«Fairy Tail es propiedad de Hiro Mashima»
—Glow—
[…]
Ella es muchas cosas. Más de las que quisieran o pudieran admitir. Como que es cálida.
Como la luz apacible del amanecer en verano. Rozando la piel desnuda y dejando escapar grititos al viento, efectos del placer inocente que produce aquel contacto efímero.
Ella es además hermosa; única. Como la joya perdida de una corona extraviada. Cuya luz ha dejado de relucir pero no obstante, en la memoria de todos aquellos que la han visto ha quedado grabado a fuego el recuerdo de su extraordinaria y humilde belleza.
Ella ciega con la luz de sus ojos que igual no tienen ni lo tendrán; curiosos, hermosos, llenos de una alegre vida ajena al pardo aburrido que es visible en cualquiera. No, ella es especial. Sus ojos tienen esa chispa de vida que hace imposible no perderse observándolos.
Pero, ¿quién es ella?
Ella es luz; es cálida y hermosa. Pero mortífera como las espinas de un clavel rojo sangre. Es tantas cosas que no pueden contarse.
Ella es risas, es alegría. Es un montón de cosas juntas que no desaparecen con el tiempo.
Pero ella es también cosas rotas. Muchas cosas rotas.
Ella ahora es un recuerdo, uno que perdura clavado en la mente de todos aquellos que han osado verla. Ella es dolor encerrado en una pequeña caja. Ella es una pena hecha tortura.
Y aun así, sigue siendo hermosa.
Porque ella es— o era— un hermoso recordatorio de la luz hecha vida. Ella era— sigue siendo— una dolorosa memoria en el pecho sangrante de aquel que la amaba, que se resiste a olvidarla, sumiéndose en el dolor de verla hecha nada más que un recuerdo.
Ella es como la luz del sol; perdura. Cada día que nace ella está presente en los corazones de todos los que aún le pulsa dolorosa la herida causada por su inesperada partida. Y cada noche se vuelve suplicio en la mente de aquel que aún no le perdona haberse marchado.
Ella está congelada en una fotografía, pero todos saben que se necesita más que eso para poder detenerla, para poder olvidarla.
Todos se resisten, pero el dolor no para. Al contrario, se hace más grande y duele mucho más. Porque ella era luz y ahora, todo está en penumbra.
Nadie llorará la pérdida de una amiga, sólo él, sufriendo a gritos que se atascan en la garganta.
Al fin y al cabo, ella es — era— su luz y mucho más.
[…]
Notas de Autor.
Para Sly Warrington, que le gusta leer de Lucy y cosas con musho dolor— creo.
Espero te guste. Y a todos los que se toman el tiempo de leerme—y dejarme review (?)—, gracias.
~Scar.
