¡Hola! Les presento esta nueva historia corta, en principio fue pensada como un oneshot pero resulto algo larga así que la dividí en tres partes.
Espero la disfruten mucho. El jueves 16 subiré la parte 2 (mi regalo de cumpleaños para Miuv.16) y el sábado 18 el final.
Les dejo un link de tumblr con fotos en las que me inspire para el look de Rose: /ZeUBvg2JWRGHE (Si no llega a aparecer el link, delante de /ZeUBvg2JWRGHE deben escribir tmblr . co [todo junto (recuerden que es TMblr sin la U] ... de todas maneras mi pagina de tumblr esta en el perfil de mi cuenta de fanfiction)
Desde ya mil mil gracias a mi amiga y beta Vaana ;);)
Déjenme saber que opinan en los comentarios y sin nada más que decir les presento:
Volveré a ti. Lo prometo. Parte 1
Estoy cansada de andar arrastrándome por mi cuarto como un trapo de piso, de esconderme. Hubo un momento donde huir parecía lo correcto, pero no podía huir, no otra vez. Asique me decidí por esconderme.
Después de un mes encerrada, sin ver ni hablar con nadie, luego de escribir mil hojas expresando mi dolor, estaba lista. Lista para volver a intentarlo. Llegue a la conclusión de que lo único que quiero es sentirme amada. Y dar amor a alguien que lo quiera. Me gustaría que fuera él quien me haga sentir así y a quién hacerlo sentir así, pero las cosas nunca salen como a Rose Hathaway le gustarían. Me rendí con él pero no en el amor.
Hoy particularmente se sentía como un buen día para empezar, pero antes de comenzar una búsqueda desesperada por un poco de amor, comenzaría por el amor propio. La vieja Rose, la adolescente alocada quedaría en el pasado. Dicen que para acompañar un cambio interno es buena hacer uno externo.
Me duche y vestí con unas leggins negras, una vieja, grande y gris sudadera de St. Vladimir, la cual pronto sería desechada y zapatillas azul oscuro. Me miré una última vez al espejo, este era el adiós a una Rose Hathaway que se hundía en autocompasión. Wow lucía bastante delgada, supongo que este mes le pasó factura a mi cuerpo, una de las cosas que trataría de conservar de la vieja Rose seria mi apetito, pues si bien no comía cosas sanas, era mucho más sano que esto.
Tome una tarjeta de crédito que Abe me había regalo, la cual solo pensaba usar hoy y salí de mi cuarto. Me dirigía a la estética, esto sería duro, el final de una etapa. Sé que este cambio lo hago por mí pero de verdad no puedo evitar pensar que si él estuviera a mi lado me mataría por el simple hecho de pensar en hacer esto. –"Señorita bienvenida."- Dijo una chica con el cabello rojizo y una cálida sonrisa. –"¿En qué podemos ayudarla?"- Devolví su sonrisa con nerviosismo. –"Quisiera cortarme el cabello."- Y así fue, observe mi reflejo varias veces antes de salir de allí. Tenía el cabello a la altura de los hombros, se me veía bien solo tendría que acostumbrarme. Próxima parada un nuevo guardarropa. Esto fue mucho más fácil que la estética y puedo decir que hasta divertido, compre varios jeans ajustados, algunos de estilo boyfriend, otros 'decorativamente' rasgados y shorts de cintura alta. Algunas camisetas básicas, varias camisas, rayadas y a cuadros, pues de alguna manera me obsesioné con ellas, sweaters, dos o tres vestidos sueltos, una chaqueta de jean y una de cuero, zapatillas, botas y por último borceguíes. Era una mezcla entre el estilo oversize femenino y grunge.
Luego de eso volví a mi cuarto para dejar mis nuevas posesiones, por suerte no me topé con nadie conocido. Al principio Lissa y Adrian intentaron varias veces entrar a mi cuarto o hablar conmigo, incluso Christian y mi madre lo intentaron. Mia y Eddie también, pero a ninguno le respondí y luego de un tiempo se cansaron de venir y no obtener respuestas. Evite de mil maneras no entrar en la mente de Lissa, lo que fue algo bueno porque cada vez que entraba involuntariamente en su cabeza él estaba allí con ella.
Me cambié de ropa, me vestí con un short de jean, una camiseta negra y sobre ella una camisa a cuadros desabotonada, por último mis nuevas botas negras con algunas tachas decorativas. Tome unas gafas de sol redondas y me dirigí a las 'puertas' de la corte, el sol brillaba en lo alto. Pedí un carro para salir unas horas, no había mucha gente alrededor pues esta era la noche de los Moroi, una vez que obtuve el carro, luego de firmar la salida, conduje hasta La universidad de las arte, había decidido hacer algo que realmente me gustara. En la mayoría de mis clases en St. Vladimir siempre me encontraba dibujando en mis hojas, incluso en este mes cuando dejaba mi corazón plasmado en palabras las hojas estaban llenas de garabatos. Ingresar fue fácil, pues con dinero todo era fácil. Las clases comenzarían el siguiente mes.
Una vez en la corte devolví el carro y comencé a caminar sin rumbo, disfrutando del cielo nocturno, estaba comenzando el día Moroi. Llegue a la plaza principal que se encontraba en el centro de la corte y me senté contra un árbol a observar mis alrededores. Parte de este cambio era disfrutar de las pequeñas cosas que la vida ofrecía. Cerré mis ojos, me deje sentir la suave y cálida brisa de la noche, el día Moroi estaba comenzando. Sentada allí, sonreí, me sentía en paz conmigo misma. Luego de un tiempo me puse de pie y decidí ir por algo de comer. Todo este mes me mantuve con la mínima cantidad de alimento necesaria para sobrevivir, pues mi estómago se encontraba completamente cerrado y cada vez que intentaba ingerir una cantidad normal de alimento, náuseas se abrían paso. Me abracé a mí misma, me costaba pensar en el horrible mes que había pasado, pero aparentemente necesitaba estar completamente derrumbada para conocerme a mí misma, para cambiar las cosas. Renacer como el ave fénix. Lo necesitaba, para darme cuenta, de una vez y por todas que quería ser yo misma mi prioridad número uno.
Entre en un bar y ordene una hamburguesa, era algo extraño porque el día de ellos recién comenzaba, pero yo hacía rato que estaba despierta. Me encontraba en mi propio mundo, pensando que hacer luego… podría ir a comprar lo que necesite para la universidad, ir a visitar a mis amigos, entrenar, o simplemente no hacer nada. Sentí que alguien me observaba, gire mi rostro hacia mi derecha, Jesse Zeklos. La verdad es que ya no me molestaba su presencia, en estos días hice las paces con mi pasado. De alguna manera me generaba lastima, pues dudo que una persona se comporte de la manera en la que él lo hacía en la Academia solo porque sí. Bueno en realidad si hay personas que son completamente idiotas solo porque sí, pero había algo más en él, antes de huir con Lissa de St. Vladimir habíamos hablado un par de veces, el coqueteo era evidente pero no era tan idiota como parecía. Cuando volvimos, de hecho recuerdo haberme divertido bastante cuando hablaba con él, teníamos un humor parecido, claro luego sucedió esa sesión de besuqueos que fue interrumpida por el ruso y las cosas fueron cuesta abajo con Jesse, no me arrepentía porque mi atracción por mi mentor, incluso en ese tiempo, superaba cualquier deseo que tenía por Jesse desde los 13 años. Me di cuenta que lo estaba observando demasiado, él estaba esperado por un café, le dedique una leve sonrisa. Cuando su pedido estaba listo note que se acercaba lentamente hacia mí, con algo de miedo. Una vez parado frente a mí podía sentir su nerviosismo, así que decidí dar el primer paso. –"Hey Jesse."- Él lucía sorprendido de que no saltara a su cuello.
-"Hola Rose."- Evito mis ojos y observo el suelo. –"¿Puedo sentarme? Hay algo que me gustaria decirte y es la primera vez que te veo desde la graduación."- Era totalmente increíble verlo como un niño asustado, la curiosidad me supero y quería escuchar lo que tenía para decir.
-"Claro."- Respondí haciendo un gesto con la mano para que tomara asiento. Jesse movió la silla y se sentó, levantando su mirada para encontrarse con la mía. Luego de unos minutos de silencio…
-"Realmente lo siento Rose, por todo, fui un idiota en la Academia, sobre todo contigo…"- Esto me tomó completamente por sorpresa, pero lo más sorprendente fue mi respuesta… Tanto para mí como para él.
-"Esta bien Jesse… todo está en el pasado."- Y era verdad, mucha agua había pasado bajo el puente y ya no importaba… había cosas peores en la vida que la secundaria y eso lo había aprendido por las malas.
-"No lo está. Yo… las cosas que dije sobre ti, el ataque… todo fue mi culpa. No sabes cuánto lo siento."- Sus manos se pasaban nerviosamente por su cabello.
-"¿Puedo preguntarte por qué actuabas de esa forma y que te hizo cambiar?"- No podía creer que estaba teniendo una conversación civilizada con Jesse Zeklos. Él se tomó unos minutos para pensar la respuesta.
-"Ser de la realeza pone mucha presión ¿Sabes? Y a veces es difícil de manejar. Había escuchado que mi padre tenía un grupo como el que forme en la Academia y que él estaba de acuerdo con los Moroi usando sus elementos, así fue como la idea llego a mi mente, solo quería que él se sintiera orgulloso. Pero es una tarea imposible."- Dímelo a mí, pensé. –"Con el divorcio de mis padres, él está más difícil de tratar que nunca, mi madre me apoya en todo pero ya no vive en la corte, está con su nuevo novio, es un buen tipo pero a veces me siento solo aun rodeado de gente."- Podía identificarme con aquello último a un cien por ciento. –"Cambié porque me di cuenta que debo dejar de vivir para complacerlo. Al parecer tuve que darme la cabeza contra la pared para entender ciertas cosas…"- Dijo bajando la mirada, era evidente que estaba pensando en el ataque. Sabía que había algo más. Dejar de vivir para complacer a los demás es lo que justamente estoy intentando.
-"Ahora lo entiendo. Está bien Jesse enserio… "- Difícil de creer pero así fue como me encontré hablando con Jesse Zeklos por horas, incluso riendo con él. Hicimos planes para ir a tomar algo algún día, solo dos ex compañeros compartiendo un trago, era justo lo que necesitaba.
Aquel trago llego más rápido de lo que creí. Solo dos días después Jesse y yo nos encontramos en un bar para compartir unos tragos. -"Hey Jess."
-"Rose"- Sonrió y beso mi mejilla, no fue algo coqueto sino más bien un gesto cariñoso entre ¿Amigos? Le reste importancia. –"¿Qué quieres beber?"-
-"Una cerveza está bien."- Él pidió nuestras bebidas, dos cervezas y comenzamos a hablar de nada importante.
-"Bueno ahora cumplirás tu sueño de ser la guardiana de Lissa supongo…"- Evite su pregunta y mirarlo por unos minutos hasta que tome el coraje de responder, pose mi mirada sobre la suya, él se encontraba expectante por mi respuesta pero tenía el ceño fruncido sin comprender mi tardanza. Solté un suspiro.
-"Creo que me tomaré un tiempo libre…"- Dije algo avergonzada. –"¿Recuerdas que el otro día dijiste que dejarías de vivir para complacer a los demás?"- Jesse asintió lentamente aun sin comprender. –"Pues luego de un duro mes decidí hacer lo mismo."-
-"¿Es por eso que cortaste tu cabello?"-
-"Algo así, necesito un cambio, interno pero reflejarlo en el exterior también ayuda."-
-"Te ves bien, pero eso lo sabes, siempre serás hermosa."- En otro momento hubiera creído que solo lo decía para llevarme a la cama, pero podía ver la sinceridad detrás de sus palabras, era la primera vez en mucho tiempo que alguien me decía algo lindo y se sentía muy bien.
-"Gracias Jesse."- Sonreí tímidamente. ¿Qué diablos pasa conmigo?
-"Entonces… ¿Qué harás?"-
-"Me inscribí en la universidad… arte."- Él sonrió. –"¿Tu qué harás?"- Su sonrisa se desvaneció.
-"No lo sé, me siento algo perdido. Mi padre quiere que sea un gran abogado, pero eso no es lo que me gusta, para nada."- Me quede pensando un momento y recordé algo.
-"¿Sabes? Siempre creí que harías algo relacionado a la fotografía."- Me observó divertido.
-"¿Por qué crees eso?"-
-"Recuerdo que cuando teníamos 13 años tus abuelos te habían regalado una cámara y tú no parabas de sacarle fotos a cada cosa que veías."- Ambos reímos ante el recuerdo.
-"Es cierto…"- Algo en su mirada cambió, lucia apasionado. –"Siempre ame la fotografía, de hecho tengo algunas cámaras nuevas y llevo una a cada lado que voy. Tengo una aqui en este momento."- Reímos mientras el sacaba su cámara de la mochila, se notaba que era de último modelo. Sin darme cuenta me había sacado algunas fotos. Él estaba mirando las fotos que había tomado de mí y lucía sorprendido.
-"¿Qué? ¿Tan mal Salí?"- Mi autoestima se estaba yendo por la ventana. El siguió observando la pequeña pantalla por unos minutos más antes de voltear la cámara y mostrarme las fotos.
-"Por el contrario… mírate. Esa sonrisa natural, creo que serás mi musa."- Reí y sacudí mi cabeza, aun no puedo creer que estaba pasando un gran momento con Jesse Zeklos ¿Quién lo diría? Una magnífica y loca idea vino a mí.
-"¿Por qué no haces eso?"- Él apagó su cámara.
-"¿Hacer que Rose?"- Me observo confundido, mientras bebía de su cerveza.
-"Estudiar fotografía bobo. En la universidad donde me inscribí hay un gran programa y seguro aún hay tiempo para que te inscribas."-
-"No lo sé Rose, mi padre…"- Lo interrumpí alzando una mano.
-"Recuerda lo que hablamos, es hora de pensar en nosotros. Estamos en esto juntos si quieres… yo te apoyare."- Jesse lo pensó por un rato.
-"Tienes razón. Lo haré."-
Al día siguiente acompañé a Jesse a inscribirse en la universidad. Creímos que sería buena idea buscar un apartamento cerca de la uni. Terminamos por rentar uno juntos pues ambos tratariamos de ser lo más independientes posible. No tengo idea como ira la convivencia con Jesse, pues no nos conocíamos mucho pero ambos teníamos objetivos similares. Nos mudaríamos en una semana, y a lo larga de esta la usamos para conocernos mejor. Resulta que Jesse también había sido rechazado por la persona que ama. Una Moroi con la que se conocían desde pequeños, ella había sido forzada a comprometerse con otro Moroi real que no hubiera causado tantos problemas como Jesse, Katherine era su nombre. Katherine no quería desobedecer a sus padres por lo que decidió rendirse en Jesse y romper su corazón. Luego de que él me contara su historia decidí ser abierta y contarle todo lo sucedido con Dimitri. –"Sabía que algo pasaba entre ti y ese guardián pero wow, nunca imagine todo esto. Lo siento mucho Rose… sabes que estoy aquí para ti."- Le agradecí y sorprendiéndonos a ambos lo abrace. Sus largos y torneados brazos me envolvieron, me sentí segura, en paz. Aun me faltaba algo pero tenía la esperanza de que Jesse me ayudaría a sentirme lo mejor posible, y yo lo ayudaría a él.
Pasaron algunos días, hoy era viernes y mañana partiríamos para nuestro nuevo apartamento. Nos tomaríamos en fin de semana para desempacar y hacer las compras de alimentos y cosas útiles. El lunes comenzarían las clases. Decidí que sería una buena idea ir a hablar con Lissa sobre mis planes, sé que no va a estar de acuerdo y hasta que se va a enojar, pero se supone que es mi mejor amiga y quiere mi felicidad… O eso espero. Termine de empacar, me di una ducha y me vestí con un vestido corto y suelto negro, unas medias negras, mis borceguíes y una chaqueta negra. Aplique algo de delineador en el párpado superior, máscara y un labial color vino. Y con mi nueva confianza me dirigí al apartamento de Lissa y Christian.
Tome aire repetidas veces antes de golpear la puerta. Nadie atendía, cuando me di vuelta para irme la puerta se abrió y yo me paralice en mi lugar. –Hola ¿En qué puedo ayudarte?"- La voz de Christian dijo, de espaldas no me reconoció… Solté el aire que tenía guardado y con una sonrisa, gire para encontrarme con sus ojos. –"Hola Sparky. Tiempo sin verte."- Sus ojos se abrieron de una manera que no creí posible. –"¿Quién está en la puerta Christian?"- Pregunto mi amiga desde alguna parte dentro del apartamento. –"¿Me dejarás pasar o qué?"- Le dije como si fuera estúpido, él asintió lentamente y giro para que lo siguiera. Pasamos un living room y nos dirigimos por un pasillo a lo que suponía era la oficina de Lissa. Christian no dijo nada hasta que abrió una puerta. –"No vas a creer esto."-
-"¿De qué hablas Christian?"- Antes de poder hacer mi entrada lo sentí. Su olor invadía todo mi cuerpo y tenía ganas de correr, mis rodillas temblaron. 'tienes que ser fuerte Rose. Ser feliz, dejarlo ser feliz porque así es lo mucho que lo amas, sé fuerte, sé fuerte' me repetí dando un paso al frente para entrar en el campo visual de Lissa. Su boca casi toco el suelo. –"Hey Liss ¿Cómo has estado?"- Dimitri estaba de espaldas a mí, observando por la ventana, pude ver como su cuerpo se tensaba al oír mi voz.
-"Oh por Dios Rose ¿Qué te hiciste en el cabello?"- ¿En serio? No un: 'Hey Rose ¿Cómo has estado todos estos días? Te extrañe, ¿Te encuentras bien luego de que tu corazón fue pulverizado?' Por supuesto que no, mi cabello era más importante.
-"Solo un corte."- Respondí rápidamente y ni bien las palabras abandonaron mi boca Dimitri giro para verme. Tenía una mirada extraña, reflejaba algo de dolor, sabía que él amaba mi cabello pero ¡Hey! Fue él quien me dijo que no me amaba y no me quería cerca. Sentí un dolor en mi pecho, aun dolía pensar en ello.
-"Ya veo…"- Dijo Lissa frunciendo el ceño. Quería desesperadamente saber que pasaba por su mente pero no quería abrirme al vínculo. Debía hacer esto rápido antes de que las ganas de huir de este lugar me superaran.
-"Vine a decirte que mañ- "- Fui interrumpida por alguien que entro corriendo y se paró detrás de mí, alguien que claramente no me reconoció de espaldas.
-"No creerán a quien vi hablando y riendo con nada más ni nada menos que Jesse Zeklos."- Era Eddie y sonaba algo enojado, gire sobre mi eje.
-"Hola Eddie."- Dije dándole una mirada para que se callara, él me devolvió una desafiante y sabía que abriría la boca.
-"Rose. ¿Qué diablos hacías con él?"- Dijo enojado dando un paso hacia mí.
-"Solo pasábamos el rato."-
-"¿Con Jesse Zeklos? ¿En serio Rose?"- Respondió él.
-"No puedo creerlo después de todo lo que nos hizo tú vas y 'pasas el rato' con Jesse Zeklos."- Fue Lissa quien hablo y la manera en la que dijo 'pasas el rato' no me gusto para nada.
-"Sí ¿Qué tiene de malo? Somos… amigos."-
-"Esto es… Simplemente increíble. Estuviste encerrada en tu cuarto por un mes ¿Desde cuando eres amiga de Zeklos? Seguro te hizo una visita y conociéndote no pudiste decirle que no. Dios a veces creo que eres tan fácil."- Me quede mirándola como una incrédula por varios minutos, ¿Realmente me acaba de llamar zorra? Estaba en shock, ella sabía perfectamente que el único hombre con el que me he acostado fue Dimitri ¿Por qué me hacían esto? Pensé que estaría feliz de ver que ya no estaba encerrada, sabía que se enojarían porque me iría pero ¿Esto? Esto es increíble. Mis ojos se llenaron de lágrimas, me las trague para poder responder.
-"Yo solo venía a despedirme porque mañana me voy pero ya veo que…-"Mi voz estaba temblorosa. No pude terminar de hablar porque mi teléfono comenzó a sonar. Era Jesse. Eddie observó por encima de mi hombro la pantalla de mi celular. –"Hablando del rey de Roma."- Dijo con desprecio. No esperaba para nada esta reacción de Eddie. Deslice mi dedo por la pantalla para contestar. –"Hola."- Dije débilmente. –"¿Rose?"- Debe haber notado algo en mi voz -"¿Qué sucede? ¿Estás bien?"-
-"Yo em… Si."-
-"¿Estás allí verdad? Te dije que me dejaras acompañarte. No pueden enojarse porque estas tratando de ser feliz."-
-"No es eso."- No quería decirle que era por él, porque se sentiría culpable y esto no era su culpa. Yo tenía el derecho de juntarme con quien quisiera pero no me esperaba una reacción así. Pero Jesse no era estúpido.
-"¿Soy yo verdad? ¿Ellos te vieron conmigo y se pusieron locos?"- Asentí aunque él no podía verme, me trague un sollozo pero él pudo sentir el cambio de mi respiración a través del teléfono. –"¿Qué quieres hacer Rosie?"-
-"¿Ya tienes las llaves?"-
-"Si… ¿Quieres irte hoy?"-
-"Si."-
-"Ok. Estoy en mi camino a buscarte, pasaremos por tus cosas y saldremos de este agujero."- Una vez que corte todos me miraban enojados, excepto Dimitri, él tenía su maldita máscara de guardián.
-"¿Llaves de qué? Te iras con él ¿Verdad?"- Preguntó Eddie.
-"Creí que serias mi guardiana, que eso era lo que querías."- Pude sentir como el enojo de Lissa se disipaba cada vez más y al mismo tiempo la desilusión se abría paso, habíamos planeado esto desde pequeñas. Era evidente que todos sus cambios de humor eran a causa de la oscuridad, pues se sentía todo muy intenso, pero no iba a tomarla. En el estado que me encontraba ahora, después de oír todos sus comentarios de odio, me llevaría más por el lado de la depresión. –"¿Ahora qué? ¿Serás su pequeña prostituta de sangre?"- Esto ya había sobrepasado mis límites y una lagrima rodo por mi mejilla, no llegue a decir nada más porque Jesse se abrió paso hacia la oficina y me abrazó fuerte contra su pecho. –"Solo se fuerte hasta que salgamos de aquí bebe."- Susurro en mi oído, había comenzado a acostumbrarme a sus estúpidos sobrenombres, asique no dije nada, solo asentí contra su pecho. –"No tienen derecho hablarle así, ustedes no saben nada."-
-"Oh ¿Y tú sí?"- Lissa preguntó con tono ácido.
-"Se más de ella que ustedes. Pero eso ya no importa. Rose va a ser feliz con o sin su ayuda, yo me encargare de aquello, pero sería una lástima que dejen su orgullo entrometerse en su amistad, cuando estén listos para hablar pueden venir a visitarnos."- Y con eso último Jesse nos sacó del apartamento de Lissa, una vez fuera me guió hasta una banca que se encontraba frente al edificio de Lissa. Mi rostro aún se encontraba enterrado en su pecho y cuando tomamos asiento las lágrimas comenzaron a salir, descargar mi dolor hacia mi cuerpo temblar, Jesse acariciaba mi espalda con una mano y con la otra masajeaba mi cabello mientras murmuraba palabras reconfortantes. Había pasado como media hora cuando las lágrimas dejaron de caer, aún estaba abrazada al torso de Jesse. –"Rose… Belikov viene hacia aquí."- Dijo él en un susurro. Antes de que pudiera reaccionar sentí su presencia frente a nosotros. –Roz- Rose… ¿Podemos hablar un momento?"- Jesse se apartó un poco de mi para observar mis ojos, asentí suavemente. Él se puso de pie. –"Los dejaré solos. Te espero en tu cuarto así ponemos todo en el coche."- Asentí y le dedique una leve sonrisa. –"Gracias Jess."- El beso mi mejilla y pude ver a Dimitri tensarse. Jesse me sonrió y se fue. Luego de un minuto Dimitri tomó asiento a mi lado. Estuvimos sin hablar por un largo rato, estaba nerviosa por lo que me quería decir, pero aun así disfrutaba de tenerlo cerca. Llevé mis rodillas a mi pecho y las abrace, apoyando mi cabeza sobre ellas. Mientras esperaba a que Dimitri hablara. Las horribles cosas que Lissa había dicho y la reacción de Eddie rondaba en mi cabeza, una lágrima se escapó por la esquina de mi ojo. Dimitri pareció notarlo porque antes de que esta llegara a la altura de mi nariz, su pulgar hizo contacto con mi rostro para sacarla, se tardó más de lo necesario y yo cerré los ojos para disfrutar del calor de su piel sobre la mía, pero tan pronto como vino se fue.
-"¿Estás bien?"- Preguntó con la voz suave. Pensé un momento la respuesta, no quería mentirle.
-"Lo estaré. Tu… ¿Tu como estas?"- Creo que esta es la charla más incómoda que tuvimos. Él se quedó en silencio, me di cuenta que muchas emociones rondaban en su interior por la manera en la que fruncía el ceño buscando la respuesta. Tome una de sus manos y le di un apretón para que supiera que lo entendía. Creí que quitaría su mano de la mía al instante pero no fue así.
-"Tu cabello…"- Acercó su mano libre para poner un mechón detrás de mi oreja. –"¿Por qué?"-
-"Yo no lo sé, necesitaba un cambio ¿Quedó muy mal?"- No pensaba hacer la última pregunta pero aparentemente mi cerebro estaba teniendo problemas guardando las palabras dentro de mi boca.
-"No. Nada te quedaría mal."- El bajo la mano que tenía en mi cabello y lucía realmente incómodo -"A donde…"- Se recompuso pero pude observar que de alguna manera le dolía preguntarme esto, no lograba comprender totalmente que sucedía… hace un mes me dijo que me alejara de él, que ya no me amaba y aquí estábamos ahora, sentados, hablando y tomados de las manos. –"¿A dónde irás?"-
-"Voy a la universidad… arte."- Asintió lentamente. –"Me alegro que seas el guardián de Lissa, después de todo eres el mejor. Después de mi claro."- Bromeé y pude ver una pequeña sonrisa querer aparecer en su rostro, pero rápidamente se fue.
-"Asique… ¿Tu y Zeklos?"- En su rostro estaba la máscara de guardián.
-"No hay un Jesse y yo, Dimitri. Solo somos amigos, ambos estamos pasando por situaciones similares y decidimos apoyarnos mutuamente. Hice las paces con mi pasado y eso lo incluye a él."- Apretó su mandíbula. –"No quiero sonar como una perra pero… ¿A ti por qué te importa?"- No pude evitar preguntar, después de lo que me dijo en la iglesia esto solo era extraño, la pregunta pareció tomarlo por sorpresa.
-"Yo… no lo sé."- Después de dudar unos momentos continúo. –"Creo que una parte de mí siempre se preocupara por ti."- Sus palabras calentaron mi corazón y si bien no era una declaración de amor era lo más lindo que me había dicho desde que había vuelto a ser un Dhampir.
-"¿Lo dices en serio?"- Pregunté bajando mi rostro con vergüenza, sintiéndome totalmente vulnerable. Lentamente alzó su mano y levantó mi mentón.
-"Yo… si Roza. Siempre me preocuparé por ti, no importa que pase o lo que diga. Tu siempre podrás contar conmigo, basta con que me llames."- Me dedico una leve sonrisa. No podía creer esto, me sentía tan feliz pero a la vez tan confundida. Levanté mi mano y le puse en su mejilla, acercando mi frente a la suya, mirando sus ojos intensamente.
-"De verdad quiero entenderte, pero hay una parte de mí que no lo hace Dimitri. Hace un mes tú… tú dijiste-"- Las palabras se quedaron atoradas en mi garganta, de todas maneras no pude continuar porque él me interrumpió.
-"Lo sé. Lo que dije aquel día, yo no…-"-
-"¿Dimka?"- ¡Oh vamos! ¿Es enserio? No podía aparecer, no lo sé, ¿Cinco minutos después? Maldita sea. Dimitri se alejó de mí rápidamente.
-"Tasha."- Él le dijo respetuosamente, yo por mi parte quería estrangularla por interrumpir pero me mantuve en silencio.
-"Oh Dimka que bueno encontrarte, estaba yendo a buscarte. Quería saber si querías ir cenar esta noche… Yo sé que tal vez no quieres estar rodeado de gente, con todo lo que pasó por eso pensé que podríamos cenar en mi apartamento ¿Qué dices?"- Natasha hablaba tan rápido que cuando termino tomo una gran bocanada de aire. Apreté mis puños, tan fuerte que mis nudillos se volvieron blancos. No quería escuchar la respuesta de Dimitri, no quería arruinar el momento que acabamos de tener.
-"Debo irme…"- Dije poniéndome de pie. Tasha fingió sorpresa.
-"Oh Rosemarie no te vi ahí parada."- La falsa amabilidad era tan palpable, y ¿Rosemarie? ¿En serio? Apreté mi mandíbula conteniendo las ganas de golpearla, pero era una nueva Rose, asique solo sonreí.
"Lady Ozera."- Hice un leve asentimiento y me gire para ver a Dimitri que tenía el ceño fruncido por el intercambio entre su amiga y yo. –"Debo irme Dimitri… Jesse me está esperando."- Dude antes de continuar. –"Cuando quieras puedes venir a visitarnos."- Saqué un papel de mi bolso y una pluma y apunte mi nuevo número rápidamente. –"Háblame si necesitas algo."- Él tomó el papel pero tardó en quitarlo de mi mano, nuestros dedos se rozaron y la electricidad era innegable. Antes de que mi mente me convenciera de otra cosa, me acerque y bese su mejilla. Él se veía sorprendido. –"Adiós."- Se sentía como un adiós a una etapa de mi vida y por más que quisiera decirle adiós a él, por más que hace unos días había jurado que me había rendido en él, no podía evitar ese pequeño atisbo de esperanza que sentía dentro de mí. –"Lo haré. Adiós Roza."- Giré sobre mis talones y lo último que vi antes de irme fue una expresión furiosa en el rostro de Tasha y no pude evitar sonreír.
Llegue a mi cuarto y allí está Jesse sentado en mi cama esperándome, le dedique una leve sonrisa y el golpeo el lugar vació junto a él. –"¿Estás bien?"-
-"Eso creo… Él me dijo que siempre se preocuparía por mí, iba a decir algo más pero Tasha Ozera apareció e interrumpió."- Jesse revoleó sus ojos, le había hablado sobre la petición que le hizo Tasha a Dimitri. –"Pero ¿Sabes? Siento que hay una mínima esperanza y voy a aprovecharla… Tal vez no estemos destinados a estar juntos como pareja pero podríamos ser amigos, no estoy segura de eso, pero de lo que sí estoy segura es que lo quiero en mi vida, lo necesito Jesse y… Y lo extraño."- Para mis últimas palabras mi voz estaba temblorosa. Jesse me abrazó en silencio, sabía que era eso lo que necesitaba.
Antes de irnos y mientras él cargaba mis bolsos y cajas en su auto me tome unos minutos para escribirle una carta a Lissa. Subí al auto de Jesse y le mande un rápido mensaje a Dimitri, había conseguido su teléfono por medio de Mikhail. 'Dimitri dejé un carta para Lissa en mi cuarto, por favor dásela, R.' Pensé que no respondería pero antes de que Jesse pudiera arrancar el coche mi teléfono sonó. '¿Ya te vas?' Respondí afirmativamente. 'Tengo que darte algo antes de que te vayas ¿Dónde estás?' Mi corazón se aceleró. 'Fuera del edificio de mi cuarto.' Leí su siguiente mensaje cuando Jesse pregunto –"¿Lista?"-
-"¿Podemos esperar un momento? Dimitri viene, quiere darme algo"- No pude evitar que una sonrisa jugará en mis labios.
-"Claro Rose. Espero que sea algo bueno."- Me guiño un ojo. –"Te esperaré aquí."- Con eso salí del auto a esperar a Dimitri. Luego de unos diez minutos él llegó, la espera se me había hecho eterna, tenía mucha curiosidad de qué era aquello que tenía que darme.
-"Lo siento tuve que ir a mi cuarto a buscarlo."- Dijo respirando un poco forzadamente, por lo visto había corrido. Fruncí el ceño confundida por lo que tenía que darme. –"Aquí, toma."- Sacó una cajita de su Duster. La tome de sus manos y la abrí. Por un momento me quede observando aquello ¿Cómo lo había obtenido? Él notó la pregunta en mi rostro. –"Aquella noche salí a buscarlo, lo tengo desde entonces. Siempre conmigo… El encantamiento ya desapareció."- El encantamiento, aquel que Victor había lanzado en ese collar y que hizo que nos dejáramos llevar por nuestros sentimientos por primera vez. Dimitri había cargado el collar con él todo este tiempo, pero había algo que no comprendía…
-"¿Por qué- por qué no me lo diste antes?"- Un brillo de melancolía cruzó sus ojos.
-"Iba a dártelo en la graduación, pero eso nunca fue posible. Luego cuando yo era un… Pensaba dártelo si aceptabas mi propuesta…"- Alejó su mirada de la mía, encontrando interesante la pared junto a mi cabeza. Los espacios vacíos en su frase podía llenarlos en mi cabeza, él quería dármelo si aceptaba ser un Strigoi. Levante una de mis manos y lentamente pase mis dedos por su mejilla, ejerciendo una leve fuerza para que me mirara.
-"Eso no importa ahora. Gracias, de verdad lo aprecio. A pesar de las circunstancias es uno de los mejores recuerdos que tengo y jamás se borrara de mi memoria."- Dudé unos segundos antes de continuar. –"Sé que tal vez arruine todo diciendo esto, porque me pediste que me alejará y que tú ya no me…"- No pude decirlo. –"Pero necesito decirlo antes de irme Dimitri."-
-"Por favor no Roza."- Hizo una silenciosa plegaria con sus ojos, pero no le hice caso. No podía dejar pasar esta oportunidad, necesitaba decírselo aunque sea una última vez.
-"Te amo Dimitri."- El cerro sus ojos antes de volver a abrirlos y encontrarse con los míos, los de ambos se pusieron brillante escondiendo lagrimas. –"Siempre lo haré, necesito que lo sepas… Pero entiendo, de verdad lo hago, es solo que… Por favor no me alejes, déjame estar ahí para ti, aunque se a la distancia, como amigos. Yo solo sé que te necesito en mi vida, sin ti yo – yo estoy perdida."- Una traicionera lagrima escapo de la esquina de mi ojo y él lentamente la quito. Abrí cada sentido de mi cuerpo, me abrí a su tacto, su olor, su esencia, por sabía que había muchas posibilidades de que no lo vuelva a ver por un tiempo.
-"Eres la persona más increíble, fuerte y hermosa que conozco. Sé que lo harás bien donde sea que estés y harás el mundo tuyo."- 'Renunciaría a todo por hacerte a ti mío', pensé. –"No te merezco, no merezco tu amor y en este momento yo… Es todo tan jodidamente difícil Roza."- Dijo pasando una mano por su cabello, señal de que estaba frustrado. Apreté su brazo y asentí con una sonrisa triste, ahora lo entendía… Él aun me ama, yo solo lo sé pero debe aprender a vivir con el mismo, con sus demonios, sus sombras… Hacer las paces con su pasado antes de poder estar conmigo. –"Lo sé Dimitri y está bien. Yo te estaré esperando… Siempre."- Antes de que pudiera detenerme bese sus labios dulcemente. Lo tome por sorpresa y creí que me alejaría pero él tomó mi rostro en sus manos e intensifico el beso, no era nada apasionado, solo nuestros labios haciendo contacto. Podía sentir como ambos dejábamos una promesa silenciosa en aquel beso. Cuando terminó Dimitri apoyó su frente sobre la mía. –"No sé cuánto tiempo me lleve pero volveré a ti. Lo prometo."- Sonreí. –"Sabes cómo encontrarme. Adiós Dimitri."- Dije haciéndome a un lado lentamente y deslizando mi mano por su brazo hasta que encontré la suya, él la tomó un momento pero ninguno giro para ver al otro. –"Hasta pronto Roza."- Subí al auto y antes de que pudiera decir una palabra ya estábamos en marcha. Jesse tomó mi mano y le dio un apretón. –"Todo estará bien… Con el tiempo lo estará."- Volteé a verlo y apoye mi rostro en su hombro. –"Lo sé."-
