Carpe Diem

Aprovecha el día

Autora: LexaLaneLK

Personajes: Ron Weasley, Ginny Weasley.

Rating: K+

Sumario: Primer capítulo. La Batalla de Hogwarts terminó, al igual que la amenaza llamada Voldemort. Pero ahora los protagonistas se enfrentan a una nueva batalla contra ellos mismos y sus miedos. Un nuevo día se alza sobre Hogwarts, ¿qué pasa por sus cabezas? ¿Cómo logran seguir adelante luego de todo lo que pasó?

AN: Antes que nada debo agradecer a patipatiti por la gran idea de realizar un fic como este, y por su gran colaboración durante las etapas preliminares de creación.

Me gustaría decir que esta historia es muy realista, tal vez demasiado realista, pasando por drama y angst. ¿Por qué? La idea de esta historia nació a partir de una serie de lecturas de fics como este, que nos presentan a un trío que se recupera rápidamente no sólo de la batalla de Hogwarts, sino de todo lo que han vivido; una recuperación rápida que a algunos les gusta, pero a otros no tanto. Por eso esta historia ha visto la luz.

Espero que les guste, y reitero mis agradecimientos a patipatiti por la grandiosa idea. Sin más les dejo con el primer capítulo de esta historia.

***

Rango emocional de una cucharilla

Ronald Weasley' POV

Nuestra generación no tiene una gran Guerra, una gran depresión. Nuestra guerra es espiritual. Nuestra depresión son nuestras propias vidas.

Chuck Palahniuk

Es casi estúpido sentir tantas cosas.

Recuerdo hace algún tiempo atrás haberle dicho a Hermione que es imposible que una persona sienta tantas cosas. Me acusó de tener el rango emocional de una cucharilla.

Hoy, quisiera de verdad tener el rango emocional de una cucharilla, así no tendría que lidiar con todo lo que siento ahora. Yo no sabía que existían tantos sentimientos aplicables a una sola situación. Duele demasiado todo, incluso pensar. Pero ¿cómo dejar de pensar?, si es lo único que impide que caiga rendido ante mis sentimientos. Pensar me mantiene andando, reacio a aceptar el sufrimiento y el dolor en el que obviamente entraré si dejo de hacerlo.

Increíble e irónico que yo me esté escudando detrás de la fría lógica, la mente sobre la materia. Yo, quien siempre he llevado mis sentimientos cerca sin esconderlos.

La verdad que quema es que, no quiero abrir los ojos, no quiero despertar, no quiero luchar, no quiero sentir, me cansé de todo. Sólo quiero quedarme en este mundo donde todo está fríamente categorizado, donde nadie puede atraparme, donde sé que no me derrumbaré.

Pero duele, demonios, duele mucho ser impasible, hacerle creer al mundo que estás bien; yo no creo ser lo suficientemente fuerte para seguir con esto, siento el cansancio tomar mis esquinas, mis más íntimos pensamientos; la adrenalina que anoche me sirvió para luchar y llegar al dormitorio, hoy está ausente.

Escucho ruidos abajo, pero no quiero bajar.

Aquí en la cama, siento el calor del sol, lo necesito, necesito ese contraste con el frio de mi cuerpo y de mis pensamientos, aunque sea sólo para recordarme que aún vivo.

Aún.

Aún vivo. Y ese pensamiento furtivo y traicionero me recuerda que seres queridos, miembros de mi círculo cercano, ¡Maldición!, de mi propia familia cayeron, para nunca más levantarse. Porque el aún para ellos se acabó.

Pero no sólo mi mente me traiciona. No, siento mi pecho comprimirse, suprimiendo lo que seguramente serían aullidos de dolor, aunque mis ojos estén cerrados siento las lágrimas abrirse camino entre mis pestañas, limpiando las impurezas de la batalla, saciando mi tristeza. Si sólo fuera tan fácil limpiar mis pensamientos, limpiar mis heridas de batalla.

No mis heridas físicas, esas sanan con el tiempo, hablo de mis heridas mentales… esas tardan más.

Aunque ahora, si de algo podemos estar seguros es del tiempo. Ya no vivimos en tiempo prestado ¿verdad? No, al menos hasta que aparezca una nueva amenaza estamos seguros. Ja, tan poca es mi fe en la humanidad ahora, pero ¿quién me puede culpar?

¿Quién puede llamarme cobarde, incrédulo o egoísta después de todo?

Nadie. Nadie tiene razones para llamarme así, a mí o a mis amigos. No luego de todo por lo que pasamos. No después de 7 años de lucha contra todos. No después de haber sido llamados mentirosos e indeseables durante este año. Un año. Un año de nuestras vidas al filo del peligro, luchando para que esta guerra acabe pronto; y nunca era demasiado pronto. Para ellos todo es tan real ahora, pero es tan irreal para nosotros, como un sueño. Como algo que siempre quisiste pero pasó tanto tiempo que cuando por fin lo tuviste, ya no te importaba mucho.

Así estamos nosotros. La realidad es que Voldemort está muerto.

Al igual que Fred.

Nunca pensé en ubicarlos a los dos en un mismo pensamiento, a Voldemort lo imaginé muerto muchas veces, no digo siempre porque a veces mi mente me traicionaba, pero a Fred, a mi hermano nunca lo pensé muerto. Pero de alguna manera, los dos muertos, en un solo pensamiento, simplifican las cosas. Un solo ciclo. Muerte y vida. Mal y bien. Tristeza y felicidad.

Todo se aplica. Todo se siente.

Y duele.

Parece mentira que luego de 7 años planeando esto, tanto tiempo esperando, queriendo celebrar la derrota de nuestro enemigo, después de tanto, no celebremos. Es casi catártico que la única celebración que hagamos ahora, es simplemente celebrar que seguimos vivos, nuestro tributo a aquellos que murieron en la batalla, y a los que vivirán en este nuevo mundo.

Esto es solo el comienzo después de todo, vendrán más luchas; pesadillas como la que anoche me desveló, miedos que debemos vencer, sentimientos que debemos dejar atrás, y otros que debemos hacer crecer.

Y es que son tantos sentimientos, que no sé cómo hacer para vencerlos, para dejarme ir por un momento y no sentir nada. Por eso, aún mantengo mis ojos cerrados. Porque no quiero levantarme a ver la pérdida.

Es demasiado para mí.

¿Ron?

Una voz femenina y dulce me llama. Sin darme cuenta mi hermana pequeña ha entrado a mi cuarto, abierto mis cortinas y me ha levantado de mi ensueño. Veo su cara y noto signos de lágrimas en sus ojos y sus mejillas, un pequeño corte en su labio superior, y unos rasguños en sus brazos. Rabia pura nubla mi juicio, ella no debía estar en medio de la lucha, pero controlo mis impulsos de matar al que le hizo daño, al fin y al cabo ella estuvo ahí por una buena razón.

¿Gin? ¿Qué haces aquí? –pregunté. Hurgué en mi memoria intentando recordar si estaba desnudo o vestido debajo de las sábanas. Por suerte alcancé a tirarme encima un pijama que Hermione me había dejado en mi cama antes de que el sueño me reclamara. Así que me senté rápidamente, pero por la rapidez o el cansancio, en realidad no lo sé, sentí un mareo.

Ginny me acomodó las almohadas para que yo me recostara.

Tranquilo. Todos estamos abajo, te estábamos esperando, pero como no bajabas decidí despertarte. Papá dijo que te dejáramos dormir pero Ma… -y abruptamente calla. Vuelvo a ver sus ojos, y el brillo que siempre la ha caracterizado está perdido, en su lugar lágrimas intentan reemplazar esa luz- Mamá dijo que bajaras. Quiere verte –terminó en un susurro.

No logro articular palabras porque mi boca esta reseca, sólo poso mi mano sobre la delicada mano de mi hermana, tratando de pasarle las fuerzas que no tengo. Sé que piensa en Fred, yo también, y sé que ahora es más difícil hablar de él, de George o mamá. Todo se vuelve complicado una vez más.

Ginny me dice que me cambie pronto mientras ella me espera en mi cama; los dos sabemos que aún no quiere bajar, aquí arriba aún podemos negarnos a la realidad pero abajo con la familia todo será un caos. Agarro una ropa que estaba en mi cama y entro al baño. Mientras me desvisto, diviso nuevos cortes y golpes, mis piernas tienen partes verdes, moradas, y un color azulado que yo no sabía podía verse en la piel, las cicatrices en los brazos están amoratadas.

Bueno que va. Unas cicatrices más, unas cicatrices menos. A pesar de eso no siento que nada ha cambiado.

Lo que es una mentira en sí, porque todo ha cambiado.

Tantas cosas malas se me vienen a la cabeza, los horrores que una vez pensé que eran pesadillas, hoy son reales, pero primero me concentraré en lo bueno que pasó ayer.

Lo único bueno que pasó ayer, aparte de vencer a Voldemort, fue el gran beso con la mujer que amo. Con Hermione. Después de todo la espera valió la pena, el beso fue increíble, aunque me hubiera gustado que fuera un poco antes, en todo caso es mi culpa.

Giro la llave de la ducha y el agua fría empieza a caer sobre mi cuerpo, limpia mi cuerpo de la sangre seca y de tierra de la pelea, enfría mi sangre luego de pensar en Hermione y el beso, me recuerda que aún tengo algo porque seguir viviendo, y me indica que a pesar de no sentir dolor en mi cuerpo, aún estoy vivo.

Y me recuerda a los que ya no viven, los cambios no gratos con los que debo lidiar de ahora en adelante.

Lo que me trae al primer gran cambio de esta lista.

Mi familia es el primer cambio. Perdí a mi hermano, mi propia sangre luchando a lado mío, dejando de lado cualquier diferencia que hayamos tenido y apuntando al mismo ideal, vencer a los tipos malos, aunque eso le costara la muerte. Pero el murió tal y como vivió, riendo; de alguna manera eso nos consuela, porque era la única forma en la que Fred se debía ir; pero no aplaca el dolor en mi corazón ni hoy ni anoche velando su cuerpo sin vida en el Gran Salón, simplemente no puedo dejar de pensar como será de ahora en adelante la vida sin él.

Ver a George es un recordatorio constante de lo que perdimos, todos lo sabemos, incluso él; no puedo imaginarme por un segundo como George debe sentirse, para él es peor. Él perdió a un hermano, a un amigo, a la mitad de su alma. Anoche, luego del pequeño momento de euforia después de que Harry aniquiló a Voldemort, mientras cuidábamos el cuerpo de Fred, cometí el error de mirar a George a los ojos, y me espantó ver sin brillo y tan negros los ojos que siempre alumbraban el camino por donde andaban y tuve miedo, porque sentí que tal vez no había perdido solamente a Fred, sentí que una parte de George se fue con él.

Y aunque quisiera golpearlo y decirle que se deje de estupideces y que se dé cuenta de que sigue vivo, y de que ganamos, y muchas otras cosas, no puedo hacerlo. No puedo decirle que todo estará bien, cómo una vez pensé ingenuamente yo que estaríamos luego de vencer a Riddle, ¿cómo puedo decirle yo eso?, ¿Cómo puedo decirle que todo mejorará, si aún no puedo mirarme al espejo porque siempre creo encontrar alguien atrás mío con intenciones de matarme? ¿Cómo puedo decirle eso si me da miedo mirarme al espejo?, y eso que yo no he perdido mi mitad.

Mis padres son los siguientes en mi lista. Ver a mis padres devastados me hace sentir sin esperanzas, sin fuerzas. No es así como me imaginé terminar una batalla por la que habíamos esperado la mitad de mi vida. No soy ingenuo, sabía que iban a existir bajas en nuestro bando; recuerdo haberle preguntado a Hermione si no era posible darles a todos Félix Felicis para que nada les pasara.

Debimos haberles dado Félix. Así no estarían muertos.

Ni Fred. Ni Lupin, ni Tonks. Ni siquiera Snape.

Tantas muertes se pudieron haber evitado sin tan sólo Voldemort no hubiera sido tan cobarde. Porque esto es culpa de él. La pelea sólo debió ser entre Voldemort, Harry y nosotros, en realidad la pelea sólo era entre él y Harry. Aunque nosotros no íbamos a dejar a Harry solo. Aún así, la guerra era entre nosotros, no con los demás incluidos. Pero Voldemort como todo un ser malvado, no quería dañar su precioso cuello y mandó a una pila de ineptos a que hicieran el trabajo sucio por él, a preparar el campo de guerra con cuerpos inertes sin brillo, dejando una alfombra para pisar sin ensuciarse de polvo.

Me pregunto ¿por qué los malos son tan cobardes?

Si tan sólo Riddle hubiera peleado desde el principio contra nosotros tres, nadie hubiera muerto, sólo él o nosotros. Bueno, si Riddle hubiera hecho eso en primer lugar, creo que no hubiera sido tan malvado, ni hubiera necesidad de una guerra para arreglar nuestras diferencias.

Y eso me trae al último cambio de ahora en adelante.

Voldemort ya no es una amenaza, está muerto para nunca más volver. O al menos eso esperamos.

La verdad creo que aún estamos en shock, sin alcanzar a comprender la realidad de la situación, aún mantengo mi varita cerca, sólo por si alguien más se aparece e intenta hacernos daño.

Miro mi varita, me ha acompañado durante tanto tiempo y durante tantas cosas que es un amigo más; si las varitas pudieran hablar, contarían las historias más fantásticas y reales, contarían la historia que creo, nosotros no contaremos, y es en este pensamiento que me doy cuenta de que todo terminó. De verdad se acabó.

Ya no tenemos que preocuparnos por buscar un nuevo Horrocrux, o pensar cómo vamos a eliminar los que ya tenemos. Se acabaron los días en los cuales mirábamos a todos lados buscando a alguien sospechoso, intentando descifrar cual de todos los que están a nuestro alrededor nos quiere matar.

No hay más noches haciendo guardia, con la vocecita en tu cabeza diciendo que no te duermas, porque si te duermes alguien te puede atacar y echas todo a perder.

Nuestras varitas ya no tendrán que pasar todo el día junto a nosotros, porque ya no hay amenazas.

Ya no hay más conteo regresivo hasta el fatídico día en donde tu mejor amigo, la mujer que amas y tú pondrán sus vidas en peligro para eliminar al mago más oscuro de los últimos tiempos.

Ahora sí podremos dormir las horas necesarias, reír un poco por el hecho de que estamos vivos, intentar retomar nuestra juventud y nuestra vida si es posible, recobrar el tiempo perdido; ahora sí esta cara dañada y con cortes, los mechones de cabello mal cortados, mi barbilla rasguñada, todo se va, porque desde hoy comienza un nuevo día.

Sin miedo.

Un nuevo día.

Sin miedo.

Me pongo la ropa limpia, que mi querida Hermione me dejó al pie de la cama, el jean me queda flojo, y la camiseta muy apretada. Miro mi cuerpo en el espejo, y veo que algo bueno salió de nuestra aventura, ¡tengo músculos! Ahora si alguien malvado viene, podré golpearlos al estilo muggle. ¡Ja!

Pero, por si acaso algo pasa, mejor guardo mi varita en mi bolsillo. Alerta permanente como decía Ojoloco. Eso, después de todo nos permitió seguir vivos durante este fatídico año.

Ron ¡vamos!

¡Ya voy Ginevra!

¡Ouch!Me empezó a doler la cabeza, creo que anoche me di un golpe o me dieron, no recuerdo. Debo pedir una poción para el dolor.

Hmmm.

Pensándolo bien, no, alguien lo puede necesitar más que yo. Mejor pido una poción para dormir esta noche, seguro que tengo pesadillas. Y hablando de pesadillas, no debo perder de vista a Harry y Hermione… ni a George.

George.

Debo estar con George.

Después.

Después me ocuparé de mí.

~FIN~

AN:Muy bien, aquí acabó el primer capítulo, el siguiente cap será el de Hermione. En lo concerniente a este capi, se preguntaran por qué no puse una conversación con los Weasley y por qué todo estaba desde el punto de vista de Ron. Creo que por el momento no es necesario conocer las circunstancias, sino los pensamientos de cada uno de ellos acerca de lo ocurrido, así que los primeros capítulos se centraran en eso, en los pensamientos de los tres. Después de la batalla ellos tienen miedos y muchos demonios internos por eliminar, eso es lo que esta historia va a tratar de explorar. Pude haber agregado una conversación con los Weasley, pero se habría hecho demasiado largo, porque hay demasiadas cosas por explicarles, y aunque merecen la explicación, hay algunos detalles que deben terminarse primero.

Entonces, ¿qué les pareció? ¿Les gustó? ¿Muy dramática? ¿Algo que deseen agregar a los pensamientos de Ron? ¿O eliminar?

Los espero en los comentarios. De nuevo, gracias a patipatiti por las ideas. =) Bye.