Este es mi primer Fanfic SasuSaku, o intento de ello. Esta idea había llegado a mi mente de otra... forma, y con eso hablo de otros personajes, pero como al menos uno de ellos no existe, quise adaptarla a estos dos que me encantan tanto, puedo jurar que les quedo como anillo al dedo. Namikaze Hanoko fuera.
Papel de Chakra
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One-Shot
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Observó la hoja de papel en su mano. No podía evitar leer una y otra vez aquel mensaje que le había dejado en su última "conversación".
Te quiero, Sakura.
Sonrió de nuevo, como siempre que lo leía. La hoja se arrugó levemente cuando la estrujó entre sus manos. Sintió las lágrimas agruparse en sus ojos ¿se lo diría? ¿Sería capaz de decírselo? Al darse cuenta que lo dudaba negó fuertemente con la cabeza. Debía decírselo, merecía saberlo. Hacía casi un año que no sabía nada de él, sólo lo que decía en esa hoja, y la última vez que le había "escrito" algo fue aproximadamente hace un mes.
Sasuke había decidido reivindicarse, y ahora se encontraba viajando por el mundo. Volvía cada cierto tiempo, sólo para verla, pasaban una noche juntos, hablando o simplemente haciendo el amor y el volvía a irse. Pero lo que nunca podía faltar en sus visitas era "recargar" aquel papel.
Papel de Chakra. Una hoja que, aplicando el chakra de dos personas, se podían comunicar entre ellos sin importar la distancia, ya que en el papel se escribía lo que el otro decía. Pero Sasuke no había vuelto para poder recargar su papel, por lo que, probablemente, ese era su último mensaje. Tal vez lo que le dijera en esa ocasión, sería lo último que recibiría hasta que decidiese volver.
Tragó una gran bocanada de aire. Reunió todo el valor que pudo y susurró las últimas palabras que él recibiría. Cuando lo hizo suspiró sonoramente. Sonrió, ya había sido el momento de decirlo, y si no se lo decía, cuando volviera se daría cuenta. Algo como "eso" no se ocultaba.
Inmediatamente escuchó un llanto en otra habitación, corrió hacia ahí. Cuando llegó vio a la bebé, acostada en su cuna, llorando fuertemente, extendiendo los bracitos en busca de alguien que la consolase.
-ya, ya- la tomó en brazos y la arrulló hasta que dejó de llorar. –tranquila, Sarada- susurró a la pequeña.
La vio abrir sus grandes ojos negros, viéndola soñolientamente. Sakura le sonrió tiernamente mientras la veía dormirse de nuevo, tal vez ella debía hacer lo mismo, pues ya era pasada la media noche. Cuando volvió a acostar a la pequeña en la cuna, acarició su cabello negro. Se parecía tanto a él.
-definitivamente, ya era hora de que lo supieras, Sasuke-kun- pensó, ahora estaba realmente convencida de lo que le había dicho.
Se dirigió a su cama, al lado de la cuna. Como siempre, se sentía vacía por falta del azabache. Se arropó con las sabanas, mientras recordaba las últimas palabras que le había dicho. Estaba segura que se llevaría una gran sorpresa, pero que le haría feliz aquella noticia. Ahora sólo tenia que esperar su regreso para poder ver su expresión.
Tenemos una hija.
