Bueno, esta historia la empecé con una amiga, esta contada desde dos puntos de vista, por eso hay partes en negrita y otras no.

Letra normal: Azahara

Letra negrita: Vanesa

Me queda un capitulo para terminar de escribirla, el cual intentare escribir yo, ya que no mantengo contacto con esta persona, por que ella no quiere.

Espero que os guste.

Vania

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Esta era la primera vez que viajaba en avión, ¡tenía tantas ganas de llegar! Mi amiga iba a mi lado, pero como siempre, iba escuchando música con su MP3 sin hacer caso a mis continuas quejas. La verdad es que tenía miedo, el avión se movía mucho y debo confesar que padezco un vértigo terrible... Pero la recompensa sería justa. ¡Por fin iba a conocer a todos los actores del Fantasma de la Opera!

Sabia que se iba quejando, pero no le hacia caso, pues si no me pondría nerviosa yo también, y eso era lo único que no necesitábamos, 2 locas histéricas a bordo del mismo avión... Mis nervios ya eran suficientes sabiendo lo que me esperaba en Londres.

Por fin el avión empezó a aterrizar, yo me aferré a mi asiento mientras tiraba del jersey de mi amiga. ¡Estaba tan impaciente! ¿Y si habían venido a recogernos y todo? No me quería hacer ilusiones, pero sería tan bonito... Bajamos atropelladamente, necesitaba poner los pies en tierra inglesa para creerme que estaba allí. Una vez en el suelo empecé a gritar y dar saltos de completa dicha.

Confirmado, el avión la había vuelto completamente loca... Estaba delante de mí, gritando y dando saltos, todo el mundo miraba para ella. La agarre por el brazo y le dije:

-Hey relájate, ya estas en el Aeropuerto de Londres, vamos a recoger las maletas y a ver como llegamos al estudio.

Mi amiga se reía de verme tan contenta, parecía que ella no sentía todo lo que nos esperaba. Cogimos las maletas y cogimos un taxi. ¡Qué inglés mas malo el mío! Tuvimos que parar en el hotel antes de ir al estudio, pues yo no sabia dar las indicaciones y ella de inglés estaba más verde aun.

Subimos al cuarto, estaba muy nerviosa... pero mantenía la calma, una vez allí fui al minibar haber si había agua o algo que se le pareciese, pero nada, todo lo que había era con alcohol, así que me pille un chupito, el cual se me callo al suelo 2 veces, y me eche algo, que me bebí de un trago...

Mientras ella bebía yo miré a ver si había algo para mí, pero no me apetecía el alcohol, necesitaba estar totalmente lúcida para nuestra gran visita al estudio.

De pronto alguien vino a llamar a nuestra puerta, deje, aquel mini vasito, y fui a abrir

Era el botones, traía una nota de recepción. Las dos corrimos a abrirla. Era de...

¡¡¡¡¡¡¡Gerard Butler!!!!!!

El mismo Gerard Butler nos había escrito personalmente para comprobar como

estábamos. Nuestra reacción fue tirarnos a las maletas a sacar ropa y a ponernos arregladas lo mas pronto posible. No podíamos esperar más.

Yo me puse unos vaqueros, la parte de arriba era un top vaquero de tirantes, y unas bambas. Por encima de la camiseta me puse una chaquetita, y el abrigo, que era un guardapolvo largo asta los tobillos

Yo por mi parte me puse mi mejor tanga de encaje negro, una minifalda corta pero elegante, por arriba llevaba una camisa de Armani preciosa. Aproveché y me puse mis tacones de aguja, esos que me había regalado mi amiga antes de irnos de viaje. A pesar del frío salí sin abrigo, ¡tenía tanta emoción que no sentía ni el frío de Londres!

Bajamos... en la entrada había aparcado un Chrisler negro, nos quedamos alucinadas cuando un chico se nos acerco y nos pregunto si éramos las señoritas García y López, nosotras asentimos, nos abrió la puerta del cochazo que teníamos enfrente y nos invito a subir...

Dudamos al principio, no sabíamos quien era ni qué quería, pero en cuanto vimos la cara de Patrick Wilson asomarse por la ventanilla, nuestras caras cambiaron de sorpresa a una euforia extraordinaria.

Subimos Corriendo

A mi no me salían las palabras, estaba tan emocionada, que solamente pude articular un escueto: Hello! y dedicarle una sonrisa

Yo ni si quiera pude decirle nada, solamente daba pequeños grititos de emoción, y él respondía con una carcajada. ¡Era tan mono! Me senté y mi amiga se sentó a mi lado, enfrente de él. Pero al parecer eso no le pareció bien, se levantó y se sentó entre las dos. Nosotras solo reíamos ¡Estábamos felices! Y eso sólo era el principio...