Como una llamita de fuego en la tormenta.
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Los personajes de ATLA no me pertenecen, pertenecen a sus creadores y yo no soy una de ellas XD.
Resumen: Zuko y Jet tienen una relación en Ba Sing Se, sin sospechar que este es un maestro fuego. Pero Zuko sabe que tiene que decirle la verdad, aceptando las consecuencias ¿Qué pasara luego de que lo dice?
Advertencia: Personaje lastimado de gravedad, mención de algo de sangre pero no mucha, es una pelea parecida a la que tuvieron en ATLA. Angustia… ¿Jetko?
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Zuko sentía miedo y terror, la mentira que estaba siguiendo lo llevaba a esto ¿Cuánto tardaría Jet en enterarse que él era un maestro fuego? No, no, no podían seguir, debía ponerle fin a esto.
Debo dejar de tapar el sol con un dedo, porque algún día la sombra desaparecerá.
Pero los besos sabían dulces y las caricias a comprensión, le era imposible parar al moreno y decirle que lo dejara, que ya no debían, que eso simplemente estaba mal.
-Jet…- susurro mientras pasaban el tiempo en el tejado, las estrellas brillaban sobre el anillo superior de Ba Sing Se. Cuando veía esos ojos marrones quería decirle la verdad, decirle que le había mentido, que realmente no era Lee. Pero ¿Cómo? Había escuchado hablar al libertador de su patria con rencor y dolor ¿Cómo romper todo eso? ¿Qué pasaría luego?
La mentira es una capa suave, como de cenizas, si no la soplas tú, la soplara el otro y la verdad siempre quedara.
Pero no podía, no quería perderlo, pero también quería ser sincero con él, él se merecía la verdad. Pero esta noche no.
Tal vez la siguiente.
-Lee…- oh, cuanto daría porque él murmurara su verdadero nombre, pero no, por una noche más debía ser Lee. Pero Lee no era un maestro fuego, Lee tenía algo que el príncipe Zuko jamás podría tener.
Hacía algunos meses que estaban saliendo, su relación se podía decir "formal", su tío había conseguido su propia casa de té, estaban en el anillo superior de la ciudad y… era una vida buena, una vida normal. Y simplemente estar con Jet era perfecto, ambos se entendían y siempre podían hacer cosas juntos. Jet le daba el cariño y confort que había perdido en el pasado, simplemente no podía perder todo eso.
Pero si él no decía nada, de cualquier forma alguna vez lo sabría.
-Te quiero…- maldición ¿Cómo podía decirle lo que realmente era cuando le hablaba de ese modo? ¿Cómo querer romper todo eso? Así que simplemente sonríe y le responde de la misma forma.
Por ahora debe seguir siendo Lee.
El avatar estaba en la ciudad, lo sabía, Jet se lo había comentado y ahora simplemente tenía que decidir. Le había prometido a su tío cambiar, dejar lo demás en el pasado, lo hiso cuando dejo libre al bisonte volador, pero ¿Ahora? Sabe que está cerca y la verdad no se la podría ocultar mucho tiempo, así que mira al libertador que está parado cerca suyo, mirándolo confundido porque él acababa de pararse de pronto y soltar su mano.
Zuko no sabe cómo sentirse, siente el miedo e incertidumbre. Pero debe decirle la verdad, necesita decirle la verdad. Aunque eso lo lleve a una muerte segura. Traga con dificultad y trata que las palabras salgan de su boca, pero la siente seca y con una barrera que no le permite hablar.
Sabe que va a perder todo, pero era preferible hacerlo así a que luego pase de otra forma.
-Yo…- y su garganta arde, los ojos marrones los ven preocupados e inquietos ¿Por qué decirlo es tan difícil? –No soy quien te dije que era- susurro, nota a su acompañante confundido y siente que esta contra las bolas de fuego de su hermana, siente como que si su padre se fuera acercando y le hiciera la marca en el rostro otra vez, quitándole todo –Yo soy…- y simplemente las palabras mueren en su garganta, baja la mirada y aprieta los puños. No puede alargar esto más, si no se lo decía ahora jamás tendría la valentía de hacerlo. Mira a los ojos al otro y luego su vista viaja hacia su propia mano, siente el nudo en la garganta pero su decisión está tomada.
Se lo dirá. Y si no puede decirlo se lo mostrara.
Y simplemente con una flamita de fuego en su mano todo lo construido se derrumba en pedazos.
Apenas tiene tiempo de sacar sus espadas dobles cuando el otro ya está atacando, en esos ojos que alguna vez hubo cariño y dulzura, ahora solo hay dolor, rencor… gritan traidor. Y Zuko en ese momento siente su corazón latir dolorosamente.
Pero no va a dejar que lo lastime hasta que le haya contado todo, pero tampoco lo quiere lastimar a él. Mientras las espadas chocan entre si el príncipe no deja de hablar, la barrera de su garganta había desaparecido. Porque él tenía derecho a saber quién era Lee en realidad.
Y simplemente, suelta todo. Desde su nombre hasta quien es, su cicatriz, su familia, él porque estaba en Ba Sing Se. Pero mientras habla, en sus ojos brilla un lo lamento, en los ojos del libertador la furia hace destellos, igual que el fuego.
-Lo siento- murmura el príncipe mientras baja sus espadas y que acurra lo que ya sabía que iba a pasar. No tardó mucho en sentir el corte en el abdomen y la sangre, cayendo de rodillas al suelo mientras la lluvia inundaba el lugar, su visión era borrosa y apenas podía distinguir al moreno en frente de él con sus dos espadas gancho.
-Lo siento- y duele mientras su mundo empieza a oscurecerse.
Jet miro tragando duramente al frente, el maestro fuego respiraba con dificultad y tenía su mirada gacha, su sangre se mezclaba con las gotas de lluvia. Siente su furia bullir y finalmente desaparecer, nota cada gota que sale de su espada manchada con un ligero color carmín.
Y quiere irse de ahí, realmente quiere hacerlo pero no puede, porque al darse vuelta siente como la culpa lo invade. Son maestros fuego ¿Y qué? Son asesinos ¿por eso se dejó matar? ¿Acaso tus palabras no eran reales? El me traiciono y tú lo traicionaste al lastimarlo, no puedes dejarlo.
No quiere dejarlo.
Jet aprieta los puños igual que la mandíbula y su rostro se refleja en sus espadas manchadas con sangre.
-Lo siento- y sus defensas caen cuando escucha la voz tan rota y arrepentida. No importaba que Lee no sea Lee, la persona con la que estuvo las últimas semanas es la misma persona, no importa que fuera un maestro fuego. Porque le quería y estaba a punto de arrebatarse algo importante a él mismo, como esa vez cuando tenía ocho años. Esta vez el fuego no le arrebataría nada, sino que el perdería tratando de apagarlo y simplemente no era justo.
Y cuando se da vuelta y cuando lo ve siente que el mundo ha caído sobre sus hombros, porque duele. Porque Lee se ve tan vulnerable como un pequeña llamita de fuego en medio de una tormenta y no puede dejar que se apague.
Zuko sabía que el libertador no se daría vuelta dijera lo que dijera ¿Y cómo hacerlo? Lo había traicionado y sabía que el moreno jamás lo perdonaría. La sangre fluía y sabía que no podría hacer nada, realmente lo que más lamentaba que esto tuviera que ser así.
Por eso mismo se sorprendió al sentir que ya no estaba en el suelo, sentía su cabeza doler y su vista seguía borrosa, así que solo atino aferrarse a lo que sea que lo tuviera en brazos.
-¡Maldita sea! ¡No cierres los ojos!- y la voz se escuchaba tan lejana pero tan familiar.
-Lo siento…- susurro, los parpados le pesaban horrores y solo quería dormir. Descansar una vez. Sentía que se movía ¿A dónde irían? Ya no importaba, ya nada importaba. Solo quería cerrar los ojos de una vez pero la voz era muy insistente.
-¡Si cierras los ojos no te lo voy a perdonar!- malditos juegos de su mente, porque eso eran ¿No? Jet no le hablaría ni por casualidad luego de enterarse quien era. El calor era reconfortante, tal vez si se acurrucaba un poco más podría al fin cerrar los ojos y salir de los fuertes dolores que terminaron por desaparecer o ser simples punzadas mientras su vista se iba apagando.
Solo quería descansar, quería desaparecer. Ya nada tenía sentido, pero los movimientos y las voces no lo dejaban dormir.
En su mente llega el recuerdo de cuando era un niño y lloraba porque creía que alguien lo estaba siguiendo cuando era su propia sombra. Como su madre lo había abrazado y le había prometido que ella siempre estaría con él y que mientras este la oscuridad jamás lo iba a tragar.
Pero ella se había ido, pero todavía quedaba su tío y… Jet. Pero él se había ido también, él era el que prendía la vela para que la oscuridad se fuera, para que ese monstro no lo atacara. Y simplemente se vio de nuevo como un niño de cinco años acostado en su cama esperando que alguien prendiera una de las velas, pero esa noche alguien lo había olvidado.
-Jet… dejaste la vela apagada- susurro y su mundo se oscureció completamente.
Jet sintió su mundo desmoronarse ante las palabras del que había sido su pareja y apoyo durante semanas. Trago duramente cuando noto que había cerrado los ojos. Pero seguía respirando, suave y sin prisa pero seguía ahí.
Prácticamente pateo la puerta de entrada de la casa y grito el nombre del anciano. Ahora que lo recordaba, no era Mushi sino Iroh.
El anciano no pregunto nada y en seguida puso a su sobrino sobre una de las camas antes de salir de la habitación a buscar vendas y algunas cosas más. Jet noto que además de herido, Zuko ardía en fiebre, seguramente la herida al estar expuesta a la lluvia se había infectado.
Tuvo que cerrar los ojos unos segundos cuando el más adulto retiro la prenda de su sobrino dejando su lastimado torso al descubierto, el cual estaba marcado con una x perfecta donde la piel sangraba profundamente.
Mientras el anciano trataba de detener la hemorragia, Jet no sabía qué hacer. Iroh lo veía de reojo varias veces pidiéndole que le pasara algunas cosas.
Zuko respiraba demasiado despacio y su corazón latía también así. El libertador se sentó a su lado y tomo su mano.
-Por favor… quédate conmigo
¿Fin? No lo sé, esto en principio era un One-shot, vamos a ver si lo continúo, ustedes deciden XD Siento que me ha quedado un poco raro… Deberia dejar de jugar con la conjugacion de los verbos XD
Estoy probando con la angustia y drama… y creo que aún no me salen XD
