Escombros y un nuevo amanecer

El día se mostraba tranquilo tras una oleada cálida en el ambiente, las ruinas en el santuario notaban a un joven pupilo cerca de su maestro, quien se encontraba dándole la espalda y recuperando un trozo de su destruido templo, donde se mostraba el emblema de su estrella y su casa, su mirada lucía seria pero por dentro algo de melancolía sentía tras aquella guerra donde el santuario cayó por primera vez, no pudo evitar tener leves visiones de aquella guerra, donde vio que las lágrimas no siempre son cristalinas y que las batallas dejan secuelas después de haber terminado.

-Fue una batalla intensa ¿verdad maestro?.

Su pregunta solo fue contestada por un simple movimiento de cabeza, el cual solo afirmaba, para después alejarse un poco, adentrándose a lo que quedaba del templo. El chiquillo por su parte solo mira con detenimiento a su maestro, sabía que era sumamente serio pero esto se pasaba del rol diario, así que se adentra con él y tratándole de poner un gesto gracioso en su rostro para animarlo.

-Maestro Mu aleje ese rostro tan serio y vallamos a practicar, de gracias que esta aquí de nuevo, yo le di gracias a Atenea por que esta con vida aquí en el santuario.

Mu mira a su joven pupilo mostrando esos pacíficos ojos en el, para volverse alejar de la mirada de este pequeño y seguir observando las ruinas. Kiki solo emitió un suspiro y miró hacia las afueras del santuario, viendo los pilares que rodeaban los alrededores, recordando que la aldea cercana se encontraba unos cuantos kilómetros abajo, que obviamente usando su telé transportación en segundos estaría en aquel lugar, ya tenía mucho que no iba y se divertía como un niño normal.

-Kiki, si quieres ve a la aldea, te ayudará a despejarte y entrenar.

Como si hubiese leído sus pensamientos, Mu le hablaba al joven, dándole aun la espalda, pero pudo sentir la mirada alegre de su pupilo.

-Gracias Mu, te juro que entrenaré duro estando allí.
-Lo se, por que no usaras tus poderes para llegar allá.
-¡Mu!.

El rostro de desilusión se hizo presente en Kiki, Mu jira su rostro viéndolo por entre su hombro mostrando una ligera sonrisa.

-Yo comenzare a reconstruir este templo.
-Está bien maestro, vendré antes de que el sol se ponga.
-Kiki.
-¡He!.

Kiki ya estaba retomando su camino a paso veloz y se detiene al momento que Mu le llama.

-No hagas travesuras.

Mu mira a su discípulo con dulzura, mientras el mostraba una sonrisa dejando ver sus dientes completos de forma picara.

-Descuide maestro Mu, soy su pupilo mas disciplinado, no le fallare.

Mu deja de mirarlo y fija su atención al frente, comenzando a levantar levemente su mano y apuntando con su dedo índice hacia las destrozadas columnas, comenzando a levantarlas, dejando un estruendoso ruido y leves cortinas de polvo escurrirse por estos muros, dejando escuchar leves piedrecillas que resbalaban por toda la estructura.

A Kiki no le sorprendió esta acción ya que continuamente lo hacía, mas si destrozaban el templo donde este se encontraba. El medio día dejaba caer un caluroso ambiente y una resplandeciente luz de sol, Kiki caminaba tranquilo viendo a todas direcciones con ambas manos en su nuca, viendo de vez en cuando a varios niños de su edad riendo y jugando.

-¿Vieron esa extensa luz que se formó lejos de la aldea hace semanas.
-Si, mi padre y yo la vimos.
-Mi madre dice que hay espíritus malignos en ese lugar.
-Pues mi abuelo me dice que hay un santuario oculto donde los caballeros entrenan para obtener sus armaduras.
-Es cierto, Lina dice que ella y su pequeña hermana se encontraron con tres de ellos y portaban armaduras doradas, su hermanita le dio una flor lila a uno de los caballeros.
-¿Tu crees eso.
-Si, ella pudo mentir.
-Pero seria fantástico que existiera eso ¿no?.

Kiki no pudo evitar escuchar a los niños, la forma que hablaban tan excitante refiriéndose a sus amigos los santos dorados, hey¿por que no hablarles de ellos, el los conocía perfectamente, sería alabado por los infantes, lo verían como un líder mas si les contara de la batalla que hace semanas ocurrió, donde ese resplandor de gran poder fue hecho por seis caballeros dorados en combate. ¿El combate?. Si muchos sufrieron, y algunos caballeros no regresaron, la mirada de Kiki se puso triste, y así comprendió a Mu, lo que el sentía era tristeza, pero lo disfrazaba con una frialdad y una gran seriedad.

Su andar siguió pasando de largo a aquellos niños, a lo lejos ve una pelea entre chiquillos, lo que le atrajo la atención es que un chico de al parecer 13 años acorralaba a un niño de menor edad.

-Ya te dije lo que pasaría si llegabas a pasar por nuestro territorio.
-Mi mamá me pidió unas cosas de aquí, sino lo hacía me castigaba.
-Pues que tonto eres, ahora lo pagaras dándonos los víveres que tienes.
-¡No!.

El chico junto a otros dos mas acorralaron al chico en el callejón y estaban dispuestos a golpearlo pero de repente las cajas de madera y algunos botes con basura comenzaron a menearse bruscamente haciendo que los chicos interrumpieran lo que iban hacer.

-¡Sasuke, fantasmas!
-No digas tonterías.

El chico trataba de mostrar valor pero inconscientemente sus piernas tiritaban del miedo, 5 jarrones de barro que contenían agua se elevaron quedando sobre las cabezas de aquellos muchachos, estos al estar al pendiente de sus lados por el movimiento de las cajas no se dieron cuenta que tres de ellos se inclinan mojándolos por completo y cayendo sobre sus cabezas espantándolos.

-¡Fantasmas!
-¡Corran!

El trío de maleantes sale corriendo dejando al pequeño libre, el cual después de mantener todo el tiempo los ojos cerrados y apretando el cesto de los víveres sale corriendo de allí, Kiki quien había llegado a una de las azoteas cercanas para usar sus poderes muestra un gesto de satisfacción, con su dedo índice levantado y con los últimos dos jarrones aun levitando en el aire.

-Jajajajaja, con eso aprenderán. Kiki eres un genio, a este paso serás un verdadero guardián de la primera casa.

Este sacude sus manos perdiendo la concentración haciendo que los dos jarrones que se encontraban suspendidos en el aire cayeran al suelo, pero antes dejando caer el liquido sobre una persona.

-¡Haaaaayyyyyy!.

Al escuchar el grito de alguien Kiki sale de su ilusión y nota a una joven empapada quien le miraba molesta, claro, sospechaba que Kiki había dejado caer los jarrones de agua sobre ella.

-¡Hay discúlpeme, lo siento, yo!
-Pero que es lo que intentas hacer echándoles agua a las personas desde las azoteas.
-¿Yo?.. ¡no!… créame fue un accidente.

Kiki movía sus manos nerviosamente y suplicaba, mientras que la joven empapada lo miraba atenta pero sin enojo.

-¿Oye, tu empapaste al grupo de Sasuke?
-Bueno…si…pero fue por una buena causa.

Kiki se puso de lado y cruzó ambos brazos cerrando sus ojos. La chica sonrió cerrando sus ojos.

-Pues ya me caíste bien.
-¡He!

Kiki miro a la joven sorprendido.

-Aquellos chicos solo se la pasan molestando a los niños pequeños y marcando territorios, ya me canse de ellos.

Kiki sonríe y baja rápido de la azotea saltando por las cajas de callejón para ponerse a un lado de la chica.

-Mi nombre es Kiki.
-Mucho gusto Kiki, yo soy Ángela.
-El gusto es mió y disculpa mi torpeza.
-Valla eres muy caballeroso.
-Que puedo decir Mu me crío bien.
-¿Mu!
-Jejeje… es …mi…hermano mayor jejeje.

Kiki ríe nervioso, pareciera que había hablado de mas, después guía su mirada al suelo donde ve un canasto tirado con varias frutas y verduras regadas por el piso.

-Disculpa, te he tirado tus compras, en compensación le llevaré el cesto a su casa señorita.
-Que amable eres Kiki, pero ha de ser pesado para ti.
-No se preocupe soy bastante fuerte.

Kiki levanta el canasto con mucha facilidad, cosa que hace que la joven se sorprenda y emitiendo una sonrisa sigue su camino con Kiki a su lado, así llegó la tarde al mismo tiempo que la puesta de sol, la joven se cambió las ropas mojadas y comenzó a preparar la cena en la que Kiki ayudó y con gusto aceptó quedarse a disfrutarla. Kiki en ocasiones se quedaba viendo a la chica por algo de tiempo, sus cabellos cenizos llegaban a mitad de su cintura, esta se lo había recogido con un listón blanco y su piel blanca resaltaba unos ojos celestes que mostraban gran ternura a quien los miraran, algo había cambiado en el pequeño discípulo, pero no sabía que era.

-Esta deliciosa la sopa Ángela.
-Gracias Kiki. Me alegro que te gustara.
-Santo cielo, no había comido así en años, jejeje. Por cierto¿tu vives sola aquí.
-Si, esta casa perteneció a mis padres, por desgracia murieron y me quedé con ella, me encanta por que se encuentra cerca del mar, además que da una gran vista.
-Si, pero las ramas del gran árbol que se encuentra fuera la va a cubrir por completo.
-Si, desde hace mucho que he querido derribarlo, pero lógicamente yo sola no puedo hacerlo, además ya puse mi queja, tal ves algún día lo vengan a talar.
-Ja, seguramente tardaran siglos en venir, yo te ayudare.
-¿Ayudarme?.

La chica ya no pudo decir mas, cuando Kiki sale de la casa rápidamente y extiende su mano, aflojando las raíces del árbol con sus poderes, la chica sale de la casa y mira a Kiki concentrado, un gran viento corrió por los alrededores haciendo tambalear el enorme árbol. Kiki sentía que todo lo tenía bajo control cuando nota que esta enorme mole se viene encima de él, mirando sorprendido la escena.

-¡Kiki!.

La chica corre y protege al joven Kiki abrasándolo, Kiki solo se quedó petrificado y no le importó lo demás, la chica solo aprieta fuerte sus ojos y a Kiki cuando un golpe resonó con fuerzas en el lugar haciendo que muchas aves salieran despavoridas. La chica abre los ojos y ve como el árbol rodaba hacia abajo quedando en las rocas donde las olas del mar solían romperse, quedando una parte en la arena. La joven mira a su alrededor, soltando a Kiki levemente, la chica se sorprende que a unos cuantos metros un hombre caminaba lentamente, portando ropas ligeras grecas y su larga cabellera violácea se encontraba sujeta por un listón de color vino.

Kiki solo miró a su maestro y volteó a ver a Ángela.

-Me retiro señorita, disculpe las molestias que ocasione.
-Kiki.

La chica mira algo confusa a Kiki ya que no sabía que el había sido el que provocó la caída del árbol. El joven solo quedó callado y asiendo una leve reverencia siguió su camino con el jovencillo sin decir nada, Ángela sentía pena por el pequeño Kiki.

El sol se ocultó desde hacía ya varias horas y Maestro y pupilo no pronunciaron palabra desde que salieron de la aldea, ambos llegaron a una casa sencilla que se encontraba dentro del santuario lejos de las doce casas. Kiki entró y se quedó parado en medio de la casa donde se encontraba una sencilla mesa de madera con dos sillas esperando que Mu le reprendiera, pero este solo siguió de largo y se acomodó en su cama volteando a la pared y serrando los ojos, Kiki solo bajó la mirada y se dispuso hacer lo mismo, sentía que al quedar en silencio sin recibir castigo sintiendo una rara culpa era el peor de los castigos que Mu le podía dar.

En la casa de la joven esta terminaba de lavar la vajilla y sin darse cuenta había secado de mas uno de los platos, dejándolo en el fregadero se sale de la casa, había algo diferente, aquel árbol llorón ya no dejaría escurrir sus ramas sobre su casa y en cierta forma ya no cubría ese firmamento tan estrellado que siempre se iluminaba por las noches, una sonrisa escapó de sus labios y miró a su lado derecho, aquel columpio que había quedado sepultado tras las hojas por fin se asomaba, el árbol que lo sostenía apenas y dejaba ver su tronco y sintió deseos de mecerse una ves mas, se sentó y se meció levemente con la punta de sus pies. Un ligero brillo hace que ella concentrara su vista en ese punto y se levanta para ver que era lo que la Luna iluminaba en ese momento.

Un especie de brazalete de oro con gruesos grabados se encontraba levemente enterrado en la tierra, recordó que Kiki usaba algo parecido en el brazo y sosteniendo aquel objeto miró hacia donde ellos dos habían caminado.

-Mas allá ya no hay gente, soy la única que vive alejada de la aldea, será que ellos tienen su hogar mas allá¿Donde se dice que hay un santuario oculto?.

La mirada de ella solo llegaba a donde los límites llegaban a tapar el extenso lugar que se ocultaba mas adelante, pero su mente se imaginaba que habría mas allá de aquel desolado lugar.

Holas pues ya ando aquí dando lata de nuevo poniendo un nuevo fic, ahora en mi segundo anime favorito que es Saint Sella, esta historia esta inspirada en uno de mis caballeros favoritos que es Mu de Aries y se basa después de la guerra que ocurre en el Inframundo. Criticas tomatazos pues ya saben donde mandarlos, con gusto los recibiré, aun que no olviden que esta servidora también se alimenta de sus halagos jejeje.

Besos a la banda lectora.