Disclaimer: FROZEN y cada uno de sus personajes es propiedad de Disney, solo lo narrado en esta historia es enteramente mio.
ADVERTENCIA:
Esto es un Dark!Fic.
Por lo cual habrá violencia, violaciones, y muerte. (Si han visto Game of Thrones pues esta narración se asemejara a ello).
Los personajes poco a poco irán cambiando sus personalidad, por ello serán algo OoC.
Bien han sido advertidos, si nada de esto es de su agrado absténganse de continuar leyendo.
~Rovinzon Naomy~
"Cruda realidad"
Capítulo 1 – Soledad
.
.
.
Destrozada, engañada y sola era como se encontraba en esos momentos la cobriza princesa de Arendelle o mejor dicho la actual Reina de Arendelle.
Respiro hondo para acallar su llanto y abrazo aún más sus piernas hundiendo su rostro en ellas. Sola entre la oscuridad, echa bolita en un rincón de la enorme oficina que alguna vez le perteneció a su padre y muy poco tiempo a su hermana, lloraba sutilmente.
Recordando con tristeza cada buen momento de su infancia con sus padres, con su hermana, el tiempo que vivió encerrada, sus intentos por acercarse a Elsa… sin tregua alguna las lágrimas salían inundando sus hermosos ojos, los cuales se mostraban sin vida, sin esa jovialidad que la caracterizaba.
Primero perdió a sus padres y aun cuando Elsa se había distanciado de ella, le quedaba ese consuelo, que aun tenia a alguien que relativamente se preocupaba por ella, a la larga de esos años de encierro se hizo a la idea que Elsa aun la quería, talvez poco, pero aun a la distancia seguía pendiente de ella y al fin de cuantas era su hermana, ella jamás podría odiarla.
Pero tenía que admitir que estaba necesitada de afecto, un abrazo de vez en cuando o una simple palabra amorosa. Por ello es que cometió la mayor estupidez de toda su vida, comprometerse con el primer joven que la trato bien, que la entendía o eso la hizo creer.
El príncipe Hans de las Islas del Sur, que recientemente se enteró que su apellido realmente es Westergard, el cotizado, galante, gentil y caballeroso Almirante Hans Westergard.
Rio tristemente de solo recordad como el sureño con su carita encantadora y falsa amabilidad tenia al que quisiera ante sus pies, casi que lamiendo la suela de sus costosas botas de piel, obedeciendo cada orden que da sin protestar y ella había sido una más que cayó en su absurdo juego.
Sí que fue una tonta, ahora que lo reflexionaba, claro que en el momento lo vio cómo su mejor oportunidad. Después de todo ese día de la coronación sería el único día que se abrirían las puertas, era el momento de intentar escapar de ese encierro. Mordió su labio inferior y se esforzó por reprimir un lamentero grito. Irónico, acepto al príncipe para escapar de ese encierro en el palacio que sus padres impusieron, y ahora el pelirrojo la mantenía encerrada en una sola habitación, entes podía vagar por el amplio palacio y ahora todo su mundo se reducía a esas cuatro paredes.
Su adorada hermana se lo advirtió, solo quería protegerla y ella solo le reclamo y le grito algunas palabras bastantes crueles e hirientes… ahora se arrepentía, quería pedirle perdón y decirle "tenías la razón ", más jamás podrá hacerlo.
Ya no, tendría que vivir con esa carga de muchas más el resto de su vida… nunca más podrá abrazarle, decirle un te quiero, siquiera tener una conversación y mucho menos disculparse ya que estaba muerta y la única culpable de ello, era ella por su tonto capricho.
Así es, lo de Hans solo era un tonto y absurdo capricho, que claro no lo quiso aceptar y ahora pagaba las consecuencias y las seguiría pagando por el resto de su vida. Ligeramente levanto su rostro mirando hacia el gran ventanal de la oficina, como caían pequeños copos de nieve y la luna era opacada por una densa nube, quedando por breves segundos la deplorable chica en una completa penumbra, su llanto se calmó y ya solo unas cuanta lagrimas rodaban por sus mejillas.
Al alejarse la densa nube nuevamente permitió que la luna resplandeciera en lo alto, brindándole un poco de luz a la cabizbaja chica, que al ser iluminada por el tenue resplandor de la luna se pudo apreciar que tenía la mejilla ligeramente inflamada, algo amoratada y un hilillo de sangre ya difuso y seco escurría de la comisura de su labio.
Ahora se arrepentía más que nunca de cada una de las decisiones que tomo al conocer a Hans. Lo odiaba con toda su alma, pero igual se odiaba a ella misma, no todo era la culpa del príncipe, ella también colaboro en cada una de las desgracias, ella fue la que inicio la discusión con su hermana provocando que esta exhibiera sus poderes y huyera, ella decidió dejar el mando del reino a Hans, ella tomo la decisión de dejar en la entrada del castillo al huraño y amable montañés. De solo recordar la triste mirada del rubio, sentía que el corazón se hacía más añicos de lo que ya estaba.
Cerró los ojos y nuevamente hundió su rostro en sus piernas, ese día cuando miraba como las puertas se cerraban tras de ella y el rubio se resignó a dejarla ir con su "supuesta felicidad y amor verdadero", simplemente debió de impedirlo, soltarse de los sirvientes que le servían de apoyo, gritarles a los guardias que abrieran las puertas y correr a los brazos del oji-miel… pero no lo hizo, solo siguió con su falsa ilusión de su príncipe perfecto y ella firmo su sentencia.
~0~
Los sirvientes corrían de un lado a otro por todo el palacio en la búsqueda del amable príncipe sureño, Kai y Gerda se encargaron de llevar a la casi moribunda princesa a la oficina principal donde creían que posiblemente se encontraba Hans.
Mas no fue así, solo se encontraba el Duque y los dignatarios discutiendo sobre algún plan de emergencia, ya que si no regresaba el sureño, Arendelle se quedaría sin líder, por lo cual alguno de ellos tendría que tomar el cargo y con ello las decisiones que se tomarían por el bien del reino y cada uno sus habitantes.
-Disculpen la interrupción…-Dijo con voz firme el regordete mayordomo, que guiaba a la casi adormilada joven hasta un sofá frente a la chimenea, mientras Gerda se encargaba de echarle más leña a las débiles llamas.
Los cuatro caballeros se acercaron velozmente a la princesa, viéndola con preocupacion-¿Pero que a sucedido?-Demando saber el anciano duque.
-Princesa…-Susurro uno de los dignatarios con tristeza.
-¿Dónde… esta Hans?-Pregunto titubeante la cobriza, haciendo caso omiso de la pregunta del Duque.
-Salió en su busqueda, my lady…-Respondió con un deje de angustia uno de los dignatarios.
Los hombres se miraron entre ellos con nerviosismo, Anna casi que cayendo en la inconsciencia hacia lo posible por mantener los ojos abiertos y que el frió se disipara un poco de su cuerpo abrazándose a sí misma.
~0~
Una sonrisa ladina se formó en su rostro.-Oh, tranquila su majestad… pronto todo acabara.-Dijo burlón el príncipe de grandes patillas, dando algunos pasos que resonaron con eco en toda la celda, acercándose a la casi inconsciente platinada que se encontraba recostada en la cama de la solitaria y fría celda.
Elsa mantenía sus gélidos ojos abiertos sin mirar realmente en algún punto,-¿P-por, q-que…no, me, puedo…agr, mo-ver?- Con gran dificultad logro articular esa corta pregunta, provocando que el sureño soltara una carcajada, inclinándose para quedar a su altura.
Aspiro hondo su aroma y tranquilamente se quitó sus guantes, provocando que el rostro níveo de la chica se contrajera-Oh, querida Elsa…-Con el dorso de su mano acaricio con delicadeza la mejilla de la oji-azul.-Esto pudo ser… amm ¿diferente?, no esa no es la palabra…-Tomo una pose pensativa-mmm,¿ menos dolorosa?...posiblemente…-Sonrió victorioso ante la cara de terror de la platinada-Oh vamos no me mires así, tu destino igual seria el mismo aceptaras o no mi matrimonio con la estúpida de tu hermanita...-sonrió de medio lado y miro directo a los ojos a la inmóvil platinada- tarde que temprano tendrías un accidente, una trágica muerte, yo me encargaría de "proteger" a Anna, consolarla y manipularla en su momento mas inmune…-frunció su entrecejo, su quijada se tenso en una retorcida sonrisa y su mirada centello malévolamente-¡tu morirías y yo gobernaría!
-Eres…
-Lo sé, un genio… jaja y mis hermanos decían que jamás tendría el coraje suficiente para conseguir lo que quisiera,- chasqueo la lengua, su entrecejo se frunció aun mas y empuño sus manos- que jamás seria rey…-Escupió con coraje, presionando demás su quijada- ¡que siempre seria el ultimo…!-Elevo más de lo debido el volumen de su voz y algunos mechones se revelaron de su perfecto peinado, cayendo por su frente dándole un aspecto sombrío .-Y mira, pronto yo seré el héroe que regresara el verano a Arendelle, al deshacerme de ti…-Una arrogante sonrisa se formó en su rostro, se puso de pie y con su mano reacomodo su peinado.- yo seré al único que Anna tendrá, así que aceptara casarse sin mayor inconveniente, claro...-miro a la reina, disfrutando de la expresión que pondrá al escuchar lo que dirá-si es que aún sigue viva…
La platinada al escuchar eso hizo un ademan de moverse y su mirada se contrajo-A-anna… ja-mas… no te, sal-dras…
-Jajaja ya me salí con la mía querida… pero da igual si sigue viva o no, el resultado es el mismo si es que está o no…-Dio unos pasos y quito lentamente la delgada manta que cubría a la platinada.-Ya no puedes hacer nada, todo esta a mi favor… así que, si, si me saldré con la mía…-Paso con lentitud su mano por la pierna expuesta de la platinada- Tranquila su majestad, antes de que termine su vida la dejare disfrutar uno de los grandes placeres de la vida…-La pupila de la platinada se contrajo al sentir la gran mano del príncipe cercas de su entrepierna e intento mover su mano más esta no le respondió, solo la temperatura descendió mas.-Jaja, creo que me pase con la dosis del narcótico que le e administrado,-Sujeto la tela del vestido con fuerza y de un solo tirón lo desgarro por completo-siento si la experiencia no es del todo placentera, pero es mejor prever antes de que intentase cometer alguna locura…
El rostro de la joven denotaba completo terror, sus ojos se cristalizaron e intentaba moverse teniendo en su interior una lucha por mover alguna de sus extremidades, poder gritar o hacer cualquier cosa para evitar esa barbaridad.
Continuara…
.
.
.
NRO22 OffLine
"Que la fuerza los acompañe"
