Igual que hace un año

Me levanté como todos los días, un recordatorio en mi celular me saca una risilla, imagino que hoy será diferente. En cuanto bajé a la sala mi hermana me recibe con un gran abrazo, papá me dedica una mirada cálida y una sonrisa, no esperaba menos de mi familia.

En la escuela pasa lo mismo, mis mejores amigas felicitan otro aniversario mío. La sorpresa es mayor cuando al entrar al salón veo una gran pancarta que dice: "Felices 16 Hinata". Mis mejillas se humedecen, es la primera vez que hacen algo parecido por mi, todos se amontonan a mi alrededor, me siento tan feliz.

Quiero creer que será diferente, hoy tiene que serlo.

Al término del periodo de clases me quedo parada en la entrada principal esperando no a que me recojan, sino a alguien más. No vino. Papá llega y junto con mi hermana vamos a comer, puede no ser un lugar caro como los que le gustan a mi padre, pero es mi sitio preferido. Conozco a los dueños desde la primaria, hoy será cortesía de la casa. Pregunto por él, tampoco está aquí.

Como es costumbre me dan algo de dinero para gastarlo en lo que desee, había quedado con unas amigas en la plaza, mataré el tiempo que pueda con el ánimo en alto.

Entro a las tiendas que mas me gustan, por conocer a casi todos los gerentes me hacen buenos descuentos el día de hoy. Mis amigas me ven raro, no veo el motivo, solo entro a las tiendas de videojuegos, deportes y música. Les vuelvo a preguntar por él, no ah estado ahí. Eso ya empieza a deprimirme un poco.

Tengo su número, pero prometí no volverlo a llamar y aunque quisiera olvidé mi celular en casa.

Saliendo voy corriendo a la estación del metro, mi última esperanza de volverlo a ver. Me siento en una de las bancas frente a la vía y espero, paciente, sin nada que hacer, solo esperar. Miro mi reloj, son ya más de las diez, debo regresar o estaré en problemas. En el camino voy pensando, es la segunda vez que me fallas, que me dejas sola el día que prometiste volver a mi lado.

Aún recuerdo el día que cumplo los catorce, fue cuando por fin me correspondiste, valió la pena dejar mi timidez a un lado y verte a los ojos sin temor a desmayarme. De todos modos esa felicidad no duró mucho, tenías que irte con la promesa de volver en 'nuestro aniversario', por lo menos me diste algo para recordarte, sellaste esa promesa, me regalaste mi primer beso.

Perdí contacto contigo después de eso, te esperé todo un año, mis amigos me aconsejaron olvidarte. Creí que volverías, pero no lo hiciste, ni siquiera enviaste un mensaje.

Y hoy yo creyendo que te vería, yendo a los lugares que frecuentábamos, preguntando a todos los que conocíamos y por último visité el lugar en donde te tuviste que marchar.

Son las once cuando llego a mi casa, veo a mi hermana Hanabi dormida en el sofá con su cabeza posada en el hombro de mi padre, me esperaron para comer el pastel, hay uno de moras en la mesita de sala, mi favorito.

Después de todo fue igual que hace un año.

Me tiro en la cama al entrar en mi habitación, lo que quiero hacer es dormir y desahogarme con la almohada. Poco a poco mi llanto inunda el cuarto, mi mente empieza a jugarme una mala pasada, escucho una de mis canciones favoritas: Clint Eastwood.

-/Aint happy, Im feeling glad
I got sunshine in a bag
Im usless but not for long the future
is coming on/
is coming on, is coming on
is coming on, is coming on-

Cuando llega a la parte del rap caigo en cuenta que no es mi imaginación sino mi celular. No estoy de ánimos para hablar con alguien, pero no es mala idea contarle mis penas a un amigo.

Contesto pero lo que oigo me deja pasmada.

"Si recuerdas que hoy es cambio de horario aún podremos estar juntos en tu cumpleaños"

... Naruto ...