Renesmee
-¡ERES UN INÚTIL!, ¿COMO DEJASTE QUE TE VIERA EL ROSTRO?- se suponía que Tyler era mi mejor hombre, el de confianza, al que le podía encargar cualquier cosa y en esta misión la más importante se había equivocado, dejo que nuestro secuestrado le viera el rostro.
-Lo siento jefa, el tipo es muy inteligente y Stefan me dejo a solas con él, no sé como pero se desató las manos y me quito la capucha-
-El tipo es inteligente, claro, como no pensé en eso. Tal vez debería matarte y entrenarlo para que ocupe tu lugar, ¿eso te parece bien?- me estaba dando una muy mala excusa lo único que debía hacer era reconocer que había metido la pata.
-No jefa- casi no le oí.
-¡¿Qué dijiste?!- me estaba sacando de mis casillas.
-¡No jefa!- agachó la mirada cuando me vio tan cerca.
-Ahora llévame donde el prisionero-
-¿Dónde vas mi amor?- de pronto escuché a Damon entrar en el cuarto.
-Voy a ver al prisionero, tuvimos un pequeño inconveniente-
-¿Qué inconveniente?- Damon era el hijo de mi Jefe y se creía mi novio, era frio, cruel y despiadado con nuestros prisioneros, yo siempre intentaba que se involucrara lo menos posible en todo para que las víctimas no salieran lastimadas.
-Nada que yo no pueda solucionar bebé- me acerqué y lo besé fingiendo que me agradaba verlo.
-Esa es mi chica- dijo sosteniéndome por la cintura- pero creo que eso deberá esperar, tenemos otro problema-
-¿Ahora que sucede?-
-Adivina tu eres lista- Damon venia de la sala de comunicaciones, su trabajo era negociar con la policía y los que pagaban lo que fuera por ver a sus familiares otra vez, así que esto podía significar dos cosas. O había un nuevo miembro dentro de la policía o era uno de esos casos en que no había interesados en pagar, pero por lo que sé este muchacho que secuestramos es el único heredero varón de la familia y el menor así que si pagarían por él. Entonces solo queda…. -¡Un nuevo jefe de policía!- resoplé molesta.
-¡Estás es lo cierto!- me apretó contra él.
-¿Qué hace este imbécil aquí?, no debería estar cuidando de nuestro señuelo- Damon siempre se refería a nuestros prisioneros dándole apodos, creo que lo hace para no pensar en que son personas reales, que sufren con lo que hacemos, sé que bien en el fondo él tiene un corazón.
-Yo lo mandé a llamar- miré a Tyler esperando que siguiera con la mentira, él había llegado solo al cuarto donde me encontraba para avisarme lo sucedido.
-¿Para qué?- me miró sospechando que mentía.
*Piensa Renesmee, piensa*
-Quería saber si el prisionero estaba dando problemas, ya sabes que algunos creen que pueden librarse de esto-
-¿Me estás mintiendo?- preguntó de pronto serio clavándome su mirada, ya estaba comenzando a asustarme Damon enojado era como el mismo demonio, y sin esperarlo comenzó a reír yo solté un suspiro relajándome.
-Bien, iré a ver si nuestro novato jefe de policía se da por vencido y se decide a negociar, tu ve a solucionar el problema con, ¿Cómo se llama esta vez?-
-No tengo idea, ya sabes que nunca me dan esa información, tu padre siempre dice que saber demasiado es peligroso y no quiere que me pase nada, lo que es raro porque me entrenó para ser una matona- Damon se rio y dejó la habitación.
-Gracias jefa, me salvó de un gran problema-
-Me debes una muy grande Tyler, a la hora que Damon se entera de que te vieron la cara, eres hombre muerto-
La puerta se abrió de golpe y Damon entro enfurecido.
-Sabía que me estabas mintiendo, ¿Por qué defiendes a este idiota?- me agarró por el cuello y me pego a la pared sosteniéndome unos treinta centímetros del suelo, me estaba costando respirar, intente negar con la cabeza ya que no podía hablar, el aliento de Damon me estaba quemando el rostro.
-¿Acaso te estás revolcando con él?- miro a Tyler que estaba petrificado pero logro soltar un no como respuesta.
Me dejo caer al piso, recuperé el aliento mientras me sobaba el cuello- Damon ¿de qué hablas?, entre Tyler y yo no hay nada-
-Entonces, ¿Por qué me mientes?- me dijo mientras le daba un puñetazo en el rostro a Tyler que lo tiró al piso mientras escupía sangre por la boca.
-¡Por esto mismo Damon, mira cómo te pones!- le grité intentando distraerlo- el problema es que el prisionero le vio el rostro, eso sucede ya déjalo en paz-
-Claro que lo dejaré en paz, pero para siempre, no puede seguir trabajando con nosotros lo pueden reconocer y si lo dejo con vida podría delatarnos en algún momento-
-Damon por favor piensa bien lo que vas a hacer- me pare como pude y me interpuse entre Tyler y el que lo apuntaba con una pistola Glock 17 directo a la cabeza- Tyler es tu mejor hombre, no encontraras a nadie mejor que él y lo sabes-
-Querida Renesmee, todos, escúchame bien, todos somos reemplazables, incluso tu- dijo ahora apuntándome con el arma-
Mi pulso estaba tan acelerado que sentía que me iba a estallar el corazón pero debía pensar en algo rápido, aunque creo que esto será tan sencillo como la vida de Tyler o la mía y yo era demasiado egoísta.
-Perdóname, no volverá a suceder no sé porque lo hice soy una idiota- tendría que convencerlo de que éramos todos unos incompetentes y que él era el genio- yo me encargaré de darle un escarmiento para que no vuelva a cometer el mismo error- debía tener esperanza en que funcionaria.
-Parece que la que necesita un escarmiento eres tú, más tarde te quiero en mi cuarto, ya sabes como tendrás que pagar por esto- claro que lo sabía tendría que acostarme con él y prestarme para sus jueguitos como siempre, de eso dependía mi vida.
-Ahí estaré- dije intentando sonar convincente.
-Más te vale- me dio un empujón para apartarme de su camino y se agacho frente a Tyler.
-Tienes mucha suerte, ella tendrá que pagar por tus errores no deberías esconderte tras una falda poco hombre- se paró y le propino una patada en el estómago dejándolo sin aliento.
En realidad se atrevía a llamar poco hombre a alguien cuando el golpeaba mujeres y las obligaba a acostarse con él.
Salió del cuarto y esta vez esperé que pasaran unos minutos antes de hablar- me debes una muy grande idiota- me dirigí a Tyler.
-Y créame que lo sé, no tengo forma de pagarle este favor-
-La tendrás Tyler ya la tendrás, ahora ve y dile a Matt que te ayude con el prisionero, más tarde iré a darle una agradable visita-
-Si señorita- dijo tambaleándose por el golpe en el estómago, salió y dejo la puerta semi abierta, eso quería decir que alguien venia.
Elena entró y cerró el cuarto, en cuanto me sentí segura rompí en llanto, me senté en la silla junto al escritorio.
-¿Estuvo muy mal?- se arrodillo frente a mí tomándome una mano.
-Horrible, todo con Damon es horrible, esta noche tengo que ir a su cuarto- dije sollozando.
-Como lo siento, debe ser horrible tener que estar de esa forma con alguien a quien no amas-
-No te lo imaginas, cada vez que recuerdo sus asquerosas manos sobre mí me dan nauseas, tú tienes mucha suerte Elena.
-No sé si llamarlo suerte-
-¿Qué dices?, eres la única a la que Damon no le ha tocado un pelo-
-Tal vez no soy lo suficientemente atractiva como para merecer estar con el-
-Tal vez eres más tonta de lo que pensaba, ¿crees que estar con Damon es un sueño, un premio?-
-No lo sé, pero él es tan guapo y fuerte, debe ser muy bueno en la cama-
-Y tú eres ilusa, ingenua e insisto muy tonta, ¿sabes qué edad tenía yo cuando Damon me obligo a estar con él la primera vez?- esta niña debía entender que Damon era un monstruo- negó con la cabeza, claro que no lo sabía.
-Casi 20 años Elena, era muy joven y el me robó mi inocencia, es un imbécil-
-Yo no lo creo, conmigo se porta muy bien jamás me ha tratado mal, aunque siempre me ignora y me evita no se porque-
-Es por eso que digo que tienes mucha suerte-
-Si tú lo dices-
-Tu no aprenderás cierto, solo mantente lejos de el-
-Lo intentaré. Renesmee ¿porque no buscas a ese muchacho del que me hablaste una vez? Y te vas con el muy lejos.
-Te refieres a Jacob-suspiré- Damon lo mataría y no podría vivir en paz porque no dejaría de buscarme, además el ni siquiera sabe si estoy viva ya debe haberse olvidado de mi- recordar a Jacob me daba una puntada muy fuerte en el corazón, nos habíamos separado cuando yo tenía 19 años, fuimos novios desde que tengo recuerdo éramos unos adolescentes pero aun lo amo, a veces entro en su muro de Facebook solo para verlo y convencerme de que jamás podré volver a verlo no con este mundo en el que me vi envuelta.
Jacob
La fiesta de Leah estaba muy divertida, la música excelente y las chicas para que decir, estábamos en el borde de la piscina con Seth y Paul tomándonos unos tragos a la espera de que nos dieran la señal para cantar el cumpleaños feliz.
-Mi hermana no escatimo en gastos para su fiesta, si le hubiese alcanzado el tiempo habría mandado a tallar figuritas de hielo con su rostro- se burló Seth.
-Déjala en paz, no porque tú seas un aburrido significa que ella también tenga que serlo-
-Ya la estás defendiendo- bufó Paul.
-¿Y que con eso?, solo digo lo que pienso-
-Más te vale Jacob Black porque no te salvas de la paliza si te enredas con mi hermana-
-Vamos chicos ustedes saben que mi corazón solo le ha pertenecido a una mujer- dije bebiendo el ultimo sorbo de mi vaso.
-Ya supéralo Jacob, Renesmee se marchó hacen siete años- dijo casi sin importancia Paul.
-Y lleva los mismo siete años desaparecida, jamás lograré sacarme eso de la cabeza- dije poniéndome de pie para ir por otro trago cuando una preciosura se me puso por delante.
-¿Puedo acompañarte a la barra por un trago?-
-Claro le dije ofreciéndole mi brazo como todo un caballero, y cuando habíamos avanzado unos pasos me gire a ver a mis amigos que me hacían señas obscenas que hacían alusión a que tuviera sexo con ella, son unos idiotas pensé-
-Un vodka naranja para mí- dijo cuando llegamos a la barra- ¿tú que tomarás?-
-Algo fuerte necesito borrarme un rato, deme un whiskey doble sin hielo por favor- me dirigí al barman.
-Y bueno ¿Cómo te llamas?, cuéntame algo de ti- dijo recibiendo su vodka.
Me bebí el whiskey de un sorbo, me quemó la garganta y me hizo pensar que tal vez era el momento de olvidarme de Renesmee. –Mi nombre es Jacob Black tengo 26 años y estudio para ser detective en Nueva York, mis padres viven en Washington D.C y son multimillonarios así que creo que soy un buen partido- dije bromeando y le pedí otro trago al barman.
Ella era linda, su sonrisa era resplandeciente. –Veo que gozas de un muy buen sentido del humor Jacob-
-Que sería de la vida sin humor, terminaríamos todos amargados y no la disfrutaríamos- volví a beberme el segundo trago y me estaba mareando.
-A mí me gustaría divertirme contigo Jacob- dijo coqueteándome.
-Seguro que sí, eso te lo creo- aprovecharía la oportunidad que se me estaba ofreciendo.
-¿Quieres ir a otro sitio?-
-Claro que sí, te sigo- le dije, en verdad estaba pasado ya de copas como para irme con una mujer por allí, era como si mi fuerza de voluntad se hubiese consumido con el alcohol.
Me dio la mano y me llevó por un costado de la barra hacia un lugar oscuro al fondo del patio trasero entre unos árboles.
-¿Quieres besarme?- me pregunto rodeándome el cuello con sus manos.
-Podrías decirme tu nombre al menos, ¿no crees?-
-Yo creo que no- me dijo y me dio una patada en la entrepierna haciéndome caer de rodillas, entonces pareció un tipo alto que no puede reconocer por la poca luz que había y me puso una huincha en la boca y una capucha en la cabeza, intente soltarme pero el tipo me dio un golpe en la cabeza y solo recuerdo que desperté en esta habitación atado de pies y manos
Me dolía la cabeza horrible, no sabía si era por las copas de más o por el golpe que me habían dado, me costó recuperar la visión todo me daba vueltas.
Había un tipo sentado en una silla de espaldas a mí, estaba con su celular haciendo algo, yo estaba sentado contra un pilar de madera en medio del cuarto, parecía un lugar abandonado, intente soltarme las manos pero estaban bien apretadas pero con mis dedos roce algo saliente de la madera, seguro un clavo, comencé a rozar la cinta contra el despacio para que no se diera cuenta mi vigilante, costo pero logre soltarme las manos mis pies seguían atados y no podía soltarme con las manos sería muy ruidoso y me descubriría, entonces recordé que siempre traía un dije que Renesmee me obsequio el día que se marchó, metí la mano en mi bolsillo pero no lo tenía seguro se me cayó cuando me arrastraron aquí. No sabía que hacer así que esperé, el tipo tenía la cara cubierta con un pasamontañas, luego de un rato se puso de pie y se me acerco.
-Veo que ya despertaste-
-Veo que eres muy inteligente- respondí.
-No deberías ser tan arrogante, si no fuese yo y hubiese sido mi jefe ya te habría dado un tiro en la cabeza con esa respuesta.
-Ya veo entonces debo agradecerte que me tengas aquí contra mi voluntad, pues gracias-
-Parece que tendré que enseñarte algunas cosas- se agacho frente a mí.
-Creo que tú deberías aprender algunas, como por ejemplo revisar bien donde dejaras a tu rehén que no exista nada con lo que pueda soltarse-
-¿De qué hablas?-
- De esto- le dije y le di un golpe en la cara, cayó al piso y aproveche para soltarme los pies. Me acerque a él y le quite el pasamontañas, era un hombre joven- ahora no se me olvidara tu rostro y cuando salga de aquí te buscaré para fundirte en la cárcel-
-Eso crees tú- me dijo riéndose y no sé de dónde sacó una pistola.
-¡Ahora siéntate ahí, ahora!-
-No me quedó más alternativa, el tipo grito por ayuda- ¡Stefan ven aquí!- alguien entró y me golpeo nuevamente en la cabeza, todo se fue a negro otra vez.
