, verde y azul, todos esos colores que pequeñas y simples focos alumbraban. Afuera en las calles los vagabundos y las prostitutas se congelaban a mas no poder, aquellas tenían la ventaja de portar un abrigo que se habían comprado con anterioridad o regalado un cliente satisfecho. Mas para aquellos que la noche les servía como habitación, solo era un discurso lento de como morían en el anonimato de la noche nevada.
El infierno se congelaba como le decían algunos, pero ya casi es navidad, así que quizás solo sea una noche más antes de que Papa Noel llegue a las casas.
Si, ya casi era navidad.
Mientras los hombres y mujeres dormían y miraban la televisión en sus casas, yo me desplazaba entre los tejados, mirando a mi alrededor como lo que antes era una ciudad humilde se transformó con el pasar de los años en una ciudadela de cemento y ladrillos; aun puedo ver las viejas tiendas, actualizadas a la infraestructura actual.
Miro a los alrededores y veo las calles vacías, las aceras tienen uno que otro vehículo aparcado, por allá puedo ver a un cliente contratando los servicios de una de ellas, por el otro a un grupo de drogadictos reunidos en torno a un balde en llamas, sigo mi camino rumbo a mi objetivo mientras recuerdo un poco las noticias de ayer.
Y vaya noticias, la gente se conmocionaba por el escándalo sexual del candidato a la alcaldía, la victima supuestamente alegaba que fue abusada por el candidato hace diez años, menuda basura si me preguntan a mí, si eso es cierto. ¿Porque espero tanto? Es mera política, una simple imagen, como un anuncio de un producto, centramos nuestra atención en lo bonito, lo llamativo para después darnos cuenta de que nos vendieron una basura de trasto, solo están intento llamar la atención para que cuando se descubra que es falso, adoren al pelirrojo como si fuese un héroe y a la mujer la tacharan de magdalena, apedreada por los noticieros.
Que ellos se llenen los ojos con esa basura, a mí eso me importa poco, nunca me agrado el maldito pelirrojo después de todo.
Las personas fijaron ayer su mirada en un borracho que entro en una tienda, el sujeto alego que le debían algo, que le dieran dos botellas de whisky por indemnizaciones, como era de esperarse el sujeto se negó y tomando lo que tuvo cerca -que fue para mala suerte suya una tabla vieja- comenzó a romper todo, llamaron a la policía y al hombre le dieron dos semanas de cárcel por daño a la infraestructura.
Mientras las cámaras enfocaban este evento, la ciudad ignoro que algo grande se llevaba a cabo, una chica notifico a las autoridades de una supuesta reunión cerca de un callejón, la chica alego ver a tres sujetos cargando grandes maletines y a dos apartes con tres bolsas, no hay que ser un detective para saber que se trataba de un intercambio.
¿Drogas? ¿Armas? Quizás una, o mejor ambas, algo grande se está cocinando pues he apuntado más de estos intercambios, tengo que revisar la zona...
En medio de los fríos tejados una silueta se movía, en silencio y cual ágil gato, ese ser humano sorteaba los edificios de lado a lado, saltando de una orilla a otra llego hasta una zona solitaria, el callejón se encontraba a dos cuadras de un bar llamado Drunk Ale, el punto de reunión de los distribuidores de droga para compartir un trago entre si.
Al llegar a la orilla se detuvo para dirigir su mirada hacia abajo, analizo la zona con cautela para asegurarse de que no hubiese presencia inesperada y cuando vio que estaba libre salto de la misma orilla del tejado, aterrizando ágilmente en una de las plataformas de la escalera de la pared, luego de ello salto nuevamente hacia el suelo cayendo lo más silencioso posible en el frio suelo.
Levanto su mirada y escaneo el lugar, había grafitis, los contenedores llenos de basura y colillas de viejos y gastados cigarros por en el suelo, a primera parecía no haber nada y cualquier oficial a cargo daría el lugar como vacío, que bueno que no era uno.
Se dirigió hacia uno de los contenedores notando de inmediato que la pared detrás de este estaba cubierta de nieve, primer indicio de que algo estaba fuera de lugar, pues al estar siempre esta parte cubierta por el contenedor de residuos, debería estar limpia por lo que debió de ser movido de algún lado.
La forma de arrastre dejaba claro que fue movido desde la izquierda así que ahí reviso, la pared estaba a medio cubrir por ese lado por lo que ese era el sitio original del mismo, la pared parecía no tener nada raro hasta que noto una pequeña tapa en la base.
Apenas dos tornillos a medio enroscar de cuatro esquinas, algo había ahí detrás que lo sacaron recientemente, con solo moverlos un poco pudo quitar la misma tapa y en efecto, había restos de algo ahí y no era droga.
Algo muy peligroso estaba ahí, se podía notar restos de pólvora, no de proyectiles sino de cargamentos explosivos, el espacio que usaron no era mayor a treinta centímetros por lo que no debieron guardar algo muy grande, quizás pólvora negra pero quizás tan solo quizás algo más potente y ruidoso.
Había algo más, un viejo pedazo de papel que lastimosamente tenía algo escrito, mas era indeleble pues la humedad de la nieve lo seco.
–Maldición...– dijo en silencio tomando el papel y descartando que pueda obtener algo ahora mismo, lo guardo, aun así.
Más allá de esto no había nada ahí dentro, por lo que solo tenía restos de pólvora y dimensiones de algo pequeño.
–Vaya. ¿Que tenemos aquí?
Una voz detrás suyo le alerto, levantando su mirada se volteo con rapidez y noto como cuatro hombres se acercaban hacia su dirección. Los sujetos vestían ropas leves que les cuidaban del frio, con unos gorros para el mismo se iban acercando.
Los sujetos miraron con atención a la figura afrente suyo. ¿Aquello era una mujer?
Parecía serlo por la forma de su silueta, sin embargo, la capucha teñida de un oscuro morado no ayudaba mucho a identificar su silueta, aparte de esto se notaba el traje complejamente compuesto que le cubría, placas de un material resistente le protegían de pies a cabeza sin dejar un espacio hueco, sus ojos sin embargo eran blancos y dejaban un aire de peligro.
Pero no iban a ponerse de gallinas siendo cuatro contra uno o una, quien quiera que fuese maldita sea.
–Escogiste un mal momento para asomarte por aquí, – bufo de manera burlona el tipo, dos de ellos se acercaron más a ella, uno que vestía de azul opaco traía un bate de béisbol en las manos y el otro de blanco simple traía unas manoplas de gris oscuro; –Pero bueno, nos estamos congelando el culo así que un poco de ejercicio nos ayudara a entrar en calor.
Ella se quedó quieta, mirando con atención a los hombres, fijo su mirada en las manoplas de metal que traía ya puestas el tipo de blanco por lo que su compañero vio esto como una buena oportunidad para dar un buen golpe.
–¡No bajes la guardia! – exclamo con fuerza agitando su bate contra ella.
Sin embargo, ella reacciono de manera más asombrosa deteniendo el mismo con una sola de sus manos asombrando al hombre claro esta y al grupo por la suma facilidad con la que lo hizo, al hacer esto con fuerza le dio una potente patada con su bota en el estimado que le saco el aire de inmediato, tirando el bate al suelo ella esquivo uno izquierdoso del hombre de blanco, un golpe con esas manoplas la dejaría muy herida así que había que tener distancia con esas cosas.
Esquivo uno, dos, tres y hasta cuatro intentos de golpearle en el rostro todos fallidos por parte del matón, ella le tomo por desprevenido al dejar una apertura en sus ganchos para darle con su codo en el rostro con fuerza, la sangre salió de su boca acompañado por un diente por la fuerza con la que le dio, un golpe ascendente le siguió a ese impacto haciendo que el hombre cayese de espaldas y con un fuerte trauma a nivel de la quijada.
–¡No te quedes ahí haz algo! – grito el hombre del principio tomando a su compañero y empujándolo para que entrara en el combate.
El sujeto se acercó lo más rápido que pudo, sacando de su bolsillo una navaja de doce centímetros de largo para comenzar a atacarla. La mujer que recién había sacado de combate al sujeto se quitó de ahí para esquivar los cortes del arma blanca, moviéndose hacia atrás ella lograba mantener una distancia prudente del susodicho, al momento en el que este planeaba apuñalarle se movió hacia la derecha dejando que siguiese recto por fuerza, luego le tomo la muñeca y jalándole hacia adelante le recibió con una rodilla en su estómago, tirando la cuchilla por el dolor el hombre se tiro al suelo siendo esto aprovechado por ella para terminarlo con un fuerte codazo en su espalda, se pudo escuchar la fuerza con la que le rompió quizás una costilla por el golpe.
Estaban heridos, pero no acabados, aquel hombre de ropa azul logro ponerse de pie nuevamente, ella estaba de espaldas por lo que no podía defenderse, corrió hacia ella y le recibió con un fuerte puñetazo en la cara el cual dio en el objetivo.
La mujer apenas se volteo fue recibida por un golpe en la mejilla derecha que tiro su capucha hacia atrás, se podía notar que tenía una cabellera rubia medio larga, ella cayo de lado apoyándose con una mano, mientras el hombre que quizás tenía una costilla rota era ayudado por su camarada a levantarse.
Pero no estaba fuera de combate no, apenas estaba empezando; al ponerse ella de pie el hombre tomo nuevamente su bate para hacerle frente, la luchadora se recuperó para darles ambos un fuerte golpe en el pecho haciendo a uno de ellos soltar el bate, rápidamente le tomo de un brazo tirándolo hacia atrás y torciéndolo con fuerza, no hace falta decir que tan fuerte grito el hombre al romperle el brazo, ella entonces puso su pie contra su espalda para aventarlo contra el contenedor de la basura, el golpe de frente lo noqueo de inmediato.
Su acompañante intento darle de nuevo con sus puños, pero ella no se dejaría de nuevo impactar, en su lugar apenas lanzo el primer golpe al aire ella le impacto en su rostro, no una sino dos veces con suficiente fuerza para romperle la nariz, al retroceder por el golpe ella le remato con su pierna derecha la cual alzo hasta tomarle de un lado de la cabeza e impulsarlo contra el duro asfalto, ahora estaba uno a uno.
Al ver que todos estaban fuera de combate el hombre entro en desesperación, comenzó a retroceder de ella pues se acercaba con esa fría mirada hacia él, aprovecho para volver a subir la capucha para cubrir su cabello, pero él no olvidaría como se veían esas gafas blancas en sus ojos y el protector en su boca, le daban un aire terrorífico y amenazante.
Miro hacia los lados y tomo una caja de madera que algún borracho dejo por ahí, la tomo con fuerza y la aventó contra ella para darle tiempo para escapar, claro está que la esquivo con facilidad después de todo estaba desesperado y no apunto bien, pero si comenzó a distanciarse o por lo menos un poco.
A lo que la mujer corrió hacia adelante, saltando para tomar la escalera de la pared del edificio, sujetada del barrote se impulsó a forma de gimnasia y logro llegar hasta donde él estaba, aterrizado al frente suyo y tapando su ruta de escape.
El hombre se detuvo en asombro al ver como llego al frente suyo en meros segundos, dio dos pasos hacia tras viendo como ella se volteaba.
–¡Atrás! – le grito, pero claro que caso sería lo que menos le haría.
Corrió hacia él rápidamente, tomándole del cuello del abrigo y levantándolo le tiro contra la pared, gimió en dolor levemente frotándose la nuca por el golpe, nuevamente le tomo del cuello y lo levanto del suelo.
–¿Que había ahí dentro? – hablo por fin ella, fuerte y claro se podía escuchar que era una mujer más su voz se escuchaba seria, grave, era perfecta para interrogar pues te daba una sensación de que si no cooperabas en definitiva te iría mal.
–¡Y-yo, yo, yo no sé! – exclamo mientras intentaba zafarse, pero su agarre era muy firme.
–Solo ocupo que hables. – le comento ella en respuesta– podría dejarte sin ojos si así quisiera, –acerco una de sus manos a sus ojos y le presiono levemente– solo tengo que apretar.
–¡Hablo en serio! ¡Lo juro! – gritaba.
Atrás en la zona de combate, el hombre comenzó a toser, levemente manchas de sangre de su boca mientras miraba su diente al frente suyo, si es que la maldita le tiro dos de estos de un solo golpe, su visión esta aun un poco borrosa, pero podía identificarla ahí adelante sujetando a su compañero, se puso de pie a duras penas y miro hacia los lados, encontró una botella debajo del contenedor de basura que le serviría como guante para devolverle el favor a la desgraciada. Así que lo tomo mientras se recuperaba.
–Estoy perdiendo la paciencia– le dijo mientras apretaba aún más su pulgar en su ojo, –creo que vas a tener que conseguir un parche cuando esto acabe.
–¡No! ¡Por dios no! – exclamo desesperado –Nos digieren que guardásemos un paquete ahí, que no lo abrieran por nada en el mundo y que solo se lo diéramos al tío cuando llegase a buscarlo. ¡Es todo lo juro! – termino.
–Más te vale que sea cierto o si no.
–¡¿Parezco que estoy mintiendo?!– grito asustado.
Ella iba a soltarlo, pero en ese momento el hombre con la botella se abalanzo detrás suyo, se volteo asombrosamente para dar un manotazo a la botella y tirarla de su mano, del shock causado por esto no vio cuando ella le tiro al sujeto que estaba interrogando encima suyo tirándolos a ambos al suelo.
–¡Basta! ¡Te dije todo lo que sabía, déjame en paz! – gritaba el hombre retrocediendo en el suelo mientras ella se acercaba.
–Nunca dije que haría eso. – le respondió.
A tiempo mismo que le tomo del cuello con una mano y con la otra le dio directa y limpiamente en la cara, el hombre quedo noqueado en el acto.
Aprovechando esto ella reviso sus bolsillos en búsqueda de algo que pudiera darle más información acerca del paquete sin embargo más allá de una billetera vacía no portaba nada consigo, el celular por otro lado que traía el hombre podía darle más información, lo retiro de su bolsillo, notando que estaba a poca carga opto por extraerle la tarjeta Sim del mismo para revisarlo después con más facilidad, guardo el móvil en su lugar para asegurar que no se dieran cuenta y una vez terminado esto partió de ahí en silencio... tenía mucho que hacer y ya casi es navidad….
1:30 am.
–Sargento, pase adelante.
Cerca de la una de la mañana una alerta se disparó en las oficinas de la policía, una llamada que simplemente consistía de una risa tenue alerto a los oficiales y la razón se encontraba de donde venía, de la bodega de la jefatura.
Y es que era de vital importancia pues ahí se hallaban artefactos recogidos por las fuerzas judiciales y que se supone eran resguardados para que no volvieran a ser usados, pero henos aquí, la maldita alarma se disparó y ahora teníamos a medio cuerpo policial cerrando la zona.
El sargento a cargo de revisar el lugar era Santiago, quien se encontraba en este momento acercándose al lugar de los hechos. Se bajó de la patrulla para acomodarse la gabardina que le protegía del frio, acomodando un cabello rebelde detrás de su oreja la oficial -que estaba un tanto cansada por la larga jornada- se dirigió hacia el edificio.
La puerta del edificio estaba resguardada por otros dos oficiales quienes se mantenían sujetos a sus rifles por la inquietante escena dentro del lugar, el hombre que la recibió en la entrada comenzó a explicarle el asunto a ella.
–Recibimos la alarma hace media hora, vinimos lo mas rápido posible y encontramos esto.
Al abrir la puerta metálica que en teoría debería estar cerrada, fueron recibidos por la siniestra escena.
Cuatro cuerpos de oficiales distribuidos en diferentes posiciones, dos de ellos sentados en la mesa para tomar café mientras parecían realizar una competencia de mantener los ojos abiertos, mas allá estaba otro sentado en la silla como si estuviese tomando una rápida siesta y el ultimo era el que se cree realizo la llamada pues estaba sosteniendo el teléfono del lugar cerca de su oreja.
¿Crudo? Bastante, pues si esas posiciones muertas en las que estaban no eran ya inquietantes, sus rostros lo eran, estaban cortados, pintados con maquillaje blanco mientras un lápiz labial rojo coloreaba una mueca triste que fue hecha a mano con una navajilla, un corte limpio y terrorífico al mismo tiempo, todos tenían ese rostro tal cual Blanco francés de los inicios, una mueca deprimente que no ayudaba en nada a aquella escena.
–¿Solo estos eran? – pregunto Santiago mirándolos con cuidado.
–No señor, – replico el oficial –hay otros tres atrás, están tirados en el suelo y en peores condiciones.
La mujer continúo revisando el lugar, por ahora no había ningún faltante, las armas de los oficiales, las llaves, documentos, todo estaba en su lugar. ¿Entonces para que vinieron aquí?
Siguió revisando el lugar hasta que llego a la bodega misma donde encontró los otros tres cuerpos que faltaban, oficiales con rostros cortados completamente dejando solo las sonrisas con pellejo desnudo, tirados acostados en el suelo la mujer tan solo podía tomar aire por la impotencia al saber que no pueden hacer nada por ellos y rogando a Dios que hayan muerto antes de aquello, siguió el pasillo para entrar en la bodega y encontrar que nada faltaba, no había ningún casillero vacío ni fuera de su lugar.
–No lo entiendo, no sacaron nada de aquí. – murmuro el hombre mirando los susodichos.
–O tal vez sí. – replico en voz baja ella, abrió unos casilleros para revisar su contenido, los contenidos estaban ahí uno por uno, no había faltante alguno.
–Dinero, armas, droga– enlisto ella mirándolo –¿Que más había aquí?
–Eh. creo que documentos, mercancía ilegal y...
–Explosivos– termino ella al abrir una caja al fondo del lugar, el oficial se acercó rápidamente para ver lo que ella había encontrado, uno de los casilleros separados en el fondo estaba vacío, abierto mostrando solo una cosa.
"JUSTO LO QUE PEDI PARA NAVIDAD!"
JO JO JO.
–Maldita psicópata. – dijo en voz baja mirando la nota, puso la misma en el lugar y salió rápidamente de ahí hacia la oficina, –¡Tráeme los registros de todo material explosivo que había aquí dentro ahora!
El tiempo corría y tenía que saber qué clase de material se llevaron de ahí.
Un día antes de navidad.
Cementerio Municipal de Royal Woods.
Ciertamente visitar un cementerio en la época navideña no era la primera idea que le vendría la mente a alguien en esta época, pero a ella es quizás la primera en cruzar su mente.
Su teléfono sonó, pero ella le ignoro pues estaba limpiando la lápida con un pequeño trapo. Al rato dejo de sonar haciendo que siguiera con lo suyo sin problema alguno más volvió el timbre a recordarle que la estaban llamando así que respondió el mismo.
–¿Diga?
–¿Dónde estás lori? –dijo la voz al otro lado de la línea.
–Tu sabes bien dónde. – replico ella.
–Está nevando, vas a resfriarte. ¿Sabes?
–Hay jarabes para ello. – exclamo dándole poca importancia.
–Aun así, deberías protegerte más a menudo, mira que está pegando una fiebre en estos días que te deja en camilla-
–¿Para qué me llamas
–Llegaron otra vez y preguntaron por el arreglo de pago, en serio tienes que terminarlo, ya van dos semanas y no se van a aguantar más en la misma casa.
–No veo porque se casaron en un principio si se iban a divorciar al final– comento ella terminando su labor en la lápida –además están dando muchas pautas, un arreglo de ese tipo tarda tiempo. Diles que llegare en una hora.
–Vale. – replico la voz en el teléfono, –No les va a gustar, pero de acuerdo.
–Bien, te llamo luego. – termino para por fin colgar el teléfono.
Al ponerse de pie se acomodó un poco la bufanda alrededor del cuello, la temperatura sí que estaba helada, pero hizo más frio anoche cuando paso por las calles, aun así, no escatimo en cubrirse un poco pues, aunque no le afectaba mucho si le era incómodo.
Fijo su mirada en la lápida al frente suyo a la cual le había dado mantenimiento, estaba ya limpia y adornada con unas flores que ella misma puso ahí, se mantuvo callada un rato mientras observaba el nombre de la persona que yacía ahí enterrado, un par de memorias llegaron a su mente y sonrió de lado al recordarlas, suspiro levemente.
–Me voy hermano…. te visitare en tres días.
Dicho esto, se fue del lugar.
LINCOLN LOUD.
2007 – 2018.
Fin del acto 1.
*Notas de autor:
–El traje que emplea es el de la portada, si quieren verlo mejor busquen al personaje Stephanie Brown.
–Blanco francés o Blanc es un tipo de payaso europeo que se caracterizaba por un rostro triste.
RR.
