¡Hola! Bueno, si leyeron la traducción de Inner Child's Demon que hice, sabrán que prometí hacer una fic Brittana paranormal. Tengo que ser sincera, no soy muy buena en esto de lo sobrenatural, y esas cosas, pero decidí intentarlo, y la verdad es que estoy muy satisfecha de cómo ha estado quedando esta historia.

Si no han leído la historia que mencioné, no hay problema, aún puedes disfrutar de esta ;)

Todavía sigo trabajando con los capítulos, así que actualizaré entre dos o tres veces a la semana para poder escribir mejor el contenido, sin presiones, y tomando los consejos que me den.

Aclaración: Nada de esto me pertenece excepto por la historia, la trama, y las personas/lugares ficticios (el Hotel Doppelgänger, por ejemplo). Glee y sus personajes, y otras series y la música mencionada, etc. le pertenecen a sus respectivos creadores.

He decidido clasificar este fic T porque lo único "malo" en todo esto es el lenguaje, y realmente no es tan grave, solo lo repito demasiadas veces. Si decido hacer un capítulo más explícito, lo notificaré en una nota de autor antes de empezar con él.

Ships: Brittana (no mucho al inicio), Finchel, Klaine, Samcedes (más adelante). Quizás desarrolle Quick, aún no estoy segura.

* Faberry será solo una amistad, al menos en el presente de la historia, quién sabe.

* Todo lo que ocurre acá es AU.

* El tiempo pasará diferente entre algunas escenas. Puede que una de las escenas sea a las 5 a.m. y la siguiente a las 7 p.m. para luego regresar al mediodía, y así. Les avisaré de todas formas.

Eso es todo, disfruten.


Capítulo 1

El auto se detuvo frente al Hotel Doppelgänger a eso de las tres de la tarde. Estaban en una zona alejada de la ciudad, donde había un ambiente pacífico y silencioso, era un hotel diferente al resto. El taxista ofreció la mano esperando a que la latina pague. Santana revisó rápidamente su cartera buscando por el dinero que pedía, pero no encontraba algo exacto.

"Quédese con el cambio," dijo, lanzando unas cuantas monedas a las manos del taxista y bajándose rápidamente.

El taxi se fue tan rápido como llegó. Santana se bajó antes de que el auto la partiera a la mitad de lo rápido que se había ido. Suspiró.

Antes de entrar, Santana se quedó estática contemplando sus alrededores y la construcción del edificio. Era marrón, viejo, y extrañamente elegante y moderno. Observó la alfombra roja que llevaba a la entrada, donde el portero esperaba la llegada de alguien.

La locación era muy extraña, tenía su toque romántico, pero misterioso. Un aire hizo que la latina sintiera un latigazo recorrerle la espalda. Era un hotel muy raro para haber sido escogido por Berry, pero no tanto. Quizás la chica solo quería algo diferente.

¿Pero cómo coño supo de él?

Detrás de ella sonó un fuerte bocinazo, haciéndola saltar. La rubia dentro del auto estalló en carcajadas.

"Mueve el culo, Lopez, quiero estacionar," gritó Quinn.

"Rubia loca," gritó Santana de vuelta y saltó a la vereda, viendo a Puckerman, Finn y Rachel salir del asiento trasero. Agitó la mano saludándolos, y antes de que el auto parara por completo, la puerta se abrió de golpe.

"¡Santana!" chilló Rachel, abalanzándose sobre la latina, "Dios mío, tanto tiempo, bueno, tres días, pero ¡tanto tiempo!,"

Las pequeñas risas provenientes de los demás no se tardaron en ser escuchadas, pero se detuvieron cuando Santana levantó la vista y los fulminó a los tres con la mirada. Quinn no le prestó atención.

"Ha estado hiperactiva desde que la recogí," comentó Quinn, "Juro que por poco me mete lengua, si Finn no hubiera estado ahí no se hubiera controlado,"

Rachel se separó de su amiga completamente roja, "Q… Quinn," hizo un puchero cruzándose de brazos, "Finn, di algo,"

"Hubiera sido caliente,"

El comentario dejó a Rachel boquiabierta y a los demás estallando en risa. Finn los miró desconcertado, preguntándose qué había dicho mal (ya que había sido sincero, como su novia le había pedido) hasta que cayó en cuenta de ello y se ruborizó.

"Yo, digo, bueno, ya sabes," tartamudeó, "¡Hey! ¿Entramos?" dijo rápidamente tratando de salvar la situación, haciendo a los demás reír más, incluyendo a Rachel esta vez.

"Sí, entremos," respondió Rachel recuperando la compostura, "Estamos en el cuarto piso, habitación 15B,"

"¿Una habitación para todos nosotros?" preguntó Puck, confundido.

"No, idiota," dijo Quinn rodando los ojos, "¿No me escuchaste esta mañana cuando te hablé del hotel? Lo haré simple. Hay habitaciones utilizadas como casas, departamentos, bungalows, etc., donde hay más habitaciones donde nos hospedaremos,"

"¿Algo así como sub-habitaciones?"

"Sí, 15B es como nuestra central, ¿entiendes?"

"Ah, sí, ya recordé, genial, ¿cómo lo encontraste, Berry?" Santana se acercó más a la morena esperando escuchar una respuesta convincente.

"Internet," respondió cortante mientras entraban al hotel y se acercaban al recepcionista, "Buenas tardes, tenemos una reservación al nombre de Barbra Brice,"

"Eso es tan tú,"

Rachel intentó hacer oídos sordos a las risas que venían de sus amigos en cuanto al nombre que había usado, tomó las llaves que el señor le había dado, agradeciéndole, y subieron.

El ascensor no se demoró en llegar, y apenas se abrió, todos salieron de él corriendo impacientes por ver la habitación. Los pasillos eran rojos y parecía casi interminable. El 15B estaba casi al final, y todos juraban que habían pasado al menos media hora buscando el departamento.

Cuando al fin encontraron la habitación, la puerta se abrió de golpe antes de que Rachel pudiera siquiera sacar las llaves de su bolsillo.

"¿Brittany? ¿Qué haces aquí?"

La pregunta sonó aguda desde la garganta de Santana.

Brittany y Santana habían terminado a inicios del año, no había sido lindo. Hubieron muchos gritos, quizás un par de golpes, no entre sí, claro, sino a objetos cercanos. Y sinceramente, la más afectada, además de Rachel ya que tuvo que aguantar a una latina irritable, fue Santana.

Nadie se lo había esperado, ni siquiera alguna de las dos chicas.

Después de la ruptura, Brittany se había ido a Chicago a seguir con su carrera en el baile. Al decir verdad, le estaba yendo muy bien. Santana, por otro lado, había regresado a vivir con Rachel, porque estaba más cerca y no tenía muchas ganas de vivir con Labios de Mujer y el Chico Gel porque al menos ella y Finn habían aprendido a controlarse un poco más que esos dos.

Luego de algún tiempo, Santana empezó a sentir que al fin la había superado. Que recuperaría su vida y conocería a alguien más, y dejaría de llorar silenciosamente cada noche.

Pero ahí, frente a ella, estaba de nuevo esa rubia irresistible.

Todos se miraron asustados, sin saber cómo responder.

"Mierda, olvidé decirle a Santana que Brittany estaría aquí," le susurró Rachel a Quinn, avergonzada.

"Bueno, Berry, aún no la has cagado," respondió, poniendo una mano en su hombro.

Sin embargo, Brittany a primera vista no se veía tan sorprendida por la reacción de Santana, se podría incluso decir que la estaba esperando. Pero su ex sabía que estaba asustándose, lo sabía porque B estaba empezando a apretar las manos de tal forma que sus nudillos estaban blancos. Se empezó a lamentar por el drama que estaba metiendo.

Trató de calmarse un poco.

"Hola, Santana,"

"Brittany,"

Hubo un silencio tenso en el ambiente. Quinn le rogó en voz baja a Rachel para que no dijera nada, o que ni se moviera. Finn trataba de pensar en cómo salir de la situación, y a Puck le pareció divertido filmarlas con su celular.

"Rachel me invitó,"

Santana volteó hacia Rachel, quien al escuchar su nombre se paralizó por completo. Finn y Quinn se pusieron frente a ella para evitar que Santana se le abalanzara.

"Enana,"

"Fue Tina, no yo, yo le dije a Tina que le dijera, pero no le avisé personalmente," empezó a gritar Rachel esperando a que la chica lo dejara pasar, "Santana, lo juro,"

"Santana, cálmate, ¿sí? Entiendo que no quieras verme, pero tendrás que aceptarlo," soltó Brittany de repente, haciendo que la atención se centre en ella, "Al menos por ahora, me quedaré solo por un par de días, tendrás el resto de la semana para hacer lo que se te dé la maldita gana,"

Santana bajó la mirada. Eran muy pocas las veces las que había escuchado a Brittany hablar así, o siquiera maldecir, asintió de mala gana.

"Está bien, Brit,"

"Soy Brittany para ti," respondió la rubia tajante, molesta por el drama que Santana estaba creando solo por su presencia, "Los veo luego chicos, mi habitación es la primera de allá,"

Ante esa respuesta, Santana soltó un suspiro fuerte, maldiciéndose por ser tan dramática, "Tú tienes la culpa, Berry," soltó y corrió hacia una de las habitaciones que habían ahí, encerrándose en ella.

En cuanto las cosas se calmaron un poco, y Noah había dejado de grabar, los cuatros chicos se sentaron en los sofás, tratando de procesar la situación.

"Joder, Berry, ¿cómo olvidaste decírselo?" dijo Puck, "Bueno, al menos tendremos algo de diversión por ahora," Quinn le dio un codazo al escucharlo decir eso, "Auch,"

"Son mis amigas, no me gusta que peleen y más te vale que no trates hacerles la estancia imposible," se defendió, "Tranquila Rachel, estoy segura que esto será para bien, esas dos locas tenían que verse o hablarse en algún momento,"

Un llanto callado empezó a ser escuchado a través de la sala. Los chicos no supieron si venían del cuarto de la latina o si venían de la rubia.

Rachel suspiró, "Espero que no se maten,"

"¿Estás loca? A pesar de que hayan terminado, Satan acá aún está babeando por Brit, y viceversa, si se matan, será por la falta de aire mientras follan,"

"¿Quién morirá mientras folla?" sonó una voz detrás de ellos.

"¡KURT! ¡BLAINE! LOS EXTRAÑÉ TANTO," chilló Rachel corriendo a abrazarlos, dando saltitos de alegría.

"¿Qué coño? Rachel, vivimos en el mismo edificio,"

"Sí, pero, ugh, maldito,"

"Yo no te he visto por un tiempo desde que viajé la semana pasada a Boston, así que puedes emocionarte por mí," dijo Blaine preparándose para el abrazo que suponía que recibiría.

"Sí, bueno," respondió Rachel ignorando los brazos abiertos de Blaine y yendo hacia su sitio, acurrucándose al lado de Quinn. Kurt soltó una carcajada por ese acto, igual que los demás.

"Me ignoró,"

"Ya lo vi, querido,"

Finn se levantó y empezó a llevar sus maletas y las de Rachel a una de las habitaciones. Habían seis en total, dos ya ocupadas. Todas eran iguales, tenían una cama matrimonial, excepto por una que tenía dos camas separadas. Las paredes eran crema, había una televisión gigante y un armario pequeño, pero con suficiente espacio para una semana. Antes de que Finn pudiera alcanzar la habitación que quería usar, Puck lo detuvo.

"Eh, Finn, ¿no quieres compartir conmigo? Digo, tenemos que ponernos al día, viejo," dijo señalando la única habitación con camas separadas, "Además, no quiero escucharlos a Berry y a ti gritando toda la noche, sería muy incómodo y caliente,"

Rachel se acercó a ambos rápidamente, "No sé si Rachel me deje…" empezó.

"Claro que sí puedes, cariño. Compartiré habitación con Quinn, una noche de chicas me hará bien, y tú también tienes que relajarte un poco," respondió Rachel.

"Ya la escuchaste, Hudson, te quedas conmigo. Trae tu culo a esta habitación, y las maletas también,"

Los dos chicos llevaron las maletas a la habitación. Rachel regresó a donde estaban Quinn, Kurt y Blaine, quienes habían estado observando la escena con atención.

"Tengo que admitir que lo que dijo Noah fue muy sexual," dijo Kurt. Blaine asintió. Rachel y Quinn rodaron los ojos riéndose.

"Bueno, compañera de cama, vamos a preparar la habitación lejos de estos pervertidos," bromeó Quinn sacándole la lengua a Kurt.

"Eso también sonó sexual," añadió Blaine, "Pero lo dejaremos pasar,"

Ambas chicas rieron y se fueron a la habitación al lado de los chicos, ignorando los silbidos que empezó a hacer el morocho mientras Kurt hacía ruidos raros. La puerta fue cerrada con un portazo, haciendo que los chicos empezaran a reír.

"Bueno, estamos solos, ¿qué quieres hacer?" empezó Blaine.

"Tú dirás," contestó Kurt, abalanzándose a los labios de su novio, "Que sea rápido, no tenemos mucho tiempo,"

"Mmh-mmh,"


Era hora de cenar y el grupo de amigos estaba mirando televisión, absortos en una telenovela rusa, con los platos en las manos y la comida escurriéndose de vez en cuando. Quinn había optado por sentarse en el suelo, apoyada en el sillón. Santana había decidido salir de su escondite para unirse, así que estaba al lado de Quinn descansando en su hombro.

Rachel estaba acurrucada contra Finn, Kurt contra Blaine, y Noah estaba tratando de llamar al chico Sam, quien también se suponía que iría, pero ya era casi de noche y no daba señales de aparecer pronto.

"Lo que sea, viejo, apúrate," dijo Noah, "Este lugar es genial, tienes que verlo," terminó y colgó, "Dice que su vuelo se retrasó, así que recién saldrá mañana,"

Todos asintieron. "¿A dónde dijo que fue?" preguntó Blaine.

"Quien sabe," respondió restándole importancia, "Fue por trabajo, es todo lo que sé,"

En ese momento, la puerta de la habitación de Brittany se abrió rápidamente. La rubia hizo su aparición, escaneó la sala, vio a Santana, regresó dentro, y salió de nuevo con un bolso en manos. Todos la miraron curiosamente, haciendo que se sonrojara.

"No me miren así, solo iré a comer," dijo mientras se ponía nerviosa.

"¿No nos acompañas?" preguntó Quinn mirándola, cuando Brittany no respondió, solo dijo, "Bueno,"

"No es por ustedes, chicos, solo tengo un par de cosas que hacer,"

Rachel sonrió delicadamente, "Está bien, Brit, anda, no te detendremos, toca tres veces y te abriremos," dijo suavemente, tratando de controlar tanto a ella como a la latina, quien parecía estar ausente en ese momento.

"Gracias, no me tardo,"

Todos volvieron a asentir y regresaron su atención a la telenovela. La puerta fue oída cerrándose. Nadie se preguntó qué era lo que Brittany tenía que hacer, pero figuraron que no iba a ser nada fuera de lo común, quizás sólo no quería estar en la misma habitación que Santana.

La verdad era que, Brittany quería pizza, esa fue su única razón. Muy Brittany.

El plan era ir, comprar la comida, y luego subir de vuelta para unirse a los demás mientras conversaban y veían lo que fuera que estuvieran viendo; es decir, ¿desde hacía cuanto no hablaba con alguno de ellos? Había pasado mucho tiempo, y la única persona con la que había hablado había sido Mercedes, porque empezó a trabajar con ella. Era momento de dejar que sus amigos regresen a su vida.

Ese había sido el plan, pero mientras Brittany caminaba al ascensor, sintió que la rutina no iría como lo esperaba. Había algo en su instinto que le decía que regrese, pero lo ignoró hasta llegar al ascensor.

Brittany ingresó, un aire frío recorrió el pequeño espacio, pero se dijo a sí misma que era solo el aire acondicionado. Presionó el botón de primer piso. La puerta no se cerró. Volvió a presionarlo, una y otra vez, hasta que de pronto, sintió que el ascensor empezó a bajar a toda velocidad.

Empezó a gritar, cayó por lo que le parecieron interminables horas, hasta que finalmente sintió un golpe seco y todo lo que vio al abrir los ojos fue oscuridad.


Habían pasado horas desde que Brittany había bajado a conseguir la comida y desde entonces, los demás chicos no habían tenido noticias de ella.

"¿Se podrá haber ido?" se preguntó Puck.

"No creo," respondió Rachel, "No se iría sin sus cosas, digo, su maleta aún está acá,"

"Quizás no las necesite,"

"Noah, obviamente las necesita, nadie va por ahí dejando sus cosas en cada hotel que visita, ¿o sí?"

"Bueno, yo lo hice un par de veces,"

"¡Tú no cuentas!"

"Paren los dos, esto es ridículo," intervino Kurt, "Quizás fue a algún lado a traer algo y se perdió, o quiere estar en otro lado, sola, al menos por esta noche,"

"Solo digo, algo sobre esto no se siente bien," dijo Rachel, "Creo que debería bajar a recepción, para preguntar si alguien vio algo o si dijo algo, ¿qué tal si salió, la secuestraron y ahora está en una casa de muñecas al fondo de la tierra?"

"Ok, Rachel, creo que estás viendo mucho de Pretty Little Liars, concéntrate," comentó Quinn, "¿Alguno de ustedes notó algo en ella que pudiera indicarnos a dónde iba?"

Todos se quedaron pensativos un rato.

"Pues se veía muy cómoda, como si fuera a correr o a recoger algo, eso explicaría el bolso" dijo Rachel.

"Sí, quizás fue eso, ¿pero por qué no llega?" se preguntó Kurt.

"Como dije, quizás salió y un encapuchado la secuestró y…"

"¿Y también recibiremos textos raros diciendo que alguien sabe todos nuestros secretos?" interrumpió Quinn.

"¡No todo en televisión es falso! ¿sabes? Puede pasar,"

"Esas cosas no pasan en la vida real, Rachel,"

"Dios, esto es ridículo, ¿pueden parar ya?" dijo Santana fastidiada, "Está bien, yo iré a buscarla, iré a recepción, preguntaré, y si me dicen algo regresaré y les diré, ¿bien?"

Todos quedaron en silencio, mirando a la latina incómodamente.

"Santana, no creo que sea buena idea," empezó Kurt, acercándose a ella.

"Nadie pidió tu opinión, señorita," dijo Santana cruzándose de brazos.

"Creo que Kurt tiene razón, San," comentó Finn, por primera vez entrando a la discusión, "Digo, quizás solo quería un poco de espacio, porque aún no te ha superado y,"

Santana se tensó al escuchar el comentario de Finn y lo interrumpió antes de que pudiera continuar, "Sólo cállate Franketeen, iré y punto, ¿todos de acuerdo?"

"Santana," Quinn empezó.

"¿Sí? ¿Todos de acuerdo? Bien, iré, no me sigan, regreso en unos minutos," dijo Santana terminando la pelea, tomó su chaqueta y salió a buscar a la rubia, no sin antes advertirle a todos que ni se les ocurriera detenerla.

"Presiento que esto terminará muy mal," dijo Quinn al escuchar la puerta cerrarse de golpe.

"Ni lo digas," dijo Rachel, "Bueno, ahora solo nos queda esperar,"

Mientras tanto, Santana salió hecha una furia del departamento. Todos deberían decir lo que estaban pensando: Brittany se había ido por ella. Porque no quería que Santana estuviera ahí. Porque sí. ¿Por qué tenían todos que ser tan suaves a su alrededor si no lo merecía?

Es decir, sí, está bien, la forma de cómo terminaron no fue la más apropiada, y la razón había sido aún peor, y todo había sido por ambas, pero aun así sentía que tenía toda la culpa. Le costó un tiempo procesarlo. Ella le había hecho demasiado daño a Brittany y ahora la rubia la odiaba.

Esa era la razón.

'¿Por qué coño el ascensor debe estar tan lejos?' pensó Santana mientras seguía caminando, pero el ascensor parecía desvanecerse y alejarse cada vez más y más.

Finalmente no pudo soportar el largo del pasillo y corrió para terminar con ese martirio de seguir caminando, pero apenas atravesó la puerta, cayó duramente contra la pared de aluminio del pequeño espacio, dejándola aturdida.

'¿Qué coño?'

Decidió pensar que tan solo había tropezado, se levantó y presionó el primer botón.

Pero de pronto, ya no vio nada. Y un gran golpe seco fue oído.


N/A: Sí, aquí termina el capítulo. No olviden dejar sus comentarios sobre qué les pareció y si debería seguir la historia ;)
Hasta la siguiente actualización.
Besos.