DISCLAIMER: Ninguna de las cosas mencionadas son mías. Todo es de George Martin.
CANCIÓN DE HIELO Y FUEGO
I
AEGON TARGARYEN
VALAR MORGHULIS
Observa todo lo que tienes. Observa lo que has ganado. Has hecho grandes cosas, has conquistado reinos, has vencido batallas, tienes dragones... Tienes todo lo que un rey merece. Tienes tierras, tienes seis de los reinos bajo tu poder. ¿Qué más podrías querer? Te llaman el Conquistador, el Dragón. Te sientas en el Trono de Hierro, forjado con las espadas de tus enemigos. ¿Qué más quieres? Tienes a Fuegoscuro, tienes a grandes señores arrodillados ante ti, tienes a Orys Baratheon. ¿Qué deseas? Tienes a Visenya, a su hijo Maegor. También a Aenys. Pero te falta algo... Algo que te han robado, algo que no podrás recuperar. Rhaenys. Ellos te la han quitado. Dorne te la ha quitado. Y no puedes hacer nada.
El dolor y la furia te invaden cada vez que piensas en ella, en sus largos y sedosos cabellos plateados, en las veces en que enredabas tus dedos en ellos, en las noches de pasión que has pasado con ella, en las que alcanzabas el cielo. Anhelas su voz, sus ojos violetas. Su silueta esbelta en el aire, cuando volaba sobre Meraxes. Recuerdas cuando te hablaba de sus deseos de viajar al Oeste, más allá del Mar del Ocaso.
No puedes evitarlo. Estás viejo, estás débil. Odias sentarte en ese estúpido trono que tú mismo has creado, odias ver la luz del sol, odias a tu dragón, odias tu vida, lo odias todo. Odias todo lo que tienes por no poseer lo que realmente quisieres.
Lo único que quieres es permanecer en Rocadragón el resto de tus días. El lugar que te vio nacer, el lugar que te verá morir. A la mierda los seis reinos, ya has gobernado muchos años, ¿qué más esperan de ti?
Cuando tu hermana Visenya acude a ti para complacer tus deseos, imaginas que es ella. La perfecta Rhaenys, con su pelo cayendo en cascada por sus suaves hombros, sus ojos de color violeta claro, cercanos al lila. Imaginas que los gemidos de placer salen de su dulce boca, que es realmente su voz la que susurra tu nombre.
—Aegon... Aegon...
Pero no lo es. No es ella. Es Visenya. La dura Visenya. Tu hermana mayor. La que posee cabellos plateados ásperos, que se enredan con facilidad. La fiera guerrera, la experta amante, la mujer de ojos oscuros como la noche. No la dulce Rhaenys, la doncella sumisa y pícara, la chica de ojos lilas. Y eso te enfurece. La apartas y te vas, dejándola sola en el lecho. No te importa nada lo que ella sienta. Te da igual.
Ves a Aenys, escribiendo una de sus historias en los pergaminos, mientras un joven artista pinta un retrato suyo a no muchos metros. Aenys es tan parecido a su madre... Es grácil, esbelto, alto, y tiene sus mismos ojos lilas. Piensas que jamás podría ser un buen rey, por mucho que te pese, por muy hijo de Rhaenys que fuese. Luego ves a Maegor, el fuerte y aguerrido hijo de Visenya. Es totalmente igual que ella. El mismo carácter fiero, su misma constitución, sus mismos ojos. Un rey temible, oscuro.
Ninguno de tus hijos sería un buen rey, por lo menos eso piensas. Y no te gusta. Pero, ¿qué más da? No te tendrás que preocupar más de eso. No te tendrás que ocupar de los asuntos de Poniente nunca más. Porque de todas formas... Valar Morghulis.
He decidido empezar este fic, y en cada capítulo se hará una pequeña historia de cada uno de los personajes de Canción de Hielo y Fuego de la lista de Fanfiction. Este primero es Aegon, espero que lo disfrutéis.
