disclaimer: nada de esto me pertenece, los personajes son de J. k. Rowling

Este fic participa en el Reto "Parejas Extrañas" del foro "First Generation: The story before books".


NADA

La noche esta oscura, el lago negro frente a ti quieto, una superficie plana y negra, Como si comprendiera que lo que menos necesitas en este momento es más turbulencia de la que tienes en tu interior.

No apartas tu mirada del espejo negro frente a ti, pero sabes que hay alguien detrás y sabes muy bien quien es, tienes tal grado de dependencia por la pequeña bruja que podrías sentirla en medio del callejón Diagon.

-Debo irme-murmuras cuando la sientes lo suficientemente cerca para que te escuche. No la miras, solamente lo dices, quizás así evites un poco de dolor.

-Es demasiado peligroso-replica ella, no está dispuesta a perder esta vez y lo sabes.

-Es mi deber- sigues sin mirarla, no quieres ver la decepción en sus ojos y sabes que si volteas es lo que verás.

-Es el deber de todos, ¿porque solo tú?- no responderás, ella lo sabe, no es la primera vez que tienen esta conversación y tu jamás quieres confiarle cuál es tu misión, tu eres fiel a Dumbledore, no es que no confíes en ella, es que sabes que ira detrás de ti si tiene una mínima pista de donde estarás.

-Dumbledore me lo encargó- suspiras- ya lo hemos hablado- y en lo personal siempre duele lo mismo, quizá hoy un poco más.

-Déjame acompañarte- volvió a insistir, no se rendiría, y tu sientes que mueres a cada negativa que le das.

-No -

-Pero estoy segura de que podremos lograrlo…- no quieres que siga, el dolor desgarra tu pecho con cada intento suyo por convencerte

-He dicho que no- es tu última palabra, lo ha sido desde la primera vez que ella te confrontó, te das vuelta y te diriges a tu cabaña, pasas por su lado sin mirarla, no te sientes con la suficiente fuerza para hacerlo sin quebrarte.

-No lo entiendo- te detienes en seco, es la primera vez que ella replica luego de que des por terminada la discusión.

-No es necesario que lo hagas…- te das vuelta lentamente y miras directo a sus ojos, el aire escapa de tus pulmones. Algo en sus ojos te dice que lo sabe, es la última vez que tendrán esta discusión.

-Rubeus...- la súplica y el anhelo en sus ojos te hace dudar, pero no puedes permitirte cambiar de opinión, fue una decisión difícil pero es lo mejor.

-He dicho que no, Pomona, no te pondré en ese peligro…-

-Soy profesora de una escuela que está siendo acechada por un mago tenebroso…- sonríe con ironía

-Y no te basta con eso? No te expongas más, si algo te pasara no me lo perdonaría…- mueres de solo pensar en esa posibilidad, de que ella salga herida y tú no estés para ayudarla

-Yo…- no la dejas continuar, tomas su cara entre tus manos y la besas, un beso simple, solo un rose de labios, pero suficiente para calmarla.

-Hemos tenido esta conversación cientos de veces Pomona…- murmuras abrazándola suavemente, no quieres soltarla, solo quieres fundirte con ella y protegerla de todo lo que podría hacerle daño.

Hasta de ti, tus recuerdos.

Lentamente localizas su varita y la retiras de su túnica, sin que ella se dé cuenta. O eso quieres creer.

-Lo sé pero…-no la dejas continuar, la vuelves a besar, lento, suave, saboreando cada recoveco de su aterciopelada boca

-Que te hace pensar que esta vez lograras convencerme- murmuras sobre sus labios, su aliento cálido sobre los tuyos, su suave piel sujeta entre tus manos.

-Sé que no lo lograre- sonríes cuando la sientes aferrarse más a tu túnica, pero aun así te desconcierta

-Y entonces?- no puedes evitar preguntar, quizá ella pueda explicarte, también, por qué quieres que ella te de una razón lo suficientemente fuerte para que tú te quedes

-Es que también se… Que mañana partirás, probablemente esta noche, y debía volver a intentarlo… no quiero perderte Rubeus…- su ruego despedaza tu alma, y es cuando estás seguro que la decisión que acabas de tomar es la mejor, para ella, para ambos.

-No lo harás- más que un consuelo es una promesa, te mantendrás a su lado, aun si debieras hacerlo en las sombras, sin que ella lo note.

-Y quien me asegura eso… tu?!- estallo Pomona soltándose de tu abrazo –como lo harás si constantemente estas poniéndote en peligro…- las lágrimas en sus ojos hacen que retrocedas un paso, pero no más, no desperdiciaras esta oportunidad de estar tan cerca de ella.

-Solo sé que lo hare- es lo único que logras articular

-Cómo puedes asegurármelo?-más que una pregunta es un ruego de su parte, para poder confiar, lo sabes, y eso es lo que te da la suficiente fuerza para mirarla a los ojos.

Dolor

Tristeza

Rabia

Miedo

….Amor

-Mantente con vida… y yo lo hare también- no aguantas más, la tomas en brazos y vuelves a besarla, un ósculo dulce, pero también nostálgico. Y por alguna razón, lo sientes como una despedida.

Tal vez lo sea.

Te alejas unos pasos de ella y vuelves a mirarla

-No lo hagas Hagrid, no me dejes- sus lágrimas mojando tu pecho quiebran lo último de tu frágil corazón que estaba sano

-Iré cielo… lo siento- no sabes por qué es lo que pides perdón, si por tu sentencia o por lo que estas a punto de hacer.

- lo sé… y te perdono - algo en su mirada te dice que no es solo por lo que acabas de decir, sino por lo que en tu interior estas rogando

Retrocedes un poco más y te permites detallarla una última vez.

Alzas su propia varita y la apuntas con ella…. Pronuncias la palabra que más odiaras en tu vida- obliviate- y te borras de sus recuerdos

Sabes que no es la opción más valiente, pero es la que le evitara más dolor.

Te permites mirar a sus ojos una vez más, antes de partir a una misión de la que no sabes si volverás.

Lo que ves termina por aniquilarte.

Nada….

No hay miedo, ni rabia, ni dolor, no hay tristeza, ni siquiera hay rencor… y no te animas a buscar un amor que tampoco encontraras.

Nada…

Una vez un mago te pregunto qué es lo que hay detrás del dolor de un alma en pena, desgarrada…

Y tú acabas de descubrir la respuesta…

No hay nada