Disclaimer: Sailor Moon es propiedad de Naoko Takeuchi.

Nota.- La historia inicial es del fanfic titulado LIBERTAD que al igual que este es de mi creación, éste podría decirse que es una segunda temporada con un final alterno donde Haruka no muere.

Continúa a partir del capítulo 8

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Volando Alto - 2ª Temporada de Libertad

Con cada paso que daba y cada escalón que bajaba, sentía que su corazón se perforaba, se sintió pesada, sofocada, quería gritar, deseaba llorar, estaba irascible, herida, era demasiado y tan fuerte que le impedía caminar; se recargó sobre su costado contra la pared, intentó respirar profundo, peleando contra las gruesas lágrimas que de sus bellos orbes celestes querían salir.

No sabía por qué estaba tan dolida, tan molesta, si era porque ella tenía razón y sola siempre terminaba arruinando su vida, o porque realmente había creído cada palabra que había exclamado.

A lo lejos escuchó unos pasos bajando por las escaleras, quiso correr, pero sus pies no se movieron, su cuerpo entero la traicionó. Conocía a la perfección ese andar, de hecho, conocía todo de su bella guerrera, cada movimiento, cada línea de su cuerpo, cada expresión. Resignada recargó la cabeza sobre la pared esperando a que ella pasara de largo, tal vez si la veía irse, todo sería más real, y dejaría aquel absurdo pensamiento que se empeñaba en hacerle creer que esto no era más que una cruel pesadilla de la que pronto despertaría.

Verdaderamente era como el viento, en un suspiro sintió cómo su espíritu se quebrantó. Ella pasó, en su andar parecía flotar, el sonido que emitía al pasar era un eco que resonaba para resaltar aun más su afanosa presencia. Deseó tener la fuerza y voluntad suficiente para estirar su brazo y detener aquel imperioso andar, o por lo menos tener la voz necesaria para exclamar su nombre.

- "Estúpida chiquilla, eso es lo que soy" – exclamó dejando derramar una solitaria lágrima – "Y… y maldita seas Haruka Tenoh por haberme hecho amarte hasta destrozar mi corazón, maldita una y otra vez… una y otra vez por… por dejarme herirnos con perversas quimeras" -

-o-o-o

Sabía que debía parar, su cuerpo le exigía un descanso, ¿pero cómo hacerlo cuando tu alma te pide continuar, cuando te obliga a escapar? Deseó con toda su fuerza ser como el viento, extender ambos brazos y ver su cuerpo desvanecerse en cada ráfaga, viajar por la eternidad, alejando el dolor que por dentro la desgarraba, matándola lenta y cruelmente.

Sintió las mejillas humedecerse, furiosas lágrimas brotaban de sus ojos. Estaba molesta, ¿cómo era que podía llorar por aquella que sólo la había lastimado, aquella que había quebrantado su espíritu, que con 3 frases destruyó su mundo?

- "La verdad es que si, mi sueño de ser la esposa de Darien está a punto de hacerse realidad" –

- "Siempre fuiste un enorme apoyo para mí, pero entiéndeme, yo no puedo luchar por algo que no es sólido" -

- "O puede que realmente no me importas como lo creías" -

Cuando sus pies ya no pudieron sostenerla más se dejó caer pesadamente de rodillas, apoyó las palmas sobre el suelo y cerró con fuerza los ojos, podía escuchar su forzada respiración, el rápido latir de su corazón; una irónica y ligera risa se escapó de sus labios, no se explicaba cómo podía escuchar su latir cuando sentía que su corazón había sido destruido. Negó ligeramente con la cabeza y acto seguido elevó el rostro al cielo donde pudo ver a la blanca y deslumbrante luna. Tomó todo el aire que sus pulmones le permitieron y proliferó un fuerte y prolongado grito que continuó hasta que el aire se le terminó.

¿Y ahora qué iba a hacer, cómo iba a seguir? Le entregó todo lo que tenía, cada parte de su ser, su cuerpo, su mente, su aliento, su corazón y ella, ella finalmente terminó botándolo todo por la basura, destruyendo lo que era, acabando con lo que conocía, con lo que amaba.

- "Y lo peor, es que… soy una estúpida, una estúpida porque… porque a pesar de todo, te sigo amando, pues se que no puedo arrancarte de mi corazón" – exclamó en susurros que el viento se llevó – "Entraste tan profundo en mí, tanto que no concibo la simple idea de arrancarte de mí" -

La verdad dolía, el saber que ella no había nacido para ser su eterna compañera, que la felicidad era efímera y que su único propósito en esta vida era ser una fiel guerrera. Algo malo debió haber hecho en su vida pasada como para que en ésta la vida le diera la espalda de esta manera.

Cerró ambos ojos e intentó vislumbrar una vida sin ella, donde su figura no existiera, donde ya no sentiría el roce de su cuerpo, donde no escucharía su voz demandando su ser, donde jamás volvería a escuchar exclamar su nombre con pasión. Con aquello en su mente, el pánico entró por cada poro de su ser, sintiéndose sofocada, abatida, rogó porque el sentimiento la consumiera hasta terminar con ella, para no dejar rastro alguno de su existencia.

Una ronca e histérica risa salió de su boca, cuando sus ojos se abrieron su mirada era diferente, aquel brillo, aquella arrogancia que refulgía en ellos se había opacado. Un fuerte suspiro logró escaparse de su garganta. Con una extraña fuerza y con la adrenalina comenzando a correr por su cuerpo se puso de pie. Tal vez había sido derrotada, pero aun le debían el último golpe, el cual obviamente, no iba a desperdiciar.

o-o-o-o

Sus manos temblorosas apenas pudieron teclear los números correctos, una vez terminado oprimió el botón SEND, acercó la bocina a su oído y esperó hasta que diera tono y una voz del otro lado se dejara escuchar.

"¿Bueno?" –

"Ray… me siento morir…" –

"¿Serena?... ¿Serena qué pasó, qué tienes?, vamos, no llores Sere, tranquila, tranquila" – exclamó en tono conciliador

"Me duele Ray, me… me duele tanto… que me siento morir. Ya no voy a poder estar con ella, ya no podré… no podré, y… y yo…" –

"Serena…" – exhalando un ligero suspiro – "Anda, llora, llora todo lo que puedas hasta que no queden lagrimas" –

Aquel llanto lastimero fue lo único que se escuchó por un largo momento.

Ray sentía su corazón acongojarse ante los lamentos de su amiga. ¿Por qué tenía que pasar todo esto?, ¿por qué a ella? Verdaderamente lo dolía el que ella estuviera así y más que no pudiera hacer nada para aliviar su herido corazón. Cerró con fuerza ambos ojos y rezó en silencio, oró fehacientemente para que su princesa dejara de sentir aquel dolor que la embargaba, para que su ser encontrara la paz que desde hace tiempo se merecía.

"Tú tienes la culpa Serena, ¿por qué no luchaste?, ¿por qué dejaste que él lo hiciera?... ¿por qué te permitiste amarla?" –

"Rey… vete a la…" –

"¿Serena?... Serena… ¡Serena!" –

Rey veía confundida el teléfono, ¿qué había pasado?, de un momento a otro simplemente se escuchó estática.

Harta de aquellas estúpidas preguntas Serena alejó la bocina del celular de su oído, sonrió con ironía, exclamó cuatro palabras y arrojó con fuerza el celular a mitad de la calle viendo cómo un auto pasaba sobre éste.

"Como si no lo supieras, no estas ciega, simplemente te ocultas ante la verdad. No me escuchas, de igual forma no lo harías." –

Elevó el rostro hacia el cielo, donde podía ver la luna iluminada.

"Pero ¿qué querías que hiciera?, ¿Qué decisión debía tomar cuando el destino de tantas personas se encontraba en mis manos? Y más, cuando esas personas son las que más amo en la vida?" –

-o-o-o-o

Todo era tan extraño, desde el aire que respiraba hasta el lugar donde estaba, ya no le era familiar. ¿Tanto le había cambiado ese sentimiento?

Giró la perilla abriendo la puerta, una vez dentro encontró lo que exactamente no quería ver. En la sala se encontraban aquellas que durante tanto tiempo fueron sus compañeras en batalla y seguramente hasta hace unos minutos sus mejores amigas y su familia.

"Haruka" –

Esa era la voz de la mujer a la que una vez amó, aquella que creía que jamás podría traicionarla, por la que hubiera dado la vida una y otra vez, pues sabía perfectamente que de haber sido las cosas distintas entre su princesa y ella, aquel sentir hacia la dueña de los océanos jamás cambiaría, siempre sería su sirena.

"Detente" – ordenó la ama de los vientos.

"¿Qué sucede Haruka-papá?" – le cuestionó la sailor de la destrucción.

"Creí que eras más inteligente Uranus" – esta vez quien habló fue la guardiana del tiempo.

"Y me lo dice quien se hace la idiota ante la realidad" – contesta con ironía.

"¡Haruka!"- recrimina Michiru – "Hotaru, a tu habitación" –

"No, quiero y tengo derecho a saber lo que sucede, no pueden alejarme de esto" –

"Hotaru" –

"No, ¿qué es lo que sucede?"- demandó la joven.

"Sucede Hotaru, que ya no estamos del mismo bando" – sentenció con fuerza y sin duda.

Con dolor pudo ver el rostro de incertidumbre sobre su pequeña, ¿pero qué mas podía hacer?, tantas mentiras estaban terminando con ella.

"Pero… no entiendo… ¿por qué?" –

"Por que yo…" –

"Basta ya Haruka… no lo digas, no digas su nombre, ¡NO TE ATREVAS A MENCIONARLA!" – Michiru gritó entre llanto.

"¿Para qué seguir ocultándolo?, ¿por qué te empeñas tanto en engañarte?" – elevando el tono de voz – "La amo, y eso nadie lo cambiará, ni tú ni ese principito…" –

"Ella no te ama, ¿qué no lo entiendes?, ¿acaso no lo viste? Únicamente te utilizó" –

"¡¿Y qué si así fue?! YA ESTOY HARTA DE TODA ESTA TONTERÍA, ENTIENDE DE UNA VEZ, MÉTETE EN LA CABEZA QUE NADA DE ESTO ME IMPORTA, LA AMO Y ES ASÍ, NO PUEDO NI QUIERO EVITARLO"–

Tenía tanto dentro, todo este dolor que me estaba matando, que no pude evitar decir aquello, "la amo y es así, no puedo ni quiero evitarlo". ¿Estaba loca?, debía estarlo por amarla después de haberme apuñalado de esa forma. Mi mente y corazón se debatían campalmente, uno decía que debía odiarla, cruentamente jugó conmigo, jamás vio lo tan egoísta que era, tal vez, tal vez yo tenía más expectativas, puede que haya idealizado tantas cosas acerca de ella que no me quedé ciega ante la verdad… y estaba también esa parte que aseguraba que nada sus palabras habían sido mentira, y sus sentimientos siempre fueron verdaderos, ella me amaba, tanto o más de lo que yo ya lo hacía. Una vez leí, seguramente en un manga de mi princesa, que el amor era doloroso, y hasta ahora supe cuánto podría serlo.

Su equipaje estaba listo, no llevaba mucho, de hecho hacía tiempo guardaba una maleta con sus cosas, lamentablemente esta situación no era por la cual había hecho aquella maleta.

Dio un vistazo hacia la habitación recordando aquel día, hacia tan sólo unos cuantos meses, cuando las cosas eran distintas, cuando no había tanto dolor.

.-Recuerdo.-

No había mucho que hacer, de hecho no había nada que hacer, Hotaru se encontraba en sus clases extracurriculares, Setsuna como siempre había desaparecido, Michiru se encontraba en algún lugar de la ciudad seguramente de compras y su princesa había dicho que saldría con las otras sailors, a pesar de haberla invitado ella no quería estar ahí aparentando algo que no era, en ocasiones odiaba esa doble vida que llevaba, tal vez en un inicio fue algo excitante, pero cuando aquel sentimiento comenzó a desbordarse de su ser lo único que deseaba era gritarlo a los cuatro vientos. Sonrió por unos instantes recordándola, era tan claro que parecía ser real. Entre aquellos pensamientos, algo en su interior la obligó a ponerse de pie, fue tan súbito que incluso se sintió mareada, pero aquel sentir no la abandonó, al contrario, comenzaba a recorrerle cada parte del cuerpo. Tomó ropa, un poco de lo necesario, mas no lo suficiente como para que alguien se diera cuenta de lo que faltaba en su armario, con aquella emoción recorriéndole buscó entre la casa una maleta vieja pero aun servible, tomó sus cosas y las depositó dentro.

.-Fin del Recuerdo-.

Sonrió ante la ilusión, incluso sus mejillas se tornaron de un tenue carmesí, la escena era sacada de una historia de amor juvenil, ella y su princesa fugándose para vivir un amor prohibido.

- "¿Un tórrido amor juvenil he?, eso fue, que patético." –

Con la mirada vacía, salió de aquel que fue su hogar. Este era un adiós que se contuvo en su garganta, aquel despido que no pudo exclamar, Setsuna, Hotaru, Michiru… sus compañeras de batalla, sus amigas… su familia, hoy se separaban, pero el destino era tan impredecible, puede que tal vez, en algún lejano momento sus caminos vuelvan a cruzarse.

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Bueno pues hasta akí llegó el primer capítulo, aun no se cuántos serán, pero espero y les guste.

Adri preciosa, aki sta parte de lo prometido, ya me pondré manos a la obra con el segundo capítulo.

Vicky- Finalmente y después de meses y meses ya publiqué el primer cap, ¿q te pareció?

Salu2 y dejen coment.