Eeeem... A ver, explicar esto es raro. Tenía pensado hacer unos cuantos one-shots en los que no hubiera rated M, para variar, porque parece que no sé hacer otra cosa y eso me enerva. En estos one-shots, aparecerá un OC al que la verdad, no le doy gran importancia. De hecho es un simple elemento para que el VixCaitlyn sea más liviano, ya que todo es demasiado intenso y al final acaba forzándose. Sólo quiero representar situaciones cotidianas (aunque bueno, el encuentro que se da lugar en este one-shot tiene de cotidiano lo que yo de santa), momentos de Vi, temores de Caitlyn, momentos de relax... Etc. Espero que os guste, alguna duda escribidme un mp o un comentario y responderé encantada a vuestras preguntas :) y recordad, un comentario con sugerencias y/o críticas constructivas es siempre bienvenido.
PD1: Acepto quests que tengan que ver con el argumento dado en el siguiente one-shot. Es decir, me podeis pedir que relate cualquier situación que deseeis siempre y cuando siga la idea que propongo. Podéis meter más campeones y personajes nuevos, siempre y cuando las relaciones amorosas sean entre chicas porque, sinceramente, relatos heteros ya no se me ocurren :( A ver que sale de ésto xD
PD2: parece raro, pero este one-shot (y probablemente los que sigan) los estoy escribiendo desde el movil. Es una tarea ardua, así que si veis un error así raro (por ejemplo, me he comido una letra o se ha colado otra) imaginad por qué es xD
DISCLAIMER: Los personajes de RIOT no me pertenecen, simplemente los cojo prestados y hago el idiota con ellos sin ánimo de lucro.
Espero que os guste y disfruteis de esta breve lectura!
-¿Tienes el descaro de venir a mi casa, llamar a mi puerta con tu jodido martillo de mierda y acusarme de idioteces?-Vi rió divertida, recostándose en el marco de la puerta de su apartamento con los brazos cruzados.-Debí suponerlo de alguien con la cabeza llena de serrín.
-¡NO TE ACUSO DE IDIOTECES! ¡TE ACUSO DE LO QUE HACES CADA DÍA!- Gritó el hombre, ciñendo sus manos alrededor de su arma.- ¡Y aquí la única que parece tener la cabeza llena de porquerías eres tú! ¡Porque al menos yo no ando por ahí destruyendo todo lo que me encuentro a mi paso y comprometiendo la eficacia de mis compañeros!
-¿Estás sugiriendo que pongo en entredicho la competencia de Caitlyn?
-No lo sugiero, LO AFIRMO. Cada día la haces quedar como una idiota. Fracasas en todo, te cargas las misiones y arriesgas la vida de otros oficiales para pavonearte por ahi con esa montaña de chatarra que llevas en las manos.-Dijo Jayce, furioso, acercando el martillo peligrosamente a la mujer.
-A ti lo que te escuece es que, incluso "fracasando" como tú dices, Caitlyn me prefiere a mí antes que a un estirado chulito como tú.-Respondió Vi de forma venenosa.- Y no te me pongas muy gallito porque aún estoy a tiempo de dejarte sin dientes sin necesidad de ponerme mi "montaña de chatarra".
Algo dentro de Jayce estalló y gritó con toda su rabia. Levantó su maza y la estrelló en la pared del apartamento de la pelirrosa, destruyendo parte del concreto y haciendo que saltaran pedazos de yeso en todas las direcciones, pillando desprevenida a la pelirrosa, quien no se esperaba esa reacción por parte del inventor.
-Tú no me vuelves a vacilar... Caitlyn es mía... ¡PEDAZO DE ZORR...!
Antes de que el maltillo bajara para estrellarse contra Vi, un ensordecedor edtruendo sonó por toda la estancia y el arma cayó al suelo. Ambos partícipes de la discusión miraron hacia la puerta del final del pasillo del bloque de apartamentos, y asomada a ella había una chica notablemente enfadada y somnolienta con una escopeta de doble cañón paralela humeando en sus manos.
-¡¿Quién es el listo que ha tenido cojones a despertarme de MI siesta?!-Vociferó cabreada, sin bajar el fusil.
Vi miró a Jayce de soslayo, respondiendo a la pregunta.
-¿Así que el hombretón del martillo se dedica a ir destrozando apartamentos ajenos y a berrear como una cabra en celo?-Preguntó la recién llegada arrastrando las palabras.
-¿Y-Yo? ¡Es tu vecina la que...!
-Te doy DOS opciones. Puedes salir de aquí pacificamente, o puedes salir con treinta gramos de sal -la chica sacó un nuevo cartucho de escopeta de su bolsillo para mostrárselo.- bien incrustados en tus cojones. Yo que tú elegiría bien, porque has tenido suerte de pillarme generosa hoy y créeme que llevo tiempo con ganas de dispararle a algo vivo.
Jayce bajó el martillo y se giró frustrado, caminando hacia la salida.
-¡Ah, y por cierto, engominado!- Jayce se dio la vuelta para escuchar a la agresora.- Esto -señalando los boquetes en la pared de Vi.- lo pagas tú. ¿Entiendes bien o te lo traduzco a mi idioma?
-¡P-Pero Vi destroza la ciudad y nadie...!
-¡Conozco perfectamente lo que hace esta mujer a la ciudad y el único que sale perdiendo aquí eres tú! ¡Ella destruye paredes, elimina criminales y vuelve a casa en completo silencio sin perturbar mi sueño, pero yo no veo a ningún delincuente huyendo de aquí después de que TÚ te cargaras las paredes de NUESTRO edificio y además me despiertas!-La muchacha dio unos pasos al frente, amenazando con apretar el gatillo.- ¡ASÍ QUE LARGO DE AQUÍ ANTES DE QUE ME DÉ POR TOMARME LA JUSTICIA POR MI MANO Y RECONSTRUYA LOS DESTROZOS CON TUS SESOS! ¡LARGO, MUERTO DE HAMBRE!
Cuando Jayce, en pocos segundos, estaba prácticamente saliendo por la puerta principal del complejo de apartamentos, la desconocida volvió a bramar:
-¡Y QUE TE QUEDE BIEN CLARO: NADIE TE PERTENECE! ¡NI LA SHERIFF NI NINGUNA DE LAS PUTITAS DESCEREBRADAS CON LAS QUE APENAS PUEDAS DESFOGARTE!
Vi jamás vio a nadie marcarse un spring como el de Jayce para huir de allí. Se giró para ver a su defensosa, de la cual lo único que vio fue como pegaba un portazo, finiquitando su espeluznante puesta en escena.
No podía negar que se alegraba de conocer (o de ver, más bien, porque jamás había tratado a esa vecina. Ni siquiera sabía de su existencia) a alguien que comprendiera y defendiera sus métodos de captura. Por lo general, no existía piltoviano que no se quejara de sus locuras. Pero debía recordar que era una oficial de la ley, debía hacer llegar dicha ley a cada rincón de la ciudad, y sacar un arma de fuego a una zona común y disparar hacia una persona era delito, por lo que Vi sintió el deber profesional de hablar con la propietaria.
No dudó en cruzar el pasillo y golpear con los nudillos desnudos la puerta de la chica. A los minutos, abrieron dejando ver que una cadena aseguraba que solo una rendija dejara mostrara el interior de la casa.
-¿Qué pasa ahora? ¿Ha vuelto ese tío a molestarte?-Se escuchó una voz hostil desde dentro.
-Ehm... No, desde luego que no.- Respondió Vi, intentando captar con su mirada la silueta de la chica.- Quería recordarte... Eehm... "Sum"... -leyó en el cartel del número de la puerta.- Que los civiles tienen prohibido sacar armas a las zonas públicas.
-Esto no es una zona pública, es propiedad privada.-Respondió la otra, quitando el seguro de la puerta y abriéndola completamente.- Y parte de esta propiedad me pertenece, y por ello he de defenderla. Además, no he salido del portal de mi casa, así que el arma estaba en mi casa.
-Claro, pero el proyectil que casi estampas en la cabeza del "protector del mañana" está enterrada en uba de las vigas del pasillo.
-¿Que prefieres? ¿Metralla en el pasillo o que el tipo te hubiera reventado la cabeza con el martillo?-Planteó Sum.
Vi guardó silencio, admitiendo que aquello fue necesario.
-Estamos en paz, vigilante.-La chica comenzó a cerrar la puerta de su piso, antes de que Vi pusiera un pie.
-¡Espera!-Gritó, haciendo que la muchacha volviera a abrir y a prestarle atención.- Gracias por defenderme.- Vi tendió su mano.- Encantada de conocerte, vecina. Puedes llamarme Vi.
-Sum. Un placer.
Un buen apretón de manos selló el comienzo de su alianza.
