Título: Tres son multitud.
Género: Crack. O intento de.
Personajes/Pareja: Gojyo/Hakkai/Hakuryuu.
Fandom: Saiyuki.
Comentarios: Escrito para kinkmemeesp en livejournal. DUDE, ES AWESOME, VAYAN A VERLO.


Realmente, es uno de esos escasos y raros momentos que tienen para estar a solas. De esos ratos caídos del cielo, sin siquiera haber sido planeados. El monje farsante duerme como un tronco en la habitación de junto (y sí, es asombroso, pero tiene el sueño pesado) y Goku lleva rato en la cocina del hostal donde se hospedan, conversando con la cocinera y los demás empleados. Conociéndolo, chismosear con tantas mujeres debería llevarle un buen rato.

Es entonces cuando Gojyo cae en la cuenta de que, oh, está despierto y sobrio, y Hakkai yace leyendo, convenientemente, en la cama a su izquierda. Con una sonrisa pilla y caminando de puntillas, se cuela en el poco espacio libre que queda en la cama de su compañero. Desliza un brazo por el torso del otro hombre, aprovechándose de lo centrado que está en su lectura. Un nivel de concentración profundo, de hecho, que hace que Hakkai recién se fije en la presencia de Gojyo cuando este roza la nariz en su mejilla, respirándole de forma suave en el pómulo y sonriendo con todos los dientes.

Hakkai parpadea, ríe, deja el libro sobre su regazo y voltea el rostro, quedando tan cerca del otro que los labios de ambos están a centímetros.

Centímetros.

Milímetros, ya pueden rozarse, sentir el olor a cigarrillo (y tiene que hacer algo respecto a eso, por las buenas o las malas). Sólo un poco más cerca y...

—Ahora no —es lo primero que Gojyo procesa antes de espabilarse. Eso y que tiene la mano de Hakkai aplastándole la nariz.

Y no le cae en gracia.

—¿Cómo qué no? ¿Te das cuenta de que una oportunidad así no se nos da... nunca? ¡Con lo difícil que es deshacerse del macaco! —y rezonga y rezonga y no va a parar hasta tener sexo, por el gran carajo.

—No es un buen momento —Hakkai contesta, pasándose una mano por el cabello. Paciencia.

Antes de que Gojyo pueda protestar, Hakkai le apunta hacia la mesita de noche. Allí, arriba de una camisa arrugada, Hakuryuu los mira con ojitos chiquitos y brillantes. Casi adorables.

Casi.

Gojyo tiene que resistir las ganas de arrancarle los ojos con los dientes. O las uñas. O cualquiera de los dos.

—No puedo creerlo —gruñe y lucha contra la tentación de agarrar al dragón y arrojarlo por la ventana. Hakuryuu hace un ruidito y se acomoda en un espacio pequeño entre él y Hakkai.

—Tú sabes que no debemos exponer a Hakuryuu a esta clase de cosas.

—Kyuuu. —Hakuryuu mueve la cola y a Gojyo le da la impresión que el muy bastardo lo hace a propósito.

—¡Es un dragón! ¡Un jodido dragón!

—No es no. Al menos, no mientras Hakuryuu este mirando.

—Entonces a Hakuryuu quizás no le importe salir a dar una vueltita —insinúa, lanzando una mirada fulminante al dragón.

. . .

Un gruñido, el sonido de una lámpara apagándose y el roce de las sábanas.

—Buenas noches, Gojyo.

—Argh. Luego no te quejes si tenemos que viajar a pie.

—¿Dijiste algo? —una sonrisa encantadora.

—Nope. Buenas noches, Hakkai.

A pie, exactamente. Pero Goku estaría contento comiendo filete de dragón.