Prologo: El tiempo fuera.

((En este Prologo, voy a poner un poco lo que el epilogo pero desde el punto de vista de Alex, básicamente. Por cierto, no sé si lo había dicho ya pero… ¡¡¡FELIZ NAVIDAD Y PROSPERO 2009!!!))

(Salto espacio-temporal)

"Perfecto, esto es… perfecto." Dijo Ren cuando llegamos al aeropuerto y recogimos nuestras cosas. "¿No podíamos ir a un sitio más… perdido?"

"No te quejes." Le dijo Rufus. "Al menos no estamos en Alaska."

"Alex." Me llamó Billie mientras recogía sus maletas y las cargaba con la de Lily y las mías en el carrito. "¿Estás segura de esto?"

"Sí, este sitio está bien." Afirmé. "No se diferencia tanto del clima de Forks, solo que aquí los humanos no pueden hacer mucho surf, claro. Pero es muy… verde."

"Y está en el culo del mundo." Se quejó Ren.

"Mami, mami…" Me dijo Lily tironeándome de la mano. "¿Vamos a ver a los tíos, vamos, vamos?"

"No, Lily." Le dije. "Por ahora no. ¿Tenemos todo ya?"

"Listos." Afirmaron.

"Eeeeeen marcha." Dije sonriendo mientras los gemelos cogían uno su carro y el otro me quitaba el mío. "Vaya… parece que estáis fuertes, chicos."

"Pesas con los tíos Jared, Paul y Embry." Afirmaron.

"Y carreras los dos solos." Me dijo Carrick.

"Sí, porque el resto… Entre nosotros, son un poco vagos." Añadió Alexiel susurrándome como si fuese un secreto.

"Vamos, no os metáis con los tíos, están un poco mayores ya." Afirmé.

Sin embargo, lo mejor fue cuando nos internamos en el bosque para poder movernos a nuestra velocidad rápida, cargando como pudimos con las maletas y yo cogí a Billie en mi espalda.

"Hija mía… se me sigue haciendo raro que me puedas cargar sin esfuerzo." Me dijo sujetándose con firmeza a mis hombros.

"Digamos que es la ventaja de tener familia vampiros." Le dije sonriendo y sujetándole con un brazo suavemente y la silla de ruedas con el otro. "Agárrate con fuerza, vamos a ir a toda velocidad."

La verdad es que corrimos un rato, hasta llegar al pueblo cercano a donde íbamos a vivir. Allí nos encontramos con el anciano que me cuidaba la casita.

"Chiquilla…" Me dijo abrazándome. "Vaya, eres clavadita a tu madre. ¿Qué tal está?"

"Bien, bien." Le dije. "En Los Angeles, ya sabes… demasiado trabajo."

"¿Tu madre?" Me susurró Rufus en un tono que solo los animales y los vampiros oíamos.

"Aquí nadie sabe lo que somos." Le dije. "Ahora soy Alexia, la hija de Isabella."

El camino a la casa fue tan apacible para mí como siempre, sin embargo, creo que para el resto de novatos no era igual de relajante.

"Por cierto, mi Colin vendrá a arreglaros lo del agua, y de paso le diré que le eche un ojo a la caldera en cuanto pueda." Nos dijo el hombre entonces.

"¿Eso es una caldera?" Dijo Carrick. "Parece una olla express vieja y enorme."

"Benditos los niños." Dijo Ren. "A ellos se les perdona cuando cantan las verdades…"

"Señorito, aquí donde la ves esta caldera es antigua pero funciona de maravilla." Le dijo el señor divertido. "Tenemos una igual en nuestra casa y nunca ha fallado. Las otras fallas pero esta no." Afirmó dándole un par de golpecitos.

"Se nota la edad." Dijo Rufus. "Eso suena como las tripas de un buey en las cavernas tras días sin comer."

"Chicos…" Les dije suavemente. "Muchas gracias ¿quieres que te acompañe a casa?"

"Nada, nada." Me dijo el hombre divertido. "Tú quédate aquí con tu familia, necesitáis haceros a la casa. Por cierto, dale recuerdos a tu madre cuando te llame. Trasmítele mis felicitaciones por su nuevo trabajo."

"De tu parte." Le dije.

Asentarse en una casa con cuatro cuartos que encima no eran demasiado grandes no fue fácil; eso sí, le dimos preferencia a Billie y mis hijos por su condición de humanos, eran los únicos que dormían aún. El resto nos asentamos como pudimos en los cuartos, además, poco a poco compré más armarios para meter nuestras cosas en los otros dos cuartos que dejamos como habitación de chicos y habitación de chicas.

(Salto espacio-temporal)

"Esto es una mierda como una catedral." Afirmó Ren a la semana de llegar a la casita tirando como a un kilómetro de distancia el palo con el que había estado jugando. "Esto está en el culo del mundo y encima no hay nada."

"Hay un pueblo cerca." Le dije agachada plantando los bulbos de tulipán en las macetas donde los iba a poner. "Podrías ir por allí, pero primero tenemos que acabar con lo de aquí. Y eso va a ser cuando al señorito le de por echar una manita."

"No hemos venido contigo para que nos hagas pasar por esclavitud y trabajos forzados, esto está muerto." Afirmó.

"Esto está muerto, esto está en el culo del mundo…" Le dije haciéndole burla. "Te lo pasarías mejor si te hicieses a la idea de una vez de que aquí vamos a estar un tiempo."

"Ya, por eso tus hijos están en el campo." Me dijo. "Y el idiota de Rufus haciendo el tonto en ese maldito pozo."

"Mis hijos están arando para poder preparar el campo para labrar, tu hermano está arreglando la bomba del pozo que es lo que nos va a dar agua potable… incluso mi suegro Billie está arrimando el hombro limpiando un poco la casa con Lily."

"Y tú tirada por los suelos." Me dijo.

"Yo estoy a ver si planto los tulipanes en tiestos." Afirmé. "Y luego a ver si me ocupo un momento del corral que hicimos entre los chicos y yo. Mañana hay feria de ganado del condado, he pensado que estaría bien hacernos con unas gallinas y alguna oveja, una vaca y algunos lechones. Eso espero que nos dé para los huevos, leche y derivados, y luego, si conseguimos hacernos con lo básico de vegetales y demás… yo creo que con un invernadero aunque sea pequeñito podremos tener para sobrevivir y autoabastecernos una temporadita."

"Pues no cuentes conmigo para cuidar bichos." Me dijo. "Esto es una puñetera prisión."

"Igual si pusieses un poquito más de tu parte esto sería todo más fácil." Le dije recogiendo los tiestos que acababa de poner para ponerlos en el porche trasero, en el tocito que había dispuesto para cultivar las flores. "No ayuda mucho que te pases todo el día sin hacer más que quejarte."

"Tú también te quejarías si estuvieses encerrada todo el día." Me dijo sentándose en la barandilla. "En una casa diminuta y alejada del mundo civilizado."

"Venga ya." Le dije. "Esto no es una casa diminuta; vale, admito que no es el palacio de Buckinham, pero es tranquilo. Mientras no llamemos la atención, nadie vendrá a buscarnos. Nadie espera que unos Valerius vivan por sus propios medios rodeados de humanos. Y puedes salir a correr un poco, pero nada de atacar a humanos ni cosas cantosas. Tenemos aquí un montón de sangre medicinal."

"Prometo no matar a nadie ¿vale?" Me dijo. "Pero en cuanto a no morder…"

"No podemos permitirnos llamar la atención, para nada." Afirmé. "Y prepárate, mañana vamos a ir todos al mercado; voy a necesitar manos para llevar la compra sin llamar la atención porque una chica normalita lleva sin problemas a rastras una cola de ganado."

En efecto, al día siguiente teníamos gallinas para meter en el gallinero que habíamos pasado la noche volviendo a poner presentable para la cría de gallinas, metimos a las ovejas en el cobertizo y pronto las 5 gallinas se convirtieron en 10, las 4 ovejas en 12 ovejas y un carnero, los 3 lechoncitos tuvieron un cerdo y una cerda que al tiempo nos darían varios lechones más. Y el ganado acabó por completarse con un percherón para trabajar el campo y un precioso purasangre irlandés que rescatamos del matadero herido y bien herido.

Resultó que el invernadero nos dio verduras para autoabastecernos, y cuando el tiempo lo permitió, el campo tomó el lugar del invernadero. Las plantas que había criado en tiestos acabaron formando un bonito jardín floral que guiaba a la puerta principal de la casa que se elevaba en lo alto de una colinita.

Al final, incluso Ren acabó acostumbrándose a la vida allí, alejados del resto del mundo, rodeados de un paraíso natural, viviendo como humanos aunque siempre acabábamos haciendo algo de trampas y usando nuestras habilidades especiales.

La paz parecía idílica y perfecta, hasta que nos llegó la invitación por móvil casi 10 meses después de mi desaparición del panorama social: La boda de Jared y Kim.

"Y no te olvides que nos lo has prometido." Me dijo Kim. "¡Prometiste venir a mi boda!"

No me quedó más remedio que consentir en ir, aunque al principio le dije que ya veríamos.

(Salto espacio-temporal)

1 año después de la desaparición… (Voz de Alex)

Al final no me quedó más remedio que ir a la boda, pensé que un buen regalo de bodas era el ocuparme que mis amigos no se casasen en cualquier sitio, así que me encargué de reservar todo 'via móvil', desde la iglesia preciosa y no demasiado ostentosa para que se ajustase al estilo de los novios, hasta el banquete en un restaurante con unos jardines preciosos y muy amplios por lo que la comida sería al aire libre.

Había hablado ya con la novia a condición que no se chivasen a Jacob; no me apetecía mucho volver a verle cara a cara y derrumbarme. Me dijeron que la invitación atañía a mi familia también, así que al final nos fuimos los niños, Billie, Lily, mis dos primos y yo.

Cuando llegué, lo hice antes que el novio y los acompañantes, así que a la primera que vi fue a Leah que actuaba como madrina.

"Te has pasado un poco con lo de la iglesia." Me dijo.

"Pues espera a ver el restaurante." Le dije. "Además, es un regalo para los novios; del 'hada madrina' del 'sindicato de licántropos sin gota de tacto de La Push'. Sin ofender, claro."

"A mi mientras nos hagas regalos como este ya nos puedes llamar saco de pulgas." Me dijo ella divertida. "Me encanta en serio."

"Pues yo voy a irme a seguir controlando un poco." Le dije.

"Es por tu marido ¿no?" Me dijo para suspirar. "Ay... creo que deberíais hacer las paces ya. Pero claro, eres libre como el viento y todo eso; vas a hacer lo que te de la gana."

Me perdí un poco la llegada del novio, sin embargo, cuando entré les vi mirando a mi 'familia' no me perdí ni una de sus palabras debido al oído superior que gastábamos ambas especies, y cuando vi que Jake hablaba con mis primos y poco después salían, me preocupé un poco.

"Eh ¿alguno conoce a esos dos?" Les dijo Sam.

"Creo que vienen con Billie y familia." Afirmó Jared.

"¿Dos vampiros que vienen con nuestra 'cuñada honorífica' y la familia de Jake?" Dijo Embry confuso. "Uhhh… Esto suena a infidelidad..."

"Técnicamente Jake se los puso antes." Afirmó Jared. "Y técnicamente esto es una especie de… separación o algo así."

"Pues la tía sabe montárselo." Afirmó Embry divertido. "¿Creéis que será un trío?"

Entonces Sam le dio un capón mientras sacudíamos la cabeza y yo me apresuré a salir antes de que las cosas se torciesen.

Allí me mantuve oculta a su vista, pero lista para mediar si las cosas se salían de madre lo más mínimo.

"¿Qué hacéis vosotros dos aquí?" Les preguntó Jacob a mis primos.

"Eh, eh. No te embales chaval." Le dijo Ren. "Solo hemos venido porque a Isabella le hacía ilusión venir."

"Me parece que le prometió a la novia no perderse su gran día." Le dijo Rufus suavemente. "Y aunque ahora esté de descanso de sus obligaciones como matriarca, no deja de ser una Valerius."

"Cortar el royo, me sé lo de la palabra de los Valerius." Les dijo Jacob. "¿Cómo… cómo está ella?" Les preguntó más suavemente.

"Enamorada de nosotros." Dijo Ren. "Y no veas lo guay que se pone en primavera que…"

Entonces su hermano le dio un golpe suave en el cuello que lo inclinó hacia delante.

"Sigue deprimida." Le dijo Rufus a Jake. "Aunque parece que lo lleva bastante bien. Se está centrando en su trabajo."

Rufus... maldito chivato sensiblero... cuando estuviésemos a solas le iba a dar una somanta acompañada por una buena bronca por venderme así.

"¿Y los niños?" Les preguntó Jacob de nuevo. "¿Qué tal lo llevan ellos?"

"Bueno… se han acostumbrado al nuevo hogar." Afirmó Rufus.

"No veas lo bien que se lo pasan allí." Afirmó Ren. "Corretean, no se tienen que preocupar mucho de los vecinos que se enteren de lo que son… Y luego están las chicas del pueblo."

"¿Ya salen con chicas?" Les dijo Jacob.

"¿Qué esperabas?" Le contestó Ren. "Tienen ya 16, apuesto a que tú con su edad ya andabas detrás de alguna."

"Vamos, vamos." Le dijo Rufus. "No te preocupes, Isabella es una chica muy lista, seguro que acabará aceptando que fue un error, incomprensible pero error. Dale tiempo."

"Supongo que ahora lo que nos sobra es tiempo." Afirmó rindiéndose.

Ahora él también era inmortal, pero eso no le iba a servir de nada para arreglarlo. Sin embargo, de pronto su gesto había cambiado un poco y reflejaba un poco... mal.

"¿Le habéis puesto un dedo encima?" Les dijo.

"¿Y qué si lo hemos hecho?" Dijo Ren. "Ahora es nuestro problema."

Bravo Ren. Ese chico debía tener encefalograma plano. ¿Acaso no se daba cuenta que estaba tocándole las narices a Jacob y que eso era peligroso?

Y no me equivoque. De pronto, le cogió del cuello y lo levantó del suelo para que se defendiese. Por mucho que lo intentase, las medidas de Jake seguían siendo bastante licantrópicas y por tanto, eran bastante mejores que las suyas y estaba preparado para suplir la diferencia de edad y técnica con técnicas propias y medidas mejores.

Ya no podía seguir eludiéndolo, tenía que meter baza.

"Chicos, nada de… peleas… aquí." Les dije suavemente dándole unos golpes para que soltase a Ren y separándoles al momento. "Jake, agradecería que no lisiases a mis escoltas. Y vosotros dos, ya os vale, que sois dos contra uno."

Entonces Jake abrió los ojos como platos. Mientras me dedicaba a echarles la bronca a los dos por ser tan inconscientes de hacerme aparecer para parar aquella pelea antes de que pasase a más y a Rufus por chivarse, noté que Jake me miraba atónito como si hubiese visto un ángel.

Y entonces le miré yo.

Ser amable, sobre todo no quería dar un show en el día más importante de la vida de Kim, al menos hasta que llegase su primogénito o primogénita.

"Hola Jake." Le dije. "Estás guapo. ¿Eres uno de los acompañantes de las damas de honor?"

"Soy uno de los testigos masculinos." Me dijo suavemente. "Veo… veo que al final has venido."

"Le di mi palabra a Kim." Le dije intentando sonar como si no importase. "Yo siempre cumplo mis palabras."

"Estás… estás… te veo bien." Consiguió decirme.

"Hago lo que puedo por mantenerme en forma." Dije suavemente mientras se miraba un poco. "Y el vestido es un poco… lo compré en la ciudad, ya sabes, se supone que no debo dar el cante."

Lo había comprado en una tienda de la ciudad principal más cercana a nuestra casita en Irlanda. No creo que me mirase al vestido, al menos dudo que fuese eso lo que parecía deslumbrarle.

"No, no." Me dijo. "Te queda… bien; perfecta, como siempre."

Eso me hizo sonreír suavemente; entonces vimos el coche con la novia llegar.

"Será mejor que entremos ya." Le dije. "La novia debe tener su espacio. Ha sido un placer volver a verte, Jake."

No le dejé ni contestarme, cogí a mis primos de la mano y desaparecimos entrando dentro deprisa para caminar y yo sentarme justo en medio de los dos hombres y con Lily a mi derecha. Entonces me puse un sombrerito pequeño del que salía al frente un pequeño velo que cubría la cara dejando ver lo justo y necesario para que no se me reconociese.

Durante el resto del banquete procuré mantenerme al margen de él; y eso tampoco me hizo perderme la fiesta, charlé con todos y cada uno de los miembros de la manada que sabía lo mío, y curiosamente, tampoco tuve que esquivar a Jake, simplemente allí había suficiente gente como para no vernos.

Antes de irnos, me permití hablar y felicitar al novio en persona de nuevo.

"Felicidades Jared." Le dije sonriendo y dándole un par de besos en las mejillas con las palabras. "Me alegro mucho de que lo vuestro haya salido bien."

"Y yo me alegro de que hayas venido." Me dijo él. "A Kim le ha hecho mucha ilusión, te lo agradezco mucho."

"No podía faltar, era vuestra boda." Le dije sonriendo de nuevo. "Le había dado mi palabra a Kim, y al fin y al cabo... bueno, al final todo ha salido bien."

"Ah, bueno." Me dijo al parecer dándose cuenta de por dónde iba. "Me alegra ver que no habéis montado un circo."

"No, no." Le dije suavemente. "Por cierto, ha... ¿ha ido últimamente a cazar lo suficiente?"

"Pues creo que sí." Me dijo. "Pero no estamos muy seguros."

"Hola, Cu-ña-da." Me dijo Paul.

"Hola cuñado." Le dije yo. "Veo que hasta tú te has puesto guapo para hoy."

"Que no seamos vampiros no quiere decir que no sepamos de moda." Me dijo con ironía.

"Paul, Alex me estaba preguntando sobre las últimas cacerías de Jake." Le dijo Jared.

"Hemos salido de caza antes incluso de que lo necesitase de verdad." Me dijo. "¿Qué pasa, no te fías de nosotros?"

"Pues sí, pero... ¿no está un poco más delgado que de costumbre?" Les dije.

"Delgado." Me dijeron.

"Hombre... el pobre está un poco desganado." Afirmó Paul. "Ha intentado comer normal pero le da vomitos."

"Sí, claro." Afirmé. "Los comienzos son difíciles, necesitas mucha voluntad y hacerlo solo es más difícil."

Me moría de ganas de hacer una pregunta, pero... no me atrevía. Al final acabé susurrándola.

"¿Perdona?" Me dijo Jared. "No te... no te hemos entendido."

"Que qué tal está llevándolo él." Les dije.

"AH, bueno... ha sido una auténtica putada." Afirmó Jared. "Su padre, sus hijos... hasta este y Rebecca; todos os habéis ido. Eso es difícil de llevar ¿sabes? Por suerte, nosotros le hemos cuidado un poco y estos dos han venido varias veces con su hijita."

"Vaya eso suena bien. Sí... bien..." Dije. "En fin, muchas felicidades, espero que seáis muy felices."

"¿Ya te vas?" Me dijo Jared. "Pero si aún no ha comenzado el baile."

"Otra vez será." Le dije sonriendo. "Hoy tengo que irme pronto..."

Me dolía un poco, pero al final conseguí llegar al coche con el resto de mi familia que fue llegando poco a poco.

Me calló una bronca curiosa por habernos tenido que irnos tan pronto, y lo único que se me ocurrió decir fue que el avión iba a salir pronto y antes tenía que ir a coger unos encargos.

Por supuesto, se quejaron, pero duró solo lo justo, sabía que les había costado, pero al tiempo me lo perdonarían.

"A la próxima vosotros os quedáis, yo voy a coger las cosas y cuando vuelva os recojo y nos vamos ¿vale?" Les dije.

"Eso ya suena mejor." Afirmaron.

Mientras volábamos de vuelta a Dublín, recordé el día; lo primero que me vino a la cabeza después del evento fue Jake. Oh... había estado perfecto vestido con su Armani... me pareció un poco más delgado que de costumbre, sin embargo, tenía muy buena pinta, casi tanto como cuando me enamoré de él.

No, no debía ser blanda, ahora no. Si había tomado una decisión debía mantenerme firme a ella; Jake estaba vetado.

(Salto espacio-temporal)

Otro año después (2 años desde la desaparición social)…

Otro años había tenido que pasar pero finalmente, la boda de la segunda pareja de solteros de la manada había llegado; ese día se iban a casar Quil y Claire.

Al principio me había resistido un poco más en decidirme a ir, pero acabé cediendo cuando me dijeron que iba a ir tanta gente que con tal de que no llamase demasiado la atención, Sari y Seth no me reconocerían. Sabía que les vería, como a los gemelos pelirrojos. Por desgracia, Quil ya se había enterado de lo de Jake, me lo había dicho después de meterme la bronca del siglo por teléfono y llamarme un montón de insultos deribados de sinvergüenza y desconsiderada. Al final me había invitado a su boda y después de exponerle mis reparos me había negado; sin embargo, allí estabam Ivvan y Chad para encargarse de venderme de nuevo. Acabaron medio 'raptándome' para que me fuese con ellos a la boda.

Y allí me volví a encargar de actuar como 'hada madrina' del 'sindicato de licántropos sin gota de tacto de La Push'. Eso hizo que dejase a la familia bien sentados mientras yo me ocupaba desde las sombras de que todo fuese perfecto.

"Hacer el favor de quitaros esas gafas." Les dije a todos. "Estamos en un lugar sagrado."

"Mejor esto que no que se nos vean los ojos." Afirmó Chad mientras yo volvía a alejarme.

Esta vez sí que vi a Jake llegar, y cómo estaba... Hoy vestía con un esmoquin Dolce & Gabbana, bien aseado y hecho un pincel; supongo que al final su cambio había acabado haciendo el milagro de trasformarlo en un caballero.

Justo cuando vi llegar a las damas de honor fue cuando me las arreglé para aparecer en mi asiento junto a los míos.

Esperaba que de nuevo pudiese esquivarle un poco, pero esta vez parecía ya preparado y antes de que pudiese darle esquinazo, me pilló por el brazo en el restaurante en cuanto llegamos toda la familia por tandas y tiró de mí para tirarnos a ambos por la barandilla que llevaba a las escaleras al baño.

"¿Qué te crees que estás...?" Le dije.

"Lo siento pero esta vez no pienso dejar que vuelvas a escaparte." Dijo sujetándome aún el brazo. "Para una vez que te veo no pienso dejar que vuelvas a esquivarme."

"Suéltame, no pienso esquivarte." Le dije. "A los que esquivo era a Sari y a Seth, y tranquilo, que hoy hay mucha gente como para no encontrarnos."

"¿Sigues sin perdonarme?" Me dijo aflojando por fin.

"Supongo que no te extrañará." Le dije retirando el brazo.

"Rencorosa..."Me dijo.

"Infiel." Contesté antes de intentar volar, sin embargo, volvió a retenerme un segundo antes de que le diese un golpe en el brazo y me soltase porque perdió la fuerza ahí lo que me dejó escaparme sin problemas de él.

La verdad es que era genial; sin embargo, acabamos encontrándonos allí mismo. Resultó que a alguien se le había ocurrido la feliz idea de juntarnos a mis acompañantes salvo a los niños, a él y a mí justo junto a la mesa de la manada.

"Esto no me gusta." Afirmé yo al darme cuenta que les tocó con los otros gemelos en la mesa. "Entre hermanos no pueden mentirse... en nada tenemos al duo de sangre aquí encima."

"El 'duo de sangre' como tú les llamas me han visto ya." Me dijo él. "Y como no son tontos, ya han atado cabos por dónde vivo y alguna otra cosilla más."

Y sí, justo en ese momento, ambos se deslizaron sigilosamente hasta nosotros.

"Ya te vale." Me susurró Jacky. "Desaparecer así..."

"Eh, aquí chitón que vuestra hermana tiene oídos en todos lados." Afirmé yo.

"Pues yo creo que igual deberíais ir al jardín." Me dijo Jacob divertido. "Allí no creo que te puedan escuchar nadie."

"Jake... cuando volvamos te juro que te arrancaré la cabeza." Le dije amenazándole con un dedo.

"Y cuidado con ese dedo que lo carga el diablo." Afirmó con ironía.

Antes de desaparecer, en un solo movimiento le hice un corte en la mejilla como aviso, y Jacky y yo salimos al jardín para que pronto nos siguiese Eddy.

Eso me costó otra bronca más, por no haberles dicho nada, por dejarles creerse la mentira tanto tiempo... y de pronto, ambos me dieron unos golpecitos cariñosos antes de volver a darme la bienvenida.

"Eh, no se lo digáis a vuestra hermana." Les dije. "Preferiría que no lo supiese, motivos secretos."

"Pues deberías decírselo." Me dijeron. "Si no vas a su boda te aseguro que te arrancará la cabeza."

"Nunca te perdonará que no vayas a su boda." Afirmó Eddy.

Eso me hizo que estuviese mosqueada un buen rato, incluso tras regresar a la mesa.

"¿Qué habías dicho que tenías que hacer cuando volvieras?" Me dijo Ren.

"Vale ya ¿eh?" Le contesté. "Tengamos la boda en paz."

"Tú y tu familia adoptiva." Dijo Ren para coger un cuchillo que lancé a su cara y que le hizo un cortecillo leve en la piel. "Debería bajar esos humos."

"Está así porque nos han colocado en la misma mesa." Afirmó Jacob divertido.

"Vete a cagar, Jake. Te repito que no eres el centro del mundo." Le contesté molesta con su ironía. "Esto es por otros motivos."

"¿Por las flores que se te han muerto por jugar sin guantes o por lo que te han cogido de santera del pueblo y los cercanos?" Me dijo Rufus.

"¿De qué va eso?" Preguntó Jake mientras nos traían platos para vampiros y a mí algo de comida como al resto de gente.

"Ahora la princesita trabaja." Dijo Ren. "Aunque la verdad es que alguien tenía que pagar, claro."

"Supongo." Afirmé suavemente cortando una croqueta. "Tengo a dos gorrones consumistas colgados del cuello."

"Se dedica a cultivar flores para relajarse, cocinar... esas cosas." Le dijo su padre. "Y como es una crack en todo... pues resulta que pronto se hizo famosa, y ahora nos hace la comida a nosotros y de vez en cuando la contratan para banquetes, como cátering."

"Y como sus flores son bonitas vendió algunas y ahora todos quieren flores y sus cosas con flores secas." Afirmó Rufus. "Y también..."

"Ey, por favor." Les pedí yo para que se callasen de contar esos asuntos.

"No te avergüences." Me dijo Billie. "A la chica la han cogido como santera."

"Remedios naturales ancestrales para todo tipo de males." Afirmó Rufus.

"Consejos sentimentales y sexuales..." Dijo Ren.

"Y la chica esa tan maja que pasa de vez en cuando creo que quería que le casase por el rito ese..." Dijo Billie. "¿Cómo se llamaba?"

"El rito celta." Les dije yo. "Y no se va a casar por ese rito porque yo no voy a oficiar nada."

"Vale, vale..." Me dijeron todos.

Pensé que ahí había acabado todo, pero una vez más me equivocaba; Jake volvió a la carga de nuevo.

"Así que ahora trabajas." Me dijo. "Pensaba que lo tuyo era la medicina."

"Santería y medicina no distan tanto." Contesté suavemente. "¿Sabías que la santería viene de la medicina natural que fue la precursora de la medicina moderna?"

"No." Afirmó. "Vaya, me cuesta creer algo así."

"Pues créetelo." Le contesté.

Seguimos hablando de todo aquello un buen rato; la verdad es que me resultaba agradable hablar con él como si nada hubiése cambiado, como si todo siguiese igual que siempre.

Y al final, acabamos por llegar a un tema más... íntimo. Justo cuando acabamos y habían puesto una especie de vídeo sobre los novios.

"¿Te acuerdas de las pastillas y la comida que te cocinaba aquella primavera desde San Valentín?" Le dije.

"Recuerdo... sí, las raices de ginsen, y luego... la sopa esa marrón." Me dijo haciendo memoria.

"Miso. Bueno, pues todo eso eran remedios naturales, para devolverte la energía que yo te robaba." Le contesté.

Me di cuenta demasiado tarde de que inconscientemente había vuelto a meter mi pata. Entonces sonó una canción que conocíamos los dos.

"¿Me concedes este baile?" Me dijo ofreciéndome la mano.

"Creo que no deberíamos." Contesté yo.

Demasiada gente, y francamente, lo nuestro cantaría demasiado.

"En la terraza no nos verán." Afirmó esperanzado. "Y no tendrás que esconderte ¿verdad?"

Se me olvidaba que mi vínculo mental ahora funcionaba también al revés, probablemente me hubiese leído la mente, o igual era que no le hacía falta porque me conocía como para saber mis motivos.

Aquello era malo, muy malo. No podía permitirme ese tipo de sentimientos ahora; no debía perdonarle su traición, por mucho que todos insistiesen en ello. Porque estaba haciendo lo correcto ¿no? Debía ignorarle ¿verdad?

"Jake yo..." Le dije asustada de lo que podía pasar si seguía así. "Lo siento, tengo que irme. Tengo que ir a Perú a por unos productos antes de volver a casa con todos. Pero no te preocupes, el resto se van a quedar un poco más. Salvo Ivvan, él tiene que acompañarme a recoger las cosas. Ya sabes, cuatro brazos hacen más que dos."

No hacía falta ser mentalista para ver que aquello no le gustó un pelo.

"Vamos... ya hemos estado hablando normal." Le dije suspirando. "Y me ha gustado volver a verte."

"¿Te quedas entonces?" Me preguntó de pronto.

"No tanto..." Afirmé. "En fin... cuídate ¿vale?"

Salí corriendo, y aunque sé que vino tras de mí sin molestarse en esconder que corría mucho más rápido que más de el 75 por ciento de la gente de la sala, no me paré.

Me despedí de los novios y luego hablé con mis primos para informarles de mis planes antes de desaparecer con Ivvan.

El viajecito a Perú tampoco fue genial que digamos, vale, me alejé de la boda, y vale, conseguí los productos que necesitaba; pero Ivvan fue dándole el viaje mientras me echaba la bronca por mi actitud en la boda.

Cuando regresamos, la familia se reunió con nosotros y hacía un día que había acabado la boda por lo que habían estado esperándonos en un hotel de Seattle.

Y de nuevo más broncas por mi actuación y huida en la boda.

Últimamente me llevaba broncas por todo.

"¿No crees que deberías dejar de fingir ya?" Me dijo Chad.

"No puedo delatar mi identidad." Afirmé.

"Me refería a Jake." Me dijo. "Me encanta que vuelvas a usarnos como ayuda en primavera, pero me comienza a resultar un poco patético que te sigas sintiendo enamorada hasta la médula de él y no hagas nada por remediarlo."

"Yo no estoy..." Dije.

"Te hemos visto hablando con él." Afirmó Ivvan. "Como si no hubiese pasado nada."

"¿Y qué queríais que hiciera?" Les dije. "¿Qué reventara la boda por ponerme furiosa? Prefiero hacer teatro."

"Di lo que quieras, pero no era teatro." Me dijeron.

La verdad es que en parte tenían razón. Me había sentido genial hablando con él, solo me había sentido peor cuando me di cuenta, al pedirme bailar, de lo que estaba pasando y de que no 'debía' dejarlo pasar. Me había negado, me había dicho que estaba enamorado de otra y que su mujer era otra...

¿A quién quería engañar? Me estaba mintiendo a mí misma.

La verdad es que le echaba mucho de menos, pero mi orgullo me impedía verlo o aceptarlo porque me hacía ver lo que había hecho como una infidelidad aunque fuese debido a un error a causa de su amnesia causada por convertirle yo en vampiro.

Ahora que acababa de aceptar que esa era la verdad, me sentía perdida; pero eso iba a cambiar cuando volviese a verle, claro que para volver a ver a Jake aún tuve que esperar un tiempo.

Sin embargo, eso ya sería otra historia. Algo que comenzaría con la boda de Sari.

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